La CDMX va por su quinto pozo ultraprofundo para extraer agua, mientras expertos advierten el riesgo ambiental que representa este método. En Iztapalapa se excavará con tecnología petrolera hasta dar con un manto a 2 kilómetros de profundidad. Los expertos alertan que se están ignorando los problemas que representó desecar el acuífero superficial. «Es una barbaridad hacer estos pozos profundos», calificó Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM. «Significa que no aprendimos la lección de los hundimientos y todas las consecuencias producidas por la sobreexplotación». El geólogo Federico Mosser, autor del proyecto de los pozos profundos, afirma que éstos son parte de una investigación científica para demostrar la existencia de un segundo acuífero, mas no una alternativa de abasto./REFORMA