La inversión física presupuestaria en salud que ejerció el gobierno de enero a mayo de este año, en medio de la pandemia del Covid-19, registró su mayor caída desde el 2007, de acuerdo con los datos presentados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
- En los primeros cinco meses del año, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador destinó 2,602 millones de pesos a la inversión física en salud, que si bien fue 16% mayor al monto programado, representó una caída de 45.6% frente a lo registrado en el mismo periodo del año pasado.
- Lo anterior supuso la mayor caída para este rubro desde el 2007, en ese entonces el gobierno destinó 51% menos a la inversión física en salud en los primeros cinco meses del año. Además, el monto de este año es el menor que se le asigna a la inversión física en salud desde el 2008, cuando el gobierno gastó 1,982 millones de pesos en el mismo periodo.
Desde antes de la pandemia del Covid-19, la inversión física en salud ya ligaba dos años consecutivos de caídas en el periodo de enero a mayo y si bien el año pasado se destinaron mayores recursos a salud, no fue lo mismo para el rubro de inversión.
ISSSTE e IMSS, con rezagos
De acuerdo con un análisis de México Evalúa, la caída que se observa en la inversión en salud se explica por los rezagos en los presupuestos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pese a que la Secretaría de Salud destinó mayores recursos al rubro.
“Hasta mayo, la Secretaría de Salud ejerció 36% del presupuesto aprobado en el año, y reportó un sobregasto de 233%, al ejercer 1,900 millones de pesos en lugar de los 500 millones de pesos aprobados. Este sobregasto ocasionó que la inversión fuera 34% mayor a la ejercida en el 2020”, expuso la organización. Pero la lectura fue diferente para las otras instituciones de salud.
- En el caso del ISSSTE, México Evalúa reportó que sólo ejerció 6% de su presupuesto anual aprobado para la inversión física, lo que equivale a 120 millones de pesos, con lo que se encuentra 76% debajo del programado en el periodo y es 86% menor a lo que se gastó en el 2020.
- Sigue preocupando el gasto del ISSSTE, que acumuló un recorte de 29 por ciento. El rubro más afectado por esta reducción es la inversión física, la cual fue 76% menor a la realizada en el mismo periodo de 2020”, expuso.
- Para el caso del IMSS, sólo ha gastado 500 millones de pesos de 1,150 millones que se aprobaron este año para el gasto de inversión. Aquí, de acuerdo con el análisis, hay un recorte de 53 por ciento.
“Hasta mayo el IMSS ejerció 70% de su presupuesto en el pago de nómina. Los 89,900 millones de pesos destinados a este rubro tuvieron un incremento anual de 13 por ciento. Para otros gastos de operación el instituto destinó 34% de su presupuesto y reportó un incremento anual de 62 por ciento. Sólo 0.4% del presupuesto del IMSS se ejerció en inversión física, la cual tuvo una caída anual de 78%”, agregó.
Representa apenas 1% del total
Dentro de la inversión física presupuestaria, la cual se destina a proveer bienes y servicios para la construcción de obras públicas, el rubro de salud representó apenas 1% del total que gastó el gobierno en el periodo.
- De acuerdo con Hacienda, en los primeros cinco meses del año la inversión pública presupuestaria fue de 257,413 millones de pesos, lo que significó una caída de 9.6% respecto al mismo periodo del 2020.
- Al interior, el gasto que se destinó a salud fue el segundo que más cayó en el periodo. El rubro de abastecimiento, agua potable y alcantarillado tuvo recursos por 1,157 millones de pesos, lo que representó una caída de 52.1%, el más castigado.
También se observó una caída de 31.1% anual en la inversión física en comunicaciones y transportes, en donde se ejercieron 10,853 millones de pesos entre enero y mayo, mientras que la inversión que se destina al sector energético disminuyó 3.8% anual al sumar 117,563 millones de pesos —45% del total de la inversión— ; otros gastos de inversión cayeron 10.5 por ciento.
Recortan 66% recursos a salud materna
Entre 2020 y 2021, el Gobierno federal recortó 66 por ciento los recursos destinados a los estados para salud materna y perinatal, es decir, la atención a mujeres durante el embarazo, el parto y puerperio. Esto a pesar de que la pandemia de Covid-19 disparó la muerte materna de una razón de 32.4 defunciones por cada 100 mil nacimientos en 2019 a 52.1 en 2021.
- Los programas de atención a las mujeres embarazadas y que recién dieron a luz no fueron los únicos afectados por la reducción de transferencias a las entidades federativas en materia de salud reproductiva y equidad de género.
- En el último año, la Federación también restringió 53 por ciento el monto destinado a prevención y control del cáncer de mama y cervicouterino, 46 por ciento el utilizado para prevenir y atender la violencia familiar y de género y 31 por ciento el empleado para programas de igualdad de género en salud.
También redujo cuatro por ciento los recursos para salud sexual y reproductiva de adolescentes y tres por ciento los de planificación familiar y anticoncepción. Sólo crecieron ocho por ciento las transferencias para programas de aborto seguro, indica la información vertida en los convenios de ministración de subsidios destinados a acciones de salud pública que fueron firmados entre la Secretaría de Salud federal (SSa), representada por el subsecretario Hugo López-Gatell, y los gobiernos de los estados.
- Los recursos presupuestarios considerados incluyen aquellos que se transfirieron a las entidades federativas vía subsidios del ramo 12 de salud, a través de aportaciones federales del ramo 33 y por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que antes era el Seguro Popular, indican los convenios publicados en el Diario Oficial de la Federación.
- El recorte más severo ocurrió en las transferencias para salud materna. En 2019, primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, los estados recibieron de las arcas federales mil 692 millones de pesos para programas destinados a reducir la morbilidad y mortalidad materna. Al año siguiente, los recursos se redujeron a mil 513 millones y en éste se desplomaron a 516 millones, apenas una tercera parte.
La reducción en el gasto público contrasta con el incremento de la muerte materna en México, en medio de la pandemia de Covid-19. De acuerdo cifras de la SSa, la razón de mortalidad materna saltó de 32.4 decesos por cada 100 mil nacimientos en 2019 a 41.5 en 2020, cuando el coronavirus irrumpió en el país.
- Para el año que corre, el segundo de la pandemia, la razón de mortalidad materna se ubica ya en 52.1 defunciones por cada 100 mil nacimientos, lo que significa un retroceso para México en este rubro de 12 años.
- No sólo eso. Cada vez se está más lejos de cumplir la meta gubernamental de llegar a una razón de 25 muertes por cada 100 mil nacidos vivos al finalizar el sexenio de López Obrador, objetivo planteado en su Tercer Informe de Gobierno.
La Covid-19 desplazó a la hemorragia obstétrica, el aborto y los trastornos hipertensivos como la principal causa de muerte en mujeres embarazadas. Al cierre de 2020 murieron 934 mujeres, 248 de ellas por la enfermedad que causa el virus SARS-CoV-2 (26.5 por ciento). Y hasta la semana 33 de este año, de 645 muertes maternas registradas, 273 fueron por coronavirus (42.3 por ciento).
De acuerdo con el sitio web de Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), “la muerte materna es la máxima expresión de la violencia obstétrica” y el “reflejo de múltiples violaciones a los derechos humanos que enfrentan las mujeres para acceder a servicios de atención obstétrica”.
“En México, la muerte materna es un problema de discriminación, pues afecta especialmente a mujeres que viven en extrema pobreza, en comunidades alejadas de las ciudades, que no cuentan con seguridad social y a las más jóvenes (10 a 14 años de edad)”, agrega la organización feminista que desde hace casi 30 años trabaja para que las mujeres y otras personas con capacidad de gestar puedan ejercer sus derechos reproductivos.
Estados más afectados
Los estados que sufrieron los mayores recortes en salud materna entre 2020 y 2021 fueron Guanajuato (93 por ciento), Puebla (90 por ciento) y Nuevo León (81 por ciento).
- Sinaloa, entidad que tiene la razón de muerte materna más alta en el año (90.3 por cada 100 mil nacimientos), enfrenta una reducción presupuestal de 39 por ciento respecto a las transferencias federales de 2020.
- Sólo a Yucatán, segunda entidad con mayor muerte materna (86.6 por cada 100 mil nacidos vivos), la Federación inyectó más recursos para programas de salud materna y perinatal (156 por ciento más).
Los recursos que la SSa transfiere a los estados para cubrir la atención de las mujeres embarazadas, y todo lo referente a salud reproductiva y equidad de género, se asignan a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, unidad dependiente de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud.
Dicha unidad es responsable de las políticas nacionales de los programas de planificación familiar y anticoncepción, salud sexual y reproductiva, cáncer cérvico uterino, cáncer de mama, salud materna y perinatal, igualdad de género, y prevención y atención de la violencia familiar./Agencias-PUNTOporPUNTO