PÉRDIDAS de ELECTRICIDAD en AMÉRICA LATINA equivalen hasta el 0,33% del PIB REGIONAL

América Latina no se ha salvado de los cambios ocurridos en el sector energético global durante los últimos años, ya que la poca movilidad social y comercial redujo la demanda de energéticos en la región

El costo anual por pérdidas de electricidad para las distribuidoras de energía en América Latina oscila entre US$9.600 millones y US$16.600 millones.

Es la conclusión de un estudio publicado por el BID, que estima que las pérdidas equivalen a 0,19-0,33% del PIB regional.

“La prevalencia de pérdidas de electricidad en la región de América Latina y el Caribe (ALC) es un desafío persistente, marcando una desviación sustancial de los estándares globales. En las últimas tres décadas, la región ha registrado pérdidas de alrededor del 17% de la energía generada, una cifra que triplica la de los países miembros de la OCDE”, señala la investigación.

Honduras y Paraguay encabezan la lista de países de la región con mayores pérdidas.

  • Los autores atribuyen las pérdidas a una combinación de factores técnicos, financieros, socioeconómicos, regulatorios y políticos, y sostienen que los niveles no han mejorado, lo que requiere adoptar medidas más decididas.
  • Para combatir este problema, el análisis estima que es necesario multiplicar entre tres y seis veces la inversión en redes y almacenamiento, ello sumado a una mayor participación del sector privado, más supervisión y digitalización, entre otras acciones.

El reporte agrega que los usuarios consideran aceptable un mayor precio de la energía si se garantiza una mejora significativa en la calidad del servicio.

Otra consecuencia que plantea el estudio es que las pérdidas conllevan la emisión de 5,6 millones de toneladas anuales de CO2, con un costo social de US$320 millones.

Perspectiva del sector energético en América Latina

La producción mundial de energía se ha mantenido en crecimiento constante, pese a que los efectos de la pandemia impactaron al sector durante los últimos dos años porque las inversiones en diversos proyectos se detuvieron. Este panorama también se agravó por los conflictos bélicos en Europa del Este al sumar la escasez de combustible y el incremento en precios por la interrupción en el suministro.

  • América Latina no se ha salvado de los cambios ocurridos en el sector energético global durante los últimos años, ya que la poca movilidad social y comercial redujo la demanda de energéticos en la región. Deloitte analizó el impactó en los mercados de Argentina, Perú, Colombia, y México, países que han invertido en el sector de hidrocarburos, además de que en estas últimas dos naciones las exportaciones de dichos combustibles son la fuente principal de ingresos al estado.

México, particularmente, enfrenta varios retos dentro del sector: incrementar la capacidad de refinación del petróleo al interior, diversificar la matriz energética para invertir en más fuentes renovables, evitar las presiones inflacionarias ante el alza de los precios en energéticos y volver más dinámico el sector petrolero mediante la inversión en exploración y extracción.

El panorama del sector energético en México para el próximo año incluye la inestabilidad en el marco regulatorio eléctrico, los que trae incertidumbre al sector privado, sobre todo en la inversión sobre energías renovables; la producción de hidrocarburos se mantiene estancada, pese a que el alza de precios puede incentivarla, y finalmente existe riesgo de congelación en licitaciones o retraso en trámites para nuevos proyectos en la materia.

El papel de la generación de energía renovable

El petróleo, gas y carbón se mantienen como los principales combustibles a nivel global, específicamente en la región de Asia Pacífico, que son los mayores productores; sin embargo, las políticas de descarbonización deben tener mayor peso para el uso de fuentes renovables a través de la adopción de políticas y metas de reconversión productiva.

  • Los esfuerzos por generar electricidad mediante fuentes renovables y disminuir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) se han visto reflejados en cifras, puesto que en el 2000 la participación mundial era de 18.3% y en el 2020 llegó a 27.7%, siendo la energía hidroeléctrica predominante por encima de la eólica y solar. China, Estados Unidos, Brasil, Canadá e India son los países que cuentan con mayor tecnología para este propósito.
  • La oferta energética proveniente de fuentes renovables en América Latina se mantienen al alza ante la necesidad de consumo. Colombia ha logrado que esta generación ocupe un lugar más grande dentro del suministro total, mientras que en México y Perú esta participación se ha reducido, ya que los hidrocarburos continúan con un papel importante dentro de la matriz energética total.

En Argentina, Colombia, México y Perú —los países analizados por Deloitte en la región— los planes para cumplir con acuerdos internacionales alineados a los objetivos de reducción de GEI y de producción de energía renovable se vieron atrasados por la pandemia a causa del aplazamiento de nuevos proyectos e incertidumbre en los marcos regulatorios.

Sin embargo, Colombia y Perú tienen una notable participación en cuanto al uso de energías renovables en la generación de electricidad, de manera que cerca del 60% de esta generación proviene de energía hídrica, pese a que durante la pandemia hubo un retraso en la cadena de suministro. Asimismo, Colombia es uno de los países que atraen más inversión en esta materia dentro de la región.

Déficit de energía en países de Latinoamérica por sequía y demoras en las operaciones

La crisis energética es un común denominador en algunos países de América Latina, debido, por un lado, a la sequía que generó el fenómeno de El Niño, como es el caso en Costa Rica, pero también, por otro, los asuntos operacionales que están generando problemas, como en México.

  • Este jueves, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) anunció un plan de racionamiento de energía eléctrica, debido al bajo nivel de agua en los embalses de plantas hidroeléctricas del país, no visto desde 2007.
  • A la fuerte disminución de las lluvias en las cuencas donde están las hidroeléctricas, que aportan el 70 % de energía generada en la nación centroamericana, se sumó la inestabilidad de las corrientes de viento, que perjudicó a la producción de energía con fuentes eólicas, según las autoridades.

«La situación ahora, con la información que tenemos de los embalses, es crítica», afirmó en rueda de prensa Roberto Quirós, gerente de electricidad del ICE. «Este Niño ha sido el más complicado en la historia de Costa Rica», agregó.

  • El directivo también lamentó retrasos en la entrega de energía térmica contratada a empresas privadas para alimentar este año un sistema eléctrico que se nutre en un 95 % de fuentes renovables y que es de propiedad mayoritariamente pública.

El directivo detalló que los racionamientos empezarán el lunes, con base en programaciones que cada día actualizarán las firmas proveedoras por barrios y regiones. Los cortes serán de hasta tres horas pero no afectarán hospitales, industrias ni a clientes de alta tensión.

El presidente Rodrigo Chaves dijo el miércoles que reza cada día para que empiece la época lluviosa, que usualmente llega a finales de abril. Además, reveló que el gobierno negocia con países vecinos la compra de energía, en medio de una escasez generalizada en Centroamérica, México, Colombia y Ecuador.

Precisamente, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó este jueves que México enfrenta un déficit de generación de energía debido a la demora en la entrada de operaciones de algunas centrales de ciclo combinado.

En los últimos dos días se han registrado apagones en varios estados, que coincidieron con incrementos en la demanda de energía sobre los 1.000 megavatios por un aumento de las temperaturas en algunas regiones, reconoció el mandatario en su conferencia matutina.

López Obrador aseguró que las autoridades ya están trabajando para resolver la situación y regularizar el servicio. “Es un asunto transitorio, ya lo estamos atendiendo”, agregó.

  • Durante la noche del miércoles se reportaron apagones en cuatro de los 32 estados del país, mientras que el martes se registraron cortes en algunas zonas de la capital mexicana y en al menos ocho estados.
  • Desde un primer momento el mandatario desestimó los apagones y expresó el miércoles que en México “tenemos capacidad de generación de energía”.
  • Para atender las fallas en el servicio eléctrico López Obrador dijo que el gobierno buscaría ponerse de acuerdo con las empresas privadas, que generan la mitad de la electricidad del país, “para que se tengan las plantas (de generación) en buen estado”.

El gubernamental Centro Nacional de Control de Energía dijo en un comunicado que la tarde del martes se registró una demanda máxima de 49.887 megavatios que bajó poco después, pero que pasadas las 7 de la noche se incrementó nuevamente lo que obligó a declarar el estado operativo de emergencia e iniciar la interrupción rotativa del suministro de energía eléctrica para mantener la seguridad y confiabilidad del resto del sistema.

En los últimos días, México ha batido varios récords de altas temperaturas que se prevé que seguirán subiendo. La Ciudad de México, donde vive aproximadamente una sexta parte de la población, alcanzó el martes una temperatura máxima de 33,4 grados centígrados.

Las fallas en la generación de energía eléctrica también han sido atribuidas a una menor producción de las presas hidroeléctricas por la sequía que golpea algunas regiones y las nubes que han limitado la actividad de las plantas de energía eólica.

Los apagones han dejado al descubierto la fragilidad de las políticas energéticas de la administración de López Obrador, que ha dado prioridad a la estatal Comisión Federal de Electricidad y limitado las oportunidades de los privados para generar energía.

Por otro lado, Ecuador anunció el domingo la suspensión de los racionamientos de energía eléctrica durante los próximos siete días, aunque continúa un estado de excepción en el país por calamidad pública debido al déficit de generación.

México triplica promedio de países de la OCDE en pérdida de electricidad

En México se pierde 16 por ciento de la electricidad que se transmite y distribuye, cifra que triplica el promedio de 6 por ciento correspondiente a los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y supera por varios puntos el registrado en 13 países de América Latina y el Caribe, indica un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cual advierte de las consecuencias que dicho problema tiene para la productividad y el desarrollo económico.

  • Hay una fuerte relación entre la calidad de la infraestructura energética, la competitividad y el crecimiento económico. La electricidad de mala calidad tiene efectos negativos sobre la productividad, los costos de operación y la competitividad de las empresas. Los apagones y las caídas de tensión son muy costosos y desincentivan las inversiones en manufactura, mientras las necesarias para respaldar la generación de energía generan costos más elevados. Las fluctuaciones de voltaje y frecuencia también causan daños a las máquinas, así como pérdidas financieras y económicas y variaciones en la calidad del producto, advierte el organismo.

Asevera que proveer energía de calidad de manera confiable y sostenible para atender la demanda de un país es contar con seguridad energética y por ello resulta clave la infraestructura.

El promedio de pérdida de electricidad en la región es de 17 por ciento y de acuerdo con el BID así se ha mantenido, sin variación, en los pasados 30 años y se debe a fallas técnicas por líneas de transmisión mal diseñadas o sin mantenimiento, circuitos de transmisión y distribución largos con secciones inapropiadas o transformadores sobrecargados o con usos muy por debajo de su capacidad.

Pero también la pérdida de energía es atribuible a problemas que no son de carácter técnico, como las conexiones ilegales, la falta de pago o errores en las bases de datos de los usuarios y en las facturas.

Por tanto, el mantenimiento, la medición, la facturación y la recaudación para prevenir las pérdidas son parte integral tanto de una gestión eficiente de las empresas de electricidad, como de su viabilidad financiera, indica el banco regional.

  • Según el informe, hay 11 países de América Latina y el Caribe cuyas pérdidas eléctricas superan el promedio regional de 17 por ciento. Los cálculos del BID indican que, por ejemplo, en 2012 el problema implicó que se perdieran entre 11 mil millones y 17 mil millones de dólares en ganancias.
  • En el caso de México, el problema es más grave que en Chile, cuyo promedio de pérdidas en electricidad es de apenas 7 por ciento, lo mismo que en Perú, en tanto que en Brasil y Argentina es de 15 por ciento.

Incluso hay naciones caribeñas y centroamericanas con menos pérdidas eléctricas que México, como son los casos de Trinidad y Tobago, con 5 por ciento; Barbados, cuyo registro al respecto es de 6 por ciento, y Surinam, 8 por ciento, mientras en Costa Rica, El Salvador, Panamá, Bahamas y Belice la pérdida es de 12 por ciento y en Bolivia de 14 por ciento.

Los casos extremos corresponden a Haití, donde la pérdida de electricidad es de 60 por ciento; Venezuela, 33 por ciento; Guyana, 32 por ciento, y Jamaica 26 por ciento./Agencias-PUNTOporPUNTO

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