Entre 1998 y 2020, los fenómenos climáticos y geofísicos causaron 312.000 muertes y afectaron directamente a más de 277 millones de personas en América Latina y el Caribe, según el informe sobre el estado del clima de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Los impactos del calentamiento global no se vislumbran solo en el futuro, sino también en el presente, y además se ven multiplicados por las características de la región.
- En palabras del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), esta situación se ve amplificada por la desigualdad, la pobreza, el crecimiento poblacional, la ocupación de lugares de alto riesgo y la elevada densidad, así como también, en algunos casos, la falta de una planificación sostenible de la explotación de los recursos naturales.
El cambio climático tiene una influencia clara en la movilidad humana en la región, en particular dentro de las fronteras de los países. Solo en 2021, el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno registró más de 1,6 millones de nuevos desplazamientos por desastres en las Américas, una cifra que ascendió a 4,5 millones en 2020. Para el año 2050, el Banco Mundial cifra en 17 millones el número potencial de migrantes climáticos en América Latina si se cumplen los escenarios más pesimistas.
Para el 2050, el Banco Mundial cifra en 17 millones el número potencial de migrantes climáticos en América Latina, según los escenarios más pesimistas
- La Semana del Clima de América Latina y el Caribe, organizada por ONU Cambio Climático en Santo Domingo (República Dominicana) del 18 al 22 de julio de 2022, representa una ocasión ideal para evaluar el progreso realizado en la región en términos de mitigación y adaptación al calentamiento global.
Aunque las propuestas existen, los resultados concretos son limitados, siendo necesarios más esfuerzos para asegurar una transición exitosa hacia economías más verdes, resilientes y sostenibles, que protejan a las poblaciones más vulnerables.
Más que un evento sobre cambio climático
La Semana del Clima, además de un evento sobre cambio climático, debe ser un encuentro sobre las sociedades de la región, sobre cómo enfrentan situaciones cada vez más complejas y sobre cómo la comunidad internacional debe apoyar en esta tarea.
- Entre la tecnicidad de los debates se destaca la necesidad de poner de relieve el rostro humano del fenómeno: el de las personas y comunidades que sufren los embates de amenazas cada vez más severas que afectan a los medios y las condiciones de vida a lo largo y ancho de la región.
- Muchas de estas personas recurren a la migración como mecanismo de respuesta ante los desastres, la degradación ambiental, la pérdida de medios de vida y los impactos adversos del cambio climático.
Los desplazamientos masivos registrados en Perú en 2017 provocados por El Niño, la movilidad de comunidades amazónicas que enfrentan incendios cada vez más devastadores, la persistente sequía en la zona central de Chile, las inundaciones que afectaron el noreste brasileño a finales de 2021 o la necesidad de reubicar poblaciones costeras afectadas por la subida del nivel del mar son algunos de los ejemplos que reflejan sociedades en movimiento en contextos de amenazas ambientales.
- La migración no es solo un resultado de la falta de adaptación a estas situaciones. También contribuye al desarrollo y la resiliencia de las comunidades de origen y de destino. Los esfuerzos para prevenir la migración forzada deben complementarse con el desarrollo de vías de migración segura y regular para personas afectadas por desastres súbitos y graduales, como lo recomienda el Pacto para una Migración Segura, Ordenada y Regular, principal acuerdo global en materia migratoria.
América del Sur representa un espacio de innovación en la búsqueda de soluciones a estas cuestiones tan complejas. Los países de la región han avanzado en estrategias novedosas para abordar los impactos del cambio climático en la movilidad humana.
- Desde el desarrollo de planes de acción y alineamientos nacionales sobre migración climática, hasta la reubicación de poblaciones en zonas de riesgo, pasando por la creación de visas humanitarias para las víctimas de los desastres.
- No podemos, sin embargo, cesar en la ambición de fortalecer el trabajo junto a las comunidades y las personas en movimiento más vulnerables para avanzar en acciones que aseguren su protección bajo la óptica de los Derechos Humanos, los alineamientos del Pacto Mundial para la Migración y en apoyo a la concreción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Para esta labor, la coordinación entre los diferentes actores, el intercambio de experiencias y el apoyo de la comunidad internacional es fundamental. Desde la Organización Internacional de las Migraciones hemos señalado que las negociaciones climáticas son un espacio fundamental de discusión para integrar la cuestión migratoria, bajo la premisa de que no es posible emprender una acción climática sin abordar las consecuencias del calentamiento global en la movilidad humana.
No es posible emprender una acción climática sin abordar las consecuencias del calentamiento global en la movilidad humana
- Tanto en la Semana del Clima, como en las preparaciones hacia la edición 27 de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP27) que se reunirá en Egipto en noviembre de 2022, resulta crucial integrar las perspectivas de las poblaciones migrantes, sus necesidades y sus capacidades.
Las migraciones climáticas en América del Sur son tan variadas como las circunstancias en las que se producen: no migran de la misma manera poblaciones del Caribe, de los Andes, de la Amazonía o del Chaco. Todos estos movimientos nos recuerdan que se requiere actuar con urgencia en la mejora de las políticas y con una mayor ambición y contundencia para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.
Desastres naturales en México dejaron más de 10 mil muertos
Debido a desastres naturales ocurridos en México durante dos décadas han fallecido 10 mil 626 personas, mientras que las pérdidas económicas han sumado 576 mil 311 millones de pesos, y 59 millones de personas han resultado afectadas, de acuerdo con datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
- Y el panorama no es alentador ante el cambio climático: cinco entidades (CDMX, Estado de México, Michoacán, Morelos y Oaxaca) se encuentran en una vulnerabilidad “muy alta” ante inundaciones y 6 más podrían ser afectadas en los próximos años con un incremento potencial (Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Zacatecas).
Otros 11 estados más tienen una vulnerabilidad “muy alta” por deslaves: Chihuahua, Colima, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Sonora. En tanto, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán registran una “muy alta” vulnerabilidad por dengue.
Se trata de cálculos realizados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) contenidos en el estudio “La agenda internacional y las acciones de México ante el cambio climático”, con base a datos del Instituto Nacional de Ecología y de Cambio Climático (INECC).
- De 2000 a 2020, entre las pérdidas materiales también se registran 2 millones 103 mil viviendas dañadas, 41 mil 405 escuelas y mil 874 unidades de salud. De ese periodo de tiempo, 2010 ha sido el más catastrófico con pérdidas de 92 millones de pesos, 227 mil viviendas dañadas, 4 mil 401 escuelas y 405 unidades de salud, además de afectar a 2 millones de personas.
- En 2010 ocurrió varios desastres que afectaron una parte importante del país: un sismo que sacudió el municipio de Mexicali , en Baja California; el huracán Álex impactó Tamaulipas , Nuevo León y Coahuila. El huracán Frank afectó a Veracruz, Tabasco, Chiapas, Guerrero y Oaxaca. Lluvias intensas en Oaxaca y Chiapas ocasionaron dos deslaves.
Mientras que 2017 fue el año más mortífero, con 877 personas fallecidas por desastres naturales. En ese año se registraron sismos en Chiapas, Oaxaca y la Ciudad de México que ocasionaron derrumbes de edificios, casas y escuelas.
- De 2001 a 2020, los fenómenos hidrometeorológicos generaron las mayores pérdidas y daños en términos económicos y los segundos con más decesos. Este tipo de eventos significó, en promedio, 85.9% de los costos totales acumulados y 29.6% de los decesos.
Esto, destaca el estudio, “es particularmente importante para México porque las consecuencias económicas y sociales del cambio climático en el país se presentan cada año. Además, los eventos hidrometeorológicos serán cada vez más intensos y frecuentes, lo que repercutirá en un incremento en los costos y pérdida de vidas. Dicha situación representa un reto para el sector público, ya que tendría que destinar mayores recursos para la reconstrucción de la infraestructura dañada y la atención de emergencias”.
En 2020, el año más reciente con registros, los fenómenos hidrometeorológicos (83.4% del total), relacionados con huracanes, tormentas tropicales, lluvias, inundaciones y sequías, dejaron un costo económico de 26 mil 585 millones de pesos, con 839 mil 739 personas afectadas y 116 defunciones; así como daños en 253 mil 341 viviendas, 537 escuelas y 11 hospitales.
- En cuanto al presupuesto destinado a través de “fondos de prevención de desastres y para atender a la población rural afectada por contingencias climatológicas”, ha ido a la baja a partir de 2019. En 2018 hubo 28 mil 816 millones de pesos para ello, pero el año siguiente bajó a 5 mil 536 millones de pesos. En 2020, pasó a 4 mil mdp y en 2021 aumentó a 8 mil 927 millones de pesos.
Además, de acuerdo con la Ley General de Protección Civil, los atlas de las entidades y municipios deberán definir los diferentes niveles de peligro y riesgo para todos los fenómenos que incluyan en sus respectivas zonas. Sin embargo, a septiembre de 2021, solo 20% de los municipios tenían atlas de riesgo.
Peligran 2 mil municipios en México
Aunque los atlas de riesgos son instrumentos que permiten identificar zonas y regiones que se encuentran en peligro potencial y vulnerabilidad ante desastres naturales, sólo 493 de los dos mil 469 municipios de México cuentan con este instrumento, es decir, 20 por ciento.
“Su ausencia dificulta que las autoridades puedan implementar medidas preventivas ante los desastres y las limita a ejecutar acciones correctivas, una vez que ya sucedieron los eventos, con un mayor número de pérdidas sociales y económicas”, revela un estudio elaborado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y publicado en febrero de este año.
- El documento añade que no contar con los atlas también “podría significar autorizar la edificación de asentamientos en lugares no propicios y expondría a la población y al patrimonio, público y privado, a potenciales situaciones de riesgo”.
- Sin embargo, al cierre del año 2020 ocho de cada 10 municipios en el país seguían sin contar con un atlas de riesgos.
- De los 493 que sí tenían, 456 lo presentaron a partir del año 2011.
- Todos los municipios del Estado de México cuentan con un instrumento de este tipo. Le siguen la Ciudad de México (con 81.3 por ciento de sus alcaldías con atlas de riesgos) y Baja California Sur y Colima, ambos con coberturas de 80 por ciento.
En el otro extremo, menos de cuatro por ciento de los municipios de San Luis Potosí y Guerrero contaban con este instrumento. En Guanajuato y Oaxaca la cobertura era de 6.5 por ciento; en Zacatecas, de 6.9 por ciento, y en Jalisco, de 8.8 por ciento.
Los atlas de riesgos constan de bases de datos, sistemas de información geográfica y herramientas para el análisis y la simulación de escenarios, así como la estimación de pérdidas por desastres. Los instrumentos deben mantenerse por ley constantemente actualizados debido a la naturaleza dinámica del riesgo.
- De acuerdo con el artículo 86 de la Ley General de Protección Civil, “en el Atlas Nacional de Riesgos y en los respectivos Atlas de las entidades federativas y Municipales de Riesgos, deberán establecerse los diferentes niveles de peligro y riesgo, para todos los fenómenos que influyan en las distintas zonas”.
Dichos instrumentos, agrega la legislación, “deberán ser tomados en consideración por las autoridades competentes, para la autorización o no de cualquier tipo de construcciones, obras de infraestructura o asentamientos humanos”.
Sequía en México
En territorio mexicano las altas temperaturas están acompañadas de otro fenómeno natural. En el país 11 entidades se encuentran en estado de emergencia a causa de la sequía, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Actualmente afecta al 70% de los municipios de México.
- Baja California, donde más ciudadanos han muerto a causa del calor este año, ha llamado la atención nacional recientemente debido a que la Conagua informó que el 99.7% de su superficie está en sequía, lo cual indica que va por el camino de Nuevo León.
Cabe recordar que la sequía en Nuevo León ha desencadenado una crisis hídrica, con consecuencias principalmente para la población de Monterrey y la zona metropolitana del estado. La presa de Cierro Prieto, una de las principales que abastecía del líquido necesario a los neoleoneses, llegó a su nivel más bajo este julio./Agencias-PUNTOporPUNTO
Documento íntegro:
1295_wmo_state_of_the_climate_in_lac_2021_en