Tan sólo en 2018, 11 mil 491 personas fueron víctimas de desplazamiento interno forzado masivo en México, de acuerdo con el último informe de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH). Del total de los casos registrados, en el 72 por ciento de éstos había la presencia de niñas y niños.
- Esta cifra es alarmante, pues muchas de estas pequeñas voces no hay quien las escuche y son los más vulnerables. Por esta razón, la directora Wilma Gómez Luengo decidió filmar el documental Los Niños del éxodo, un filme que se convirtió en un espacio en donde los menores de edad expresaron desde su experiencia cómo vieron el desplazamiento forzado desde sus comunidades para que con sus testimonios se sensibilice sobre de esta crisis humanitaria.
“Es un tema que ha estado en el marco de toda la violencia, de todos los sucesos, de los desaparecidos, de las muertes. El tema del desplazamiento ha quedado un poco insensibilizado”.
“Pensé que las víctimas más invisibles de todo esto son los niños. Decidí que era importante darle voz a los niños y también reflexionar sobre las consecuencias que tienen éstos sucesos en la vida de los niños y en el futuro de ellos”, comentó en entrevista para SinEmbargo, Wilma Gómez.
- El documental, producido por Tita Lombardo en coproducción con IMCINE y con el apoyo del FONCA, formó parte de la selección oficial de Docs MX de este año. Los Niños del éxodo tuvo un trabajo de investigación previo a su filmación que obligó a su directora a acercarse a especialistas como Brenda Gabriela Pérez Vázquez, de la CMDPDH; Laura Rubio Díaz-Leal, consultora del Observatorio de Desplazamiento Interno del Consejo Noruego para Refugiados (IDMC), además periodistas.
- El filme está centrado en víctimas de desplazamiento del estado de Guerrero, lugar que en 2018 reportó el mayor número de estos casos (con 5 mil 056 personas desplazadas), seguido de Chiapas (5 mil 035), Sinaloa (860), Oaxaca (300), y Michoacán (con 240). De acuerdo con la Comisión.
Las historias de los menores refugiados de cómo tuvieron que huir de sus comunidades es narrada a través de sus dibujos. El hacerlo de esta forma comprometió a su directora a prepararse con especialistas de la Universidad de Morelos para que la asesoran sobre un acercamiento adecuado con los niños, así como sus padres.
“En nuestra investigación encontramos técnicas de trabajo con los niños, las cuales se utilizan con niños refugiados[…]. Empezamos a aprender la forma en que podíamos preguntar, el tipo de pregunta que podíamos hacer, el ambiente que podíamos crear, los acuerdos con ellos, y con base en eso, pues establecimos que podíamos hacerlo a través del dibujo, el arteterapia que le llaman, pues es muy propicio para expresarte y hablar sobre situaciones traumáticas con los niños”.
Por medio de los talleres de dibujo en los refugios donde ahora habitan, los niños tomaron confianza y relataron sus casos. Testimonios honestos que sin duda sensibilizan al espectador y lo acercan a los ver cómo es que los niños asimilan la violencia y cómo luchan día a día con sus nuevos entornos.
“Fue importante para nosotros no forzarlos en ningún sentido ni revictimizarlos”, aseguró Wilma. En tanto, “los papás eran más abiertos a hablar y con ellos podíamos tratar temas más profundos o más de la realidad imita y dura. Los papás nos daban el contexto y otros datos”.
La CMDPDH expone que de acuerdo al registro total de personas internamente desplazadas por la fuerza en México, de 2006 hasta diciembre de 2018, asciende a 338 mil 405.
- Respecto a las 11 mil 491 víctimas de 2018, el 80 por ciento de los episodios de desplazamiento masivo se debió a la violencia generada por grupos armados organizados en Guerrero, Sinaloa y Michoacán. Mientras que el 20 por ciento se originó por violencia política, conflictividad social y/o conflictos territoriales. El 84 por ciento de estos episodios ocurrieron en localidades rurales.
Estas cifras son reflejo de lo que muestra el documental que se trabajó más de cuatro años y se filmó en dos. Los padres de los niños son campesinos desplazados por la violencia que recibieron amenazas de muerte, y que ahora, en un refugio –que apenas les da lo necesario– se deprimen por no encontrar un trabajo estable, sin poder regresar a sus comunidades, y con un futuro incierto.
“Lo que ellos buscaban era ser reubicados, o sea recuperar su vida, y esa ayuda nunca llega. Son dos años en que la gente llega a un espacio. Son campesinos que llegan a un espacio urbano donde no hay trabajo, donde lo que consiguen es esporádico, donde se enfrentan al problema que para todo se necesita dinero”.
Wilma Gómez explica que en Los Niños del éxodo debe su nombre a este viaje que hacen los niños con sus padres de su pueblo a lugares lejanos: “Son exiliados en su propio país, o sea van de un lugar a otros. Antes de llegar a este refugio ya venían de otros lugares”.
El coche cultural, la estigmatización, así como la falta de de leyes de respalden su derechos dejan al desamparo a estas familias.
“Es una historia de pérdidas para los niños. Desde el punto de vista de los niños es una historia de perdidas, pierden cuando salen de su comunidad, pierden sus amigos, sus juguetes, su casa, su ambiente”.
El documental permanecerá en los próximos meses en un circuito de festivales que dio inicio en Docs MX. Wilma Gómez quiere con Los Niños del éxodo se sensibilice al espectador y a quienes toman decisiones en el país para que haya un cambio con este sector vulnerable.
“La sensibilización siempre ha sido uno de los objetivos porque apelas más al sentimiento, no es algo que hable de los datos duros o que hable de estadísticas, simplemente las emociones de quienes son las personajes. En el documental se ve la parte más humana”./SIN EMBARGO-PUNTOporPUNTO