Presupuesto en materia de SALUD en niveles RAQUÍTICOS para enfrentar la pandemia

Uno de los aspectos importantes por los que la COVID-19 encontró una población enferma en México

JUAN JOSÉ SIFUENTES

El presupuesto en materia de salud para el próximo año supone un incremento de 12,758 millones de pesos frente a lo aprobado en 2020, pero continúa en niveles raquíticos para enfrentar la pandemia de COVID y lo más grave: mantiene la desigualdad que afecta a quienes trabajan sin seguro social, en la informalidad y sobre todo reduce el gasto per cápita (por persona) en los servicios de salud casi para toda la población, aunque los más perjudicados serán quienes viven en zonas rurales marginadas y comunidades indígenas.

Si bien la reducción en gasto per cápita en materia de salud baja casi para toda la población, quienes recurren al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) —que sustituyó al Seguro Popular— y da cobertura a 69 millones de mexicanos sin seguridad social, son quienes llevan la peor parte, pues se les redujo en un 28% ese gasto.

  • Es decir, de contar con un gasto per cápita de $ 3,607 en este 2020, para el próximo año solo será de $2,602 por persona, de acuerdo al Proyecto de Presupuesto para el próximo año, según un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CEP)
  • En cambio, a los beneficiarios de Pemex se les aumenta 16% el gasto per cápita al pasar de $11,512 por persona a $13,293 para el 2021.
  • A los trabajadores del ISSTE también se les busca reducir el gasto per cápita al pasar de $4,505 a $4,665 para este 2021.
  • En cambio, los del IMSS se mantienen casi igual, pues en este año su gasto per cápita es de $4,653 contra $4,626 para el 2021.

“La salud es un derecho, pero en México se ha convertido en un privilegio. se le considera una prestación laboral y se maneja como mercancía”, explica Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

  • El Proyecto de Presupuesto plantea destinar $ 145,414 millones a la Secretaria de Salud lo que representa un aumento de 9. 1% comparado con lo que aprobó para este 2020.

Sin embargo, del total del gasto a esta dependencia, $1 40,095 millones de pesos, es decir el 96.4%, se destinaría a gasto corriente compuesto por los servicios personales, materiales y suministros, servicios generales e intereses y el resto se enfocaría en inversión física.

Si bien al Insabi se le aumentan $9, 535 millones, esta cifra está muy por debajo de los $40,000 millones que se prometieron asignarle en la iniciativa que le dio vida a esta institución que da “cobertura” médica a más de 69 millones de mexicanos que no tienen acceso a seguridad social en México.

Otros programas en materia de salud como el de prevención, infraestructura, mantenimiento en infraestructura y vacunas, también sufrieron recortes, por lo que la especialista del CIEP Judith Senyacen Méndez, afirmó que, “no se puede considerar que este presupuesto pueda atender la crisis sanitaria” por la que atraviesa México derivada de la pandemia COVID y que ya ha dejado un saldo de más de 76 mil decesos.

SALUD EN TERAPIA INTENSIVA.

  • A siete meses de llegada de la COVID 19 a México, el sistema de salud se encuentra en terapia intensiva, requiere oxígeno, le urge una transfusión de recursos, pero el gobierno presentó un presupuesto 2021 raquítico para la salud que reduce el gasto para los más pobres, y no alcanza para avanzar en la Cobertura Universal de Salud (CUS), ni para detener la pandemia, advierte Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
  • El PEF 2021 —agrega— no permite contener la pandemia, ni atender las epidemias de diabetes, hipertensión y obesidad de la población.
  • El presupuesto 2021 para la salud es insuficiente y mantiene la desigualdad. “Pareciera que no hay pandemia, que no estamos por llegar a 80 mil personas muertas por el Covid-19 según datos oficiales y que no ha habido un incremento en mortalidad en 2020”,
  • En tanto que la OCDE recomienda un gasto en salud de al menos 6% del PIB. la propuesta del gobierno apenas llega a la mitad: 3%.
  • Lo más grave es que el presupuesto 2021 mantiene la desigualdad que afecta a quienes trabajan sin seguro social, en la informalidad y sobre todo a las comunidades rurales e indígenas marginadas.

“La desigualdad del gasto público en salud es inaceptable”, establece.

Antes del coronavirus, la segmentación de la seguridad social excluía al 62% de personas ocupadas: 34.2 millones de personas trabajan sin acceso a servicios de salud de la seguridad social.

Entre ellas, 15.2 millones con trabajo asalariado y subordinado a quienes se les niega la afiliación, se les coloca en la informalidad, como lo muestran los datos del Observatorio de Trabajo Digno de “Frente a la Pobreza”.

De 2010 a la fecha, mientras la población creció 12 millones de mexicanos, el gasto en salud se estancó. A partir de 2017 bajó de 2.8% a 2.5% del PIB. En 2020 la pandemia nos sorprendió con un presupuesto raquítico, pero además con un hábito de subejercicio que alcanzó cifras dramáticas en 2019.

El bajo gasto presupuestal hace que la carga del financiamiento del sistema de salud recaiga en las familias. México ocupa el segundo lugar entre los países de la OCDE con mayor gasto privado de bolsillo. Las personas financian con gasto privado la mitad del gasto en salud, lo cual aumenta aún más la desigualdad e impide en la práctica el ejercicio del derecho a la salud, acusan.

COVID ENCONTRÓ UNA POBLACIÓN ENFERMA EN MÉXICO

Uno de los aspectos importantes por los que la COVID-19 encontró una población enferma en México, es porque en nuestro país culturalmente tendemos a minimizar aspectos relacionados con enfermedad.

“Un error que los médicos a veces cometemos, pensando en minimizar la información que se da al paciente es hablar en diminutivo decir que esta ‘un poquito’ alta su presión, ‘un poquito’ alto el colesterol, ‘un poquito’ alta su glucosa, todo es un poquito y eso genera un mensaje confuso, porque por un lado se le dice al paciente que tiene una enfermedad, pero el mensaje que se lleva el paciente es que no debe ser importante si solamente es poquito”, estableció el doctor Marco Antonio Alcocer, Presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología.

Enfatizó que ante los preocupantes niveles de obesidad, sobrepeso y diabetes que hay en el país es muy importante que los médicos den información muy clara, ya que la prevalencia es de 9.4 por ciento de diabetes en el país -alrededor de 14 millones de diabéticos-, sin embargo, el porcentaje que tienen conciencia de su enfermedad y los riesgos que esta conlleva es menos del 5 por ciento, es decir que no se les está dando información clara y puntual.

Llama la atención, dijo, que de los diabéticos, una mínima cantidad se checan la presión arterial, y si toman medicamentos para la hipertensión, solo uno de cada 10 acude al cardiólogo, sólo uno de cada cinco se revisa sus pies, sólo el 14 por ciento se hacen exámenes de orina, sólo el 9 por ciento de los diabéticos reciben educación de su enfermedad, sólo al 4.5 por ciento de los diabéticos se les realiza un electrocardiograma.

  • Al participar en la videoconferencia, “Que la diabetes te rompa el corazón”, organizado por laboratorios NovoNordisk, el especialista subrayó que es muy importante que las personas en general, pero los diabéticos en particular sepan que el azúcar alterada causa alteraciones moleculares bioquímicas que impactan en la estructura y función de los vasos sanguíneos y puede ocasionar alteraciones en las funciones del corazón, el cerebro y las arterias periféricas que se puede traducir en infartos cerebrales, al miocardio o embolias.

En este mismo sentido, resaltó que el paciente diabético puede llegar a tener una disminución en su pronóstico de vida de hasta 10 años, y si ante una obstrucción de arterias, el paciente diabético acude oportunamente a un hospital, el daño se puede limitar, sin embargo, esto no es lo más frecuente, “porque el paciente subestima el dolor y llega tardíamente al hospital. De ahí que en cardiología rige el principio de la hora de oro, es decir, cuando el paciente acude al servicio médico precisamente dentro de la primera hora del evento, la probabilidad de que queden secuelas se minimiza.

  • Dramáticamente, externó, estamos viviendo una diabetes muy avanzada muy descompensada con mucho deterioro en la enfermedad vascular por las características propias de esta enfermedad el problema de que un paciente tenga diabetes la probabilidad es al doble de tener un problema del corazón.
  • La situación de un paciente diabético es tan delicada, que a ellos hay que tratarlos como si ya hubieran tenido un infarto, ello, debido a todos los factores de riesgo que ya tiene por la diabetes, además de triglicéridos y colesterol altos y hay que controlarlos, aunque, mencionó, no todo requiere medicamentos, hay aspectos que son cuestión de modificar estilos de vida, y este en general va a ser fundamental para la población.

En su oportunidad, el doctor Pedro Gutiérrez Fajardo, Presidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México, calificó de dramático el hecho de que la COVID vino exacerbar el problema de enfermedades cardiovasculares que ya teníamos en el país, y ahora, en medio de la pandemia, “estamos viendo pacientes que acuden de manera tardía por un problema coronario, porque el mensaje fue quédate en casa y el resultado es que ahora estamos viendo complicaciones cardíacas por infarto que hace tiempo no veíamos”.

También se han estado recibiendo a pacientes descompensados de su diabetes, que es la segunda pandemia que nos esta tocando vivir, debido a que los pacientes dejaron de acudir periódicamente a su control y en consecuencia estamos viendo pacientes que llegan con niveles de glicemia muy elevados.

El problema de fondo, añadió, es que antes de que un paciente debute a la diabetes, que es cuando se la diagnostican, pero antes, tuvo muchos años antes en los cuales comenzó a tener un manejo inadecuado de su glucosa.

  • En este sentido, refirió que algo triste que se ha observado en medio de la pandemia es el importante número de pacientes que han aumentado su peso “pese a que se nos ha dicho insistentemente que el paciente hipertenso o diabético o que tenga ambos padecimientos, le puede ir peor si se infecta de COVID”, y en estos días se ha visto que el paciente diabético ha aumentado de 3 a 6 kilos de febrero a la fecha.

En su consulta, compartió, ha visto a tres pacientes que no eran diabéticos y ya han expresado diabetes, por excesos en el consumo de alimentos, procesados, un mayor consumo de alcohol que se incrementado sustancialmente “y esta pandemia invita a la reflexión por el impacto fatal y trágico a nivel mundial, porque todos estos excesos en el comer y el beber ocasiona incremento en la presión arterial en los niveles de glucosa y eso genera un ambiente dismetabólico adverso para el corazón”, sostuvo./Agecias-PUNTOporPUNTO

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