Decenas de miles mexicanas pasarán este 10 de mayo, Día de las Madres en el país, en busca de sus hijos desaparecidos en medio de la crisis histórica de más de 110 mil personas no localizadas.
- Mientras la mayoría de las madres festejan con sus hijos, Guadalupe Escobar pasa esta fecha buscando en el desierto a su hijo Ernesto Alonzo Sánchez Escobar, quien lleva casi un mes desaparecido en Santa Ana, en el estado de Sonora.
- Ella no ha perdido la esperanza de que aparezca con vida, pero espera hallarlo aunque sea muerto para encontrar paz. Para ella y otras madres buscadoras, el Día de las Madres ya no representa gozo, sino dolor.
- No significa nada, tengo mi corazón lleno de odio, de coraje, de dolor. Los días son como una noche, no encuentro respuesta ni nada. ¿Cómo voy a vivir? No lo sé porque me han arrancado un pedazo de mi corazón”, aseguró Escobar a EFE.
El 10 de mayo es multicolor en un país que adolece la desaparición de personas; por ahí mariachis, chocolates y flores; por allá, mujeres, como doña Chuy, que no celebran, conmemoran marchando, pidiendo justicia, la aparición de sus hijos.
“Antes en mi casa hacíamos fiesta en grande, ahora ya hemos dejado de festejar, sí se celebra, tengo marido, mis hijos me dan regalitos, mis nietos, pero no es lo mismo, porque siento su vacío, ese dolor, por eso me voy a la marcha (…) Éramos muy allegados, el vacío que dejan de ya no volverlos a ver, de ya no poder abrazarlos, ya no poder platicar con ellos, su sonrisa, por más que trato de recordar las cosas que son simples, las vas olvidando”.
- El colectivo de Madres Buscadoras de Sonora afirma que no tiene nada que celebrar este 10 de mayo, Día de las Madres, con el reporte de más de 7 mil personas desaparecidas y la amenaza de los grupos criminales que ya no sólo van a desaparecer a las víctimas, sino que también incinerarán sus cuerpos para evitar que puedan identificarlos.
En Sonora, hay fosas clandestinas, en los valles, la sierra, en los barrios de las ciudades, en el desierto e incluso los criminales aprovechan el fondo del Mar de Cortés, conocido como el “acuario del mundo”, para deshacerse del cuerpo de sus víctimas.
- “Para mí no hay Día de las Madres, no hay Navidad, ni cumpleaños, se acabó toda la felicidad e ilusión cuando desapareció mi primer hijo, todos los días son iguales, el mismo dolor, la angustia y esperar a los que no están en casa”, aseguró Cecy Patricia Flores Armenta.
Ésta tiene a dos hijos desaparecidos: Marco Antonio Sauceda Rocha, levantado el 4 de mayo de 2019 en Bahía de Kino, Sonora, y Alejandro Guadalupe Islas Flores, desaparecido el 30 de octubre de 2015.
- La líder del colectivo Madres Buscadoras ha logrado encontrar más de 2 mil cuerpos en rastreos en Jalisco, Sinaloa, Baja California, pero principalmente en Sonora, en 2022 fue considerada como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo por la BBC de Londres, sin embargo, pasa sus días huyendo y escondida por ha sido amenazada por todos los cárteles más peligrosos del crimen organizado.
- “Ahora los criminales nos dicen que ya no los van a enterrar, que los van a incinerar porque ya en cenizas ni el ADN vamos a poder utilizar, ahora los criminarles prefieren las hogueras sobre las fosas y eso irá dificultando nuestra labor”, aseguró Norma Alicia Medina, madre que busca a su hijo Daniel Antonio Gutiérrez, desaparecido el 22 de octubre de 2021 en Hermosillo, Sonora.
El 2 de marzo del 2002, la desaparición en la ciudad de Chihuahua de una joven mujer, Paloma Angélica, pudo haber pasado desapercibida para todos, pero por el contrario, ese día inició una de las movilizaciones sociales más fuertes en México, encabezada por la madre de Paloma, Norma Ledezma, quien enfrentó la insensibilidad, tanto del estado como de la misma sociedad, para encontrar 20 días después el cuerpo de su hija.
- Norma no se detuvo frente a la explicación simplista del gobierno de Chihuahua, de “se fue con el novio, ya regresará”, y ese día inició una labor que la ha tenido al borde de la muerte, que le ha llevado a enfermarse constantemente, a perder el empleo, a divorciarse de su pareja, a esconderse, buscar protección policiaca, pero también haber creado la organización Justicia para nuestras hijas, a estudiar una carrera en derecho y sacar adelante a su hijo Fabián.
Cuenta que su lucha como madre buscadora inició sin ninguna planeación, sólo por el dolor de, primero la desaparición, y luego la muerte de Paloma, “el feminicidio de mi hija sacó lo mejor de mí, en 27 días de búsqueda ininterrumpida en que se me unieron otras 6 mamás que también tenían a sus hijas desaparecidas”.
De su lucha, cuenta que ha sido muy solitaria, una lucha gigantesca donde tuvo que aprender a hacer demandas, marchas, evolucionar de solamente saber leer y escribir, a encabezar ahora una red social para buscar a más de 4 mil personas desaparecidas en Chihuahua: de 6 a casi 400 familias que forman la agrupación Justicia para Nuestras Hijas, donde algunas madres ya han fallecido en la búsqueda de sus hijas.
- Esta lucha derivó a que en el 2020, Norma Ledezma, como fundadora de la organización Justicia para Nuestras Hijas, recibiera el reconocimiento de derechos humanos, Martin Ennals, en Ginebra, Suiza, por lo que la ONU le rindió un reconocimiento público.
No obstante, ella revela que el camino no ha sido fácil, ya que mientras el apoyo provenía de otras madres buscadoras, organizaciones civiles; por el contrario, la adversidad, dificultades y traiciones fueron muchas, “me encontré con el obstáculo de la ignorancia, del desconocimiento, de pronto dentro de las mismas personas que te pueden ayudar te atacan”, lamentó.
Crisis histórica y madres buscadoras
México superó hace un año la cifra histórica de más de 100 mil personas desaparecidas desde que hay registro, la mayoría de ellas hombres y víctimas del crimen organizado. Ante la insuficiente acción del Estado, la mayoría de quienes buscan a estos desaparecidos son sus progenitoras, conocidas como “madres buscadoras”.
En mi cumpleaños él era el primero que estaba ahí conmigo y ahora (estoy) sola. Es un sufrimiento, la cosa más espantosa del mundo, pero ahí en Santa Ana no se hace nada, te digo que todos vieron y no fueron para darle la mano a mi hijo”, relató Escobar.
Estas mujeres se vuelven “todólogas” cuando tienen un hijo desaparecido, comienzan a dominar las ciencias de la criminología, como el ser forenses, peritos o antropólogas, para reconocer cuerpos en las fosas y hogueras clandestinas.
- Mujeres que se vuelven criminólogas: Es el caso de Norma Alicia Medina, quien busca a su hijo Daniel Antonio Gutiérrez, desaparecido desde el 27 de octubre del 2021.
Ya no hay Día de las Madres, para nosotras ya no hay Navidad, no hay cumpleaños, ya no hay Día de las Madres, ya no existen fechas, a nosotras nos cambió la vida por completo”, expresó Medina.
Medina contó que su hijo era travieso, y que perderlo sin saber dónde está ha roto su familia. “Sé que tengo hijas y nietos, pero no, ya nada es igual. Aquí andamos, buscando, buscando y como dice el dicho: el que busca encuentra, espero encontrarlo pronto”, aseguró Medina.
Para las madres buscadoras este 10 de mayo es un día más, sin nada que festejar.
El problema es particularmente agudo en Sonora, un estado plagado de fosas clandestinas en el desierto y donde los crimínales tiran los cuerpos de las víctimas, incluso, en el Mar de Cortés, el llamado “acuario del mundo” convertido ahora en una pozo de cuerpos.
El colectivo de Madres Buscadoras de Sonora tiene reportes y fichas de búsqueda por más de siete mil desaparecidos en todo Mexico y ha encontrado mas de dos mil cuerpos.
Gracias a su labor, muchas madres tienen una tumba o un nicho donde ir a llorar a su hijo.
- Dio la vida por su hijo desaparecido: Teresa Magueyal Ramírez dio literalmente, la vida por su hijo. Llevaba casi tres años buscándolo, y aunque no hay reportes de amenazas previas, fue asesinada a tiros cuando volvía a su casa tras comprar algunos víveres.
Desde la desaparición de su hijo, José Luis Apaseo Magueyal, de 34 años de edad, Teresa Magueyal comenzó a buscarlo, a preguntar por él. Indagaba. Investigaba. Y según sus familiares, cada día contaba con una nueva idea que la llevaba a una nueva pista.
La desaparición de José Luis Apaseo ocurrió el 6 de abril de 2020, y dejó a cuatro niños sin su padre, y a la fecha se desconoce su paradero, así como los motivos que orillaron a su ausencia.
Al momento de su asesinato, Teresa Magueyal tenía 65 años de edad. Recién los había cumplido el pasado 26 de marzo. Era un adulto mayor en la búsqueda de su hijo. “Ella merece un homenaje en el cielo este Día de las Madres. Era una persona buena que siempre quería ayudar”, ponderó su hija, María de los Ángeles Apaseo.
- Vecina de la comunidad rural celayense de San Miguel Octopan, sede de múltiples crímenes, Teresa Magueyal Ramírez pidió ayuda para localizar a su hijo a través de la denuncia, en la Fiscalía General del Estado de Guanajuato, pero sus tiempos de respuesta eran otros a los que la madre de familia necesitaba.
- Fue entonces que decidió pedir ayuda, integrándose al colectivo Luz y Justicia que opera en la ciudad de Celaya. Pero Teresa Magueyal tenía mucha prisa por hallar a su hijo.
- Fue el 28 de Marzo de 2022 que se adhirió al colectivo Una Promesa por Cumplir, en donde no solamente salía cada semana a revisar terrenos baldíos en las ciudades, recorrer campos de cultivo, barrancas o cerros en diferentes puntos de Guanajuato, sino que también hizo grandes amigos.
Nailea Carreño Ortiz no solamente es la directora del Colectivo Una Promesa por Cumplir, sino que también era su amiga. “Era una guerrera. Era muy fuerte. Emanaba felicidad, siempre tenía una buena respuesta ante la tristeza de los compañeros que buscan a sus familiares desaparecidos”.
Lo que Teresa Magueyal no perdonaba era desayunar un pan de dulce con un café. “Y era tan considerada que llegaba con nosotros y nos traía pan, así todos desayunábamos”.
Nailea Carreño reconoció que la madre buscadora nunca involucró al resto de su familia con la búsqueda de su hijo, porque sabía que era peligroso.
Madres buscadoras que fueron asesinadas al tratar de encontrar a sus hijos
Durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador han sido asesinadas al menos cinco madres buscadoras que intentaban dar con el paradero de sus hijos desaparecidos. Dichos crímenes han cimbrado al interior de algunos colectivos de búsqueda, ya que han optado por frenar sus actividades.
- Nailea Carreño, fundadora y representante del colectivo Una Promesa que Cumplir, dijo que tras el reciente asesinato de su compañera Teresa Magueyal el pasado 2 de mayo en Celaya, Guanajuato, detuvo sus labores de manera indefinida con el propósito de asimilar lo sucedido y brindar seguridad a sus integrantes.
- “Tengo mucho miedo cada día de ser una estadística de estas madres que mueren en la lucha de buscar a sus desaparecidos” , dijo Cecilia Flores, líder del Colectivo Madres Buscadoras de Sonora, luego de enterarse que Teresa Magueyal fue asesinada tarde del 02 de mayo en Celaya, Guanajuato.
Y es que México, no sólo acumula 280 mil personas extraviadas y hasta el momento no localizadas, sino que también se ha convertido en uno de los territorios más hostiles para quienes emprenden labores de rastreo.
De 2021 a mayo de 2023, al menos 7 personas han sido asesinadas en el país mientras buscaban a sus seres queridos, el último caso fue precisamente el de Teresa, quien fue atacada con arma de fuego en las calles de Celaya.
La mujer comenzó con labores de rastreo en 2020, luego de que su hijo de 34 años, José Luis Apaseo, desapareciera. El hombre fue visto por última vez el 6 de abril de ese año en San Miguel de Octopan, hasta el momento no hay pistas sobre su paradero.
- María del Carmén: Cabe señalar que siete meses antes del asesinato de Teresa, se reportó la muerte de María del Carmén Vázquez, quien recibió múltiples disparos a las afuera de su casa, ubicada en Abasolo, Guanajuato.
Carmen también perdió la vida antes de poder encontrar a su hijo, quien desapareció el 14 de junio de 2022 en la misma entidad.
- Esmeralda Gallardo: Ella vivía en la colonia Villa Frontera, Puebla, se encontraba esperando el camión que usaba para ir a su trabajo cuando sujetos armados dispararon en su contra. Ella llevaba más de un año dividiendo sus esfuerzos en atender la crianza de su nieto y su segundo hijo e investigar la desaparición de su hija Betzabé Alvarado.
Debido a las pesquisas obtenidas en sus labores de rastreo, la mujer encontró que una célula criminal sería la responsable de la ausencia de su hija, sin embargo, le fue arrebatada la vida antes de poder dar con alguna pista contundente que diera con los perpetradores de los hechos.
- Rosario Lilián: Integrante de “Corazones sin Justicia”, Rosario fue interceptada en su domicilio alrededor de las 21:00 horas del 30 de agosto de 2022. Pocas horas después se dio a conocer que su cuerpo fue encontrado en la localidad de La Cruz, Sinaloa.
Durante aproximadamente tres años, Rosario Lilián puso todo sus fuerzas y empeño en un único objetivo: encontrar a su hijo desaparecido. Sin embargo, pese a la constante lucha, partió sin saber su paradero.
- Ana Luisa Garduño: El 28 de enero de 2022 activista Garduño Juárez, fue asesinada a tiros en el municipio de Temixco, en el estado de Morelos. La mujer había creado un colectivo en honor a su hija, quien tras desaparecer fue hallada sin vida en 2012.
Una de las labores más destacadas dentro de sus acciones como activista fue él apoyo que brindó a las familias de personas desaparecidas en el estado.
- Aranza Ramos: El 15 de julio de 2021 hombres armados irrumpieron en la casa de Aranza Ramos (localizada en Guaymas, Sonora) y se la llevaron a la fuerza. Poco después fue localizada sin vida en la entrada de la comunidad en la que residía.
Su asesinato se dio luego de siste meses de haber emprendido acciones para localizar a su esposo, Bryan Omar Celaya, quien fue visto por última vez saliendo de su domicilio. La situación dejó en orfandad a una niña que en ese entonces tenía apenas un año.
Esposas, hermanas, hermanos, padres y activistas, las otras víctimas
Además de las madres buscadoras, también han padecido actos similares esposas, hermanas, hermanos, padres y activistas. Un recuento hecho por este diario arroja al menos 11 ataques mortales desde julio de 2019, a pocos meses de que tomara posesión el presidente López Obrador.
Previo a esto, se tiene conocimiento de dos homicidios de madres buscadoras en los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Al respecto, Ceci Flores, fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, señaló a El Sol de México que el contraste de cifras entre ambas administraciones obedece a que los colectivos de búsqueda han hecho cada vez más visible este fenómeno.
“Lo que pasa es que ha habido (homicidios de madres buscadoras) siempre, en otros gobiernos anteriores estuvo igual o peor, pero lo que pasa es que como ahora empezamos a hacer colectivos por varias partes del país y visibilizamos lo que estamos viviendo es como la gente se está dando cuenta”, dijo.
- En el colectivo que fundó y que preside, Ceci Flores ha sido testigo de cómo las madres que lo integran han sido desaparecidas y torturadas, no obstante dice que gracias a la presión que ejercen para que puedan ser localizadas con vida, son liberadas horas después, pero con signos de violencia.
Ella misma fue reportada desaparecida el 17 de abril pasado, por un lapso de 19 horas. Frente a los antecedentes mencionados y las constantes amenazas que ha recibido por sus tareas de búsqueda, su desaparición causó preocupación al interior de su colectivo y en su familia.
Al siguiente día se supo que el auto en el que se transportaba Ceci, junto a los elementos de seguridad que la acompañan desde que fue integrada al mecanismo de protección de la Secretaría de Gobernación, sufrió una avería mecánica en una zona de Sonora en la que no había cobertura telefónica.
Por su parte, y a pesar de estos hechos en contra de madres buscadoras, descartó que ella o su colectivo vaya a frenar sus actividades, pues estima que es la única esperanza que tienen de encontrar a sus desaparecidos.
Sin embargo, acusó que los ataques que las madres buscadoras de todo el país es el resultado de la falta de empatía que han mostrado las autoridades para atender esta realidad que desde el 1 de diciembre de 2018 ya suma casi 43 mil víctimas.
- Nailea Carreño concordó con esto, pues aseguró que luego del homicidio de la señora Teresa las autoridades locales sólo han establecido contacto con el colectivo para externarles sus condolencias, pero no para ofrecerles apoyo ante el posible riesgo que atraviesan las más de 72 familias que lo integran, las cuales anteriormente ya han recibido amenazas.
“Yo creo que para esta situación ya debimos habernos sentado con el secretario de Seguridad Pública, con el Consejo Estatal de Protección, pero pues no, no se han acercado ni siquiera para proponer una reunión o algo, sus acercamientos se han basado en dar condolencias”, recriminó.
- Francisco Javier Barajas: Era integrante de la Comisión de Búsqueda de personas Desaparecidas de Guanajuato, pasó el último año de su vida buscando pistas para dar con el paradero de su hermana.
Tras un arduo proceso de rastreo, la encontró, lamentablemente sin vida, dentro de una fosa clandestina. El compartir aquel proceso con otras personas que también buscaban a sus seres queridos lo llevó a mantener acciones de colaboración aún después de haber encontrado a su hermana.
“Él los buscaba como si fueran sus familiares”, llegaron a decir los integrantes de colectivos en la región a los que apoyó. En mayo de 2021 fue asesinado a quemarropa./Agencias-PUNTOporPUNTO