Las finanzas publicas de México muestran signos de debilidad y retrocesos importantes durante los primeros 10 meses de 2021; que comprometen las necesidades de gasto público en sectores prioritarios como salud y educación, alertó el Centro de Estudios Económicos de Sector Privado (CEESP).
- Reportó que, a primera vista, los ingresos totales del país dan cuenta de un crecimiento de 5.1% real, entre enero y octubre de este año; que obedece al “al efecto rebote de la economía nacional, después del impacto de la crisis sanitaria del Covid-19.
Sin embargo, apuntó que al hacer una revisión más a detalle es evidente que los ingresos no petroleros reportaron una disminución anual de 1.8%, respecto al mismo lapso de 2020; aunque su valor absoluto corriente aumentó en 133 mil 400 millones de pesos, durante el periodo de referencia.
- El CEESP evidenció que, a interior de este último sector, la recaudación anualizada del Impuesto al Valor Agregado (IVA) aumentó anual 11.5%: la de los impuestos a la importación subió 18.5% y la del Impuesto Sobre la Renta (ISR) aumentó 0.1%. Mientras que el cobro del Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios (IEPS) cayó 14.5%.
- Explicó que el incremento en la recaudación del IVA “es razonable con el efecto rebote del consumo”, después del confinamiento y las restricciones sanitarias decretadas durante 2020; lo cual indica que su repunte es resultado de un efecto estadístico.
En la misma linea, subrayó el organismo privado, se ubican los resultados positivos de los impuestos a la importación; que ha crecido sustancialmente y aportó al fisco 12 mil millones de pesos más que el año pasado; “principalmente por el mejor desempeño en la economía de Estados Unidos” que favorece la consumo de los productos mexicanos.
¿Qué hay detrás de la caída del ISR?
A través de su análisis semanal, el CEESP detalló que el alza anual de 0.1% del ISR “no está en linea con la coyuntura” de aveces estadísticos antes mencionados; lo cual es una señal de la debilidad de las finanzas publicas y de la economía en su conjunto.
“Su recaudación –del ISR- solo aumenta en una décima de punto porcentual, en termino anuales, durante los primeros diez meses del año; mientras que en los primeros tres trimestres la economía creció 6.4% respecto al mismo periodo de 2020. Parecería que simplemente no se ha recuperado lo perdido”, subrayó.
- El organismo de análisis del sector empresarial recordó que el desempeño del ISR en 2020 “fue atípico”; ya que en medio de la fuerte contracción su recaudación mejoró modestamente; incluso crecía anualmente en el mismo periodo 0.4%, después de que en 2019 caía 1.6%.
Pero, subrayó, el efecto recaudatorio de tal impuesto –que se aplica directamente a los ingresos de empresas y personas– estuvo asociado a la recuperación de adeudos entre los grandes contribuyentes; cuya aportación fue “de na sola vez” y al cierre de 2021 ya no está presente.
Ingresos petroleros
El CEESP refirió que los ingresos petroleros muestran una recuperación importante; pero no alcanzan a dar el impulso financiero que requiere México. Indicó que entre enero y octubre de 2021 dichos recursos mostraron:
- Un aumento de 461 mil 400 millones de pesos; provenientes del fuerte aumento en los precios de crudo que han tocado picos de más de 80 dólares por barril.
- Un alza real de 64.3%, respecto a los recaudado por el país durante el mismo periodo de 2020.
- Aunque el impulso pudo haber sido mayor, si la producción del crudo no se hubiera situado muy por debajo de lo que se presupuestó; manteniendo niveles históricamente bajos.
- La producción promedio un millón 733 millones de barriles diarios; frente a una cifra presupuestada de un millón 857 mil barriles; que posteriormente se corrigió a un millón 753 mil barriles diarios.
La contribución petrolera a la economía mexicana se apaga
A pesar de la importancia que le han dado todas las administraciones y que más empresas se han integrado al sector petrolero mexicano en los últimos años, su peso económico se ha ido disipando.
- La participación del sector en las ventas acumuladas por Las 500 empresas más importantes de México, el ranking que elabora cada año Expansión, se desplomó en la última década de 14.6 a 5.7%. Y su aportación al Producto Interno Bruto (PIB) del país cayó de 6.1 a 3.5%, según datos del INEGI.
- De hecho, Pemex dejó este año de ser la empresa más grande del país en términos de ingresos, para ceder su lugar a la compañía de telecomunicaciones América Móvil, de Carlos Slim.
Especialistas del sector consultados coinciden en que los principales factores que han originado la menor aportación del sector petrolero a la economía mexicana en los últimos años son la caída de los precios del petróleo, la menor producción, la disminución de las exportaciones y el bajo nivel de refinación. Una situación esta última que, de hecho, quiere revertir el gobierno con un plan para incrementar su la producción de gasolinas en 40% para el próximo año. La meta es que en 2023 el sistema nacional de refinación provea el total del combustible que demanda el país.
- Eduardo Carbajal, profesor de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, señala que la situación que vive el sector puede llevar a reconsiderar la idea de que México es un país petrolero, pues la balanza comercial presenta déficit desde 2011. Y se ha reconfigurado tanto la economía en los últimos años, que los ingresos petroleros ya no representan gran parte de lo que se produce en el país.
- De acuerdo con el especialista, los ingresos de petróleo previstos hasta 2027 por la Ley de Ingresos hacen prever que seguirán representando entre 3 y 4% del PIB. Así, que, asegura, el sector petrolero va a mantener el perfil más bajo y más moderado de lo que tenía hace años.
A diferencia de otros países que están haciendo grandes reconversiones de la industria, en México la menor importancia del sector petrolero en la economía no tiene que ver con el desarrollo de las energías limpias.
- Para Valeria Vázquez, socia líder de la Industria de Energía y Recursos de Deloitte México, el problema grave que está enfrentando el sector es la falta de aprovechamiento de la renta petrolera de Pemex y la situación financiera de la empresa, que afecta a su operación y productividad. La especialista sostiene que en tanto la estatal no sanee sus finanzas y se dedique a los negocios que efectivamente le van a generar dividendos, como es la exploración y producción, no así la refinación o la logística de los servicios, Pemex y el sector van a seguir enfrentando una situación muy complicada.
«Sin duda, los recursos deben aplicarse en aquellas actividades que resulten más eficientes y proyectos que generen un retorno y un impacto real y positivo dentro de las finanzas y el desarrollo económico, no sólo con motivos ideológicos o incluso políticos», apunta.
El estudio ‘Factores clave para la economía de México en 2020 y más allá’, realizado por Tony Payan y José Iván Rodríguez Sánchez, académicos del Centro México en el Instituto Baker de la Universidad Rice en Houston, coincide en que Pemex ha dejado de ser un pilar económico para México y señala que la petrolera ahora es un «lastre» para el gobierno federal. Los especialistas señalan que mientras el Gobierno invirtió 1.1% del PIB en estímulos económicos para superar la pandemia en 2020, el apoyo a Pemex fue aproximadamente de 1.4%./Agencias-PUNTOporPUNTO