MÉXICO con López OBRADOR ha pasado del PAÍS de LIBERTADES a la DICTADURA PALACIEGA, al cancelar por la fuerza CONQUISTAS SOCIALES

El autoritarismo se validó cada vez más, aunque poco a poco; aumentó el número de personas a las que les da lo mismo el tipo de régimen y el populismo le parece indiferente a un buen número de ciudadanos

  • Según el World Justice Project (WJP), México vive un estancamiento en el progreso hacia un Estado de derecho robusto, pues en el último informe que realizó —en una escala del 0 al 1— el país tiene una calificación promedio de 0.42 en esta materia; además, en la mayoría de los estados se registró un declive en los pesos y contrapesos, así como en la lucha contra la corrupción.
  • En el Índice de Estado de Derecho en México 2022-2023 del WJP, ningún estado llega a una calificación perfecta de 1; la puntuación más alta es de 0.49 y la obtuvo Querétaro, después le sigue Guanajuato, con 0.48, y en tercer lugar está Aguascalientes, con 0.47.
  • De acuerdo con una entrevista realizado por Forbes a Alejandro González, director de Proyectos de Estado de Derecho del World Justice Project (WJP) México aseguró que “los resultados generales, si hay una palabra que los describe, es ‘estancamiento’; es decir, no hemos avanzado mucho y las mejoras que tenemos son marginales en términos de promedio y seguimos con un reto en cumplimiento del Estado de derecho”.

El índice del WJP busca evidenciar la situación de las 32 estados del país en materia de Estado de derecho, medido bajo ocho factores: límites al poder gubernamental, ausencia de corrupción, gobierno abierto, derechos fundamentales, orden y seguridad, cumplimiento regulatorio, justicia civil y justicia penal.

El ejecutivo comentó que la Ciudad de México es una de las entidades donde se refleja el estancamiento hacia un Estado de derecho robusto, pues mientras otros estados avanzan, la capital del país no lo ha hecho. Por ello, señaló que uno de los retos de para la Ciudad está en materia anticorrupción.

“Si hay una entidad que encabeza el concepto de estancamiento es la Ciudad de México. La Ciudad de México no se ha movido en términos de puntuación, ha permanecido constante en las últimas ediciones, y la razón por la que se ve al final es porque otras que estaban en el fondo de la tabla, como Guerrero, han venido avanzando y la CDMX está estancada”, declaró.

González mencionó que hay algunas entidades, como Queretaro, Guanajuato, Sinaloa, Baja California Sur, Tamaulipas y Sonora, que después de cinco mediciones han mostrado avances, lo cual hace pensar que en contextos adversos, es posible tener avances sustantivos.

Señaló que ante estos resultados, hay tres retos que son comunes en prácticamente todas las entidades federativas: el sistema de pesos y contrapesos, la corrupción y el sistema de justicia.

En el primero, explicó que la independencia del Poder Judicial y del Legislativo se ha venido deteriorando.

“A nivel nacional tenemos tres principales retos que le son comunes prácticamente a todas las entidades federativas: uno de ellos, tenemos un declive en el sistema de pesos y contrapesos, que los legislativos, los poderes judiciales y las condiciones básicas para respetar los derechos de libre asociación se han venido deteriorando prácticamente en todas las entidades y la capacidad de las instituciones para hacer su labor se han venido deteriorando; es el principal reto que enfrentamos en México”, declaró.

Esta información publicada en el Índice del Estado de Derecho se obtuvo a través de las más de 14 mil encuestas a especialistas y población general, así como la consulta de estadísticas oficiales y base de datos recopiladas por otras instituciones.

  • El concepto de Estado de derecho es complejo, pero el WJP lo define como un principio de gobernanza en el que todas las personas, instituciones y entidades están sujetas al cumplimiento de la ley, la cual es respetuosa los derechos humanos y se aplica de forma equitativa, justa y eficiente

Mexicanos muestran una desafección por la democracia

Durante los últimos 13 años, en México, y, en general, en América Latina, el respaldo a la democracia experimentó un sistemático declive. El autoritarismo se validó cada vez más, aunque poco a poco; aumentó el número de personas a las que les da lo mismo el tipo de régimen y el populismo le parece indiferente a un buen número de ciudadanos, exponen los resultados del Informe 2023 de la corporación Latinobarómetro.

  • Para el profesor-investigador del Tecnológico de Monterrey, Ángel Gustavo López Montiel, lo que ha ocurrido durante los últimos años se conoce como desafección democrática, lo cual es una combinación entre desconfianza, decepción y frustración, ante los resultados que han dado los gobiernos democráticos.
  • Eso sucedió porque —explicó—, durante la última década del siglo pasado y al inicio del actual, en América Latina, se generó un discurso entorno a la democracia, en el sentido de que podía resolver muchos problemas económicos y sociales, cuando, en realidad, solo se trata de una forma de elegir gobernantes.

Entonces, refirió, cuando la democracia no logró hacer eso que se esperaba de ella, porque resolver los problemas públicos implica un proceso de toma de decisiones complicado, pues hay que poner de acuerdo a diferentes grupos y posicionar mayorías para tomar decisiones, lo que ocurrió fue una frustración.

Por su parte Carlos Ramírez, analista de la consultora Integralia, destacó que no se trata de un malestar con la democracia, sino de un malestar en la democracia. A pesar de que es menor el apoyo hacia la democracia, el reporte retrata que los latinoamericanos siguen diciendo que es el mejor sistema para resolver sus problemas.

Dijo que, en el fondo, hay una enorme confusión en torno a lo que es la democracia. Cada uno le asigna diferentes expectativas, en función de su propia experiencia de vida.

El informe 2023 del Latinobarómetro destaca que los motivos que explican la recesión democrática de la región expresada en el bajo apoyo que tiene, el aumento de la indiferencia al tipo de régimen y preferencia por el autoritarismo, se pueden explicar principalmente en tres dimensiones:

  1. Las crisis económicas. Con éstas aumentan las desigualdades, el número de pobres y tensiona las demandas de la población, que se vuelven totalmente inelásticas.
  2. La deficiencia en producir bienes políticos que demanda la población, como igualdad ante la ley, la justicia, la dignidad, la justa distribución de la riqueza.
  3. El desplome del desempeño de los gobiernos; su falta de capacidad de responder a las demandas de políticas públicas. Eso ha tenido como consecuencia las alternancias en el poder en todas las elecciones presidenciales menos una desde 2018.

Aumenta en México apoyo al autoritarismo

Según el reporte (derivado de 19,205 entrevistas en 17 países de la región), en el caso concreto de México, entre 2020 y 2023 se registró un aumento de 11 puntos porcentuales del apoyo al autoritarismo, lo que enciende las alarmas.

Hay que observar detenidamente a México en un momento donde su presidente Andrés Manuel López Obrador, intenta modificar las leyes que rigen las elecciones para mejorar las opciones de su partido. Es una acción claramente autoritaria que podría contar con el apoyo de este tercio de la población”, enfatiza.

  • También refiere que, entre 2020 y 2023, México sufrió una pérdida de apoyo a la democracia, al pasar de 43 % a 35% (ocho puntos porcentuales) y un aumento de dos puntos porcentuales, alcanzando un 28%, en la indiferencia al tipo de régimen.
  • Eso quiere decir que, poco más de un tercio de los mexicanos apoya la democracia (35%), cerca de otro tercio es indiferente por el tipo de régimen (28%) y el otro tercio apoya una opción autoritaria (33 por ciento).

Según la evolución negativa de estos indicadores, en México, la democracia se ha deteriorado mucho desde 2020 y, de acuerdo con el análisis, “hay aquí también tierra fértil para autoritarismos y populismos”.

Llama la atención que los países con mayor disminución de apoyo a la democracia son Venezuela (-12%), Costa Rica (-11%) y Guatemala y México (-8 por ciento).

  • Al preguntar a los mexicanos si están de acuerdo o en desacuerdo con que la democracia puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno, 71% dice estar de acuerdo. En 2017 ese indicador estuvo en 56% y en 2011 en 59 por ciento.

En ese sentido, Carlos Ramírez mencionó que parte del por qué mejoró la confianza en la democracia mexicana, se debe a que, para un segmento importante de la población, el presidente López Obrador ha generado, en términos generales, confianza y hay un mejor humor democrático de lo que había con el gobierno anterior.

Las cifras reflejan que para muchos mexicanos, López Obrador no es un populista, sino un presidente que ha generado confianza y que está haciendo bien su trabajo, respondiendo a las promesas y expectativas que generó y luchando contra los grandes problemas del país como inseguridad pobreza, etcétera.

Asimismo, destacó que estamos ante una paradoja, pues tenemos un presidente populista, tratando de minar nuestra democracia; sin embargo, ha generado tal confianza que muchos dicen vamos por buen camino.

  • En ese sentido, opinó que claramente hay un presidente que ha intentado cambiar las reglas electorales en la antesala de un proceso electoral y quiere minar el sistema de contrapesos, lo cual se refleja en los ataques a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a aspirantes a los candidatos presidenciales de la oposición.
  • Ante esa situación, según el analista, lo que puede esperarse es que el caldo de cultivo sigue ahí, es decir lo que nos trajo a López Obrador no se ha ido. Sigue vigente la idea de que un hombre providencial, extraordinariamente dechado en virtudes, nos va a sacar adelante. Y eso, claramente no es algo positivo para la democracia, porque puede llegar un presidente que quiera desaparecer instituciones o lo que, a su consideración, no lo deje gobernar.

Además, dijo que todo parece indicar que los mexicanos no están preocupados por el desmantelamiento de los contrapesos y pueden estar dispuestos a favorecer a otro proyecto populista.

El malestar en la democracia, puede ocasionar que, como nación, nos vayamos a los extremos, ya sea hacia un populismo de extrema izquierda o de extrema derecha”, alertó.

Sin embargo, dijo, que si se analizan los números a detalle, lo que se observa es que los mexicanos dicen sí tengo un poco más de confianza en la democracia, pero sigo profundamente insatisfecho. Tan es así que estaría dispuesto a darle las llaves del poder a los militares.

Los populismos son una consecuencia de la democracia

A su vez, el politólogo López Montiel expuso que el populismo es una consecuencia de la democracia y se da cuando surgen líderes que buscan sobreponerse a las instituciones que la soportan.

Resaltó que ese tipo de liderazgos se basan en el discurso democrático, aunque atentan contra las libertades que se construyen mediante la democracia.

Por ello ─en su opinión─, se consideran liderazgos que generan peligros a la propia democracia, porque restringen libertades, a cambio de ciertos resultados, como seguridad, tal como ocurrió en Centroamérica (El Salvador) o dinero en forma de dádivas, como el caso de México.

Asimismo, indicó que, en ciertos países, ocurre porque viven populismos y, ante la condición autoritaria que un liderazgo de ese tipo implica, la gente considera que hay que cuidar las instituciones democráticas.

  • En ese tenor, remarcó que la democracia requiere de instituciones y actores que permitan la existencia del esquema democrático y unos de esos actores son los partidos, que son estructuras de mecanismos de representación. Cuando los partidos se desestructuran, como ocurrió en Perú, Venezuela y en Colombia, se debilitaron y eso ocasionó el surgimiento de líderes autoritarios.
  • En el caso de Venezuela, Hugo Chávez llegó al poder porque desestructuraron a los partidos; lo mismo ocurrió en Perú, con la llegada de Fujimori. Esos liderazgos se sobrepusieron al resto de las estructuras y dominan, añadió.

El académico destacó que se trata de personalidades que están por encima de las estructuras partidistas, por ejemplo, Andrés Manuel López Obrador, que está encima de Morena, aunque el resto de los partidos, aun con su debilidad, logran plantear un contrapeso al mismo presidente, y éste no puede hacer todo lo que quiere, porque no tiene todos los votos necesarios en el Congreso.

Se ha disminuido la comunidad

Por otra parte, el estudio señala que habrá que hacerse la pregunta: ¿Quién manda en las democracias latinoamericanas? Y responde: mandan el dinero, los personalismos y el poder político. Los que menos mandan son el pueblo, que debería ser el soberano. Se ha diluido la polis (la comunidad) y no hay demos (pueblo), en sociedades que no han sido capaces de producir confianzas como sustitutos de esas pérdidas.

Durante los últimos 13 años, en México, y, en general, en América Latina, el respaldo a la democracia experimentó un sistemático declive. El autoritarismo se validó cada vez más, aunque poco a poco; aumentó el número de personas a las que les da lo mismo el tipo de régimen y el populismo le parece indiferente a un buen número de ciudadanos, exponen los resultados del Informe 2023 de la corporación Latinobarómetro.

  • Para el profesor-investigador del Tecnológico de Monterrey, Ángel Gustavo López Montiel, lo que ha ocurrido durante los últimos años se conoce como desafección democrática, lo cual es una combinación entre desconfianza, decepción y frustración, ante los resultados que han dado los gobiernos democráticos.
  • Eso sucedió porque —explicó—, durante la última década del siglo pasado y al inicio del actual, en América Latina, se generó un discurso entorno a la democracia, en el sentido de que podía resolver muchos problemas económicos y sociales, cuando, en realidad, solo se trata de una forma de elegir gobernantes.

Entonces, refirió, cuando la democracia no logró hacer eso que se esperaba de ella, porque resolver los problemas públicos implica un proceso de toma de decisiones complicado, pues hay que poner de acuerdo a diferentes grupos y posicionar mayorías para tomar decisiones, lo que ocurrió fue una frustración.

Por su parte Carlos Ramírez, analista de la consultora Integralia, destacó que no se trata de un malestar con la democracia, sino de un malestar en la democracia. A pesar de que es menor el apoyo hacia la democracia, el reporte retrata que los latinoamericanos siguen diciendo que es el mejor sistema para resolver sus problemas.

Dijo que, en el fondo, hay una enorme confusión en torno a lo que es la democracia. Cada uno le asigna diferentes expectativas, en función de su propia experiencia de vida.

El informe 2023 del Latinobarómetro destaca que los motivos que explican la recesión democrática de la región expresada en el bajo apoyo que tiene, el aumento de la indiferencia al tipo de régimen y preferencia por el autoritarismo, se pueden explicar principalmente en tres dimensiones:

Las crisis económicas. Con éstas aumentan las desigualdades, el número de pobres y tensiona las demandas de la población, que se vuelven totalmente inelásticas.
La deficiencia en producir bienes políticos que demanda la población, como igualdad ante la ley, la justicia, la dignidad, la justa distribución de la riqueza.

El desplome del desempeño de los gobiernos; su falta de capacidad de responder a las demandas de políticas públicas. Eso ha tenido como consecuencia las alternancias en el poder en todas las elecciones presidenciales menos una desde 2018.

Los populismos son una consecuencia de la democracia

A su vez, el politólogo López Montiel expuso que el populismo es una consecuencia de la democracia y se da cuando surgen líderes que buscan sobreponerse a las instituciones que la soportan.

Resaltó que ese tipo de liderazgos se basan en el discurso democrático, aunque atentan contra las libertades que se construyen mediante la democracia.

  • Por ello ─en su opinión─, se consideran liderazgos que generan peligros a la propia democracia, porque restringen libertades, a cambio de ciertos resultados, como seguridad, tal como ocurrió en Centroamérica (El Salvador) o dinero en forma de dádivas, como el caso de México.
  • Asimismo, indicó que, en ciertos países, ocurre porque viven populismos y, ante la condición autoritaria que un liderazgo de ese tipo implica, la gente considera que hay que cuidar las instituciones democráticas.

En ese tenor, remarcó que la democracia requiere de instituciones y actores que permitan la existencia del esquema democrático y unos de esos actores son los partidos, que son estructuras de mecanismos de representación. Cuando los partidos se desestructuran, como ocurrió en Perú, Venezuela y en Colombia, se debilitaron y eso ocasionó el surgimiento de líderes autoritarios.

  • En el caso de Venezuela, Hugo Chávez llegó al poder porque desestructuraron a los partidos; lo mismo ocurrió en Perú, con la llegada de Fujimori. Esos liderazgos se sobrepusieron al resto de las estructuras y dominan, añadió.
  • El académico destacó que se trata de personalidades que están por encima de las estructuras partidistas, por ejemplo, Andrés Manuel López Obrador, que está encima de Morena, aunque el resto de los partidos, aun con su debilidad, logran plantear un contrapeso al mismo presidente, y éste no puede hacer todo lo que quiere, porque no tiene todos los votos necesarios en el Congreso.
    Se ha disminuido la comunidad

Por otra parte, el estudio señala que habrá que hacerse la pregunta: ¿Quién manda en las democracias latinoamericanas? Y responde: mandan el dinero, los personalismos y el poder político. Los que menos mandan son el pueblo, que debería ser el soberano. Se ha diluido la polis (la comunidad) y no hay demos (pueblo), en sociedades que no han sido capaces de producir confianzas como sustitutos de esas pérdidas.

En ese sentido, López Montiel expuso que para que la democracia funcione, debe haber confianza de la ciudadanía, no únicamente en el gobierno, sino en las demás personas.

Eso es un problema, porque los mecanismos de representación, desde la base no se pueden configurar. Por ejemplo, no se construye capital social. Si uno no confía en las demás personas, no hace organización, puesto que uno se organiza con las personas con las que confía y entre menos confianza existe, hay menos participación y entre menos participación, la democracia se ve debilitada. En México los jóvenes son los que menos confían, explicó.

La región asiste a un colapso en el desempeño de los gobiernos

Según los números del informe, en 2018 la satisfacción con la democracia en América Latina alcanzó un mínimo histórico de 24%, recupera cuatro puntos porcentuales y llega al 28% en 2023. Es la cuarta medición consecutiva que hace Latinobarómetro de este indicador (2017, 2018, 2020 y 2023) en que el resultado indica que menos de un tercio de los ciudadanos latinoamericanos están satisfechos con la democracia.

Los indicadores del estudio permiten ver aspectos relevantes relacionados con sexo, edad, educación y clase social.

  • No existen diferencias por sexo en cuanto autoritarismo. Las mujeres (45%) apoyan menos la democracia que los hombres (51%) y son más indiferentes al tipo de régimen (29% mujeres versus 26% hombres).
  •  A mayor edad, más apoyo a la democracia. Mientras los más jóvenes (16-25 años) solo el 43% apoya a la democracia, entre los de más edad (61 y más años) es el 55 por ciento.
  •  A mayor educación, más apoyo a la democracia. Un 40% entre los entrevistados con educación básica y 60% entre quienes tienen educación universitaria; en el padre del entrevistado, 47% y 62%, respectivamente. El estudio hace énfasis en que la educación es crucial en marcar los segmentos más educados y los más demócratas.
  •  El autoritarismo no se diferencia por autoclasificación de clase social. Mientras más alta es la clase social, menos apoyo hay a la democracia. En la clase alta un 37% apoya la democracia, mientras que en la clase baja es 44 por ciento. El mayor apoyo a la democracia se produce en la clase media baja, con el 51 por ciento.

Registran 20 estados desarrollo mínimo o bajo en democracia

Por otro lado, el Índice de Desarrollo Democrático de México 2022 (IDD-Mex) reveló que nuestro país tuvo otro año negativo en rubros como el respeto y desarrollo de las instituciones, de la prensa, de las organizaciones de la sociedad, los controles sobre la democracia y el mejoramiento de la economía, entre otros.

  • Jorge Arias, autor de IDD-Mex 2022, expresó preocupación por el lento, y por periodos, nulo desarrollo de la democracia en los ciudadanos, democracia de las instituciones, democracia social y humana, así como democracia económica.
  • Destacó que por segunda vez en 12 años el conjunto de estados con alto desarrollo democrático es poco numeroso, ya que pasó de 11 entidades en 2020 a solamente dos el año pasado.

Entre las entidades que se ubican por encima del promedio nacional para el 2022 (4,264 puntos) mencionó a Yucatán, Sinaloa, Colima, Ciudad de México, Nayarit, Aguascalientes, Durango, Querétaro, Nuevo León, Baja California Sur, Hidalgo, Jalisco, Coahuila, Campeche y Zacatecas.

El IDD-Mex 2022, agregó, “arroja que el deterioro de condiciones sociales y económicas se ha hecho presente en toda la geografía del país y que se suma al enrarecido clima de libertades y derechos generado por las restricciones diferenciales en diversas zonas del país”.

  • Por ello, dijo que “hay un panorama preocupante porque en el resultado final de nuestro índice, el año pasado tuvimos el peor resultado de la serie histórica de 12 años de medición. Este año es un poquito mejor el indicador promedio de todo el país, pero está muy lejos del promedio histórico que traía el Índice de Desarrollo Democrático en México”.
  • Resaltó que en democracia ciudadana, solo Yucatán y Veracruz lograron superar los 7,000 puntos a nivel de todo el país.
  • El IDD-Mex evalúa el desarrollo democrático de las entidades en una escala de 0 a 10,000; mientras más alto el puntaje mejor desarrollo democrático.

Dicho puntaje, a su vez, se construye de cuatro rubros: Democracia Ciudadana, que mide afectaciones a derechos y libertades; Democracia en las Instituciones; que analiza la calidad del sistema institucional y político; Democracia Social, que verifica las capacidades en las entidades para generar políticas sociales para el bienestar de la población y Democracia Económica, que se enfoca en verificar las capacidades para generar políticas que aseguren el bienestar económico.

“A modo de síntesis, en 2022 el IDD-Mex documenta retrocesos en todas las dimensiones, a excepción de Democracia de las Instituciones, que presenta un promedio levemente superior”, se indica en el estudio.

Jorge Arias dijo que “el deterioro de condiciones sociales y económicas se ha hecho presente en toda la geografía del país y se sumó al enrarecido clima de libertades y derechos generado por las restricciones diferenciales en diversas zonas del país”./Agencias-PUNTOporPUNTO

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