El robo de cable alimentador del transporte público de esta capital, específicamente el del trolebús, ha crecido de manera exponencial en los años recientes. Tan sólo de 2016 a 2017 ese ilícito se elevó en mil 600 por ciento; además, en el periodo de enero a abril de este año aumentó siete veces la sustracción ilegal de ese material en comparación con 2016. De acuerdo con cifras del Servicio de Transportes Eléctricos (STE), los saqueos cometidos durante 2017 y en el primer cuatrimestre de 2018 le han significado a esta dependencia del gobierno capitalino pérdidas económicas superiores a 68 millones de pesos. El ex director del STE Eduardo Venadero y expertos en el tema aseguraron que el hurto de cable alimentador de las unidades del trolebús representa una actividad redituable para los delincuentes, pues de ahí obtienen el cobre que en el mercado negro tiene alta demanda y se paga bien –mil 200 pesos por un metro– debido a su escasez en el mundo./LA JORNADA