MIGRACIONES como resultado de la GUERRA genera repercusiones SOCIOECONÓMICAS en EUROPA

Según informes oficiales, casi 3,5 millones de personas emigraron a la UE en 2022 como refugiados con estatuto de asilo. Alrededor de 4,2 millones de ucranianos recibieron en 2023 protección temporal en la UE

El reciente aumento de las migraciones a causa de la guerra, el autoritarismo y la inestabilidad hace que los desplazados busquen cobijo como inmigrantes, refugiados o solicitantes de asilo, lo que genera diversas repercusiones en el panorama socioeconómico de Europa y sus Estados.

  • Como algunos Estados no consiguen ofrecer seguridad y protección a sus ciudadanos, un gran número de personas de esos países buscan emigrar a las zonas que mejor se adaptan a sus intereses sociales y económicos.
  • Los desplazados buscan cobijo como migrantes, refugiados o solicitantes de asilo y están teniendo un impacto variable en el panorama socioeconómico de los Estados europeos.
  • Hay quien considera que los inmigrantes están afectando las arcas de Europa que no son capaces de incorporar económicamente a estos recién llegados, lo que se traduce en una presión fiscal a corto plazo por los elevados costes sociales y las bajas tasas de empleo.

Sin embargo, a la inversa, se puede argumentar que los inmigrantes son capaces de contribuir constructivamente a los beneficios fiscales al incorporarse al mercado laboral y contribuir a las finanzas públicas de aquellos países que son capaces de construir estructuras de capital para dar cabida a la mayor oferta de mano de obra.

¿Cuántos han llegado a Europa?

Según informes oficiales, casi 3,5 millones de personas emigraron a la UE en 2022 como refugiados con estatuto de asilo. Alrededor de 4,2 millones de ucranianos recibieron en 2023 protección temporal en la UE, según el Consejo Europeo. Desde la invasión rusa de Ucrania, más de cuatro millones de ucranianos han recibido protección temporal en Estados europeos.

  • Manteniendo su récord anual, los sirios y afganos siguen siendo los grupos más numerosos de solicitantes de asilo en la UE, con unas 100.000 solicitudes presentadas en 2023, según la Agencia de Asilo de la Unión Europea.
  • Un total de 213.896 migrantes llegaron a Europa en 2022, según la Organización Internacional para las Migraciones. También se ha informado de migrantes procedentes de varios países africanos, como Argelia y Libia, que buscan protección en Europa.

Cada país europeo tiene un planteamiento diferente ante el desplazamiento masivo.

  • Después de que la migración neta anual alcanzara la cifra récord de 745.000 personas en 2022, el Gobierno británico anunció planes para reducir el número de migrantes. Recientemente, Francia mantuvo un acalorado debate sobre el proyecto de ley que aparentemente endurecía las normas para los migrantes.

También Alemania quiere revisar su política migratoria tras recibir el mayor número de solicitudes de asilo en 2023 y a pesar de beneficiarse de los migrantes en el sector laboral.

  • Italia ha visto aumentar el número de migrantes por mar y ahora planea construir dos centros en Albania para acoger hasta 36.000 migrantes al año. España también tendrá que replantearse los contornos de su política migratoria tras recibir la cifra récord de 13.000 inmigrantes debido a la agitación política en África.

¿Qué países necesitan más inmigrantes?

Con la afluencia de tantos inmigrantes a las puertas, muchos países europeos están reevaluando su política migratoria para tener en cuenta la presión política y los posibles conflictos dentro de su propio pueblo. Sin embargo, a la hora de hablar de aumentar el rendimiento fiscal, la mayoría de los países europeos ven a los inmigrantes con la capacidad de elevar la estabilidad económica del país a largo plazo.

  • En el caso de Alemania, por ejemplo, la menguante situación de la economía ha llevado al FMI a pronosticar que Alemania será la gran economía con peores resultados en 2023.

La falta de trabajadores cualificados ha llevado a los expertos a estimar que el país necesitará 1,5 millones de inmigrantes cada año para mantener su mano de obra. A diferencia de la mayoría de los demás Estados, Alemania ha mantenido sus políticas flexibles para atraer a la mano de obra extranjera.

¿Cuáles son los beneficios?

Frente al temor a los inmigrantes, percibidos por algunos como una amenaza para la cohesión social y la identidad nacional, en la última década se ha producido un cambio de paradigma que percibe a los inmigrantes como activos para los mercados laborales nacionales y el sistema de bienestar, impulsando el desarrollo económico.

  • La inclusión de inmigrantes en sectores como la sanidad, la construcción, la agricultura y la logística puede generar beneficios y reducir las tensiones y angustias económicas. Tienen el potencial de contribuir a las finanzas públicas en forma de impuestos.

¿Cuáles son los retos?

  • Según el informe de Frontex, el número de cruces ilegales de las fronteras exteriores de la UE en 2023 alcanzó aproximadamente los 380.000 casos. Esta afluencia ha dado lugar a delitos transfronterizos como la falsificación de documentos, la trata de seres humanos y el contrabando de mercancías ilegales y armas.

Los programas de integración de inmigrantes, como los de orientación cultural y las sesiones de formación lingüística, pueden suponer una carga para los presupuestos gubernamentales, ya que el coste lo asume inicialmente el país de acogida.

  • El aumento de la inmigración puede dar lugar a una gran demanda de viviendasen el sector de la construcción, lo que se traduce en un aumento de los precios de los inmuebles y de los alquileres. Esta causa-efecto no sólo influirá en la vida del emigrante, sino que también tendrá graves repercusiones en los residentes locales.
  • En Europa, todos los Estados miembros de la UE se caracterizan por un alto grado de beneficios económicos, Estado de Derecho y estabilidad política. En cambio, las poblaciones de otros países del mundo se enfrentan a cierto grado de autoritarismo e inestabilidad, lo que les lleva a optar por la migración.

Estos desequilibrios explican por qué Europa es, y seguirá siendo, uno de los principales destinos de los emigrantes, incluso en épocas de crecimiento económico latente.

Así espera la UE reducir el número de inmigrantes

Tras casi una década de duras negociaciones, el Consejo de la Unión Europea, es decir, la representación de los 27 Estados miembros, selló este martes (14 de mayo de 2024) una reforma fundamental de los procedimientos de asilo en la UE.

El llamado pacto migratorio, que consta de diez leyes, tiene como principal objetivo reducir el número de nuevas llegadas, acelerar los procedimientos de asilo y trasladarlos a las fronteras exteriores.

  • Según Eurostat, la autoridad estadística de la UE, el número de solicitudes de asilo ascendió a 1,14 millones el año pasado. Lleva cuatro años en constante aumento. Además, unos cuatro millones de refugiados de guerra procedentes de Ucrania han sido acogidos en la UE desde 2022.

¿Cómo debería funcionar el sistema ahora?

Los solicitantes de asilo y refugiados deben ser claramente identificados a su llegada por tierra, mar o aire en un plazo máximo de 7 días y ser integrados en el sistema biométrico «Eurodac”.

Los migrantes de países con una tasa de aceptación (porcentaje de solicitantes que finalmente son acogidos) inferior al 20 por ciento deberán permanecer hasta por doce semanas en campos fronterizos, donde se decidirá quiénes serán devueltos.

Esa medida, en todo caso, afectará solo a una minoría de los que llegarán. Los migrantes de países con una mayor tasa entrarán en el procedimiento normal de asilo. Ese proceso, que actualmente puede durar años, deberá ser más rápido. Los rechazados serán deportados directamente desde las fronteras exteriores de la UE.

¿Cómo se ayudará a los Estados de acogida inicial?

Los Estados de primera acogida deberían poder transferir a algunos de los solicitantes reconocidos con buenas posibilidades de obtener asilo a otros países miembros de la UE. Habrá «solidaridad obligatoria” dentro de la Unión.

  • Países como Hungría, que no quieren recibir solicitantes de asilo, deberían al menos pagar una compensación o enviar personal y equipos a los Estados de recepción inicial. Si un país se siente sobrecargado, puede pedir más solidaridad. Los 27 Estados decidirán juntos cuándo se llega a un punto crítico.

¿Cómo se aliviará a los actuales países objetivo?

Muchos solicitantes de asilo aspiran a llegar a Alemania, Austria, Francia, Países Bajos o Bélgica. El nuevo pacto migratorio busca terminar con los llamados «factores de atracción” que suscitan estos países y permitir, a través de beneficios y condiciones ventajosas, una distribución más uniforme en toda la Unión Europea.

¿Será más fácil deportar a los solicitantes rechazados?

El pacto prevé que las personas sean deportadas más rápidamente a sus países de origen o de tránsito que hayan sido declarados seguros. Para ello, la Unión Europea busca cerrar acuerdos con terceros países. A menudo, se cita como ejemplo el acuerdo alcanzado con Túnez.

  • A cambio de ayuda económica, este país aceptó recibir de vuelta a sus propios ciudadanos. Sin embargo, el Gobierno tunecino no quiere permitir que personas del África subsahariana que han emigrado a la UE a través de Túnez regresen al país.

¿Cómo se prevendrá el llamado «turismo de asilo”?

En el futuro, los guardias fronterizos de la UE podrán registrar los datos completos de todos quienes ingresen en las fronteras de la Unión Europea y guardar la información biométrica en una base ampliada a la que tendrán acceso funcionarios de toda la Unión.

El objetivo será determinar si un migrante que fue rechazado en Grecia, por ejemplo, solicita de nuevo asilo en Austria o viaja a través de otros países. De ser así, este solicitante será deportado con mayor facilidad.

¿Por qué sigue siendo controvertido este acuerdo?

Los defensores del pacto sostienen que procedimientos más estrictos tendrán un efecto disuasorio a largo plazo. Menos personas llegarían a la UE porque se reducirían las posibilidades de permanecer en Europa.

Los críticos, en cambio, se quejan de que el derecho de asilo en la UE se vería socavado y que aquellos que realmente necesiten protección podrían ser expulsados. Las muertes en el Mediterráneo, además, seguirían ocurriendo como hasta ahora.

La peligrosa ruta que utilizan migrantes que quieren llegar a Europa

En un rincón de los Alpes italianos, una cola de sudaneses y afganos se cambian las sandalias por botas de montaña y las chanclas por zapatillas de deporte resistentes, preparándose, esperan, para su viaje hacia la libertad.

Son los recién llegados hoy (unos 150) a un campamento improvisado en la pintoresca ciudad de Oulx, que es atendido por voluntarios locales. Allí entregan abrigos donados a los migrantes para ayudarles a sobrevivir a las temperaturas de la montaña en el arduo viaje que les espera.

  • Porque incluso aquí, después de haber llegado a Italia desde toda África y Medio Oriente, estos grupos de hombres, en su mayoría jóvenes, quieren ir a Francia y más allá. Más de 130.000 inmigrantes han entrado en Italia este año, casi el doble que en el mismo período de 2021, tras un aumento de llegadas en barco a la isla de Lampedusa, en el sur de Italia.
  • El número de personas que viajan al norte, a la frontera con Francia, se ha duplicado en los últimos meses. Pero las autoridades francesas están deteniendo y haciendo retroceder a inmigrantes indocumentados, tras haber reintroducido controles en su frontera con Italia y suspendiendo partes de las regulaciones del acuerdo Schengen de libre movimiento.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó recientemente que las devoluciones violan la ley de la UE y que los migrantes detenidos deberían estar sujetos a una decisión oficial de retorno, y añadió que la expulsión forzosa sólo debería ser «un último recurso».

Uno de los que intenta viajar a Francia es Omar, de Nigeria, que pasó meses en Libia antes de pagar a los contrabandistas el equivalente a US$800 dólares para realizar el peligroso viaje a través del Mediterráneo hasta Lampedusa.

Desde allí, lo trasladaron a dos campos de migrantes en otras partes de Italia, antes de lograr, dice, salir de allí y caminar hasta la frontera francesa. Ahora su objetivo es llegar al Reino Unido. «Sólo quiero tener una buena vida y estudiar allí», asegura con el pie vendado por una herida que se hizo en el mar.

Le pregunto si ha visto fotografías o escuchado historias de inmigrantes económicos a quienes se les negó asilo en Francia o el Reino Unido y fueron enviados de regreso.

  • Lo ha hecho, dice, pero incluso si corre la misma suerte, lo intentará de nuevo. «Si tengo que regresar a Nigeria mis padres estarán muy tristes porque sus sueños no se habrán hecho realidad», añade.
  • Algunos fracasan pronto. Presenciamos cómo un coche de la policía italiana se lleva a un migrante egipcio, capturado antes de que pudiera cruzar, de regreso al campamento improvisado.

Pero los controles en este lado de la frontera son raros, y Elena, una voluntaria, asegura que solo los ha visto dos o tres veces en los dos meses que lleva allí.

¿Entonces la policía italiana está haciendo la vista gorda?

«Saben exactamente lo que estamos haciendo aquí, saben exactamente para qué están aquí estas personas, así que de alguna manera es como un juego», dice. «Lo saben, pero fingen no saberlo».

Le dije que algunos considerarían que su trabajo fomenta la migración ilegal. La semana pasada, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, criticó al gobierno alemán por financiar ONG que ayudan a los inmigrantes en Italia, denunciándolas como «un factor de atracción».

«No me importa», dice Elena. «Si ves a alguien que necesita algo y conoces los riesgos en las montañas, ¿vas a dejar que la gente camine así? Es responsabilidad de toda Europa».

  • Tras un corto viaje en autobús hasta la ciudad de Claviere, los inmigrantes llegan a la frontera. Pero, por miedo a la policía, la mayoría evita la carretera que lleva al paso fronterizo oficial.
  • En cambio, se dispersan por el bosque, se esconden y esperan para cruzar las montañas, lejos de las miradas indiscretas. Envueltos en niebla y con temperaturas que descienden rápidamente, los peligrosos caminos rocosos ya se han cobrado varias vidas.

Otros buscan rutas alternativas, a cuatro horas de viaje hacia el sur, en la ciudad costera italiana de Ventimiglia, cerca de Niza.

Aquí, los inmigrantes acampan en la estación y prueban suerte en un tren transfronterizo. Pero los controles de Francia son estrictos. La policía francesa detiene todos los trenes que llegan desde Italia, pide documentos de identidad a los pasajeros e incluso revisa los baños en busca de polizones.

En un vagón, un puñado de africanos son capturados sin documentos y conducidos para ser enviados de vuelta a Italia, desde donde casi con seguridad lo intentarán de nuevo.

  • El rápido aumento de la llegada de inmigrantes está enfureciendo al alcalde de Ventimiglia, Flavio di Muro, del partido de extrema derecha Liga. Critica la suspensión por parte de Francia de la zona de libre circulación Schengen en esta frontera, que ha facilitado los controles y las devoluciones.
  • «La UE no está funcionando», lamenta. «Cada país establece sus propios límites migratorios e Italia tiene que soportar la carga sola. He puesto guardias armados en el cementerio porque los inmigrantes entraban a escupir en las tumbas, orinar y destrozar los baños», afirma.

«Hemos llegado a nuestro límite. Podríamos convertirnos en la Lampedusa del norte».

En la frontera alpina, en Claviere, la temperatura desciende rápidamente a medida que avanza el otoño. Por la noche, grupos de migrantes se apiñan bajo el refugio de la iglesia, donde algunos encienden fuego para ayudar a pasar las horas hasta su intento de cruzar las montañas sin ser detectados.

Los trabajadores de la Cruz Roja vienen a distribuir alimentos y agua y cuentan cómo algunos migrantes a los que han encontrado han necesitado que les amputaran los dedos después de sufrir congelación.

Entre los bosques de los Alpes y los ferrocarriles de Ventimiglia está surgiendo un nuevo cuello de botella en Europa. E, independientemente de lo que parezcan hacer los líderes del continente, la determinación de los desesperados está resultando imposible de sofocar.

15 países de la UE piden la externalización de la política de migración y asilo

Un grupo de 15 Estados miembros de la UE, encabezados por Dinamarca, han hecho un llamamiento conjunto para desarrollar la externalización de la política de migración y asilo, argumentando que el aumento «insostenible» de las ‘llegadas irregulares de migrantes’ observado en los últimos años justifica pensar «fuera de lo común».

«La UE y sus Estados miembros deberían mejorar su contribución a unas asociaciones igualitarias, constructivas y amplias con países clave, especialmente a lo largo de las rutas migratorias, cambiando nuestro enfoque de la gestión de la migración irregular en Europa al apoyo a los refugiados, así como a las comunidades de acogida en las regiones de origen», escriben.

«Si queremos seguir esforzándonos por romper las estructuras de incentivos que impulsan los movimientos migratorios irregulares y los viajes peligrosos hacia Europa, son necesarios esfuerzos complementarios», añaden.

  • La carta, fechada el 15 de mayo, pero hecha pública este jueves, está dirigida a los altos funcionarios de la Comisión Europea. Además de Dinamarca, cuenta con el respaldo de Bulgaria, la República Checa, Estonia, Grecia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Malta, los Países Bajos, Austria, Polonia, Rumanía y Finlandia, lo que refleja un consenso entre partidos.

La declaración, de cuatro páginas, presenta ideas y propuestas deliberadamente diseñadas para transferir parcialmente las tareas de las autoridades nacionales a los países vecinos.

  • Los firmantes abogan por «asociaciones globales, mutuamente beneficiosas y duraderas» con las naciones situadas a lo largo de las rutas migratorias, siguiendo el ejemplo de los acuerdos que la UE ha alcanzado con Turquía, Túnez y Egipto, que destinan millones, o incluso miles de millones de euros, en fondos de la UE, a cambio de controles fronterizos más estrictos.

Esta estrategia, dicen, debería basarse también en el protocolo firmado el año pasado entre Italia y Albania, en virtud del cual Roma prevé externalizar al país balcánico la tramitación de hasta 36.000 solicitudes de asilo al año.

  • El protocolo, realizado sin la intervención de Bruselas, difiere significativamente de los acuerdos de la UE con Túnez y Egipto, ya que estos no incluyen disposiciones para trasladar a los solicitantes de asilo de un lugar a otro, algo muy controvertido.

Sin embargo, los firmantes creen que este es el camino correcto y piden al bloque que explore soluciones encaminadas a «rescatar a los migrantes en alta mar y llevarlos a un lugar seguro predeterminado en un país socio fuera de la UE».

  • La carta parece estar deliberadamente programada para coincidir con la finalización del Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, la reforma global que prevé normas comunes y colectivas para todos los Estados miembros.
  • La reforma recibió su aprobación final el martes y tardará dos años en ser plenamente aplicable.
  • En particular, Dinamarca, país impulsor, tiene desde hace tiempo una cláusula de exclusión voluntaria del Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia (ELSJ) y, por tanto, no está vinculada por el Nuevo Pacto.

La Comisión Europea señaló que analizaría detenidamente la carta, que calificó de «compleja» y «exhaustiva», y subrayó que en los próximos años se centraría en la aplicación de la reforma acordada.

Esfuerzos complementarios

Los firmantes elogian el Nuevo Pacto y afirman que proporciona un marco jurídico sólido para abordar la migración irregular. Sin embargo, «son necesarios esfuerzos complementarios».

  • La deslocalización, prosiguen, debe aplicarse también a la cuestión de los retornos, punto delicado de la política migratoria de la UE. Durante años, los Estados miembros han luchado por garantizar que los solicitantes a los que se deniega la protección internacional (por ejemplo, en casos de que sean reconocidos como inmigrantes económicos) sean realmente devueltos a los países de los que proceden.
  • A pesar de los esfuerzos de Bruselas y las demás capitales comunitarias, la tasa de retorno sigue siendo escasa y oscila entre el 25% y el 30%. La coalición de 15 países afirma que la externalización también puede ayudar en este sentido estableciendo «mecanismos de centros de retorno» fuera del bloque, «a los que los retornados podrían ser trasladados mientras esperan su expulsión definitiva», aunque no se menciona ningún lugar concreto.

Otra propuesta implicaría enviar a los solicitantes de asilo a un «tercer país alternativo seguro», y completar allí el proceso para aliviar la presión sobre las autoridades nacionales. El concepto de «tercer país seguro», que la Comisión Europea planea revisar como parte del Nuevo Pacto, ha sido impugnado en repetidas ocasiones por las ONG, que argumentan que las personas pueden sufrir persecución y ser maltratadas en países que, sobre el papel, son estables.

Por último, los firmantes abogan por reforzar las normas para combatir la instrumentalización de la migración, algo ya previsto en el Nuevo Pacto, y reprimir la trata y el tráfico de seres humanos.

«Reiteramos que todas las nuevas medidas deben aplicarse respetando plenamente nuestras obligaciones jurídicas internacionales, incluido el principio de no devolución, así como la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE», escribe la coalición.

  • En conjunto, la carta se lee como un visto bueno sin paliativos a la externalización de la política de migración y asilo, una tendencia que ha ganado protagonismo desde el final de la pandemia de COVID-19, pero que sigue causando división por sus repercusiones jurídicas y humanitarias.

El gran número de firmantes, más de la mitad de los 27 Estados miembros, sugiere que el proyecto está a punto de escalar posiciones en la agenda y ofrece una indicación de hacia dónde se dirigirá el bloque tras las próximas elecciones al Parlamento Europeo./Agencias-PUNTOporPUNTO

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario