El presidente Andrés Manuel López Obrador ha adoptado una estrategia única e inesperada ante la pandemia de COVID-19: restringir el gasto público en un momento de creciente pobreza. Sin embargo, a los tenedores de bonos no les impresiona.
- López Obrador se ha resistido con firmeza a las peticiones de un mayor estímulo fiscal o a rescatar a las empresas en quiebra del país, incluso cuando sus pares latinoamericanos inyectan miles de millones de dólares en sus economías.
- Es una estrategia que ha mantenido a raya el déficit presupuestario y, al mismo tiempo, ha provocado un rendimiento inferior de los bonos mientras la economía se dirige a su recesión más pronunciada en un siglo.
A medida que aumenta la preocupación en el resto de la región por un descontrolado gasto fiscal, cada vez más inversionistas y analistas dicen que en México las restricciones al gasto amenazan con paralizar a las empresas, destruir la inversión y socavar el crecimiento a largo plazo.
Esa política “corre el riesgo de provocar en la posible producción en México un impacto mayor que en otros países latinoamericanos”, dijo Jens Nystedt, gerente senior de cartera de Emso Asset Management en Nueva York, quien redujo el mes pasado su exposición a la deuda soberana denominada en dólares y pesos en México.
“Un poco de flexibilización fiscal para apuntalar el crecimiento a corto plazo habría sido una mejor prescripción de política”.
- Los bonos mexicanos han aumentado casi 20 por ciento desde sus mínimos de marzo, menos que sus pares en Perú, Chile e incluso Brasil, donde aumenta la preocupación por el creciente déficit.
Ahora AMLO promete incluso recortar parte del gasto público, reduciendo los salarios de los empleados del Gobierno en hasta 25 por ciento.
Crisis económica
El Producto Interno Bruto (PIB) se desplomó 19 por ciento en el segundo trimestre en su comparación anual, lo que se compara con 7.3 por ciento de Colombia, 14.1 por ciento de Chile y 9.5 por ciento de Estados Unidos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía se contraerá 10.5 por ciento este año, más que sus principales pares en América Latina.
- “La prudencia fiscal de México será un perjuicio más que un beneficio”, destacó Alejo Czerwonko, analista de UBS en Nueva York que dijo que es “cauteloso” frente a la deuda mexicana. “Circunstancias extraordinarias requieren medidas extraordinarias”.
- El déficit presupuestario de México se duplicó a 1 mil 700 millones de dólares en el primer semestre del año con respecto al mismo período de 2019. El de Brasil se multiplicó por 10 a 75 mil 600 millones de dólares durante el mismo lapso.
Para algunos, ese déficit relativamente estable es una razón para mantenerse en México.
“Privilegiamos la prudencia fiscal sobre el crecimiento”, señaló Shamaila Khan, directora de deuda de mercados emergentes de AllianceBernstein en Nueva York. “Lo que es más importante es que se tomen medidas para reactivar la confianza local”.
Pero para muchos otros inversionistas, el sólido equilibrio presupuestario de México probablemente será un pequeño consuelo cuando el resto de la región vuelva a crecer a fines de este año o el próximo.
“Se podría ver un periodo muy prolongado de bajo crecimiento en México en comparación con otros países de Latinoamérica que se están recuperando mucho más rápido de la crisis”, señaló Erick Martínez, estratega de Barclays en Nueva York.
Repunta pobreza laboral, llega a 54.9% de la población
El porcentaje de la población que se encontraba en pobreza laboral pasó de 35.7% en el primer trimestre de 2020 a 54.9% en mayo pasado, resultado de la reducción del empleo y la caída en la actividad económica observadas en este periodo, mismas que afectaron las fuentes del ingreso laboral de los hogares, estimó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El Consejo aclara que ambas cifras no son estrictamente comparables, sin embargo, sirven de punto de referencia para tener una idea del impacto de la emergencia sanitaria en el nivel de ingreso de los hogares.
Mientras que el primer dato se elaboró con base a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al primer trimestre del año, como tradicionalmente lo hace el Coneval; la segunda se estimó a partir de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), ambas trabajadas por el Inegi. Esta última realizada ante la imposibilidad de llevar a cabo la primera en medio de la contingencia sanitaria.
- La pobreza laboral se refiere al porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria. En este sentido el Coneval le da especial seguimiento al ingreso laboral de los hogares que de abril a mayo pasado cayó 6.2% en términos reales.
- La pandemia por Covid-19 provocó tanto la disminución en el número de ocupados como del ingreso laboral, lo cual afecta negativamente la masa salarial, entendida como la suma total de las percepciones salariales de todas las personas ocupadas, la cual reportó una contracción en términos reales de 7.6% entre abril y mayo.
Por otra parte, el 11.7 % de las personas pasó de no estar en pobreza laboral a estar en pobreza laboral, y el 10.3% pasó de estar en pobreza laboral a no estar en pobreza laboral. Esto implica que el porcentaje de personas que entraron a pobreza laboral es mayor que el porcentaje de aquellas que salieron de pobreza laboral, lo cual se reeja en un aumento en la pobreza laboral hacia mayo.
Por otro lado, al analizar el número de ocupados en los hogares que pasaron de no estar en una situación de pobreza en abril a estar en pobreza laboral en mayo, se observa que en el hogar se tiene en promedio un ocupado menos, lo cual se traduce en un dependiente económico más. Lo anterior implica que estos hogares presentan una caída del ingreso laboral por persona, lo cual se relaciona con el cambio en su situación de pobreza laboral.