Asistimos al renacimiento del caudillismo bajo una faceta muy distinta a la del siglo XIX. Aquellos personajes novelescos, terribles y atractivos, eran poderosos sobre todo por su carisma personal y su uso de la fuerza.
- Los caudillos modernos son caudillos populistas (…) Buscan instaurar un nuevo orden de justicia, refundar el Estado, abrir una nueva era histórica ligada a su nombre, pero lo hacen con daño severo, a veces definitivo, a las costumbres, instituciones, leyes y libertades propias de la democracia, a la que deben su ascenso (…)
- Asistimos ahora a un nuevo ciclo, tal vez decisivo, del caudillismo populista. El carisma personal de López Obrador alcanza tonos mesiánicos, no solo en la gente que se le acerca como a un rey taumaturgo que cura y salva, sino en él mismo, que ha dicho: “El corazón de Jesús está conmigo” (…)
En consecuencia, comenzará por dominar al Congreso para de allí modificar la Constitución, alterar a su favor la naturaleza del Poder Judicial, limitar o anular la autonomía de instituciones clave (…) y acotar la libertad de expresión. No está claro si las instituciones y las voces de la libertad resistirán el embate (…) / CON INFORMACIÓN DE THE NEW YORK TIMES
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https://www.nytimes.com/es/2018/05/27/opinion-krauze-caudillo-america-latina/