Suena como algo que Elon Musk podría haber inventado: ‘Enfermedad X’. De hecho, el término fue acuñado hace años como una forma de lograr que los científicos trabajen en contramedidas médicas para amenazas infecciosas desconocidas (nuevos coronavirus como el que causa COVID-19, por ejemplo) en lugar de solo los conocidos, como el virus del Ébola.
La idea era fomentar el desarrollo de tecnologías de plataforma, incluidas vacunas, terapias farmacológicas y pruebas de diagnóstico, que pudieran adaptarse e implementarse rápidamente en respuesta a una serie de brotes futuros con potencial epidémico o pandémico.
¿Qué es la Enfermedad X?
Es el nombre un tanto misterioso de una enfermedad causada por una amenaza microbiana grave, pero actualmente desconocida. La Organización Mundial de la Salud añadió la enfermedad X en 2017 a una breve lista de patógenos considerados de máxima prioridad para la investigación, junto con asesinos conocidos como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Ébola.
- El tema entró en la agenda del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, y el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se unió a otros funcionarios de salud para discutirlo.
- El COVID-19, causado por un nuevo coronavirus, fue un ejemplo de Enfermedad X cuando desencadenó la pandemia a finales de 2019. La vasta reserva de virus que circulan en la vida silvestre se considera una fuente probable de más enfermedades de este tipo.
Esto se debe a su potencial para propagarse e infectar a otras especies, incluidos los humanos, dando lugar a una infección contra la cual las personas no tendrán inmunidad.
¿Cuál es el punto de estudiar la Enfermedad X?
Como dice la OMS, se trata de “permitir una preparación temprana y transversal en materia de I+D que también sea relevante” para una enfermedad desconocida. La crisis humanitaria provocada por la epidemia de ébola de 2014-2016 en África occidental fue una llamada de atención.
A pesar de décadas de investigación, no había productos listos para implementarse a tiempo para salvar más de 11,000 vidas. En respuesta, la OMS creó un plan de investigación y desarrollo para acelerar el desarrollo de una variedad de herramientas para las “enfermedades prioritarias”. La lista actual incluye:
- COVID-19
- Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo
- Enfermedad por el virus del Ébola y enfermedad por el virus de Marburg
- Fiebre de Lassa
- Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y SARS
- Nipah y enfermedades henipavirales
- Fiebre del Valle del Rift
- Zika
- Enfermedad X
¿Cómo va la investigación para la próxima pandemia?
Pasaron solo 326 días desde la publicación de la secuencia genética del virus SARS-CoV-2 hasta la autorización de la primera vacuna COVID, gracias en parte al trabajo realizado desde 2017 en preparación para la Enfermedad X.
Ahora, grupos como la Coalición para Epidemic Preparedness Innovations, o CEPI, están apoyando plataformas de vacunas de respuesta rápida que podrían desarrollar nuevas inmunizaciones dentro de los 100 días posteriores a la aparición de un virus con potencial pandémico en el marco de un plan de 3,500 millones de dólares. Otros esfuerzos en marcha incluyen:
- Actualizar el Reglamento Sanitario Internacional y desarrollar un nuevo acuerdo global para proteger al mundo de futuras emergencias. Un nuevo fondo, aprobado por el Banco Mundial, para la prevención, preparación y respuesta ante pandemias.
- Un centro de la OMS para la inteligencia sobre pandemias y epidemias en Berlín que tiene como objetivo acelerar el acceso a datos clave y desarrollar herramientas analíticas y modelos predictivos para evaluar amenazas potenciales.
El Proyecto Global Virome que tiene como objetivo descubrir amenazas virales zoonóticas y detener futuras pandemias.
- Una iniciativa del gobierno de EU de 5 mil millones de dólares para desarrollar vacunas y tratamientos de próxima generación para COVID-19, llamada Proyecto NextGen.
- 262.5 millones de dólares en financiación para una red nacional de EU para detectar y responder más eficientemente a emergencias de salud pública.
- Establecimiento de un centro global de terapéutica pandémica.
Aún así, numerosos desafíos amenazan con socavar estos esfuerzos, incluidos sistemas de salud agotados y debilitados, un creciente movimiento anticientífico que ha aumentado las dudas sobre las vacunas y la posibilidad de que los gobiernos eventualmente resten prioridad al financiamiento para la detección y preparación de brotes a medida que los riesgos percibidos se disipen.
¿Cómo podemos prepararnos?
Aunque la idea no es del todo nueva, lo cierto es que desde la adopción del término han sido varias las investigaciones científicas que han trabajado con el concepto, en un intento por desarrollar herramientas para prevenir, detectar y combatir la transmisión de la ‘enfermedad X’ en el futuro.
Por ejemplo, un artículo publicado en 2020 en Lancet Infectious Disease expandió el término para incluir el ‘patógeno X’ (que causaría la ‘enfermedad X’) e identificó distintas áreas de desarrollo de producto y coordinación internacional que pueden ayudar a combatir una enfermedad X futura.
Igualmente, hipotetizó que, si bien el patógeno X’ puede ser «cualquier patógeno, incluyendo pero no limitándose a a virus, bacterias, hongos, parásitos o priones», lo más probable es que «el advenimiento de un brote catastrófico provocado por la ‘enfermedad X’ es probable que resulte de la transmisión zoonótica de un virus de RNA altamente virulento, desde un área en el que una convergencia de factores de riesgo y dinámicas de población resulten en una transmisión interpersonal sostenida».
Igualmente, una publicación en la revista científica European Journal of Public Health identificó como estrategias clave para la preparación ante una ‘enfermedad X’ todos aquellos pasos destinados a reducir el riesgo de contacto con reservorios naturales de virus desconocidos (efecto ‘derramamiento’ o spillover), a mejorar la vigilancia de enfermedades en humanos y animales.
Detectar y secuenciar rápidamente el agente infeccioso, a fortalecer los programas de investigación de manera que se reduzca el retraso entre el desarrollo y la producción de contramedidas médicas, a acelerar la implementación de medidas farmacéuticas y no farmacéuticas y al desarrollo de protocolos internacionales para asegurar la distribución justa y global de fármacos y vacunas.
¿Cuáles son las posibles candidatas?
En la actualidad, además de la ‘enfermedad X’, las enfermedades prioritarias según la OMS son la covid-19, la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, el virus del ébola y el virus de Marburgo (cercanamente emparentados), la fiebre de Lassa, los coronavirus MERS y SARS, el virus Nipah y las enfermedades henipavirales, la fiebre del valle del Rift y el Zika.
- Aparte, como hemos mencionado, la teoría más aceptada es que la ‘enfermedad X’ surgirá de la transmisión zoonótica (de animales a humanos) de un virus de RNA. De hecho, el SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19 que la asesora de la Organización Mundial de la Salud y viróloga Marion Koopmans consideró en su momento que se trataba de la primera ‘enfermedad X’ en un artículo publicado en el medio académico Cell, reúne estas características.
Finalmente, desde los días tempranos del concepto, se ha especulado con otras posibilidades, como el desarrollo de virus sintéticos gracias a la tecnología de edición genética, o a la expansión de enfermedades bacterianas debido a la aparición de resistencia a los antibióticos.
Enfermedad X genera confusión
Es un concepto abstracto, un nombre en clave para un patógeno aún desconocido que podría, teóricamente, provocar una grave crisis sanitaria internacional. No obstante, este término ha sido malinterpretado y distorsionado, dando lugar a una ola de desinformación y teorías de conspiración.
- A pesar de los esfuerzos de la OMS por clarificar su significado, la «enfermedad X» ha sido erróneamente presentada en redes sociales y foros digitales como una amenaza inminente, una enfermedad emergente con una mortalidad superior a la COVID-19. Estas afirmaciones infundadas han encontrado un terreno fértil en el miedo y la incertidumbre generados por la pandemia reciente, llevando a interpretaciones erróneas y alarmistas.
La realidad es que la OMS introdujo este término en 2017 en su lista de enfermedades prioritarias para la investigación. Su objetivo era señalar la posibilidad de que un agente patógeno desconocido pudiera desencadenar una pandemia y subrayar la necesidad de prepararse para lo desconocido.
- En marzo de 2020, The Lancet Infectious Diseases publicó un estudio titulado «Enfermedad X: acelerando el desarrollo de contramedidas médicas para la próxima pandemia», que amplió el término para incluir al Patógeno X (el patógeno que conduce a la Enfermedad X) e identificó áreas de desarrollo de productos y coordinación internacional que ayudaría a combatir cualquier futura Enfermedad X.
Este enfoque proactivo busca fomentar la investigación y el desarrollo de vacunas y medicamentos que puedan adaptarse rápidamente a patógenos emergentes, como se vio en la respuesta rápida al desarrollo de vacunas para la COVID-19.
Impacto en la salud pública
El malentendido en torno a la «enfermedad X» ha sido amplificado por teorías conspirativas que lo vinculan a oscuros planes de «élites globales». Tales narrativas se han propagado particularmente en torno a eventos como la conferencia del Foro Económico Mundial en Davos, donde se discutió este concepto.
«Por supuesto, hay personas que dicen que esto podría crear pánico. Es mejor anticiparse a algo que podría ocurrir porque ya ha sucedido muchas veces en nuestra historia, y prepararse para ello», dijo esta semana en Davos el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Teorías de la conspiración desmontadas por la ciencia
Las teorías de conspiración distorsionan la realidad, presentando la preparación frente a amenazas desconocidas como parte de un supuesto plan para desencadenar una pandemia.
- La propagación de estas falsedades no es trivial; tiene serias implicaciones para la salud pública. Genera desconfianza en las instituciones sanitarias y científicas, debilitando los esfuerzos de prevención y control de enfermedades. Además, desvía la atención de las verdaderas amenazas sanitarias y puede retrasar la respuesta a emergencias reales.
- En conclusión, la «enfermedad X» es un recordatorio de la constante evolución del mundo de los patógenos y la necesidad de estar preparados para lo inesperado. Su malinterpretación y uso en teorías conspirativas no solo es un desafío para la comunicación científica, sino también un riesgo para la salud pública global.
Es fundamental que la información se transmita con claridad y precisión, y que el público esté informado y preparado para discernir entre hechos y ficciones en el ámbito de la salud.
Enfermedades catalogadas como un riesgo para el mundo
Desde 2015, la OMS estableció una lista sobre estas enfermedades a las que el mundo debe poner atención, e incluye la hipótesis de la Enfermedad ‘X’ pero también incluye 8 más que en algunas ocasiones han puesto en alerta a ciertas partes del mundo o todo en general:
1.- COVID-19
Ya la conocemos y se trata de una infección viral respiratoria causada por el virus SARS-CoV-2, perteneciente a la familia de los coronavirus. Este virus emergió por primera vez en la ciudad de Wuhan, China, a finales de 2019 y se ha propagado a nivel mundial, llevando a la declaración de una pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en marzo de 2020.
2.- Fiebre hemorrágica Crimea-Congo
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad infecciosa causada por un virus llamado Nairovirus. El virus se transmite a los humanos a través de la picadura de garrapatas infectadas, generalmente del género Hyalomma. También puede transmitirse por contacto con sangre o tejidos de animales infectados.
3.- Virus del ébola
El virus del Ébola es un virus filoviral que causa una enfermedad grave llamada enfermedad por el virus del Ébola (EVE). El virus se transmite a los humanos a través del contacto con fluidos corporales de animales infectados, como monos, gorilas y murciélagos frugívoros. También puede transmitirse de persona a persona a través del contacto directo con fluidos corporales de una persona infectada, como sangre, heces, vómito y secreciones respiratorias.
4.- Virus de Marburgo
El virus de Marburgo es un virus filoviral, se transmite a los humanos a través del contacto con fluidos corporales de animales infectados, como murciélagos de la fruta. También puede transmitirse de persona a persona a través del contacto directo con fluidos corporales de una persona infectada, como sangre, heces, vómito y secreciones respiratorias.
5.- Fiebre de Lassa
La fiebre de Lassa es una enfermedad hemorrágica viral aguda causada por el virus de Lassa, un arenavirus. El virus se transmite a los humanos a través del contacto con fluidos corporales de animales infectados, como roedores. También se puede transmitir de persona a persona a través del contacto directo con fluidos corporales de una persona infectada.
6.- Coronavirus MERS y SARS
Los coronavirus son una familia de virus que pueden causar una variedad de enfermedades, desde el resfriado común hasta enfermedades respiratorias graves como el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).
7.- Virus Nipah
El virus Nipah es un virus ARN de la familia Paramyxoviridae, género Henipavirus. Es un virus zoonótico, lo que significa que puede transmitirse de animales a humanos. Los murciélagos frugívoros son el reservorio natural del virus Nipah.
8.- Enfermedades henipavirales.
Las enfermedades henipavirales son un grupo de enfermedades zoonóticas causadas por virus de la familia Paramyxoviridae, género Henipavirus. Los virus henipavíticos se encuentran en los murciélagos frugívoros, que son el reservorio natural de estos virus.
De acuerdo con la OMS, especialistas deben estar pendiente de estas enfermedades catalogadas como un riesgo para el mundo, así como comenzar a tomar en serio la hipótesis de la ‘enfermedad X’, pues, así como surgieron todas las de estas lista, existe una posibilidad de que algún día pueda existir./Agencias-PUNTOporPUNTO