El 66% de las mujeres en México, mayores de 15 años o en edad de trabajar, están fuera del mercado laboral, reportó un análisis de Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
- Señaló que, de 47 millones de mexicanas que se ubican en dicho sector de la población, sólo 16 millones cuentan con una plaza remunerada, que se mantuvo por más de un año.
Indicó que, esta última cifra, evidencia que apenas 34% de las mujeres del país, que tienen edad para laborar, desarrollan una actividad económica y cuentan con un sueldo.
¿Qué impide a las mujeres conseguir trabajo?
- El CEEY explicó que las tareas de cuidado en el hogar –atención de hijos, familiares enfermos y adultos mayores- son el obstáculo principal para que ellas se integren a la economía y a los sistemas de trabajo.
“Hay ciertas cargas de cuidado que las mantiene en el hogar y, cuando llegan a liberarse, apenas alcanzan labores que no les dan una remuneración”, señaló a través de su Sexto boletín de movilidad social en el mercado de trabajo.
“El mercado laboral para las mujeres se está recuperando paulatinamente; pero, nos vamos a recuperar para repetir un problema histórico: baja participación laboral de las mujeres, pocos empleos remunerados y menor acceso a servicios de salud”, subrayó el documento.
Maternidad intensifica el desigualdad acceso al trabajo
La maternidad es amor inmenso, es rechazo a ella incluso, es miedo, fatiga sobrehumana, debería ser elección y, entre mil realidades más, también es renuncia a una oportunidad laboral. En casi todo el mundo el mercado de trabajo castiga a las mamás con la exclusión o con salarios más bajos, en México muestra de ello es la tasa de desempleo 10% mayor a la de las mujeres que no tienen hijos o hijas.
- El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha dado a conocer cifras que permiten observar cómo la maternidad intensifica el desigual acceso al trabajo entre hombres y mujeres.
- Según el organismo, entre 2016 y 2020, el 55% de las mamás de 21 a 55 años logró conseguir un empleo o mantener el que tenía; esta tasa se eleva a 65% para las mujeres que no son madres.
Y mientras tener hijos o hijas “reduce la participación laboral de las mujeres”, en los hombres la aumenta. Para los padres del mismo rango de edad, de 21 a 55 años, “el empleo se ubicó por arriba del 95% y en los hombres sin hijos disminuye a alrededor del 80 por ciento”.
Un dato del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) ayuda a comprender y confirmar lo que señala el Coneval. De casi 3,000 quejas que las mujeres presentaron de 2012 a 2020, el 65% señala una obstrucción a sus derechos en el ámbito laboral, principalmente despidos por embarazo.
Como si esto no fuera suficiente, la pandemia de covid-19 vino a empeorar la situación. El cierre de escuelas y estancias aumentó el trabajo de cuidados de la población infantil. Comparando el periodo agosto-noviembre de 2020 con el mismo lapso de 2018, la población de mujeres ocupadas se redujo 9 por ciento, según el Coneval.
La emergencia sanitaria también provocó un aumento en el trabajo doméstico no remunerado, es decir, la limpieza y preparación de alimentos. Sin embargo, el incremento para las mujeres en conjunto fue de 60 millones de horas semanales y para los hombres, 37 millones. “Las mujeres destinaron 3 veces más horas que ellos”.
El doble desafío de las mamás pobres
Cada vez más mujeres han ingresado al empleo remunerado y ello ha traído cambios en la sociedad, pero “la división sexual del trabajo se ha mantenido”, dice el Coneval. Son las mujeres en todos los grupos de edad, “independientemente de su condición de pobreza, quienes en mayor medida se dedican al cuidado de otras personas”.
No obstante, hay una diferencia en cómo asumen esas tareas las mamás en situación de pobreza y aquéllas que tienen una mejor condición económica. Y eso influye en su incorporación a un trabajo remunerado.
- El 50% de las mamás de niños y niñas de más de 5 años en situación de pobreza tiene un empleo, en contraste con el 65% de las madres que no están en condición de precariedad. “En cambio, prácticamente todos los padres, sin importar la edad de sus hijos(as) y su situación de pobreza, tienen un empleo”.
Es decir, las mamás que más necesitan una fuente de ingreso son quienes menos oportunidades tienen de acceder a ella.
- Para equiparar las condiciones, el Coneval recomienda fortalecer las estrategias y programas destinados a apoyar el cuidado de la infancia. También sugiere “anular el impacto negativo originado por la eliminación del Programa Escuelas de Tiempo Completo”.
Es necesario, dice, diseñar otras políticas públicas que otorguen servicios directos de cuidado a la niñez, personas adultas mayores y con discapacidad y consolidar el proyecto federal del Sistema Nacional de Cuidados.
Hay muchas otras acciones que se pueden emprender para nivelar la situación. Una manera de conocerlas es preguntarle a las mamás qué necesitan./Agencias-PUNTOporPUNTO
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