Sin propuestas concretas para ayudar a las comunidades pesqueras de Baja California y Sonora; y con planteamientos que destruyen todo el camino avanzado para la protección de la vaquita marina, así terminó la reunión que integrantes del gobierno federal tuvieron con líderes pesqueros, ambientalistas y expertos en temas del Alto Golfo de California.
“La actual administración está yendo hacia atrás y destruyendo todo lo que se ha construido en torno a la protección de la vaquita marina. En las últimas reuniones se ha planteado la reducción del polígono de la vaquita. Ese polígono representa un hábitat potencial e histórico para la especie, no fue al azar. Las vaquitas no viven en un corral, no saben en dónde sí están protegidas y dónde no”, aseguró Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica.
- Líderes pesqueros se dicen preocupados por las consecuencias que esta medida podría ocasionar: “La secretaria de Semarnat asegura que al ser un espacio más reducido habría mejor vigilancia, está bien, pero habrá que valorar cómo va a ser tomado por la comunidad internacional y por las ONG’s que han presionado al gobierno mexicano para salvaguardar a la vaquita marina”, afirma Carlos Tirado, líder de pescadores en el golfo de Santa Clara, Sonora.
Las autoridades proponen, además, abrir el viejo debate sobre la responsabilidad de Estados Unidos en la extinción de la especie.
“Están poniendo a consideración la falta de agua del río Colorado y las actividades mineras pudieran ser causa de mortandad de la vaquita, parece una reunión que se hubiera dado hace una década, cuando hoy hay evidencia científica suficiente para determinar que donde muere la vaquita es en las redes agalleras de totoaba, principalmente”, agrega Alejandro Olivera, en entrevista con Latinus.
- La gran amenaza de la vaquita marina es la pesca ilegal de totoaba. Ambas especies son de tamaño y peso similar, por ello quedan atrapadas en las mismas redes. Los pescadores furtivos extienden en el mar mallas de hasta un kilómetro de largo que funcionan como muros.
- La pesca ilegal de totoaba es el primer eslabón de un negocio internacional y multimillonario. El tráfico de la vejiga natatoria, o buche, llega hasta China, donde algunas personas le atribuyen poderes curativos y llegan a pagar hasta 100 mil dólares por una sola pieza.
La captura desmedida de totoaba ha provocado la alarmante disminución de ejemplares: la mayoría de las vaquitas marinas que se han encontrado muertas estaban atrapadas en redes que son utilizadas por el crimen organizado para la pesca de totoaba.
Comunidades pesqueras en el olvido
“Pedimos que en la próxima reunión del 19 de marzo tengamos la oportunidad de presentar el tema del sector pesquero. No podemos seguir de reunión en reunión, de discurso en discurso, necesitamos una solución para regresar al bienestar social”, afirma Carlos Tirado, líder de pescadores en el golfo de Santa Clara, Sonora.
- A los líderes pesqueros de la zona les preocupa que el gobierno federal insista en que ocupen redes como la llamada “suripera” durante la temporada de camarón. Aseguran que ese es un intento fallido del sexenio de Enrique Peña Nieto que el actual gobierno quiere desempolvar a falta de propuestas.
“Esa arte de pesca no es factible, no se puede desarrollar en la zona, ya se comprobó”, dice Tirado. “Quieren imponer esas redes cuando no sirven. Inapesca no tiene ninguna opción, entonces lo que están haciendo es sacar lo que se hizo en años anteriores para tratar de renovarlo por la presión que tienen”, asegura Ramón Franco, líder de pescadores en San Felipe, Baja California.
“Tengo aquí en mi mano una bitácora de una panga que salió ayer con la suripera, regresó con seis camarones azules y dos camarones caquis, esa fue la pesca del día de ayer, cuando otra panga que salió con redes trajo sus 15, 20 kilos”, agrega.
Los representantes de las comunidades pesqueras aseguran que lo más urgente es que el gobierno de México intervenga para que se levante el embargo de productos de la zona.
“Volvemos al problema de origen, aunque sirviera la suripera, de qué nos sirve si no podemos exportar el camarón. Aquí tiene que haber un paquete de soluciones que garantice la protección a la especie, pero también la calidad de vida a las comunidades pesqueras”, afirma Carlos Tirado.
- Alejandro Olivera asegura que “esta situación es desafortunada, más cuando hay una sanción por parte de Estados Unidos, hay un embargo a varios productos pesqueros del Alto Golfo de California; y México no ha logrado hacer nada para levantar el embargo, pareciera que no les preocupa”.
Ramón Franco pide a las autoridades concretar soluciones: “el fondo del problema que tenemos en el Alto Golfo son dos cosas: una, la pesca ilegal y dos, la prohibición de las redes. No encuentro el sentido de otros temas que quiere abordar el gobierno. (…) El retroceso comenzó desde que entró este gobierno, cuando dijo `señores, se acaba la compensación, ustedes van a pescar´. Fue muy bonito el discurso pero fue un engaño”, concluye.
Ambientalistas piden presionar a México para salvar a la vaquita marina
Grupos ambientalistas pidieron que se implemente una prohibición internacional al comercio de una variedad de productos del mar y vida silvestre mexicana, con el fin de obligar a México a tomar medidas más estrictas para salvar a la vaquita marina, el mamífero marino en mayor peligro de extinción en el mundo.
Estados Unidos ya tiene un embargo sobre las importaciones de camarón procedentes del alto Golfo de California, también conocido como mar de Cortés y que es el único sitio en el que vive la vaquita marina. Actualmente, quedan alrededor de 10 ejemplares de la marsopa.
- El Consejo para la Defensa de Recursos Naturales, el Centro para la Diversidad Biológica y otros dos grupos dijeron en una carta abierta que México no ha implementado una prohibición a las redes agalleras de pesca, en las que se quedan atrapadas las vaquitas. Las redes son colocadas para la captura de totoaba, un pez en peligro de extinción cuya vejiga es considerada un manjar en China y cuyo valor alcanza los miles de dólares.
“Solo la presión internacional más intensa obligará a México a sacar del agua las redes de pesca letales antes de que esas pequeñas marsopas desaparezcan para siempre”, escribió Sarah Uhlemann, directora del programa internacional del Centro para la Diversidad Biológica.
El Gobierno mexicano no comentó de inmediato al respecto.
- En marzo, un organismo gubernamental desató críticas al anunciar que consideraría varias propuestas que muy posiblemente perjudicarían a la vaquita. El Gobierno no ha anunciado si esas propuestas serán aceptadas.
- El grupo interinstitucional de México dijo que considera retirar la protección de la totoaba como especie en peligro de extinción. La apertura de la pesca legal de la totoaba probablemente aumentaría la muerte de las vaquitas, pero supondría un mayor ingreso para algunos pescadores de México.
El grupo también dijo que consideraba reducir la zona de protección para la vaquita, lo que podría ampliar el área para el uso de redes agalleras para la pesca de totoaba y otras especies. Las vaquitas quedan atrapadas en las redes y se ahogan.
Además, el grupo revivió una vieja y desacreditada teoría que atribuye el descenso en la población de la vaquita a la falta de flujo de agua desde Estados Unidos a través del río Colorado, que nace en el territorio estadounidense y desemboca en el Golfo de California.
- La teoría del río Colorado señalaba que la disminución de agua dulce del río a causa del aprovechamiento estadounidense había aumentado la salinidad de la zona norte del golfo, afectando de alguna manera a la vaquita marina.
- La semana pasada, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza publicó una carta que refutaba ese argumento, señalando que “la comunidad científica acepta ampliamente que la mortalidad insostenible en las redes agalleras (colocadas para la pesca de camarón, totoaba y otros peces) es la causa de la rápida disminución de la población de la vaquita… No hay razón para buscar una explicación alternativa para el declive sin precedentes de la vaquita”.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha dicho que la disminución en el número de vaquitas y el área donde donde se les ha visto en los últimos años justifica la reducción de la zona de protección, que actualmente abarca la mayor parte de la zona norte del golfo. La zona empieza alrededor del delta del río Colorado y se extiende hacia el sur pasando por la localidad pesquera de San Felipe, en Baja California, y cerca de Puerto Peñasco, en Sonora.
Pero una acción de este tipo también sería admitir la posibilidad de que la pequeña marsopa jamás recupere en su totalidad su hábitat histórico./Agencias-PUNTOporPUNTO