Doce días padeció los síntomas de la covid-19 en su casa. Era mayo de 2020. Hacía tres meses del inicio de la pandemia en México y el confinamiento social se había impuesto en todo el país. Los hospitales atendían principalmente a las personas contagiadas y graves. Las pruebas diagnósticas escaseaban y las dudas sobre la enfermedad aumentaban.
- En ese contexto se contagió Ariel, un auxiliar de limpieza del Centro Médico Nacional Siglo XXI. Tenía 43 años. Buscó atención médica en hospitales públicos desde el 16 de mayo de 2020, cuando la fiebre, el dolor muscular y la alta presión arterial se manifestaron. Pero no lo recibieron en ninguno. Lo regresaron a su casa porque “los síntomas no eran graves”. Ahí murió el 28 de mayo de 2020.
“Me decía: ‘¿sabes qué? Yo sé que de ésta ya no salgo. Cuida a los niños, cuídate tú’”, recuerda su esposa Cynthia Vázquez, quien quedó sola a cargo de sus hijos de 8, 6 y 2 años de edad.
Fue lo que le tocó, dejar a sus hijos sin padre
“Si se hubiera contagiado un año después, a lo mejor…”, agrega. Su comentario ilustra lo que pasó en México al inicio de la pandemia, cando las autoridades minimizaron el riesgo de la enfermedad y muchas personas no buscaron atención médica a tiempo, por lo que las muertes en el país se elevaron, una cifra que se redujo con la llegada de las vacunas a finales de 2021.
A tres años de que en México se confirmara oficialmente el primer contagio de covid-19, algunas familias recuerdan el dolor de perder a sus seres queridos, de ser víctimas de un sistema sanitario que no estaba preparado para una pandemia de tal magnitud y de ver a niños, niñas y adolescentes en orfandad.
De las infancias se dijo, incontables veces, que eran las menos afectadas por la pandemia. Pero la realidad ha mostrado que las afectaciones son diversas y no se reducen al contagio.
- “No es una pandemia, son tres”, subraya el doctor Gustavo Olaiz, coordinador general del Centro de Investigaciones en Políticas, Poblaciones y Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM. Se refiere a los contagios y muertes directos por covid-19, y a sus otros efectos: los problemas de salud mental en aumento, las secuelas físicas que ha dejado la enfermedad en miles de personas.
Orfandad por la pandemia
- Como los hijos de Cynthia y Ariel, entre marzo de 2020 y agosto de 2021, 157,700 niños y niñas de México habían perdido a su padre, madre o ambos a causa de la enfermedad covid-19. Además, 169,500 perdieron a su cuidador principal o secundario por el mismo motivo. Estas cifras fueron estimadas en el estudio “La orfandad ocasionada por la pandemia”, publicado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.
En total, durante ese periodo, 244,500 menores de edad perdieron a sus cuidadores, incluyendo padres, madres o abuelos con custodia o que vivían con ellos. Esto coloca al país en el tercer lugar con más menores en orfandad de entre las 10 naciones con más muertes por covid.
- La estimación de 244,500 menores huérfanos de algún cuidador ya considera el exceso de mortalidad registrado en México por la pandemia. Sin tomar en cuenta ese dato, se reportarían 141,132 niños y niñas en orfandad. Pero, incluso así, México se ubicaría en el primer puesto de seis países de América (Estados Unidos, Argentina, Brasil, Colombia y Perú) con más menores en esta situación.
“Lo anterior refleja que, dentro de los 10 países con más fallecimientos a causa de la covid-19 en el mundo, las niñas y los niños de México han sido los más afectados en cuanto a la pérdida de cuidadores primarios y secundarios”, explica la autora Carla Angélica Gómez.
- Desde el gobierno federal, la iniciativa que surgió para atender a los menores con algún grado de orfandad por la pandemia fue un convenio entre la Coordinación Nacional de Becas Benito Juárez y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) para otorgarles becas de 800 pesos mensuales.
Sin embargo, no basta con un apoyo económico, explica la psicóloga particular Pilar Martínez. La pérdida de los cuidadores principales, el impacto a la salud mental, el cierre de escuelas, entre otros aspectos, han marcado al mundo y, en particular, a las niñas, niños y adolescentes. Estas infancias vivieron a muy temprana edad un duelo importante y deben enfrentar el reto de encontrar resiliencia para seguir. Para ello requieren apoyo socioemocional y, por ahora, en las escuelas y servicios de salud públicos es una tarea pendiente.
“Aunque digan lo contrario, los más jóvenes y pequeños quedarán marcados por la pandemia y nuestro deber es acompañarles”, subraya.
Las redes familiares
El uniforme blanco sobre la cama. Esa es la imagen más presente en los recuerdos que Karla tiene sobre su madre, una enfermera de Michoacán que murió en mayo de 2020, tras contagiarse de covid-19. Cuando se alistaba para ir al hospital, la enfermera y madre de 48 años colocaba el uniforme en la cama mientras se bañaba.
Karla, a quien su familia pidió modificar el nombre, quedó en orfandad a los 16 años. Su tía Isabel y su abuela materna, desde entonces, se hicieron cargo de su cuidado.
- “Estaba hecha pedazos», comparte Isabel, de 45 años. Ella también es enfermera, pero abandonó la profesión después de la muerte de su hermana, porque su familia temía un nuevo contagio y otra pérdida.
- A casi tres años del duelo, del cansancio por trabajar algunos meses en la primera línea de batalla contra el covid, y de asumir la crianza de su sobrina, Isabel asegura que todavía extraña a su hermana y el hospital.
“Me encantaba mi trabajo en el hospital, pero no podía tener a mi sobrina diciéndome: ‘tía, es que, si tú me faltas, qué voy a hacer'», sostiene.
- Un estudio de la revista The Lancet sobre orfandad por covid identificó que, como Karla, hasta 23% de los niños y niñas son criados por padres o madres solteras, “cuya muerte puede tener consecuencias extremas para los niños”.
Por las características de las familias mexicanas, las abuelas y tías ayudan con la crianza de las y los hijos. Eso ha permitido que la mayoría de los menores en orfandad sean apoyados por su familiares, explica el doctor Gustavo Olaiz. Pero esto significó, también, un doble golpe para muchos jóvenes. Primero, detalla, vieron morir a sus abuelos y abuelas, después, a sus padres y madres, o viceversa.
- “Los niños huérfanos atendidos por abuelos con custodia después de perder a sus padres podrían enfrentar un trauma secundario tras perder a ese cuidador”, coincide la investigación de The Lancet.
- El Centro de Investigaciones en Políticas, Poblaciones y Salud, que coordina el doctor Olaiz, realiza un trabajo en conjunto con el DIF para identificar y dar seguimiento a niñas, niños y adolescentes con algún grado de orfandad por la covid-19.
- Han seguido a 250,000 infantes que ahora viven con otros familiares y reciben becas y apoyos para alimentación por parte del DIF, asegura el investigador. De ese universo, alrededor de 7% perdió a su papá; 1.5% a su mamá, y casi 0.5% a ambos tutores.
- “Sí hubo muchos que perdieron a alguno de sus padres. Más padre que madre. Por un lado, es una tristeza que hayan perdido a sus padres, pero, por el otro lado, es un alivio saber que la familia los absorbe, los retiene y los cuida”, explica.
Estos apoyos ayudan a los más jóvenes con las heridas, pero las cicatrices prevalecerán. El estudio El impacto generacional del coronavirus, de la Foundation for European Progressive Studies, identificó que ya en diciembre de 2020 las personas de 16 a 23 años, llamadas generación Z, tenían más afectaciones de salud mental por la pandemia. El 80% de esta población se sentía desanimada, frente al 64% de la población en general.
- Una de las lecciones más dolorosas de esta pandemia, la peor de los últimos 100 años, es que los niños y las niñas importan siempre, incluso cuando una enfermedad los ataque, aparentemente, con menor gravedad, indica la psicóloga.
“Es el momento de centrarse en un grupo que seguirá creciendo a medida que avanza la pandemia: los niños que han perdido a un padre o a un abuelo cuidador que vive en su propia casa. Estos niños sin nombre son la trágica consecuencia pasada por alto de los millones de muertos por la pandemia”, subraya The Lancet.
A 774 mil niños los cuidan otros niños
En México, 774 mil 800 menores de cinco años están al cuidado de sus hermanos de menos de 10 años, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2021 sobre Covid-19, lo que según especialistas los pone en riesgos de sufrir lesiones, violencia o ser blanco del crimen organizado.
- Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes, Infancia en América Latina y el Caribe, explicó que hay otros 315 mil niños en una condición de orfandad que podrían estar en esa situación por la pandemia de Covid-19 y en la que sus hermanos mayores adquirieron la responsabilidad de cuidarlos.
- A ello se agrega el impacto de la transformación de la estructura de las familias, con alta presencia de núcleos monoparentales, una reducción de la familia tradicional de mamá y papá, en un entorno en el que las condiciones económicas del país cambiaron por la pandemia de Covid-19.
Para el coordinador de Tejiendo Redes, Infancia en América Latina y el Caribe las políticas de desmantelamiento del cuidado de las infancias, emprendidas por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, agregaron nuevas condiciones de deterioro al desarrollo de los menores de edad.
- Dijo que programas —desaparecidos en la actual administración federal— como Estancias Infantiles, Escuelas de Tiempo Completo y Escuelas de Jornada Extendida se habían convertido en una red de protección para los niños y niñas.
Explicó que el cuidado de los menores de edad a cargo de la familia extendida: abuelos, tíos o tutores sigue siendo una constante entre quienes tienen condiciones de pobreza, pero esto se agrava en poblaciones de perfil indígena, en familias donde la jefatura está a cargo de mujeres.
Ahí es donde se encuentran esos niños al cuidado de otros niños.
- La Ensanut 2021 reveló que de esos más de 774 mil niños y niñas, siete de cada 10 menores de edad que cuidaban a sus hermanos o estaban a cargo de otros menores de edad se ubicaron en las zonas urbanas.
- Las estadísticas señalan que el Estado de México concentra la mayor cantidad de niños en esa condición con alrededor de 149 mil 100, seguido de las localidades ubicadas en el pacífico-sur del país con 132 mil 900 niñas y niños.
- La Encuesta también señala que 574 mil 200 menores de cinco años se quedan solos en sus casas con “el riesgo de sufrir accidentes, tener mala alimentación y desarrollo limitado por la falta de cuidados”.
Por lo que la cifra de niños de menos de cinco años de edad que tienen “cuidados inadecuados” suma más de un millón 123 mil 300.
- Para Early Institute un niño de cada 10 menores de cinco años son dejados solos o bajo cuidado de otro niño en México y eso representa un foco rojo porque quienes viven en entornos de violencia hacen que “persistan los métodos de disciplina violenta y cuidado inadecuado en el hogar”, según su estudio.
- Paulina Amozurrutia, directora general de Unión Mujer, identificó al menos tres problemas: “los niños de llave”, la violencia que se ejerce de niños hacia niños por la imitación de un entorno pospandemia violento y la violencia sexual infantil en la que México ocupa el tercer lugar en el mundo.
“Cuando existen violaciones a mujeres y feminicidios, los niños ven y replican y sufren de estos problemas”.
Al igual que Juan Martín Pérez, la directora de Unión Mujer atribuyó el incremento de esos fenómenos a las acciones de la actual administración federal.
Por ejemplo, los recursos que se utilizaron para otras cosas en lugar de destinarlo a las Estancias Infantiles, Escuelas de Tiempo Completo y el claro desdén del Presidente en temas de infancia. “Me imagino porque no votan y estamos en tiempos electorales”.
“Se está generando un grave problema de política pública transversal más ahora en el contexto en el que se plantea la desaparición del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes”, dijo.
Pidió no dejar de lado a los más de un millón 400 mil niños que dejaron la escuela en medio de la pandemia. “Ellos no dejaron de existir. Salen a las calles en un entorno excesivamente violento y en donde son blancos fáciles de muchos temas”, entre ellos la delincuencia organizada.
Explicó que la política pública de infancia no se puede limitar a abordar las violencias, los rezagos de la educación, la salud y de cuidados, sino que es un tema transversal.
- Al realizar un estudio comparativo en América Latina sobre la figura de los niños como cuidadores, María Rosa Estupiñán Aponte, de la Universidad de Magdalena de Colombia, describió en 2014 que en Reino Unido, Australia, Alemania, Canadá y Estados Unidos había niños con una edad promedio de 12 años que realizaban tareas de cuidado de otros familiares.
En el caso específico de Reino Unido destinaban hasta 50 horas por semana en tareas de asistencia a familiares adultos o menores de edad.
En el caso latinoamericano la especialista señaló que los niños cuidadores eran frecuentes entre familias monoparentales, inmigrantes desplazados, entornos con problemas de alcoholismo o adicción a drogas.
“Su tarea se vincula a ayudar en la elaboración de comida, bañar a alguien, asear la casa, vestir o ayudar a hacerlo, suministrar medicinas, compañía para servicios de salud, como compañía en paseos, en el hogar, proveer alguna terapia o realizar ejercicios en específico. Solo que la dinámica de las familias se transformó durante la pandemia de Covid-19”, señaló Juan Martín Pérez.
- A consecuencia del exceso de mortalidad en México por la epidemia del SARS CoV 2 se estima que hasta 315 mil niños quedaron en situación de orfandad, eso expone a las hijas mayores, en particular, a convertirse en las cuidadoras de los más pequeños.
Estiman legisladores que en México 131 mil menores viven en orfandad
La senadora por la bancada del Partido Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota, ha dicho que existe un estimado de más de 131 mil niños y adolescentes que han quedado huérfanos debido a la pandemia del Covid-19 y debido a esto, es necesario hacer esfuerzos conjuntos para proteferlos y salvaguardar su seguridad.
La presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia en el Senado, consideró que es necesario conocer los datos precisos, porque México es uno de los países que más orfandad produjo la emergencia sanitaria, ya que entre los miles de personas que perdieron la vida a causa de ese virus, lamentablemente muchos eran madres y padres de familia, cuyos hijos quedaron en el desamparo.
- Hubo quien perdió su tutor: Incluso, hubo casos de niños y adolescentes que perdieron a sus abuelos o a quienes eran sus tutores o principales cuidadores, por lo cual México, junto con Sudáfrica, Perú, Estados Unidos, India y Brasil, son las naciones con el mayor número de huérfanos por causa del covid-19.
La senadora Vázquez Mota advirtió que a esos miles de menores huérfanos, que requieren el respaldo de los tres niveles de gobierno, habríamos de sumar a quienes se encuentran en la misma circunstancia a consecuencia de los altos niveles de violencia por la que lamentablemente atraviesa nuestro país.
- En un punto de acuerdo que fue turnado a las comisiones unidas de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia, y de Estudios Legislativos Primera, del Senado, Vázquez Mota planteó que el Poder Legislativo, tiene la responsabilidad de crear un marco normativo que vele por el bienestar de la infancia mexicana.
- En el pasado periodo de sesiones presentó una iniciativa para declarar el 9 de noviembre de cada año como Día Nacional de Protección a las Niñas, Niños y Adolescentes en Condición de Orfandad.
- La legisladora panista hizo notar que a escala internacional se conmemora el Día Mundial del Huérfano, con la finalidad de reconocer y garantizar los derechos de miles de niñas, niños y adolescentes, que están en condición de vulnerabilidad y para que la sociedad tome conciencia de la situación que enfrenta este grupo poblacional./PUNTOporPUNTO