Autoridades federales y de la CDMX actuaron de manera “tardía” y cometieron omisiones “graves” al atender la crisis ambiental de la semana pasada, pese a que desde septiembre de 2016 la CAMe alertó de la falta de tecnología para medir las emisiones de partículas contaminantes PM2.5 y, con base en ella, emitir protocolos a fin de evitar daños a la salud pública.
El problema no fue financiero. Desde abril de 2017 el Banobras asignó 150 mdp a la Semarnat para resolver esas carencias y aplicar un programa de actividades en los siguientes tres años, es decir, hasta 2020. Pese a ello, los habitantes de la ZMVM comenzaron a padecer, desde el jueves 9, una alta concentración de partículas PM2.5, contaminantes sólidos y líquidos suspendidos en el aire que afectan más a la salud que cualquier otro./ PROCESO