Con el respaldo de 30 millones de votos y una mayoría en el Congreso, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) intentará cumplir su promesa de desterrar la corrupción, combatir la impunidad y transformar un «régimen político en decadencia». Un discurso que muchos mexicanos anhelaban escuchar, pero que ha generado dudas sobre si las medidas propuestas por el virtual presidente electo son viables y convenientes.
- «No hay que suponer que porque llega una nueva fuerza política las cosas van a cambiar. Para combatir la corrupción, esto de que las escaleras se barren de arriba para abajo, pues se necesita más que una escoba», dice en entrevista Juan Pardinas, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
- La otra gran promesa de AMLO de quitar los privilegios en el gobierno ha tenido una buena recepción en un país con más de 53 millones de pobres y en donde el sexenio de Enrique Peña Nieto se ha caracterizado por mostrar excesos al más alto nivel.
- «No solo (es) la austeridad, sino los privilegios. Esto de que había funcionarios públicos de primera con un seguro privado de salud y otros que tienen que ir al ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado), temas como el que proliferó este sexenio, el del gobierno suburbano, si no tenías una Suburban tu jerarquía dentro del poder era muy menor, entonces cuestan estas pretensiones, este circo que acompañó al servicio público en los últimos sexenios, sobre todo en el de Enrique Peña Nieto, yo creo que en ese sentido es muy buena señal que cambie y tiene que cambiar», dice Pardinas desde las oficinas del IMCO.
En su discurso en el Zócalo de la capital del país la noche del 1 de julio, López Obrador prometió que todo lo ahorrado por el combate a la corrupción y por abolir los privilegios se destinaría a impulsar el desarrollo del país. Dos semanas después, el virtual presidente electo anunció las 50 medidas de austeridad y combate a la corrupción, como reducir el sueldo del presidente más de la mitad, no adquirir vehículos nuevos para funcionarios, cancelar gastos médicos privados, entre otras medidas.
- Para Juan Pardinas, la mayoría de los mexicanos ven con satisfacción que «la austeridad sea un faro o guía de gobierno», aunque hay medidas que podrían resultar contraproducentes como reducir a la mitad los sueldos de los altos funcionarios públicos que ganen más de un millón de pesos anuales, sin un mayor análisis.
- «Habría que analizar los salarios de algunos servidores públicos, pero imponerlo así a tabla rasa, sin ver caso por caso creo que puede afectar al gobierno y puede afectar al país. Por ejemplo pienso en los técnicos de la planta nuclear de Laguna Verde de la Comisión Federal de Electricidad, ¿de veras les queremos bajar los sueldos?».
- El plan de reducir los salarios de funcionarios de alto nivel podría generar ahorros de 6 mil o 7 mil millones de pesos, de acuerdo con Pardinas, aunque sería mucho más valioso mejorar los procesos de compra pública y de asignación de obra pública.
- De acuerdo con el Índice de Riesgos de Corrupción del IMCO –que analiza 700 mil procedimientos de contrataciones públicas federales realizados por mil 537 Unidades Compradoras–, el 71% de las adquisiciones más grandes realizadas por el gobierno federal de 2012 a 2017, fueron celebradas a través de contratos de adjudicación directa, lo que implica 7 de cada 10 contratos sin competencia alguna.
- «Ahí no estamos hablando de miles de millones de pesos sino de cientos de miles de millones de pesos, diez veces más los recursos que se ahorrarían si se garantiza que en todo proceso haya una licitación competida, que varias empresas concursen», dice Pardinas en exclusiva para el HuffPost.
Tecnología Vs. corrupción
Un posible aliado para cerrar los espacios de opacidad y discrecionalidad en los procesos de compra pública y asignación de obra pública podría ser la tecnología. Pardinas lo explica así: «El siguiente secretario o secretaria de la Función Pública debería hacer un algoritmo que detecte una empresa que no existía hace dos años y de repente le están dando contratos de varios millones de pesos, pues ahí hay algo que huele mal, si no existe y no tiene experiencia cómo le están dando esta lana.
O sistemas de concurso en el que siempre participan las mismas tres empresas y se van rotando los ganadores y los precios son muy parecidos pero siempre pierden dos y gana uno de este trío, ahí probablemente tienes evidencia de colusión».
Tecnología contra los casos de corrupción de cada sexenio. Una investigación de Animal Político encontró que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) entregó 248 contratos por un total de 674 millones de pesos a una red de seis empresas proveedoras de equipo e instrumental médico, que son propiedad de una misma familia. Sin mayor problema simularon competir en licitaciones, regalaron viajes a funcionarios y falsificaron registros sanitarios de los equipos médicos.
El uso de tecnología para prevenir y una Fiscalía General de la República autónoma e independiente para combatir la corrupción y la impunidad. «Si entramos a un edificio de la hoy todavía Procuraduría General de la República lo que vemos es un viaje a los setentas del siglo pasado.
Tenemos que dignificar la labor del Ministerio Público, de las policías de investigación, tanto para combatir la delincuencia común, la delincuencia organizada y la delincuencia que se esconde detrás de cargos públicos, la corrupción, y si no tenemos instituciones sólidas de procuración de justicia eso no va a ocurrir».
- Aunque las promesas de López Obrador de desterrar la corrupción, combatir la impunidad y transformar un «régimen político en decadencia» hicieron eco en millones de personas, hubo una frase del virtual presidente electo que le gustó particularmente a Juan Pardinas: «Confieso que tengo una ambición legítima: quiero pasar a la historia como un buen presidente de México.
- «Es una aspiración que suena muy sencilla, pero al mismo tiempo es un reto enorme. Si vemos lo que hemos enfrentado, la frivolidad de Vicente Fox, la soberbia de Felipe Calderón y lo que ha sido el desastre del gobierno de Enrique Peña Nieto, tener un buen presidente sería realmente una transformación, un cambio histórico (…) Yo creo que con dignificar la institución presidencial, que los mexicanos no nos sintamos avergonzados por nuestro jefe de Estado», dice Pardinas.
- Una «ambición legítima», como la llamó el exjefe de gobierno de Ciudad de México (2000-2005), pero cuyas propuestas de austeridad y descentralización de las instituciones despiertan dudas, en opinión de Pardinas. «Yo creo que va a generar muchos gastos, y sí es tratar a los servidores públicos un poco como si fueran esclavos, ¿no?
- Te imaginas la vida de una familia del servicio público, que tiene tal vez su hipoteca aquí, su casa que compró con mucho esfuerzo, sus hijos ya inscritos en una escuela y de repente ese funcionario que está en la Ciudad de México le dices que se va a tener que mover a Mexicali. Además, el ejercicio cotidiano de gobierno es muy complejo».
- Pardinas cuestiona los costos y beneficios de descentralizar algunas dependencias, como propuso AMLO. «Hablan por ejemplo del SAT, me parece que lo quieren llevar justamente a Mexicali. El SAT es de las oficinas de gobierno, después de la SEP, el IMSS, el Ejército y la Marina con más personal; son más de 10 mil gentes. ¿Mexicali está listo para recibir a 10 mil personas? Cómo le van a hacer, cómo van a mover sistemas de cómputo, servidores, toda la parte de tecnología, pues no son enchiladas.
- «Si fuéramos Suiza, si el país estuviera en paz, si no tuviéramos 30 mil desaparecidos yo diría ‘bueno, pues órale, vamos a explorar rutas de descentralización’, pero ahorita yo quisiera como mexicano que el gobierno se centrara en temas muy específicos, reducir la desigualdad, combatir la pobreza, reducir la impunidad, y no sé qué tanto estas decisiones ayuden a enfrentar los retos que, supongo, como me preocupan a mí le preocupan al resto de mexicanas y mexicanos», dice Pardinas desde sus oficinas en Ciudad de México.
En espera de una «austeridad republicana», como propuso López Obrador, hay algunos proyectos que hacen ruido para el director general del IMCO, sobre todo por la posibilidad de que se privilegie la visión ideológica sobre el rigor técnico, como la propuesta de construir una refinería en Dos Bocas Paraíso, Tabasco, así como rehabilitar seis refinerías que requieren «intervención urgente».
Para Juan Pardinas es una «inversión faraónica» no solo porque otras experiencias construcción de refinerías han sido un desastre en cuanto a tiempos, calendarios de ejecución y costo original, sino que la principal preocupación de Pemex y del sector energético mexicano tendría que ser cómo está cayendo la producción.
«Con la producción actual si se construye otra refinería va a haber que importar petróleo porque México no está produciendo suficiente petróleo para procesarlo en esas refinerías. Entonces dejaríamos de importar gasolina para importar petróleo. Habría que concentrar esos recursos probablemente si se quieren usar no para renovables si no para hidrocarburos, en aumentar la capacidad de Pemex para extraer petróleo», explica.
- El director general del IMCO preferiría ver esos recursos invertidos en generación de energías limpias. «Varias organizaciones en México han trabajado sobre el tema del bono solar, ¿qué implica esto? ¿Qué pasaría si esos recursos que se van a usar para la refinería los usáramos para poner paneles de generación de electricidad sobre domicilios, casas, hogares, de millones de mexicanos, sobre todo en zonas donde por el tema del clima son de alto consumo eléctrico?», apunta./ CON INFORMACIÓN DE HUFFINGTON POST