Brigadistas de la Ciudad de México y el Estado de México aseguraron que la falta de agua en presas, arroyos, ríos, cuerpos de agua y pozos se convirtieron ya en un problema para el combate de incendios forestales, debido a que la temporada más fuerte del estiaje apenas comenzó y se prevén más siniestros durante las siguientes semanas.
- Adriana Hernández, brigadista en Jilotzingo, Estado de México, dijo a La Razón que hay un fuerte problema de agua en la entidad, lo que se ha visto reflejado en la extinción de las llamas, debido a que en los cuerpos de agua cercana el recurso es limitado y por ello han tenido que recurrir a otros municipios cercanos, o incluso aplicando otras medidas, como el uso de tierra para la sofocación del fuego.
“Se quemaron más de 800 hectáreas por acá y los vecinos buscaron todos los medios para ayudar a que las llamas no se propagaran, pues ahorita reportan que esta zona ya no cuenta con agua en embalses para trasladarla a los mismos incendios. Tuvimos dos días apoyo aéreo, pero fue difícil, ya que a pesar de que traían agua de otros lados, cuando extinguían un lado se prendía otro y el líquido fue insuficiente”, explicó.
Señaló que los brigadistas sólo llevan palas, machetes y azadones para contrarrestar los incendios, y ante la falta de agua, dijo, lo que se hace es ocupar toda la tierra posible para apagar el fuego, ya que es la única forma.
“Si hubiéramos tenido más agua por aire, los incendios se hubieran controlado, pues ni siquiera dejaron tomar agua de las presas Madín o Capoxi, lo que dificultó el combate”, indicó Hernández.
- Hasta el 28 de marzo, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) reportó mil 091 incendios forestales en 26 entidades federativas, con una superficie afectada de 37 mil 408 hectáreas. Del total, 94 por ciento correspondió a vegetación en los estratos herbáceo y arbustivo, y el seis por ciento a arbóreo.
- Tan sólo en una semana los incendios aumentaron 63.5 por ciento, ya que hasta el 21 de marzo pasado se contabilizaron seis mil 367; también aumentó la superficie afectada en 68 por ciento.
Las entidades federativas con mayor superficie afectada son Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Durango, Chihuahua, Yucatán, México, San Luis Potosí, Puebla y Jalisco, que representan 92 por ciento del total nacional.
Otro testimonio de la complejidad a la que ahora se enfrenta el combate de los incendios forestales es el de Arturo Cruz, brigadista en la Ciudad de México, quien sostuvo que las alcaldías Milpa Alta, Tlalpan, Gustavo A. Madero e Iztapalapa son las que tienen mayor riesgo de no contar con agua para sofocar incendios, por lo que se trae de otros sitios, pero en el tiempo de espera se pueden propagar las llamas.
“Cuando la temporada es muy crítica, el agua se convierte en un problema, ya que no hay suficiente, pues si no hay para surtir a las pipas para la gente, mucho menos para que nosotros la vayamos a tirar a los incendios. Ya ves lo que pasó en Valle de Bravo, que había un incendio y su presa está con poco más de 20 por ciento de nivel”, recordó.
- Explicó que cuando se complica la situación de sequía, también se dificulta la carga de agua para combatir los siniestros. Además, advirtió que este 2024 se perfila para tener una temporada muy grave, porque el agua se debe extraer de los pozos, pero en muchas ocasiones no se permite del todo hacerlo.
- El brigadista resaltó que los siniestros en la ciudad son cada vez más difíciles de combatir, porque anteriormente eran de pocas hectáreas y ahora se propagan más rápido, porque la misma falta de lluvia de cada año propicia que los terrenos estén más secos y haya mayor material combustible para que se prendan más rápido.
Consultado al respecto, Dante Arturo Rodríguez Trejo, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), dijo que es necesario esperar las siguientes semanas que se consideran pico, pues si bien hay un pronóstico de sequía severa y más incendios, es necesario esperar la tendencia en abril y mayo.
El experto mencionó que, por el cambio climático, el tamaño de los incendios ha ido creciendo, pero señaló que se trata de un fenómeno mundial del que México también es afectado, además de que, aunado a ello, la falta de agua también puede comprometer en cierta medida la sofocación de las llamas.
“Claro que puede afectar la falta de agua, por eso con los batefuegos pegan en el piso para apagar las llamas, ya que es la única manera para contrarrestar su efecto. Tenemos una temporada más fuerte en 2024, pero veremos cómo se comportan los incendios, ya que la superficie es cada vez mayor, por la sequía acumulada que hay de años previos”, explicó el especialista./Agencias-PUNTOporPUNTO