Cuando se cumple un año del terremoto de magnitud 7.1 que resquebrajó paredes y tumbó edificios en Ciudad de México, el sector inmobiliario se fortalece. En el corredor Roma-Condesa, una de las zonas más afectadas, los alquileres se han disparado hasta un 20%. Las colonias de moda no han perdido su atractivo y ha aumentado la demanda, aunque algunos inquilinos han cambiado sus hábitos: prefieren ser prudentes y quedarse en los pisos más bajos. “Por arriba del cuarto piso sí ha bajado la demanda”, reconoce la corredora inmobiliaria Marcela Ramírez./EL PAÍS