En una serie de actos inéditos en la historia de las elecciones mexicanas, al menos cinco de los empresarios más poderosos del país dieron la cara para atacar a un candidato: el que los ha acusado desde 2006 de pactar con el PRI y el PAN para impedir su triunfo electoral.
En las actuales campañas ese aspirante, Andrés Manuel López Obrador, cuenta con el respaldo de un creciente porcentaje de electores, y los magnates repiten sus maniobras sigilosas, pero además presionan para que sus empleados, socios y clientes no voten por la opción que los horroriza. Sin embargo, a diferencia de 2012, esta vez el dinero no parece inclinar la balanza.
- Al consumirse dos tercios del periodo oficial de campaña, a un mes de que se celebren los comicios presidenciales del 1 de julio, algunos magnates mexicanos se coordinaron para hacer llamados –unos más directos que otros– a no votar por el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, ante la amplia ventaja que le dan prácticamente todas las encuestas de intención de voto.
- La inusual campaña, calificada por Lorenzo Córdova, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), como un juego “en el límite de la legalidad”, supuestamente está destinada a pedir que los empleados de grandes empresas razonen su voto, mediten sobre el “riesgo” del “populismo” y el “autoritarismo”, y tomen “las medidas necesarias” “para amortiguar un posible deterioro del patrimonio”.
- También evocaron los daños que causaron en el país los regímenes de Luis Echeverría y José López Portillo, igual que en Venezuela los de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Y harán más. En pleno lanzamiento de la campaña empresarial, Ricardo Monreal Ávila, quien coordina la “defensa del voto” en la Segunda Circunscripción de la campaña de López Obrador, afirmó en un video de su canal de YouTube que el pasado 17 de mayo.
Tres días antes del segundo debate presidencial, los magnates volvieron a visitar al presidente Peña Nieto para pedirle una vez más la declinación de José Antonio Meade en favor de Ricardo Anaya –el más cercano perseguidor de López Obrador en las encuestas– o que el gobierno interviniera de modo más directo en la elección./ CON INFORMACIÓN DE PROCESO