Texto Íntegro: #VIOLENCIA se acentúa en MÉXICO, mientras Víctimas Letales del #CRIMEN continúan #ACUMULÁNDOSE

En tres semanas, en el país ha habido tres episodios de violencia vinculada al uso de explosivos.

Imagen: Cuatoscuro

A pesar de que el Gobierno Federal asegura que la estrategia de seguridad está dando resultados, en julio se registraron 2 mil 204 homicidios dolosos, con lo que se ubica como el cuarto mes más violento del presente año.

  • De acuerdo con el reporte diario del gabinete de seguridad federal, el número de asesinatos contabilizados en el mes que acaba de concluir representa una disminución de 4.2 por ciento respecto a junio cuando sumaron 2 mil 303 víctimas.
  • En julio, los asesinatos aumentaron en seis entidades: en Morelos el incremento fue de 37 por ciento; Michoacán, 32.3%; Estado de México, 19.9%; Baja California, 10.6%; Nuevo León, 7.1% y Veracruz, 7%.

Según las cifras del Gobierno Federal, 16 entidades, 10 de ellas gobernadas por Morena, registraron más de 50 homicidios dolosos:

  • Guanajuato (248), Estado de México (241), Baja California (177), Michoacán (172), Nuevo León (120), Chihuahua (118), Jalisco (116), Morelos (104), Guerrero (101), Sonora (89), Veracruz (80), Oaxaca y la Ciudad de México (68 víctimas por cada entidad), Zacatecas (60), Tamaulipas (57) y Colima (51).

En el caso de la Ciudad de México, durante julio acumuló 4 días con más de 5 asesinatos, siendo el 14 de julio el día más violento con 7 víctimas, seguido por los 4, 23 y 31 de julio con 6 asesinatos por cada día.

Registró junio Aumento de Violencia

Un cambio mensual del 2 por ciento se registró en junio pasado en el número de víctimas letales del crimen organizado con mil 619, de acuerdo a la plataforma de datos y análisis sobre seguridad, crimen organizado y conflictividad social, Latin Intelligence.

  • El número de víctimas halladas en fosas clandestinas aumenta cinco veces de un mes a otro y las víctimas en masacres eventos con cuatro o más víctimas muestran un aumento del 15.9 por ciento.
  • Guanajuato y Baja California registran el mayor número de víctimas, primer y segundo lugar, respectivamente, se observa una disminución del 3.7 por ciento y un aumento del 6 por ciento, respectivamente, en comparación con el mes previo.
  • En el ranking de municipios más violentos en los últimos 12 meses se mantienen en las primeras tres posiciones, Tijuana, Baja California; Juárez, Chihuahua; y León, Guanajuato.

En 15 estados se observa un crecimiento de cinco veces en el número de víctimas en masacres, eventos con cuatro o más víctimas y del 15.9 por ciento de víctimas halladas en fosas clandestinas, ocupando la cima Sonora, seguido de Nuevo León, Morelos, Sinaloa y Quintana Roo.

El número de municipios con al menos una víctima letal registró una ligera disminución del 2.4 por ciento respecto al mes previo baja de 296 a 289.

  • Los municipios con más registros en los últimos 12 meses son, Tijuana, Baja California, registra 188 en junio y un incremento del 13.3 por ciento respecto al mes previo; Juárez, Chihuahua, 68 y una disminución del 31.3 por ciento y León, Guanajuato, con 72 y un decremento del 16.3 por ciento. José María Morelos de Quintana Roo tuvo un incremento de nueve por ciento, mientras que Benito Juárez en Quintana Roo, tuvo un decremento de menos del nueve por ciento.

Tijuana ha sido desde hace ya muchos años el municipio que consistentemente se ubica en primera posición nacional por mayor número de víctimas letales del crimen organizado del país, desde 2022. Mientras que Colima ha sufrido severas crisis de violencia criminal que lo han ubicado con frecuencia dentro de las primeras posiciones nacionales por mayor número de víctimas letales del crimen organizado del país.

Desde que comenzó la actual administración federal, los dos trimestres con más profundos deterioros en la seguridad estatal fueron el primer trimestre de 2019 con 216 víctimas letales; y el segundo trimestre de 2022 con 228.

Inseguridad empeora en ciudades del Sur- Sureste

La expectativa social sobre la seguridad pública en México empeoró durante el segundo trimestre del año, acentuándose en las ciudades del sur-sureste del país.

  • De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), 23.6% de la población de 18 años y más que reside en las ciudades de interés consideró que, en los próximos 12 meses, la situación de la delincuencia e inseguridad en su ciudad empeorará.

Lo anterior significó un aumento de 1.5 puntos porcentuales con relación al primer trimestre del 2023, cuando se reportó un nivel de 22.1%. Además, 34.1% de la población refirió que la situación seguirá igual de mal en los próximos 12 meses.

En contraste, 17.5 % de la población mayor de edad prevé que la situación de la delincuencia e inseguridad en su ciudad seguirá igual de bien y 23.5 % manifestó que mejorará.

  • Focos rojos: Por demarcación, las peores expectativas sobre seguridad pública se presentaron en la región sur-sureste del país, según la ENSU que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El mayor nivel se observó en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde 45.7% de su población mayor de edad estima que la situación de delincuencia empeorará en los próximos 12 meses.

Le siguieron Chetumal en Quintana Roo (43.4%), San Francisco de Campeche en Campeche (40.4%) y Tapachula en Chiapas (38.6%).

También resaltaron los porcentajes en Zacatecas (37.9%), Puebla (37.6%), Guanajuato (37.1%), Uruapan (35.1%), Nezahualcóyotl (34.8%), Guadalajara (34.5%), Fresnillo (34.2%) y León (34.0%).

  • Los mejores: En tanto, los territorios con mejores perspectivas se localizaron en el centro y norte del país.

Durante el segundo trimestre del año en curso, la alcaldía Cuajimalpa en la Ciudad de México mostró el mayor optimismo, ya que solamente 8.5% de su población de 18 años y más proyecta que la delincuencia empeorará en los siguientes 12 meses.

Las otras demarcaciones con un nivel menor a 10% fueron San Pedro Garza García en Nuevo León, Piedras Negras en Coahuila y Miguel Hidalgo en Ciudad de México.

La propagación de ‘narcotanques’ revela el nivel de violencia de los cárteles 

Los grupos del crimen organizado están modificando camionetas con torretas armadas, refuerzos de acero y arietes, llevando el concepto de los camiones monstruo a nuevos niveles de letalidad.

  • En Estados Unidos, algunos dueños de camionetas disfrutan modificando sus vehículos con llantas gigantes, juegos de suspensión de alta resistencia y sistemas de escape que expulsan humo, convirtiéndolos en los camiones monstruo, o monster trucks, que acechan eventos organizados como carreras de demolición y las carreras en lodo.

En México, los cárteles de la droga están llevando el concepto de los camiones monstruo a otro nivel aterrador. Están modificando camionetas populares con arietes, placas de acero de 10 centímetros de grosor soldadas a sus chasis y torretas para disparar ametralladoras.

  • Algunas de las organizaciones criminales más temidas de México, como el Cártel de Jalisco Nueva Generación, están utilizando este tipo de vehículos en intensos enfrentamientos armados con la policía. Otras organizaciones, como el Cártel del Golfo y el Cártel del Noreste, utilizan los camiones blindados para enfrentarse entre ellos.
  • Las fuerzas de seguridad mexicanas llaman a estos vehículos “monstruos”, pero también son conocidos como “rinocerontes” y “narcotanques”. Los cárteles marcan el exterior de estos vehículos con sus iniciales o con los patrones de camuflaje más recientes, lo que en ocasiones hace que sea difícil distinguirlos de vehículos militares oficiales.
  • Los ostentosos interiores de las camionetas más grandes cuentan con asientos delanteros con una variedad de botones y luces similar al de una cabina de mando, asientos de metal desde donde los hombres armados pueden apoyar sus rifles a través de agujeros y, en el medio, una escotilla similar a la de un tanque.

A medida que más camionetas han ido apareciendo por las calles de las ciudades y pueblos violentos de México, los vehículos son un prisma para ver la evolución de la sangrienta guerra contra el narcotráfico del país, ya sea por el temor que causa la capacidad de los cárteles de superar los esfuerzos de las autoridades para imponer orden o por el sombrío reconocimiento del espíritu post-apocalíptico tipo Mad Max de los vehículos.

La propagación de estos monstruos es otra evidencia de que los cárteles harán lo que sea “para tratar de imponer por medios violentos su dominio contra grupos adversarios y contra la autoridad”, dijo Jorge Septién, un experto en balística y armamento radicado en Ciudad de México.

  • También dejan en evidencia los esfuerzos inconstantes del país contra los brutales grupos criminales que operan con aparente impunidad en muchas partes de México. Las camionetas blindadas son unas de las optimizaciones más visibles e intimidantes del arsenal mortal a disposición de los cárteles más poderosos de México, según Romain Le Cour, un analista de seguridad.
  • Entre las otras armas se encuentran fusiles de francotirador Barrett calibre .50 que pueden penetrar acero, lanzacohetes y granadas propulsadas por cohete capaces de derribar helicópteros militares, drones equipados con explosivos a control remoto y minas antivehículos de carretera, utilizadas en un ataque el mes pasado en Jalisco que acabó con la vida de seis personas.
  • “Los monstruos son la manera de enviar el mensaje: ‘Soy el que manda, y quiero que todos vean que yo soy el que manda’”, dijo Le Cour, experto de alto nivel de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, con sede en Suiza. “Estos son grupos comando que buscan replicar a las fuerzas especiales en cuanto a la forma en que están armados, cómo están entrenados, cómo lucen”.

Aunque se cree que este tipo de camionetas surgieron en México hace poco más de una década, parecieran estar multiplicándose y volviéndose más sofisticadas, de forma muy parecida a la manera en la que los narcosubmarinos construidos por las organizaciones criminales para transportar drogas han sido adaptados para evadir la captura.

  • La progresión de los narcotanques se ha venido realizando tras el flujo de soldados de élite hacia los cárteles, comenzando con el reclutamiento, en la década de 1990, de fuerzas especiales del ejército mexicano a una operación paramilitar que se terminó convirtiendo en el Cártel de Los Zetas.

Desde las armas que utilizan hasta los vehículos que conducen, la participación de miembros de unidades especializadas militares en las organizaciones criminales ha llevado a estos grupos a emular y competir con las fuerzas de élite del país.

La incautación de camiones blindados ayuda a arrojar luz sobre las regiones donde las operaciones de los cárteles están floreciendo o resurgiendo, como en los estados de Michoacán y Jalisco, en la costa del Pacífico de México o a lo largo de la frontera con Estados Unidos.

  • En junio, la Fiscalía General de la República en el estado de Tamaulipas, en la frontera con Texas, anunció que había capturado y destruido 14 camiones monstruo, tras la destrucción de otros 11 vehículos similares en febrero.
  • En una declaración el año pasado, la fiscalía de Tamaulipas dijo que los vehículos modificados “representan un peligro para la seguridad de la comunidad”, los cuales los grupos criminales usan a menudo para proteger sus actividades ilegales, sobre todo cerca de la frontera.
  • Solo en Tamaulipas, más de 260 camionetas blindadas han sido destruidas por las autoridades desde 2019. Proporcionar una cifra a nivel nacional es complicado, ya que diferentes agencias estatales y federales las confiscan y destruyen.

El ensamblaje de estos vehículos, que por lo general se realiza en talleres rurales, se apoya en las conocidas habilidades de los mecánicos de los cárteles, quienes durante mucho tiempo se han enfocado en modificar automóviles para contrabandear cargas ocultas de drogas a través de las fronteras.

  • Blindar una camioneta con lo básico, como placas de acero, toma de 60 a 70 días, requiere del trabajo de cinco a seis soldadores y mecánicos y cuesta aproximadamente dos millones de pesos, alrededor de 117.000 dólares, según expertos en seguridad. (Elementos adicionales como torretas, neumáticos a prueba de balas y arietes aumentarán el costo).
  • Si bien blindar un vehículo sin autorización es un delito punible con hasta 15 años de prisión, la ley ha hecho poco para mellar su robusta producción. En Small Wars Journal, una publicación estadounidense enfocada en conflictos interestatales, un análisis aseveró que “este tipo de vehículos blindados superan por mucho los armamentos estándar de la policía mexicana”.

Los camiones monstruo suelen ser ensamblados a partir de camionetas estándar, pero el análisis señaló el uso por parte de los cárteles de “variantes de camiones de volteo” fuertemente blindados, los cuales son inmunes a todas las armas excepto las de tipo antivehículos que poseen las fuerzas armadas mexicanas.

Por lo general, los camiones monstruo se construyen a partir de vehículos populares como la Ford Lobo (el equivalente a la Ford F-150 en Estados Unidos) o la Ford Raptor. Pero los grupos criminales también usan vehículos todoterreno ligeros más conocidos por proliferar en los grandes almacenes de los suburbios, como la voluminosa Chevrolet Tahoe, así como camiones de plataforma más grandes, remolques volquete o camiones pesados “dobles” con dos ruedas traseras a cada lado.

En lo que sin duda subraya la carrera armamentista entre los cárteles y las fuerzas armadas de México, algunos soldados mexicanos ahora llevan lanzacohetes portátiles capaces de destruir camionetas blindadas.

Ataques con artefactos explosivos van en aumento en México

En menos de tres semanas, en el país ha habido tres episodios de violencia vinculada al uso de explosivos. Se trata de eventos que ha dejado personas fallecidas y varios heridos en el país donde las autoridades niega que se trate de eventos para causar terror en la gente.

  • En Guanajuato un “cochebomba” explotó la noche del miércoles 28 de junio cuando elementos de la Guardia Nacional recibieron una denuncia anónima en la que les indicaron de un vehículo abandonado en la comunidad Sauz Villaseñor en el municipio de Celaya. Mientras los guardias realizaban la inspección, el vehículo estalló. El saldo fue un elemento muerto y nueve más heridos.
  • Días después, en Teocaltiche, Jalisco fue ubicado un “coche bomba”. El 5 de julio, la Secretaría de la Defensa Nacional informó que en un enfrentamiento con presuntos miembros del crimen organizado se decomisaron vehículos, un arma de fuego y cuatro artefactos explosivos, algunos de los mecanismos estaban ubicados en la parte inferior de uno de los automotores.

La semana pasada, en Jalisco, de nuevo se registró un episodio de violencia. Siete elementos de seguridad murieron luego de que se registró una explosión en minas terrestres, que, a decir del gobernador de la entidad, Enrique Alfaro, se trató “de una trampa”.

  • Pero a pesar de estos episodios, las autoridades no hablan de ellos como «terrorismo». El presidente Andrés Manuel López Obrador evitó referirse a si estos actos son «terrorismo», pero reconoció que hay una escalada en el uso de artefactos explosivos.
  • “Es una forma de agresión que se utiliza. Constantemente, estamos confiscando explosivos, constantemente en toda esa zona: en Michoacán, en Jalisco, en Guanajuato”, dijo en su conferencia del 13 de julio.
  • Expertos en seguridad pública consultados por Expansión Política advierten que México está ante una incremento en el nivel de violencia, sin embargo, sostienen que aún no se puede hablar de «terrorismo».

“Una de las razones por las que esto no puede ser ‘terrorismo’ es porque no hay sistematicidad. Si sumamos toda la guerra contra el narcotráfico, 17 años, hay muchos incidentes como el granadazo de Michoacán o por ejemplo en Tepalcatepec, el uso de explosivos en que utilizaban municiones y drones, pero no es algo que esté articulado de forma coherente en una campaña. No es como Irak que había dos o tres explosivos diarios en todo el país”, explica Víctor Antonio Hernández, coordinador del diplomado en Seguridad Nacional de la Ibero Puebla y miembro del Centro de Análisis e Investigación sobre Paz, Seguridad y Desarrollo Olof Palme y de la Red Nacional de Inteligencia.

¿Cuándo es «terrorismo»?

El artículo 139 del Código Penal Federal refiere que incurre en delito de «terrorismo» aquel que utilice “sustancias tóxicas, armas químicas, biológicas o similares, material radioactivo, material nuclear, combustible nuclear, mineral radiactivo, fuente de radiación o instrumentos que emitan radiaciones, explosivos, o armas de fuego, o por incendio” con el objetivo de dañar a personas o bienes que produzcan alarma, temor y terror a la población.

  • Las sanciones van de 15 a 40 años de prisión a quien realice actividades de terrorismo, delito clasificado contra la seguridad de la nación.
  • Para expertos de Causa en Común, en México se debe reconocer que grupos criminales están recurriendo a prácticas de «terrorismo», no hacerlo, es una “negligencia criminal”.

“Es inmoral ocultar esta realidad en áreas de una simulación política con fines electorales. Es en cambio indispensable y urgente que el gobierno federal reconozca que la impunidad criminal avanza a un ritmo cada vez más acelerado y con métodos cada vez más despiadados”, es parte de la postura que fijó la organización que encabeza María Elena Morera.

  • Juan Carlos Montero, especialista en seguridad y académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM), considera que los actos de las últimas semanas, son muestra de que la violencia se está acentuando.
  • “Estamos viendo actos más violentos. Mientras que antes aparecían muertos, ahora los vemos quemados, vemos la explosión de artefactos, vemos un secuestro masivo. Entonces se ve más violencia y causa más impactos”, refiere.

Uso conocido

Las explosiones de artefactos en México no son nuevas. El exsecretario de Seguridad Pública de Morelos, Alberto Capella, realizó en redes un recuento del uso de artefactos explosivos en México: «en los últimos 4 años han sido utilizados 1,700 artefactos explosivos en 377 ocasiones por el crimen organizado en México”.

  • Michoacán en 2008 fue una de las entidades que sufrieron ataques cuando en plano 15 de septiembre y en el Grito de Independencia, granadas explotaron en plaza pública.
  • Otros eventos con explosivos se dieron en Chihuahua (2010), en Tamaulipas (2012), a los que se suman los de Guanajuato y Jalisco en este 2023.

Sobre la cantidad de artefactos explosivos usados en México, Víctor Hernández sostiene que a pesar de que han sido varios los momentos en que se han utilizado artefactos, no se ha mantenido una “sitematicidad”, por lo que no se puede hablar de terrorismo.

“Al terrorismo se le define como el uso de la violencia para un cambio político, pero difícilmente podríamos decir que los cárteles tienen una agenda política, no son un partido político, no son, un grupo religioso que quieren poner su visión del mundo porque de entrada no existe un solo narco mexicano, son docenas de pequeñas organizaciones. Entonces hay que tener mucho cuidado de usar esa palabra porque en realidad no nos ilustra mucho”, explica.

  • Aunque en ocasiones los artefactos sean improvisados, para el manejo de éstos se requiere personal con conocimiento.

“Este tipo de bombas o artefactos, no cualquiera los puede manejar, se requiere un conocimiento técnico-especializado, desertores militares o personal que tuvo experiencia en minas, sin duda se requiere conocimiento para hacer este tipo de actuaciones”, destaca Montero.

¿Para quién es el mensaje ?

Los expertos advierten que el uso de explosivos puede tener como propósito replegar a la autoridad o enviarse un mensaje entre agrupaciones rivales.

“Si lo que están tratando de herir es a personal de la Fiscalía es porque hay avances en las carpetas de investigación, a lo mejor lo que les preocupa es pisar la cárcel porque es raro que deliberadamente se ataque a una fiscalía. Normalmente sobre quién se van sobre la Policía Municipal o sobre el Ejercito”, explica Víctor Hernández.

  • Montero sostiene que derivado de la lucha de Estados Unidos contra el fentanilo, se han disminuido y complicado las rutas para transportar esa sustancia, por lo que las organizaciones criminales están peleándose las rutas que quedan. Una de las maneras de afectar a los rivales es poniéndoles el pie.

“Aquí en Nuevo Laredo ha sucedido que el Cartel Jalisco, entra y ocasiona alguna masacre, algún atentado contra las autoridades y las autoridades se van contra el Cartel del Golfo y no necesariamente contra el Cártel Jalisco. Es probable que en Jalisco esté pasando algo parecido, pues resulta difícil que sea el Cartel Jalisco Nueva Generación porque al cártel Jalisco lo que necesita es tener Jalisco en paz”, considera./PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro:

Reporte_Violencia_del_Crimen_Organizado_Julio_2023.01

 

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