FALACIA REVOCATORIA: López Obrador busca perpetuar su MANDATO con el aval de sus SEGUIDORES

La iniciativa cuenta con un importante rechazo de quienes consideran que esta consulta no es necesaria y que solo persigue reafirmar la imagen del mandatario, quien continúa gozando de alta aceptación popular según encuestas.

México celebra este domingo una consulta popular sobre la revocación del mandato del presidente que persigue justo lo contrario de lo que sugiere el nombre: una confirmación de Andrés Manuel López Obrador.

La votación, sin precedentes en el país, es formalmente un referéndum que plantea la disyuntiva entre retirarle la confianza al jefe de Estado o ratificársela hasta agotar su período en 2024.

  • Las circunstancias políticas, sin embargo, han hecho de la cita una operación electoral con la que el mandatario busca reivindicar su proyecto ante sus seguidores. La consulta fue una promesa de López Obrador, que se convirtió en su principal promotor, y figura en el programa de su partido, Morena, pero casi no contará con el voto de sus adversarios, puesto que la oposición optó por boicotearla llamando a no participar.

El clima de la jornada coincide con el espíritu del lema que, en las últimas semanas, se ha escuchado y leído en cada acto de campaña: “No estás solo”. Esto es, una movilización de las bases, de los votantes más fieles que, en cualquier caso, son millones de mexicanos. Para entender lo que está en juego hay que remontarse al comienzo de esta Administración.

  • En 2019 López Obrador impulsó una revisión de la Constitución que permite la convocatoria del domingo. Lo hizo, señala Humberto Beck, profesor del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México, legitimado por el resultado de las elecciones de 2018. “Que haya habido una reforma constitucional que mandata esta votación es una traducción de su triunfo. Él compitió hablando precisamente de renovación de la democracia”, razona. “Otra cuestión es cómo se ha puesto en práctica y cómo se ha convertido en una campaña partidista con tintes de culto a la personalidad”.

El presidente conserva una popularidad muy elevada que ronda el 60%. Este domingo su triunfo será rotundo, según todas las encuestas. No obstante, es probable también que la participación se quede lejos del quórum, fijado en el 40%. Solo al superar ese umbral el resultado sería vinculante.

El único precedente reciente es el del pasado agosto, cuando el primer referéndum convocado al amparo de la ley -una votación que abría la puerta a juzgar a los antiguos responsables políticos del país- convocó a menos del 8% de los ciudadanos.

Incluso las previsiones más optimistas del oficialismo arrojan un interés escaso de la sociedad, pero eso no es lo más relevante de la votación, sino todo lo que la rodea. El país no pasa por un momento político decisivo.

A pesar de los problemas cotidianos, empezando por una grave crisis de seguridad, no hay escándalos mayúsculos sobre la mesa que justifiquen una movilización masiva. Y, además, comienzan las vacaciones de Semana Santa. La polarización es cada vez mayor, aunque el que más la ha explotado es precisamente López Obrador. También durante esta carrera electoral.

  • El movimiento del mandatario, la llamada Cuarta Transformación, ha profundizado su choque con el Instituto Nacional Electoral (INE) —el árbitro— a cuenta del reglamento y de la organización del proceso.
  • “Es un ejercicio que se produce en un mal ambiente por las restricciones del INE, que es cierto que están en la legislación pero limitan mucho la participación de los servidores públicos”, afirma Antonio Attolini, miembro de la plataforma que promueve la consulta y exfuncionario del Gobierno.
  • El presidente y altos cargos de su gabinete acumulan, de hecho, varias sanciones por extralimitarse porque desde hace dos meses tienen prohibido pronunciarse sobre la votación, lo que es una auténtica hazaña en un país donde el jefe del Ejecutivo da una conferencia de prensa de dos horas cada mañana.

Desde la autoridad electoral lamentan esta tensión. “Esta campaña ha dejado mucho que desear, varios servidores públicos de alto nivel se han enfrentado directamente contra personal que integra el INE”, indica Clauda Zavala, consejera del organismo.

Más de un dirigente de Morena ha amagado abiertamente con la desaparición del Instituto Electoral, al que consideran un instrumento de la oposición, y hace meses el Congreso recortó su presupuesto. Esa decisión hizo peligrar la consulta, aunque la justicia le instó a organizarla aun con menos recursos.

Así que finalmente habrá un tercio de las urnas previstas en unas elecciones federales. “Ha habido bastantes dificultades por el recorte del presupuesto; a pesar de todas estas dificultades, el INE generó un esquema que nos permite cumplir con la ciudadanía. Estamos listos para que los ciudadanos decidan y participen en este primer ejercicio de democracia directa”, asegura Zavala.

  • Los partidos tradicionales de la oposición —la alianza de PRI, PAN y PRD, que sufren una importante desarticulación desde el descalabro electoral de 2018— defienden su decisión de no participar en la jornada por considerarla una trampa. “Lo que está pasando es una farsa. La figura del revocatorio se supone que es para empoderar al ciudadano ante una perdida de confianza de un mandatario. Por eso se supone que tiene que pedirlo la ciudadanía y no los partidos políticos. Pero es una tergiversación. Todo esto busca alimentar el ego presidencial”, carga Marko Cortés, líder del PAN. Attolini mantiene, en cambio, que los opositores prefieren no participar para no tener que enfrentar otra derrota.

Este proceso ha servido, en cualquier caso, también para que el núcleo duro de López Obrador vaya tomando posiciones en la carrera de la sucesión.

De los tres principales aspirantes a relevarle, solo una, la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se volcó sin matices con el referéndum. Tanto el canciller Marcelo Ebrard como el veterano senador Ricardo Monreal, otros nombres de primera línea, mantuvieron en cambio un perfil bajo durante las últimas semanas.

La consulta marca de alguna manera un antes y un después. Dentro de dos meses se celebran comicios para elegir a los gobernadores de seis Estados y a partir de ahí todos los focos se concentrarán en las presidenciales de 2024.

“El plan original era que la consulta fuera concurrente con las elecciones de medio término de junio de 2021 y ahí tenía un sentido político muy claro. En el momento que se desfasa pierde ese atributo y tiene otros. Le permite al presidente seguir siendo reflector de la política nacional”, apunta Edna Jaime, directora del observatorio México Evalúa. En definitiva, y a pesar de las duras críticas que ha recibido, una manera de cosechar la enésima victoria política ante sus seguidores al margen del resultado.

AMLO impulsa un referendo que puede costarle la presidencia de México

La iniciativa cuenta con un importante rechazo de quienes consideran que esta consulta no es necesaria y que solo persigue reafirmar la imagen del mandatario, quien continúa gozando de alta aceptación popular según encuestas.

  • Celebrada anteriormente en países como Venezuela o Bolivia, los mexicanos deben escoger en esta consulta entre dos opciones que definirán el futuro de AMLO: «que se le revoque el mandato por pérdida de confianza» o «que siga en la Presidencia de la República» hasta su final de mandato en 2024.

Pero ante la baja posibilidad de que gane la opción de que se vaya, la verdadera batalla se centró estas semanas entre quienes promueven el voto por mantener al presidente y entre quienes llaman a la abstención. De hecho, la campaña por votar a favor de revocarlo ha sido prácticamente inexistente.

Cuál será la participación, por lo tanto, es hoy por hoy la mayor de las claves. Para que el resultado sea vinculante, es necesario que lo haga al menos el 40% del electorado. En la consulta que planteó el año pasado la posibilidad de investigar a expresidentes, la primera realizada al amparo de la legislación, votó menos del 8%.

  • Sin embargo, AMLO se comprometió a acatar el resultado de esta próxima consulta sin importar la cifra de asistencia a las urnas. «Aquí, bajo palabra de honor, por mis convicciones, por mis principios, por mis ideales, si la gente vota por que renuncie, me voy, no espero, no le hace que no sea el 40% del padrón que participe», aseguró hace unas semanas.
  • Tras depositar su papeleta este domingo -en la que, tal y como adelantó, escribió «¡Viva Zapata!» para que sea considerado nulo y no decantarse por ninguna de las dos opciones-, el presidente volvió a hacer un llamado a la población para votar.

«Hay que participar, la democracia tiene que convertirse en México en un hábito, eso nos va a ayudar a que nadie en ningún nivel de la escala se sienta absoluto. Que nadie olvide que el pueblo es el que manda, que el pueblo pone y el pueblo quita, porque el pueblo es el soberano», dijo.

Estas son algunas de las preguntas (y respuestas) más frecuentes sobre la primera consulta de revocación de mandato presidencial en México.

¿Por qué AMLO apoya una consulta que puede costarle la presidencia?

«Primero, porque él sabe que no le va a costar la presidencia. Y segundo, porque el populismo requiere de pleito y polarización», responde Luis Carlos Ugalde, expresidente del Instituto Federal Electoral mexicano.

  • «Y aunque contaba con que habría muchos partidos promoviendo la opción de que se fuera y eso le iba a dar gasolina para hacer un pleito nacional, casi nadie ha promovido ese voto», dice en conversación con BBC Mundo.

Esta asociación fue la que consiguió la mayoría de firmas presentadas ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para solicitar la consulta. Ha sido señalada por tener vínculos en el pasado con Morena, el partido de AMLO, ya que la ley prohíbe que las formaciones políticas sean promotores de la revocación.

«Tengo algunos exdiputados en mi equipo pero hoy no lo son, son ciudadanos. Lo que es importante es que hoy nadie tenga un cargo público para que no tengamos uso de recursos públicos», responde tajante su presidenta en entrevista con BBC Mundo.

¿Por qué es poco probable que AMLO pierda?

La gran aceptación popular de AMLO hace prácticamente imposible un resultado desfavorable para él.

Según un sondeo de Consulta Mitofsky publicado en la primera semana de abril, su aprobación es del 60,4%. Una encuesta publicada por el diario El Financiero el 4 de abril la ubicaba en un 57%.

«Es por eso que esta consulta es innecesaria en este momento, porque tenemos un presidente popular y un país estable. No veo para qué usar un instrumento hecho para situaciones de crisis y para ser usado por quienes han perdido la confianza en el presidente y quieren removerlo», reflexiona Ugalde.

  • El actual director de la empresa de inteligencia legislativa y política Integralia Consultores asegura que «esto no es para medir si va bien o va mal. La consulta es para quitar a alguien porque pone en riesgo al país».
  • Paradójicamente, la principal asociación promotora de esta consulta de revocación no persigue que AMLO abandone su puesto, sino que lideró la campaña a favor de que permanezca en su puesto.

«El objetivo no es demostrar la popularidad del presidente, para eso están las encuestas. Lo que queremos es sentar precedente para ejercer este derecho como ciudadanos, que López Obrador sea el primer presidente en someterse al ejercicio para que también pueda aplicarse en el futuro a gobernadores y presidentes municipales», responde Jiménez Godoy.

¿Y por qué la oposición promueve no participar?

Ante este panorama, la opción que popularmente más se ha promovido frente a la continuidad de AMLO no es la de votar por su revocación, sino la de no participar en la consulta.

Ugalde asegura que no votará porque no se trata más que de «un mitin político, un ejercicio de propaganda para ratificar al presidente y medir qué tan querido sigue siendo» y porque ninguna de las opciones de la papeleta electoral le representa.

«Yo soy crítico del gobierno como muchos otros, pero eso no significa que quiera que deje su puesto ahora. Pero si voto para que se quede, el presidente dirá que estoy a favor de su gobierno. No me veo representado en las opciones y por eso creo que la abstención es la mejor forma de participar», explica.

  • Ante las críticas de que la consulta no sea más que una propaganda del gobierno disfrazada de ejercicio de democracia y de que hay asuntos más importantes en México que atender, Jiménez Godoy responde que todo es «una estrategia de la derecha para deslegitimar un trabajo de la ciudadanía».

«Este ha sido un trabajo que hemos hecho millones de personas para promover la democracia. Creemos que México debe avanzar a una democracia más directa y participativa y que las consultas ciudadanas sean más comunes en nuestro país», afirma./Agencias-PUNTOporPUNTO

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