A seis años de distancia del incendio que destruyó la nave mayor del mercado de La Merced, esta se encuentra semiabandonada y los comerciantes aseguran que sus ingresos han disminuido hasta 80 por ciento, lo que ha traído como consecuencia enfermedades entre los locatarios por la pérdida de su patrimonio.
Tal es el caso de Víctor Coronado, quien desde hace más de 10 años se dedica a la venta de dulces típicos en ese centro de abasto, y que tras la conflagración sufrió dos derrames cerebrales provocados, asegura su esposa Silvia Araujo, por la preocupación que le ocasionó haber perdido su único patrimonio.
Ahora es uno de los cientos de comerciantes que ofrecen sus productos en espacios reducidos de lo que queda de la nave mayor; a pesar de que la venta ya no es como antes y ha disminuido de manera considerable./LA JORNADA