De acuerdo con un estudio llevado a cabo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), los plásticos de un solo uso que circulan en Ciudad de México contienen metales que afectan a la salud humana y el medio ambiente.
Para esta investigación, 33 plásticos de un solo uso fueron recolectados de tianguis, panaderías, farmacias y cerca de los sistemas de transporte público de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, dijo Shruti Venkata Chari, del IPN y líder del análisis.
- En dichas muestras se encontraron 25 metales diferentes, entre ellos cobre (Cu), plomo (Pb), cromo (Cr), molibdeno (Mo), zinc (Zn), hierro (Fe).
- Tras analizarlos a profundidad, encontraron que las concentraciones máximas que alcanzaron fueron 1898 mg/kg de cobre, 1586 mg/kg de cromo, 95 mg/kg de molibdeno, 1492 mg/kg de zinc, 1900 mg/kg de hierro y 7528 mg/kg de plomo.
Cabe destacar que según el coautor del estudio, e investigador del Instituto de Geología (IGl), Priyadarsi Roy, las cantidades de esos metales en los plásticos rebasan las normas internacionales estándar utilizadas en Estados Unidos, Europa y Emiratos Árabes Unidos.
- A fin de dimensionar la gravedad de tales concentraciones, los investigadores las compararon con las autorizadas en otras naciones. Por ejemplo, Emiratos Árabes Unidos y Europa no permiten cobre por encima de 50 mg/kg y Canadá restringe las de cromo por debajo de 265 mg/kg y zinc por debajo de 463 mg/kg.
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No obstante, en el caso de la Ciudad de México la concentración de cromo excedió los límites permisibles de Emiratos Árabes y de Europa en 27 de 33 muestras, así como el tope admitido en material de empaques utilizado en Europa en 15 de 33 muestras.
Asimismo, tres plásticos de un solo uso de la capital mexicana tenían más zinc en comparación con el límite fijado en Canadá.
- Chari y Roy alertaron que los plásticos recolectados de un solo uso de Ciudad de México no tienen las características fisicoquímicas adecuadas y podrían terminar aumentando el desecho sólido de crecimiento exponencial en el futuro inmediato, ya que todos están compuestos de polietileno de alta densidad (85%) y polietileno de baja densidad (15%), con contenidos metálicos significativos, y muestran un comportamiento de degradación térmica variable.
Explicaron que al no estar unidos químicamente a las moléculas de polímero, por la acción de luz y el calor pueden filtrarse gradualmente y tener efectos directos e indirectos en el medio ambiente y la salud.
Cabe recordar que los plásticos de un solo uso generalmente están destinados a transportar alimentos, carne y vegetales desde el mercado cercano hasta el hogar, antes de ser desechados, por lo que en muchas ocasiones, alimentos y vegetales que de consumo diario están en contacto con el plástico que contiene los metales pesados y en una concentración más del límite permitido.
Propuestas IPN y UNAM
Una de las propuestas que los institutos plantearon fue tener una norma mexicana para certificar los plásticos de un solo uso. La otra, realizar más estudios en el futuro inmediato para comprender las características de composición de estos materiales empleados en todo el país, y ayudar a garantizar su calidad.
- La investigación, insistió Priyadarsi Roy, es un primer paso hacia la creación de una norma para México y la formulación de estrategias apropiadas de reutilización y eliminación para mitigar los riesgos ambientales y de salud.
No obstante, este estudio sólo examinó 33 muestras de plásticos de la Ciudad de México, pero los resultados nos sugieren que todos los plásticos de esas características en las circulaciones tienen concentraciones de metal más altas que las que establecen las normas internacionales.
La resistencia del plástico
En materia ambiental, uno de los mayores retos del país es reducir la huella plástica. Aunque el camino aún es largo en la Ciudad de México para contribuir con este propósito, al inicio del año las autoridades ambientales de la capital anunciaron que por ley se prohibiría y se aplicarían multas a las empresas y establecimientos que vendieran o entregaran bolsas de plástico.
Sin embargo, los avances se detuvieron durante el confinamiento provocado por el COVID-19, ya que, por un lado, no se realizaron las revisiones para detectar el uso de bolsas de plástico en los comercios y sancionar a los responsables; y, por el otro, de acuerdo con especialistas en consumo responsable, se han utilizado más en los últimos tres meses.
Durante el periodo de aislamiento hubo un aumento progresivo en la entrega de bolsas de plástico y demás productos catalogados como de un solo uso, esto debido a la creencia de que alimentos, bebidas o productos que se piden a través de aplicaciones móviles estarían más protegidos contra el virus.
- Ornela Garelli, especialista en consumo responsable y cambio climático de Greenpeace México, asegura que aunque la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) cancelara las visitas de revisión a los negocios por la crisis sanitaria, no es justificación para descuidar al medio ambiente ni dejar de cumplir la Ley de Residuos Sólidos de la capital del país.
“Por otra parte, deberían de voltear la mirada hacia las acciones que está tomando la industria del plástico, pues son ellos quienes no están acatando las legislaciones y se están aprovechando de las oportunidades que les genera la pandemia”, explica la también especialista en plásticos.
Las empresas o comercios que no acaten las normas estipuladas en la Ley de Residuos Sólidos de la Ciudad de México podrían ser acreedores a multas de entre 42 mil y 170 mil pesos, de acuerdo con los datos de la Sedema.
- Las necesidades que surgieron en torno al manejo de residuos durante la pandemia de COVID-19 orillaron a la Sedema a publicar un decreto en donde se estipulaba que por razones de inocuidad, salubridad e higiene, se permitiría el uso de bolsas de plástico, pero sólo para el manejo de residuos sanitarios y eso, mientras no existieran bolsas compostables, que son las que cumplen con las características que exige la ley.
En el decreto publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México también se precisa que las únicas bolsas de plástico autorizadas serán para el manejo de alimentos como carne de res, cerdo, pollo, pescado y productos cárnicos y lácteos como jamón, salchichas, chorizo, tocino, quesos, cremas y requesón; mientras que para el caso de frutas, verduras, hierbas, semillas o cereales queda prohibido su uso.
El Artículo 35 de Ley de Residuos Sólidos de la Ciudad de México detalla que para transportar este tipo de alimentos se podrá comercializar, distribuir o entregar bolsas de tela o reutilizables que sean de plástico y que estén autorizadas por estar hechas con un mínimo de 50 por ciento de material reciclado post-consumo y ser 100 por ciento reciclables.
Presión a la industria plástica
En la Ciudad de México, cerca de 13 mil toneladas de basura se generan a diario, de esas, ocho mil 600 se envían a rellenos sanitarios y sólo mil 900 se reciclan, de acuerdo con las cifras de la Sedema. La meta de la capital del país es ser una zona de “Basura Cero”. Para 2024, las autoridades planean reducir la cantidad de residuos que llega a los rellenos sanitarios de ocho mil 600 toneladas a dos mil.
- Alcanzar el objetivo de la Sedema generará graves afectaciones a la industria plástica, sobre todo al tomar en cuenta que este sector genera más de un millón de empleos de manera directa e indirecta, integra a más de 4 mil empresas, concentra inversiones de hasta 30 mil millones de dólares, aporta más de 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) Nacional y 5 por ciento del PIB manufacturero del país, según las cifras de la Asociación Nacional de Industrias de Plástico (ANIPAC).
Aunque las actividades de la industria y los establecimientos del plástico tomaron un respiro por el consumo que se ha hecho de este material durante la pandemia, lo cierto es que la Sedema a partir del 15 de junio retomó sus actividades de inspección.
- Hasta el momento, van 58 establecimientos de comida visitados en las colonias Hipódromo Condesa, Roma y Centro Histórico, además se han realizado 34 recorridos en centros comerciales, mil 532 visitas a locales y se aplicaron 128 apercibimientos por no respetar la prohibición de bolsas de plástico desechables.
Ornela Garelli opina que el problema con el plástico está en la cultura que se tiene en el país, pues las personas ya se acostumbraron a usar y tirar./Agencias-PUNTOporPUNTO