Los más de 8 mil 700 asesinatos que se han perpetrado en los primeros tres meses del 2019 se transformaron en la indignación de millones.
A lo largo de los últimos 12 años y de la mano de las dos administraciones pasadas, de manera muy marcada aumentó la inseguridad, el crimen y la violencia en todas sus expresiones, hasta el punto en que esta situación se normalizó y la ciudadanía se acostumbró a vivir así.
Sin embargo, la masacre del viernes pasado en Minatitlán, Veracruz, donde 13 personas, incluidas un menor de un año y medio de edad fueron asesinadas, despertó una vez más una exigencia que ninguno de los últimos tres presidentes en el poder ha podido cumplir: pacificar la nación del águila y la serpiente.
- Enero, febrero y marzo de este año ya fueron catalogados como los más violentos desde que se tiene registro en México. Cifras que año tras año crecen y que parecen no tener límites, pues a cinco meses de haberse instaurado la nueva administración, aún no se ve ningún avance positivo en materia de seguridad.
- De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el trimestre que acaba de concluir registró un aumento del 8.9 por ciento en cuanto al número de homicidios dolosos cometidos durante el mismo periodo en 2018, un aumento que coincide con la progresión que ha habido en los últimos años
- Ante esta realidad, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que el problema de la inseguridad no se puede resolver de un día para otro y que el aumento en la cantidad de asesinatos en buena medida se debe al “cochinero” que dejaron los gobiernos pasados.
- “Todo esto es fruto podrido, se heredó de la aplicación de una política económica antipopular y entreguista. Lo único que les importaba era saquear […] Todavía tenemos que enfrentar esa herencia, ese cochinero, pero vamos a limpiar el país. Va a haber justicia, me canso ganso”, dijo durante el discurso que dio en Veracruz para conmemorar el 105 Aniversario de la Defensa Patriótica del Puerto del estado sureño.
- Esto ha levantado un debate entre quienes aseguran que los malos resultados de la administración del tabasqueño en materia de seguridad no se le pueden achacar a él porque aún son parte de la inercia de los malos gobiernos anteriores y quienes argumentan que desde el minuto uno en que tomó posesión del cargo, las víctimas de la inseguridad se volvieron su responsabilidad.
- “Desde el día en que él toma protesta se convierte en el encargado de llevar las riendas de esta administración y del país.
- “Lo que vive México en materia de inseguridad y violencia es muy grave y evidentemente es algo que no se puede solucionar en los primeros 100 días. Pero desafortunadamente él gano las elecciones y él se tiene que hacer responsable de algo que tiene que resolverse.
- “Y aunque es un fenómeno que se desató en el sexenio de Felipe Calderón, López Obrador, más qué estar lanzando culpas hacia atrás, debería aprovechar esta oportunidad para resolver y darle una respuesta concreta y real a todos los electores que votaron por él.
- “Por supuesto que los gobiernos anteriores comparten una responsabilidad por la violencia que se vive actualmente en el país, pero de qué sirve estar culpando a los expresidentes, Andrés Manuel López Obrador no puede seguir ‘tapando el sol con un dedo’”
La responsabilidad de los estados
La ineficacia en el combate a la violencia no es exclusiva del Gobierno federal en turno o de los pasados, pues muchos de los exgobernadores, así como los que actualmente se encuentran en el cargo también han jugado un papel importante en el incremento de la violencia de sus respectivas entidades.
- Uno de los ejemplos más claros es el caso de Guanajuato, un estado que ha sido gobernado durante décadas por el Partido Acción Nacional y que hoy atraviesa por una de las peores crisis de inseguridad de su historia.
- Las cifras más recientes del SESNSP, revelan que durante marzo de 2019 hubo 6.5 por ciento más homicidios y 8.7 por ciento más homicidios y lesiones dolosas respectivamente al compararlo con el mismo periodo del año pasado.
- Veracruz también atraviesa por una situación similar, pues después de haber sido gobernada exclusivamente por priistas durante más de 50 años, ni Miguel Ángel Yunes Linares, militante del blanquiazul y quien estuvo en el cargo tan solo por dos años, ni el actual gobernador, perteneciente a Morena, Cuitláhuac García, han logrado devolverle a la ciudadanía la tranquilidad que Duarte les robó.
- A las malas administraciones también se suma la falta de estrategias y capacitación de las fuerzas de seguridad locales, es decir, policías estatales y municipales, los cuales, desde el sexenio pasado, y no sólo en éstas entidades, han sido rebasadas por las acciones del crimen organizado.
Estrategia en duda
- En su intento por cumplir con una de las exigencias más sentidas de la población hoy en día, la actual administración decidió, por órdenes del presidente, crear la Guardia Nacional, un nuevo tipo de cuerpo armado con el que aseguran lograrán disminuir la violencia en todo el país.
- Otra de las apuestas para atender esta problemática por parte del primer mandatario está fundamentada en la entrega de apoyos sociales a las personas más vulnerables, pues de acuerdo con el tres veces candidato a la presidencia, con la ayuda se evita que se involucren con el crimen organizado.
- Sin embargo, ambas estrategias han sido fuertemente criticadas por diversos colectivos y asociaciones de la sociedad.
- Una de ellas es Semáforo Delictivo, la cual encabeza Santiago Roel, quien durante la conferencia “Presentación de Resultados al primer trimestre de 2019” que se llevó acabo el día de ayer, aseguró que ninguno de los dos planes traerá los beneficios que esta administración espera en materia de seguridad.
- Sobre la Guardia Nacional, dijo que es probable que sí ayude a bajar la incidencia de algunos delitos, especialmente los del fuero federal, sin embargo, difícilmente hará una diferencia en las cifras de los delitos del fuero común, que son los que más resiente la ciudadanía
- En relación a la entrega de apoyos sociales, explicó que no funcionarán para disminuir la grave problemática porque la pobreza y la violencia no están correlacionadas.
- “La pobreza y la violencia no están directamente correlacionados, pues hay entidades pobres con niveles bajos de incidencia delictiva”./REPORTE INDIGO-PUNTOporPUNTO