Acaba el primer mes de Gobierno de Claudia Sheinbaum en México, semanas vividas a un ritmo frenético, con un ojo en el Congreso, donde aún colea la reforma al Poder Judicial, y el otro en las calles, siempre manchadas de sangre. Desde el 2 de octubre, el país cuenta centenares de asesinatos, masacres, desaparecidos… Mientras tanto, la sociedad atestigua los primeros movimientos del nuevo equipo de seguridad, comandado por el secretario del ramo, Omar García Harfuch, actividad que dibuja ciertas diferencias con el gobierno anterior, que dirigía Andrés Manuel López Obrador.
- No es un cambio discursivo, sino de hechos. La presidenta, Harfuch, y los secretarios de Defensa y Marina manejan un vocabulario semejante al de sus antecesores, centrado en la atención a las causas de la violencia. Pero las dinámicas han cambiado, a juzgar por lo visto estas semanas. Donde antes imperaba la lógica del “abrazos, no balazos”, frase que resumía el acercamiento obradorista a la inseguridad, ahora aparecen fogonazos de mano dura, poco habituales hace unos años. Quirúrgicos, si se quiere, pero mano dura al fin y al cabo.
En estas semanas, militares y guardias nacionales han participado en ataques o enfrentamientos que han dejado decenas de muertos, confusiones, algunos, o casos en que presuntos criminales se enfrentaban entre ellos o atacaban a los uniformados, siempre según la autoridad. La respuesta castrense sorprendía. Pocas veces en los años de López Obrador, México ha sido testigo de eventos así, más allá de los registrados en Nuevo Laredo, en el Estado de Tamaulipas, donde la tropa y los mandos adscritos al 16º Regimiento de Caballería Motorizada aprietan el gatillo con mayor ligereza que en otras latitudes.
Todo empezaba en Chiapas, el mismo día de la toma de posesión de Sheinbaum, el 2 de octubre, fecha simbólica por el recuerdo de la masacre de Tlatelolco. En una carretera del estado sureño, militares dispararon contra una camioneta en que viajaban migrantes. Seis murieron y 12 resultaron heridos. Los militares alegaron que habían escuchado disparos antes y que por eso dispararon, casi un calco de las explicaciones que han dado en ocasiones anteriores, en situaciones parecidas.
- Una semana después, el 19 de octubre, en medio de la guerra desatada en Sinaloa entre las facciones del grupo criminal regional, soldados y guardias nacionales tirotearon la camioneta de un muchacho. La parte final del evento quedó grabada en vídeo. Las imágenes mostraban cómo alguno de los uniformados decía, ante el coche baleado y detenido, “¡mátalo!”. Entonces, otro se daba cuenta de que había una cámara de seguridad y decía, “cámara, cámara, aborto”.
- El 26 de octubre, militares mataron a 17 presuntos criminales en Tecpan, en la región de la Costa Grande de Guerrero, después de que ese grupo y otro se enfrentaran en el municipio. Y entre medias, militares y guardias nacionales mataron a una enfermera y una niña en Nuevo Laredo, balas perdidas en eventos diferentes, como tantas otras veces. En ninguno de estos casos hubo muertos militares y ha sido difícil determinar si han quedado heridos civiles, lo que hace sospechar del actuar de los uniformados, en un contexto en que la investigación de las fiscalías resulta habitualmente deficiente.
Coordinación
Se ignoran de momento los detalles de la coordinación entre las diferentes agencias de seguridad. En sus conferencias de prensa, García Harfuch, punta de lanza de los equipos, ha dado crédito a unos y otros, incluso al antaño marginado Centro Nacional de Inteligencia (CNI), cuya elevación se asume importante para la estrategia de seguridad en los próximos años. En manos de un general retirado, Audomaro Martínez, en tiempos de López Obrador, Harfuch ha nombrado a Francisco Almazán Barocio, hombre de su confianza, que comandó la policía de investigación de la Fiscalía de la capital.
- Hay señales, además, de que la coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR), uno de los puntos delicados para el nuevo Gobierno, funciona. Al menos de momento. Su titular, Alejandro Gertz, acompañó a Sheinbaum en una mañanera en la última semana de octubre, su primera aparición ante la prensa en años. Gertz se refirió al presunto secuestro de Ismael El Mayo Zambada, capo del Cartel de Sinaloa, en julio, en Culiacán. De la mano de los datos de Gertz y de la teoría de la Fiscalía, el Gobierno ha podido argumentar que la culpa de la violencia en Sinaloa es la entrega de Zambada a Estados Unidos, previo secuestro conducido por uno de los hijos de su viejo socio, Joaquín El Chapo Guzmán.
Los datos que ha dado Harfuch en sus comparecencias reflejan las preocupaciones de Sheinbaum antes de iniciar su mandato. Un documento que recogía las líneas maestras de su estrategia, filtrado pocos días antes de la toma de posesión, señalaba la necesidad de actuar en 12 focos rojos del país, donde la violencia homicida estaba desatada, concentrando más de la mitad de los asesinatos del país: Tijuana, León, Celaya, Acapulco, Cancún, Ciudad Juárez, Chihuahua, Cajeme, Tlajomulco y Colima, además del área limonera de Michoacán y diferentes puntos de Chiapas.
Vistas las detenciones de estas semanas, parece que los funcionarios se apegan al plan. El último martes de octubre, Harfuch hizo recuento de las actuaciones contra las mafias del país, con detenciones de presuntos extorsionadores en Michoacán, y generadores de violencia en Tijuana, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Quintana Roo y Sonora, entre otros lugares. Destaca además la aprehensión de un ciudadano chino, Zhi Dong N, estos últimos días, un hub logístico él solo: las autoridades le señalan de mover más de 150 millones de dólares anuales, traficando cocaína, fentanilo y metanfetaminas.
Más allá de que la detención de líderes criminales o la desarticulación de cúpulas de organizaciones tenga un efecto a medio o largo plazo en las dinámicas criminales regionales, el gran reto es que sus casos lleguen a juicio. Más aún, que las fiscalías logren condenas. Esta semana, la organización México Evalúa, que califica el desempeño de las agencias de investigación, desde hace años, colocaba de nuevo los niveles de impunidad en el país arriba del 90%. Eso, además, teniendo en cuenta que buena parte de los delitos, explicaba la organización, ni siquiera se denuncian.
Radiografía del primer mes
Un sacerdote asesinado, un alcalde decapitado, coches bomba y una guerra abierta entre cárteles han manchado el primer mes de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum en el cargo.
- Los asesinatos han tenido un efecto de impacto mayor, que recuerda a finales de la década de 2000, cuando el gobierno de Felipe Calderón lanzó una guerra contra los cárteles de la droga. En aquel entonces, las decapitaciones y los ahorcamientos eran imágenes habituales en los periódicos mexicanos.
Sheinbaum heredó la crisis de seguridad de su predecesor y mentor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Pero los recientes crímenes violentos de alto impacto han presionado a la nueva líder para que entregue resultados en el frente de seguridad, y rápido. Apenas un mes después de asumir el cargo, los expertos se preguntan si su plan es suficiente para frenar la violencia incesante.
Sinaloa, Chiapas y Michoacán principales generadores de violencia en México
Octubre fue un mes sombrío. En el norte de México, una batalla entre facciones enfrentadas del cártel de Sinaloa ha mantenido a los civiles encerrados en sus casas durante semanas, mientras se escuchan ensordecedoras ráfagas de armas de alto calibre todo el día y toda la noche. En el sur de Guerrero, un alcalde que se había negado a negociar con las bandas locales fue asesinado apenas una semana después de asumir el cargo el 6 de octubre; su cabeza quedó sobre una camioneta blanca.
- En el sureste de Chiapas, Marcelo Pérez, un sacerdote de alto perfil que durante décadas denunció a los grupos criminales de la zona, fue asesinado a tiros un domingo por la mañana cuando subía a su auto después de dar una misa el 20 de octubre. En Michoacán, los cultivadores de limón, cansados de pagar extorsiones, iniciaron una huelga de cinco días después de que un conocido productor fuera asesinado en septiembre.
“Ella heredó tanto una crisis como los compromisos que AMLO asumió con una variedad de partes interesadas, como la Guardia Nacional”, dijo Gladys McCormick , profesora de la Universidad de Syracuse que se especializa en las relaciones entre México y Estados Unidos, refiriéndose al expresidente por sus iniciales.
“A primera vista, algunos aspectos de la estrategia de Sheinbaum, incluidas algunas de las personas que ha nombrado para puestos clave, son sólidos”, afirmó. Pero el empeoramiento de la violencia la está poniendo a prueba, añadió McCormick.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ofreció un informe sobre los avances en materia de seguridad pública hasta el momento bajo el mando de Sheinbaum durante su conferencia de prensa diaria. Parte de la estrategia ha sido reorientar el despliegue de las fuerzas gubernamentales para priorizar Sinaloa, Chiapas y Michoacán, según un video mostrado después de su presentación.
- Otro pilar del plan es “consolidar” la Guardia Nacional creada bajo el gobierno de AMLO. Pero “no está claro qué significa esto”, dijo McCormick. “La falta de detalles sugiere que todavía hay algunas negociaciones a puerta cerrada entre los militares y la administración de Sheinbaum. ¿Será ella tan complaciente con la agenda militar como lo fue AMLO?”
- López Obrador dirigió uno de los períodos más letales de la historia reciente de México, en el que los homicidios casi alcanzaron los 200.000 durante su mandato. AMLO invirtió mucho tiempo y dinero en fortalecer al ejército, pero hizo de la mejora de la educación y las oportunidades económicas un elemento central de su estrategia de lucha contra el crimen.
Sheinbaum hasta ahora ha seguido sus pasos. “No vamos a regresar a la guerra contra las drogas de Calderón”, ha dicho en múltiples ocasiones.
La violencia generalizada no se ha limitado a asesinatos entre miembros de los cárteles.
Elementos militares forman parte de la violencia en México
- El día que asumió el cargo, los militares dispararon y mataron a seis migrantes que viajaban en un camión en Chiapas. En Colima, oficiales de la marina y la policía mataron a otros seis civiles ese mismo día. Más tarde, en octubre, la Guardia Nacional y el ejército dispararon y mataron a una niña de ocho años y a una enfermera en incidentes separados en el norte de Tamaulipas.
Mientras tanto, Sinaloa registró 143 homicidios en septiembre, según datos federales, tres veces más que los 44 registrados en agosto. Octubre ha sido aún peor. Las autoridades estatales han informado preliminarmente de 174 asesinatos hasta el 29 de octubre.
El Gobierno ha respondido a las críticas de que su respuesta a las diferentes crisis no ha sido suficiente.
Violencia en México es por las drogas
En entrevistas de radio días antes de su muerte, el alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, había pedido ayuda adicional a las autoridades federales debido a que un colaborador cercano acababa de ser asesinado. El gobierno de Sheinbaum dijo que no recibió ninguna solicitud oficial de ayuda.
- El 24 de octubre, dos coches bomba estallaron en distintos poblados de Guanajuato. Cuando se le preguntó si se trataba de un acto terrorista, García Harfuch respondió que no. “El terrorismo tiene tintes ideológicos y religiosos”, dijo el jefe de seguridad de Sheinbaum. “Esto es por drogas”.
El plan del gobierno también pone mucho énfasis en la comunicación y el intercambio de información entre las distintas agencias a nivel federal, regional y local. Pero no está claro qué sucederá después de todo ese intercambio, dijo McCormick.
“El razonamiento lógico es que, una vez que se comparte la información, debería haber alguna acción complementaria para hacer algo con ella”, dijo. “La ausencia de detalles es lo que resulta preocupante”.
Es temprano para evaluar la estrategia contra la violencia
El primer mes de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum no ha sido nada fácil en materia de seguridad. Aunque especialistas entrevistados afirman que aún es temprano para evaluar una estrategia contra la violencia, coinciden en que hay un intento importante por mejorar la inteligencia y la coordinación interinstitucional.
En estos 31 días de octubre, en México ha habido coches bomba, enfrentamientos entre civiles y militares, asesinatos múltiples, ataques a la prensa, crímenes contra migrantes, el asesinato de un sacerdote, narcobloqueos carreteros, homicidios de políticos y jefes policiacos, soldados caídos en combate y acusaciones de uso excesivo de la fuerza por parte de militares.
- En este periodo, la presencia de militares en la labor de seguridad ha estado en el ojo del huracán. En Chiapas, elementos del Ejército dispararon contra una camioneta donde viajaban migrantes indocumentados, con un saldo de cuatro personas muertas y 12 lesionadas; en Tamaulipas, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo acusó al Ejército y a la Guardia Nacional de matar a tres personas, entre ellas a una niña de ocho años, mientras perseguían a presuntos criminales; en Sinaloa, un supuesto enfrentamiento entre una célula de El Mayo Zambada y el Ejército dejó 19 civiles muertos y un solo detenido de nombre Edwin Antonio Rubio López, alias El Max, y en Tecpan de Galeana, Guerrero, una serie de enfrentamientos entre civiles y fuerzas federales y locales, tuvo un saldo de 17 civiles “agresores” y dos policías municipales muertos.
- Para Sandra Ley, conocedora del tema y profesora del Tecnológico de Monterrey, esta escalada de violencia suele verse con los cambios de gobierno y la aplicación de nuevas políticas de seguridad. La presidenta Sheinbaum, afirma, recibe un país con “una
profundización de la gobernanza criminal”.
La académica considera que ya se notan algunas diferencias con el gobierno de López Obrador, como la no negación de los eventos violentos.
“La narrativa importa. Podría abrir un espacio para una sociedad civil que fue muy activa con Calderón, con Peña Nieto, para la rendición de cuentas, de exigencia de información”, afirma.
San Cristóbal de las Casas, Marcelo Pérez, y Guerrero, con el asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, y la disputa entre grupos del narcotráfico.
En estas semanas se complicó Tabasco, donde se han registrado enfrentamientos entre grupos delictivos y ataques a comercios; así como Guanajuato, con multiasesinatos y la explosión de dos coches bomba en la disputa por el dominio del huachicol y la venta de droga.
El gobierno de México ha destacado las detenciones de diversos objetivos prioritarios “generadores de violencia”, como la del líder de plaza en Dolores Hidalgo del Cártel Santa Rosa de Lima, Don Pedro; célula delictiva integrada por ocho personas en Coyuca de Benítez, Guerrero; la captura en Jalisco de Andrew Clark, alias El Dictador, quien fungía como enlace en México del Cártel de Sinaloa y del CJNG con estructuras en Estados Unidos, Canadá, Ecuador y Colombia para el tráfico de fentanilo, metanfetaminas y armas; en Sabinas Hidalgo se detuvo a Luis Mario, alias El Pepino, líder de plaza del Cártel del Noreste en Parás, Nuevo León; así como José Alberto, alias El Vaquero; en Cancún capturaron a un presunto integrante del CJNG; en Sonora se detuvo a Javier Feliciano Ramírez López, alias El Kuza, ubicado como generador de violencia del grupo Los Salazar, y en Cuajimalpa, Ciudad de México, fue detenido Zhi Dong Zhang, alias Brother Wang, un ciudadano chino con orden de aprehensión en Estados Unidos por tráfico de drogas y lavado de dinero.
- Raúl Benítez Manaut, investigador de la UNAM, afirma que la detención de Zhi Dong Zhang es el primer logro de Omar García Harfuch como secretario de Seguridad, por la captura “pacífica y bien hecha”, con la coordinación exitosa.
“Las guarniciones de la Sedena van a tener que apoyar a la Guardia Nacional; eso duplica las capacidades de desplazamientos operativos y de disuasión. Está por verse si funciona, podría marcar la diferencia, y que después de un año se vean menos homicidios y violencia”.
En un recuento hemerográfico y de informes oficiales del mes de octubre realizado para este trabajo, se contabilizaron 42 muertos en enfrentamientos entre civiles y militares, nueve multiasesinatos en ciudades diferentes del país, cinco homicidios de políticos: alcaldes, exalcaldes y funcionarios municipales, 10 ataques a comercios, dos periodistas asesinados y la privación ilegal de la libertad de un voceador, cinco narcobloqueos, 10 policías y un militar muertos.
- Rodrigo Peña, director ejecutivo del Seminario sobre Violencia y Paz de El Colegio de México, percibe una política de seguridad y una reacción del crimen similar a cuando Sheinbaum llegó al gobierno de la Ciudad de México.
Si bien la presidenta representa una continuidad clara con respecto del anterior gobierno en materia de seguridad, Peña asume que “la principal diferencia con respecto de López Obrador es que Claudia sí es capaz de generar política pública, pero trasladarlo a nivel federal es más retador”./Agencias-PUNTOporPUNTO