- Ser mujer y madre trabajadora en México tiene implicaciones laborales tan negativas, que se traducen en recibir un salario raquítico o quedarse sin trabajo, para atender a los hijos y ocuparse del quehacer de la casa, revelaron el Inegi e IMCO.
- A través de un informe estadístico a propósito del 10 de mayo o Día de la Madre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que penas 46 de cada 100 mujeres con hijos (46% del total) tienen empleo o participan en alguna actividad económica o productiva.
- Evidenció que más de la mitad de ellas (54 de cada 100 o 54%) esta fuera del mercado laboral, porque se dedican al cuidado de sus hijos y familiares enfermos, además de ocuparse de los quehaceres domésticos.
El Instituto señaló que las tasas más altas de marginación laboral están en las madres de 60 años y entre quienes son menores de 20 años; con tasas de 79.2% del primer grupo y 70.8% del segundo que trabajo, por dichas causas.
Mientras que en el grupo de madres trabajadoras de 30 a 39 y de 40 a 49 años, la proporción de mujeres sin participación económica promedia 41.6% y 40%, respectivamente.
Salarios raquíticos
- En materia de ingresos, el reporte estadístico del Inegi señaló que en México 47 de cada 100 mujeres con hijos (46.7) reciben hasta un salario mínimo, equivalente a 7 mil 468 pesos mensuales, por el trabajo que realizan.
- En tanto que otras 31 madres (31.3%) obtienen un máximo de dos salarios mínimos, que les proporcionan un máximo de 14 mil 936 pesos, menos impuestos, para cubrir las necesidades de sus hijos y requerimientos personales.
- De tal suerte que el sueldo de 78% de las mujeres, que son madres trabajadoras, no pasa de dos salarios mínimos y, hasta en más de la mitad de los casos, laboran en la informalidad y, por lo tanto, carecen de prestaciones y seguridad social.
- El instituto destacó que en el país solo 11 de cada 100 madres trabajadoras ganan “más de dos” o “más de tres” salarios mínimos; cuyo ingreso no supera 22 mil 500 pesos mensuales.
- En tanto que alrededor de 1.4% de las mamás tienen un espacio de trabajo, pero desafortunadamente no reciben ninguna remuneración por las actividades productivas o servicios que desempeñan.
Condiciones de trabajo para mujeres
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) informó que ninguno de los estados del país ofrece condiciones laborales óptimas para integrar o retener a las mujeres en las empresas o negocios.
- Al publicar los resultados del Ranking Estados #ConLupaDeGénero 2024, indicó que las entidades ni siquiera llegaron a una nota de 70 puntos, en una escala de cero a 100, al medir su desempeño en inclusión y retención del talento que ofrecen las mujeres.
- Precisó que la Ciudad de México fue el estado con la mejor calificación en dichas materias, con una proporción de apenas 67.2 unidades; seguida de Nuevo León y Baja California Sur, con notas de 66.7 y 64.5 puntos, respectivamente.
- Mientras que los peores resultados se encontraron en Oaxaca, Chiapas y Veracruz con un desempeño laboral para las mujeres muy pobre de 33.1, 39.1 y 40.5 puntos, que muestran en gran rezago que ellas sufren en México.
- El IMCO advirtió que –para ellas– la informalidad laboral se traduce en una carencia de certidumbre jurídica, acceso a servicios de salud y una ausencia de prestaciones laborales, con tasas que fácilmente duplican la media nacional, que ronda 54% de la población económicamente activa (PEA).
“En Oaxaca y Guerrero, 80% y 75% de las mujeres trabajan en la informalidad, mientras que en Chihuahua y Coahuila estas tasas disminuyen a 31% y 35%, respectivamente”.
- Mientras que la brecha de ingresos de género varía desde 6% en la Ciudad de México hasta 25% en Colima. “Es decir, en la Ciudad de México por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer percibe 94 pesos y, en el caso de Colima, las mujeres perciben 75 pesos”, subrayó.
Madres que trabajan
El 59% de las madres o quienes planean serlo en un futuro cercano considera que su rol de madre impacta o impactará de manera positiva en su desarrollo profesional; 23% dijo que no tiene o tendrá ningún tipo de impacto y 18% señaló que lo hará de manera negativa, de acuerdo a una encuesta con motivo del Día de las Madres de OCC, la bolsa de trabajo en línea líder en México.
- Hasta ahí el resultado parece positivo. Sin embargo, 36% de las actuales o futuras madres aseguró que percibe riesgo de sufrir estrés laboral por conciliar el trabajo con la maternidad y un 33% mencionó la falta de apoyo en las organizaciones para las madres.
- Por el contrario, entre las ventajas que identificaron destacan gozar de permisos por maternidad (25%) y el respaldo de compañeros y superiores para la atención de temas de maternidad (16%).
Por otra parte, cuatro de cada 10 mujeres dijeron que no tienen hijos ni planean tenerlos en un futuro cercano. De ellas, el 51% aseguró que su situación o decisión en torno a la maternidad no tiene que ver con su trabajo o carrera profesional; 12% señaló que se afectarían sus ingresos; 7% no podría conciliar la maternidad con el trabajo; un 3% dijo que en su rubro no hay oportunidades para las madres; un 2% indicó que teme sufrir discriminación laboral; un significativo 22% prefirió no contestar y 3% mencionó otro tipo de razones.
Independientemente del género o si eran madres o no, se les pidió a los entrevistados que enlistaran 5 factores clave para que las madres o quienes desean serlo en un futuro próximo, puedan desempeñarse con éxito en el ámbito laboral. 71% planteó flexibilidad de horarios; 53% trabajo remoto o híbrido; 34% mayor disponibilidad a cuidado infantil accesible; 28% salario emocional y 26% licencias de maternidad y paternidad más extensas.
Sin apoyo laboral, 12 millones de madres
- Mantener en la congeladora del Senado a la reforma que permitirá la creación del Sistema Nacional de Cuidados, estancada desde hace cuatro años, limita la posibilidad de mejorar la situación de 12 millones de madres que laboran en la informalidad o desearían trabajar, pero se los impide la responsabilidad de atender a hijos y familiares.
- En general, el segmento que requiere de cuidados se concentra en la población infantil, adultos mayores y personas con alguna discapacidad, pero la responsabilidad social de esa atención recae principalmente en las mujeres, al interior de sus hogares, limitando su desarrollo personal y laboral.
“Un sistema de cuidados articulado permitiría que más mujeres puedan usar su tiempo en trabajar, si así lo desean. Por ello, dicho sistema debe empezar por ofrecer atención para niñas, niños y adolescentes, con guarderías, estancias infantiles y escuelas de tiempo completo”, subrayó Sofía Ramírez, directora general del colectivo México, ¿como vamos? (MCV)
Elevada informalidad
- Se estima que al cierre del año pasado había 17.3 millones de madres ocupadas con un ingreso laboral, de las cuales 10.1 millones (58%) estaban empleadas de manera informal, es decir sin prestaciones, de acuerdo con datos del Inegi.
Adicionalmente, había 2.3 millones de mujeres más con interés y necesidad de trabajar, pero enfrentan un contexto que les impide hacerlo, la mayoría con hijos. “Quienes logran insertarse al mercado laboral, lo hacen en trabajos informales que les permiten flexibilidad para realizar en forma simultánea estas tareas de trabajo no remunerado de cuidados y domésticas al interior de sus hogares”, comentó Mónica Orozco, investigadora externa del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
- Ese panorama también tiene efectos sobre la desigualdad salarial. Mientras un hombre empleado en la informalidad gana en promedio 7 mil 487 pesos, la mujer percibe apenas 5 mil 240 pesos, debajo del salario mínimo, que es de 7 mil 468 pesos, advirtió Ramírez.
Si esas madres que laboran en la economía informal redistribuyeran y redujeran la sobrecarga de cuidados de su hogar, sus posibilidades de colocarse en un empleo formal aumentarían, mejorando su ingreso y desarrollo profesional, coincidieron las especialistas.
Sistema de cuidados
Las desventajas para madres trabajadoras están asociadas en parte a que existe un sistema de cuidados articulado, con programas, política y corresponsabilidad por parte del Estado, pero también de las empresas, el mercado, las comunidades y, sobre todo, también al interior de los hogares, destacó Orozco.
- En 2020 se aprobó una reforma a los artículos 4 y 73 de la Constitución para garantizar el derecho al cuidado digno y el tiempo propio de las mujeres, y como parte de ella se aprobó la creación de un Sistema Nacional de Cuidados.
Se aprobó por unanimidad en la Cámara de Diputados, pero han pasado cuatro años con esa reforma durmiendo en el Senado.
“Falta que se convoque a todos las organizaciones y sectores interesados a un parlamento abierto para que podamos llegar a la aprobación de los marcos normativos y pasar al diseño de políticas y la identificación de los recursos para el financiamiento de este sistema”, agregó Orozco.
Guarderías, salud y flexibilidad
Entre la población infantil y adolescente que necesitaba atención y la recibió de algún integrante del hogar, más de 80% correspondió a su madre. También recibieron atención de las madres 30.6% de las personas con discapacidad y 33.9% de los enfermos temporales, según datos del Inegi.
- Por otra parte, a las madres que declararon no haber trabajado, se les preguntó si tenían la necesidad o el deseo de hacerlo y 54.1% declararon que no buscan empleo porque no tenían quien cuidara a sus hijos, ancianos o enfermos.
- Al inicio de esta administración, si bien las estancias infantiles representaban una oferta de cuidados insuficiente, fueron cerradas y con ello se frenó la posibilidad de salir a trabajar para 2.3 millones de mujeres, estimó Ramírez.
En su opinión, el sistema de cuidados debe tener al menos tres pilares:
- Un enfoque de género que permita que los horarios de guarderías, estancias infantiles y escuelas empaten con los de jornadas laborales más o menos similares, así como contar con un componente de salud preventiva, además de flexibilidad laboral, con incentivos poderosos para que a las empresas le sea casi indiferente contratar a un hombre o a una mujer.
“Estamos abiertos a la conversación con nuevas autoridades e incluso con equipos técnicos que estén trabajando los procesos de transición a partir de las próximas elecciones”, dijo Orozco.
La maternidad obstaculiza la inserción laboral
En el país hay cuatro millones 156 mil 460 mujeres que son mamás y que están disponibles e interesadas en trabajar, pero que no pueden tener acceso al mercado laboral.
Así lo marcan las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del cuarto trimestre de 2023, en las cuales, el 95% de ellas reporta no poder incorporarse al mercado laboral por estar en labores domésticas y de cuidados.
- Esto contrasta con las 343 mil 598 mujeres con hijos que están clasificadas como desocupadas abiertas, lo que significa que no sólo quieren un empleo, sino que están en la búsqueda de uno.
- Lo anterior significa que, por cada mamá que anhela trabajar y está buscando activamente un empleo, hay 12 que no pueden siquiera buscar uno, debido, la mayoría de las veces, a su condición de cuidadora.
Fernanda García, directora de Sociedad Incluyente del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), explicó que la mayoría de las mujeres son las cuidadoras de hijos y de adultos mayores, situación que por la carga de trabajo de atender el hogar, les impide entrar al mercado laboral con remuneración.
Expresó que las madres que pueden trabajar son quienes tienen una red familiar de cuidados, y por esta razón, es necesario que como país repensemos estos roles.
Se trata de ver cómo le hacemos para delegar la carga, no sólo que los hombres se involucremen más, sino también al Estado y a las empresas”, dijo.
- Enfatizó que, en el caso de indicadores laborales para las mujeres, éstos no han cambiado en los últimos 20 años. pues la tasa de participación, la brecha salarial y la tasa de informalidad están casi en los mismos niveles hoy respecto de las cifras de 2005.
- Esto en parte obedece a la desigual distribución de los cuidados y por eso casi todo funcione igual. Destaca, por ejemplo, que las leyes laborales no han evolucionado en los últimos 50 años”, señaló la especialista del Imco.
- Sobre esto último, comentó sobre los permisos de paternidad, que en 2012 se incluyeron en la ley para reconocer que las mujeres trabajan, pero apenas les dan cinco días a los padres, en contraste con las madres a quienes les dan 30 días, reforzando el estereotipo de cuidados para ellas.
La directora de Sociedad Incluyente también se refirió a que se requiere una mayor flexibilidad laboral para las madres, pues los empleos siguen demandando demasiada presencialidad, en el cual se premia estar “disponible 24/7” y estar en una oficina.
Si una madre no tiene una red familiar que le permita el cuidado de sus hijos, ese rol recaerá sobre ella”, expresó.
Para ello, dijo que se requieren programas como las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo, desaparecidas en este gobierno, y que tenían la ventaja que se dirigían hacia la población de mujeres más vulnerable y desprotegida, que son las que trabajan en la informalidad.
7 de cada 10 mujeres en México viven en pobreza
73% de las mujeres en México vivió en algún grado de pobreza o enfrenta carencias socioeconómicas en 2022. Este nivel representó un ligero avance respecto del 2020 —el año de la pandemia— cuando la cifra fue de 76%. Pese a este avance, los retos en materia de desarrollo social todavía son grandes. Especialmente para las mujeres.
- En su nueva Medición de Pobreza, el organismo público Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) encontró que 3.5 millones de mujeres salieron de la pobreza moderada y cerca de 700,000 mujeres más salieron de la pobreza extrema entre 2020 y 2022. Adicionalmente un millón de mujeres dejaron de presentar carencia por ingresos.
- Estos avances se ven nublados por el aumento significativo de mujeres que presentan carencias sociales: 4 millones se sumaron a la población que tiene dificultades para acceder a derechos como la alimentación de calidad, vivienda, agua potable y electricidad en el hogar, servicios de salud, educación y seguridad social.
A Esperanza Campos le agobian las dificultades que enfrenta para tener espacios de vivienda dignos y acceso a servicios públicos. También la inseguridad en Tlapechico. “A veces mejor ni tener, porque así no te quitan”.
Salud y seguridad, las principales carencias
49% de las niñas, adolescentes y mujeres en México no tiene acceso a la seguridad social y el 37% no tiene acceso a instituciones de salud públicas. Estas dos son las principales carencias identificadas a escala nacional.
- Una de las cifras que más resaltan en la medición del Coneval es el incremento sustancial de las mujeres que no tienen acceso a la salud, que se triplicó en el periodo de 2016 a 2022.
- Otra de las carencias que registró un aumento importante fue la de rezago educativo, que refleja que más mujeres están desfasadas en la educación básica obligatoria o no están cursándola definitivamente.
Si se consideran las características regionales se observa que, en las grandes ciudades donde están centralizados los servicios de salud y las fuentes de empleo, las mujeres presentan otras carencias, mayoritariamente relacionadas con la vivienda y los servicios públicos. Mientras que en zonas rurales la educación y la salud todavía son inasequibles e inaccesibles.
Mujeres indígenas, las más vulnerables
El informe de Medición de Pobreza 2022 refleja que, entre las mujeres, las hablantes de lenguas indígenas son significativamente más vulnerables a la pobreza e indigencia que el resto: 9 de cada 10 viven en pobreza moderada, extrema o carencias socioeconómicas.
La población que se identifica como indígena en México enfrenta niveles altos de marginación social: tienen un promedio menor de años de escolaridad, enfrentan mayores niveles de informalidad laboral, denuncian actos de discriminación con más frecuencia y casi ninguno de los integrantes de esta comunidad tiene afiliación a la seguridad social.
Las carencias sociales entre las mujeres indígenas superan, en algunos casos, el doble de las cifras de la población femenina en general:
- 8 de cada 10 mujeres indígenas tienen carencia por acceso a seguridad social.
- 6 de cada 10 mujeres indígenas tienen carencia por acceso a servicios básicos en la vivienda.
- 5 de cada 10 mujeres indígenas tienen carencia por acceso a servicios de salud.
- 4 de cada 10 mujeres indígenas tienen carencia por rezago educativo.
- 3 de cada 10 mujeres indígenas tienen carencia por acceso a alimentación nutritiva y de calidad.
- 3 de cada 10 mujeres indígenas tienen carencia por calidad y espacios en la vivienda
¿Entonces hay más o menos pobres?
La recuperación pospandemia es notable: los empleos se recuperaron, el poder adquisitivo del salario ha mejorado, los ingresos incrementaron y la desigualdad ha cedido ligeramente, pero los beneficios de la reactivación no se han repartido de manera igual entre mujeres y hombres.
La disparidad que enfrentan las mujeres —especialmente las pobres, rurales, indígenas o con discapacidad— en muchos ámbitos de la vida económica y social se combinan para ponerlas en lugares más vulnerables y propensos a la pobreza, en comparación con sus pares hombres.
Al corte del 2022, podemos decir que sí, que hay más mujeres que pueden pagar la canasta básica. Pero el porcentaje que no puede pagar ni sus alimentos no logra ceder, mientras que también se ensancha el porcentaje de mujeres que no tienen acceso a educación y salud.
Resalta la importancia que han tenido las transferencias monetarias (apoyos de Gobierno y remesas) en los ingresos de las mujeres, como grupo poblacional. Hace falta poner foco interseccional en las mujeres que más expuestas están a la pobreza./Agencias-PUNTOporPUNTO
Documento Íntegro en el Enlace:
https://imco.org.mx/estados-conlupadegenero-2024/