Pese a la vulnerabilidad del país en materia de fenómenos naturales, contar con un atlas y con protocolos de riesgo no es parte de las prioridades para la mayoría de los municipios del país.
- En México, 85% del total de municipios carece de atlas de riesgo y, por tanto, de planes o estrategias ante fenómenos naturales o accidentes de grandes magnitudes, lo que expone de sobremanera a más de 70 millones de mexicanos ante emergencias, destacaron diversos análisis legislativos y expertos.
Acorde con diversos análisis legislativos, exhortos e iniciativas presentadas en tribuna por las bancadas en la Cámara Alta, hay un desinterés de las autoridades por mil 970 municipios que no tienen ni atlas ni planes de prevención o mitigación de riesgos, como inundaciones, deslaves, sismos, lluvias, huracanes, tornados e, incluso, incendios, explosiones y otros fenómenos.
Incluso en los municipios que sí cuentan con ese tipo de instrumentos, el panorama no luce mejor, pues 501 municipios que cumplen con tener instrumentos y planes de protección, no los tienen actualizados, cuentan con una obsolescencia de al menos 10 años pese al crecimiento de la población, de la mancha urbana y de nuevos asentamientos en zonas como laderas, lechos de ríos, barrancas o zonas costeras.
- Lo que exige la ley. El artículo 86 de la Ley General de Protección Civil señala que en el Atlas Nacional de Riesgos y en los respectivos atlas estatales y municipales deberán establecerse los diferentes niveles de gobierno.
- Rafael Rodríguez González, con una maestría en Geografía por la UNAM, dice que desafortunadamente a la par del desprecio por contar con atlas de riesgo actualizados en los 2 mil 471 municipios del país, se suma el perfil de los funcionarios de Protección Civil.
- Refiere que esos cargos se entregan como “premio de compensación al sobrino, compadre, amigo o político que no alcanzó acomodo en el gabinete y que como consolación se pasea con un Jeep cuatro por cuatro por el municipio o estado.
“Son cargos que se entregan bajo la idea de que nunca ocurrirá una tragedia y en pocas ocasiones a verdaderos profesionales en la materia, a pesar de que cada año en el país se repiten emergencias y tragedias a causa de sismos, huracanes, lluvias, deslaves, incendios o accidentes en minas. Ahí tenemos la tragedia en la mina de Sabinas, los constantes deslaves en época de lluvias, la tragedia de La Pintada, en Guerrero, donde no hubo acciones de prevención, no se contaba con mapas de riesgos y las acciones de rescate fueron tardías”, apunta.
Indica que muchos asentamientos urbanos se encuentran en lechos de ríos, laderas, zonas que antes fueron minas, barrancas, cerca de las costas y a pesar de los riesgos latentes por sismos, huracanes, lluvias o deslaves, los encargados de protección civil no advierten del peligro, no cuentan con atlas de riesgo y generalmente, cuando ocurre una tragedia, se culpa a la naturaleza, pero no a la corrupción y negligencia de los políticos y funcionarios.
- Los informes legislativos exponen que el Atlas Nacional de Riesgos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) señala que 45% del territorio de México está expuesto a inundaciones, por lo que cada año las dependencias en materia de Protección Civil y las entidades federativas que están más propensas por su ubicación geográfica a padecer depresiones y tormentas tropicales, así como huracanes.
- Deben trabajar de manera coordinada para prevenir decesos y que la población pueda alejarse y evacuar a tiempo de las zonas de riesgo.
- Marco Antonio Natale, diputado federal del PVEM, en un punto de acuerdo, subraya que los atlas de riesgo a nivel municipal facilitan labores de construcción y reparación, compra de inmuebles, demanda de servicios públicos y hasta la decisión individual de vivir o no en alguna zona, pues también deben ser públicos y de fácil acceso a la población de cada municipio y ciudad.
“El inventario de atlas de riesgos en México revela que sólo 375 de los 2 mil 471 municipios del país cuentan con un documento de este tipo. Ante estas cifras, surge la importancia de desarrollar y actualizar la mayoría de los atlas de riesgos en el país, con la supervisión de la institución gubernamental especializada en estos temas”.
Se destaca que a pesar de que la misma Guía Básica para la Elaboración de Atlas Estatales y Municipales de Peligros y Riesgo del Cenapred indica que los atlas de riesgos se deben actualizar cada dos años, existen varios que fueron elaborados hace más de 10 años y aún no los han actualizado.
- En diciembre del año pasado, la Asociación Mexicana de Urbanistas denunció el cumplimiento a finales de 2022 de dos años desde que la Mesa Directiva del Senado turnó a las comisiones unidas de Gobernación y de Estudios Legislativos la minuta con proyecto de decreto por el que se expide la Ley General de Gestión Integral del Riesgo de Desastres y Protección Civil, para su análisis y dictaminación.
Poblaciones vulnerables ante desastres naturales
El Gobierno de México ha hecho a un lado los seguros catastróficos desde la desaparición del Fonden, afirmó Eduardo Vargas, presidente de la Asociación Mexicana de Ajustadores de México (AMASAC) y destacó que tanto el gobierno federal, como los estatales, tienen el trabajo de proteger a la población más vulnerable y expuesta del país.
”El seguro catastrófico a nivel federal no existe, o existe en algunos estados que se han preocupado por ello, y el gobierno retiró ciertos seguros que protegían a la población que no tiene alcance para pagar una póliza”, aseveró.
- Debería haber un seguro público sin costo para la población más vulnerable del país, la cual equivale al 70 por ciento, sugirió Vargas, en el marco de la inauguración del primer Congreso Internacional de Daños, organizado por la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas (AMASFAC).
- Asimismo, resaltó que actualmente México no tiene los recursos para enfrentarse a un evento catastrófico y tiene que tomar cartas en el asunto lo más pronto posible. “México está descubierto y es algo muy grave”.
- Elisa Trujillo, directora general de Arise México, puntualizó que son 77 millones de personas en situación de vulnerabilidad y a raíz del cambio climático “ya no hay escenarios certeros” y cada vez hay mayor incidencia de fenómenos naturales atípicos o que antes no se registraban con tanta frecuencia.
”Para 2030 se espera tener 1.5 desastres por día, todas las agendas de desarrollo sostenible van ligadas y los seguros son la herramienta para la prevención, pero también para tener una rápida recuperación ante esta nueva realidad que vamos a enfrentar”, subrayó la directiva.
En ese sentido, las aseguradoras no solo fomentan la economía, sino que también, se han convertido en las principales calificadoras de la viabilidad de proyectos, al ser ellas las que precisamente definen si dicho proyecto se puede asegurar o no, con base en la evaluación de los riesgos. “Incentivan que los desarrollos e inversiones en México no sean en zonas de riesgo”, apuntó Elisa.
Por otro lado, Elisabeth Vogt, presidenta de la Confederación Panamericana de Productos de Seguros (COPAPROSE) acotó que actualmente el sector asegurador tiene el reto de impulsar a los seguros paramétricos, así como mejorar la oferta de productos y trabajar en nuevas coberturas. “Necesitamos apoyo de los gobiernos para lograrlo”, acentuó.
Amenaza el clima al 68% de la población en México
Del total de la población mexicana, 68 por ciento viven vulnerable ante el impacto del cambio climático, al resultar afectada por máximas temperaturas, inundaciones, deslaves o estrés hídrico, señaló la organización Iniciativa Climática de México.
- Por ejemplo, datos del Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático (ANVCC) del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) indican que Chihuahua, Coahuila, Sonora, Nuevo León y Zacatecas podrían alcanzar un incremento en la temperatura de hasta 5 grados.
Víctor Orlando Magaña, investigador de Geografía Física del Instituto de Geografía de la UNAM, señaló que son eventos climáticos que ya padece la población, que se acentúa ante la falta de políticas públicas para prevenir los efectos de éstos.
“El concepto vulnerabilidad requiere no sólo echarle el rollo, sino pensarle bien qué nos hace vulnerables y a qué”, comentó.
- De acuerdo con el ANVCC, Oaxaca es el estado con más municipios expuestos a estragos por lo menos por algún fenómeno climatológico, seguido de Veracruz, Michoacán, Jalisco y Edomex.
- Expuso que, para mitigar los riesgos, lo que se debe de hacer en estos momentos es crear buenos Atlas de Riesgos y que sean entendibles por el ciudadano común, pues casi la mitad de los municipios del país carecen de un estudio de riesgos.
“Alguien compra una casa en una zona que considera bonita, pero olvida ver si la zona de alta sismicidad, si caen descargas eléctricas; esas cosas rara vez la gente lo mide”, explicó.
Precisó que hay que hablar de vulnerabilidad “porque, generalmente, cuando ocurre un desastre, el discurso tradicional es el huracán los mató, la sequía acabó con las cosechas, es decir, el discurso tiende a echarle la culpa a la naturaleza, sin reconocer que nosotros hemos construido un modelo de desarrollo que nos hace muy vulnerables”, dijo.
Ciudad de México con 2,750 puntos con muy alto riesgo
En la Ciudad de México hay 2,750 puntos con muy alto riesgo de inundación ante lluvias, de acuerdo con el Atlas de Riesgos CDMX.
- Las alcaldías que se colocan en los tres primeros lugares por tener más puntos de muy alto riesgo concentran el 48.7% de los puntos vulnerables ante inundaciones: Iztapalapa en primer lugar con 640 puntos, Gustavo A. Madero con 402 y Cuauhtémoc con 298.
- La temporada de lluvias de verano comenzó en julio en el Valle de México, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Se reportaron lluvias por arriba del promedio con entre 150 a 200 mm al norte de la cuenca de la Zona Metropolitana y de 200 a 300 mm en la parte sur.
- Agosto y septiembre se pronostica sean los meses con más lluvia. En agosto las lluvias llegaron de 124 a 150 mm al norte, 150 a 200 mm en el centro y de 200 a 300 mm al sur; mientras en este mes de septiembre se prevén lluvias superiores a los 250 mm en la mayor parte del Valle de México.
Para este año durante la temporada de huracanes en México –que comenzó el 15 de mayo y se prevé termine el 30 de noviembre– se estima la formación de 16 a 22 ciclones tropicales en el Pacífico, así como entre 10 y 16 en el Atlántico, de acuerdo con predicciones de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, y el Servicio Meteorológico Nacional mexicano.
Estos fenómenos meteorológicos podrían afectar a la capital con la llegada de lluvias intensas.
Sin aumento en los recursos de prevención
En un país en el que ocurre un sismo mayor a 7 grados cada año y medio, y en el que 40% del territorio está expuesto a un riesgo catastrófico, sobre todo por sus más de 15.000 kilómetros de costas, solo siete de cada 100 hogares mexicanos cuenta con un seguro contra daños.
A esto hay que añadirle el efecto potenciador del cambio climático, que expone a las personas a desastres naturales cada vez más frecuentes y más destructivos. Conforme el calentamiento global aumenta también lo hace la regularidad y severidad de daños de los fenómenos meteorológicos. Y la fragilidad de México y de su población es un hecho.
- Sin embargo, ante el nivel creciente de riesgos, la población está desprotegida. Así lo han señalado agencias de riesgo crediticio y expertos en la industria aseguradora que advierten que en el país prevalece la baja penetración de los seguros, la falta de estrategias por parte del Gobierno para atender la mayor exposición a desastres naturales e, incluso, una disminución en los recursos destinados a su protección.
“El papel del Gobierno puede y debe ser más protagónico”, a través de fondeo, campañas de concientización y medidas de protección civil, señala Carlos Arenas, representante de LIMRA en México, una asociación que representa a más de 1.200 aseguradoras en 70 países.
- En el contexto global, México es uno de los países más vulnerables ante el cambio climático, según el Banco Mundial: 68,2% de la población mexicana y 71% del producto interno bruto (PIB) son proclives a sufrir los efectos adversos de este fenómeno.
- Más concretamente, Arenas advierte que 40% del territorio nacional está expuesto a un evento catastrófico. Entre los más frecuentes y severos están los fenómenos hidrometeorológicos como lluvias, ciclones tropicales, huracanes e inundaciones.
Pero también se esperan sequías más extremas. Desde 2020, varias regiones del país han pasado de una sequía severa a extrema o excepcional, según el Servicio Meteorológico Nacional de México y hasta 87,5% del territorio ha sufrido algún nivel de escasez de agua.
- Por otro lado, se estima que entre 2015 y 2039 las precipitaciones en el país se reducirán hasta 20% y la temperatura anual aumentará entre 1,5 grados centígrados 2 grados en el norte del país, refiere Eugenia Martínez, líder de Seguros de la calificadora de riesgos Fitch Ratings.
- El aumento en estos eventos ha elevado las pérdidas económicas alrededor del mundo. La experta refiere un reporte del Instituto Swiss Re que menciona un aumento de 58.000 millones a 185.000 millones de dólares entre 1980 y 2020.
- De hecho, para la industria aseguradora en México, nueve de los 10 siniestros más catastróficos pagados tienen que ver con el cambio climático, entre ellos los huracanes Wilma, Odile y Gilberto, los sismos de 2017, las lluvias torrenciales en Tabasco y las heladas en Sinaloa.
“Quiere decir que efectivamente hay una recomposición de la frecuencia y severidad de los eventos naturales catastróficos”, dice Martínez.
Ante este panorama, los recursos que la actual administración federal destina a paliar los efectos de los eventos meteorólogicos no van en aumento.
En julio de 2021, la Secretaría de Hacienda anunció la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) junto con otros fideicomisos, con el argumento de malos manejos de los recursos de parte de funcionarios.
El objetivo al crearlo hace 25 años fue ayudar a las poblaciones afectadas por fenómenos naturales.
- En una conferencia matutina en septiembre del año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador explicó que las ayudas del Gobierno para los damnificados por los desastres llegarían de manera directa, a través de censos. “Estamos atendiendo mejor que nunca a los damnificados”, dijo.
- La reducción de recursos no se hizo esperar. En 2021, el gasto para atender desastres naturales cerró en 14.500 millones de pesos (unos 724 millones de dólares), la mitad del promedio anual gastado en el sexenio de Enrique Peña Nieto, según información del centro de análisis México Evalúa.
Al final, lo que no alcance a cubrir el Estado sale del bolsillo de las personas, los dueños de las casas y de los comercios y empresas. Y, en las catástrofes naturales, los más pobres son los que están más expuestos a mayores pérdidas, dice Arenas.
- Los terremotos de 2017 causaron pérdidas por 61.000 millones de pesos (más de 3.000 millones de dólares), pero solamente la mitad fueron cubiertos por algún seguro, según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). En este país, la cultura de la prevención de riesgos a través de los seguros no ha logrado afianzarse.
- La penetración de los seguros en México calculada a partir de la suma del total de primas —el costo de los mismos— es de 2,4% del PIB, menor que otros países latinoamericanos con ingresos per cápita similares, como Chile y Colombia, según mediciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Una muestra de ello son los seguros para auto: pese a que es obligatorio tener uno que cubra los daños a terceros, solo 32% del parque vehicular en México tiene uno. Apenas el 18,5% de la población tiene seguro de vida y 9,7% uno de gastos médicos mayores, según la AMIS.
- En el caso de seguros para casa habitación, que protegen el patrimonio de las personas ante accidentes y desastres naturales, aunque a los mexicanos les lleva 20 años ahorrar para comprar una vivienda, solo siete de cada 100 casas están aseguradas, sin contar las hipotecas que por su diseño tienen atado un seguro.
- El costo de estos productos es la segunda razón para no adquirir uno, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018. Sin embargo, según Carlos Arenas, en los seguros para casas, con el pago de 8.000 pesos al año (algo menos de 400 dólares) se puede asegurar un inmueble de 3 millones de pesos (unos 150.000 dólares).
Aunque el precio es uno de los factores que aleja a los mexicanos de los seguros, los eventos catastróficos por el cambio climático pueden llevar a su aumento. “La severidad de estos fenómenos significa que el seguro puede volverse más caro y mucho más difícil de adquirir para las poblaciones que están menos protegidas por éstos”, dice Yelhis Hernández, directora general de Lloyds México, que provee servicios de reaseguro.
- Paradójicamente, el encarecimiento de los seguros se compensaría si más personas se aseguraran pues el costo de los siniestros se repartiría entre una mayor base de asegurados. El reto para las compañías de seguros está en el diseño de productos enfocados a la población de menores ingresos y a jóvenes.
- “Desde la calificadora necesitamos ver que las compañías generen un mayor apetito en abrirse a estos tipos de riesgos. Quizás esto es la oportunidad de pronto de generar un producto agrícola o un producto [enfocado en] terremotos en Ciudad de México”, dice Eugenia Martínez de Fitch.
Pero antes que nuevos productos, los entrevistados coinciden en la importancia de generar una mayor conciencia en la importancia de la previsión. “Hay que educar a las poblaciones vulnerables. En parte la baja penetración tiene que ver con la ausencia de conocimiento de los beneficios de los seguros”, dice Yelhis Hernández./Agencias-PUNTOporPUNTO