Con más de 56 millones de afectados en las últimas dos décadas, México afronta un creciente riesgo a los desastres, pero especialistas temen que el reciente recorte de fondos para afrontar catástrofes aumente la vulnerabilidad del país, uno de los cinco más impactados de Latinoamérica.
- Expertos advierten que México no está preparado para afrontar futuros fenómenos, sobre todo tras la reciente desaparición de 109 fideicomisos de ciencia, tecnología y ambiente.
- El impacto de catástrofes en México ha ido en aumento entre 2000 y 2019, con 3,765 muertes, 1.8 millones de viviendas dañadas y afectaciones por 40,000 millones de dólares, expone Irasema Alcántara-Ayala, investigadora del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
- Tan sólo en 2017, los terremotos dejaron cerca de 500 decesos, casi 20 millones de personas afectadas y daños en más de 190,000 hogares y 10,000 escuelas, con pérdidas por 87,000 millones de pesos (más de 4,000 millones de dólares), según su recuento.
“Las consecuencias de los desastres desencadenados por los terremotos de septiembre de 2017 y del actual desastre detonado por la pandemia de la Covid-19 son clara manifestación de que México no está preparado para afrontar futuros desastres ni para reducir el riesgo de desastre”, expone.
Un riesgo sin fondo
Este panorama y ante la desapareció 109 fideicomisos, incluyendo el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), el Fondo para el Cambio Climático y otros del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
- La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) señala el riesgo que esto representa para 77 millones de mexicanos, pues 45 % del país está expuesto a inundaciones y 40% a sismos.
“En el país no hemos logrado tener un esquema de cobertura de casa habitación en caso de posibles desastres“, lamenta en entrevista Sandra Camacho, consultora de riesgo de desastres y resiliencia para el sector privado.
- El presidente, Andrés Manuel López Obrador, y legisladores de su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), argumentaron que estos fondos son símbolos de corrupción y prometen que será más eficiente que el Gobierno asigne los recursos de forma directa.
“¿Por qué vamos a desaparecer el Fonden? Porque hay elementos suficientes para sostener que era una especie de caja chica, bueno, ni tan chica, para funcionarios que compraban de todo aprovechando que había una emergencia sin licitar”, aseveró el mandatario.
Camacho reconoce que el fondo es perfectible, pero argumenta que en vez de desaparecer debe acatar las recomendaciones de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) y de organismos internacionales.
México, advierte, podría incumplir los compromisos internacionales que suscribió en 2015 con el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres de las Naciones Unidas.
“Es muy grave que no alcancen a ver que estos temas están ligados con el desarrollo, con aliviar la pobreza, si una persona iba progresando y saliendo de la pobreza, un desastre le corta ese desarrollo”, considera.
Por otro lado, Alcántara-Ayala enfatiza que los desastres no son naturales, sino socialmente construidos y consecuencia del sistema. Por ello, los recortes a la ciencia aumentan la vulnerabilidad de la sociedad y arriesgan la vida, la salud y el desarrollo del país, argumenta la investigadora de la UNAM.
“Sin investigación científica, la cual es brújula para la reducción del riesgo de desastre, el país estaría sentenciado a una catástrofe mayor“, opina. Ante la crisis climática que se refleja en el incremento de incendios forestales, temporadas de huracanes más activas y sequías, el panorama de México es bastante retador al sumar el factor político, añade Camacho.
“México todavía necesita implementar muchas actividades de prevención, el tema es que la prevención tiene muchos retos, uno de los principales es que políticamente no es tan redituable como una emergencia. Es muy triste decirlo, pero muy aplicable en nuestro país”, reflexiona.
Diferentes gobiernos, mismos errores
Los gobiernos han tomado decisiones erróneas ante los desastres causados por fenómenos naturales; tampoco hay claridad en la aplicación de los protocolos de actuación ante las amenazas climatológicas y existe uso discrecional y con enfoque de clientelismo político sobre los recursos públicos para atender a los damnificados, advierten expertos de protección civil y prevención de desastres naturales.
- Pese a la extinción del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden), instrumento que durante décadas fue utilizado en México para atender las emergencias sociales y estructurales causadas por la naturaleza, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador poco se ha diferenciado de las administraciones pasadas en la manera de enfrentar las tragedias, esto es inyectando como sello personal la distribución directa de recursos e “individualizando” los apoyos sociales.
En noviembre de 2020, año en el cual se emitieron 46 declaratorias de desastre, la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, reconoció 238 mil damnificados tras las inundaciones en Chiapas, Tabasco y Veracruz por las lluvias y el desfogue de una presa hidroeléctrica en Tabasco.
- El 9 de septiembre de 2021, en un informe rendido por diversos funcionarios públicos durante la conferencia matutina de López Obrador, las cifras tras el paso del huracán Grace son las siguientes: 101 mil 83 viviendas dañadas de 3 mil 703 comunidades en 149 municipios de Veracruz, Puebla e Hidalgo. En ese momento no había datos oficiales del desastre en Ecatepec, Estado de México, donde las proyecciones locales hablaban de 30 mil damnificados.
¿Por qué desapareció el Fonden?
Estas razones motivaron a que se creara, en 1996, el Fondo de Desastres Naturales durante la administración del presidente Ernesto Zedillo. Era un fideicomiso que obligaba al gobierno federal a destinar recursos económicos a los estados y municipios afectados por los desastres naturales.
- Con la creación del Fonden, los recursos que no se utilizaban en un año se guardaban para el siguiente, creando un tipo de ahorro para enfrentar los desastres naturales cuando llegaran a ocurrir. Así lo explicó Arturo Herrera, cuando era Secretario de Hacienda y Crédito Público en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
- El funcionario que ahora está en el Banco de México, dijo en un video el 31 de agosto del 2020, que los pasivos del Fonden superaban los recursos que tenía el fideicomiso. Es decir, de los 4,911 millones que había para enfrentar los desastres naturales, el Fonden tenía pasivos por 18,034 millones de pesos por lo que “en términos netos, no tenía recursos, no se trata de tomar lo que existía ahí, porque lo que existe es deuda”… y entonces fue mejor eliminarlo que rescatarlo.
El proyecto de ley aprobado por el Congreso de la Unión estableció que la SHCP sería la que realice los procesos de extinción de los fideicomisos, pero no se detallan los mecanismos con los que se redirigirá el dinero obtenido con su desaparición. La dependencia federal tiene la facultad de manejar lo recaudado a discreción bajo la partida de “aprovechamientos”.
Por extinción de los fondos, transfieren 26 mil mdp a Hacienda
El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden) transfirieron más de 26,519 millones de pesos a la Tesorería de la Federación, como parte su extinción ordenada por los diputados Morena, PES, PT y PVEM.
A través de depósitos el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), quien era encargado de administrar el dinero usado para atender emergencias provocadas por lluvias, huracanes, terremotos, temblores, incendios y otros desastres naturales, fue el encargado de mandar el dinero entre marzo y junio de 2021 a las cuentas bancarias de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
- Según las fichas de depósito y oficios en poder de Forbes México, la SHCP recibió más de 25,181 millones de pesos del Fondo de Desastres Naturales, que era administrado por la Secretaría de Gobernación (Segob).
- Durante los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, la Segob era encargada de hacer las declaratorias de emergencia por un desastre natural. Ese dinero era dispersado y entrado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), quien era la encargada de hacer padrones de beneficiarios como ocurrió en los sismos de septiembre de 2017 con la construcción de viviendas de Chiapas, Oaxaca, Morelos, Guerrero, Estado de México y Ciudad de México.
El Fondo para la Prevención de Desastres Naturales, un fideicomiso administrado por la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPPC), entregó más de 1,338 millones de pesos a la Tesorería de la Federación para que fueran enviados a la Secretaría de Hacienda. El dinero de ese fondo era dispersado por la Coordinación Nacional de Protección Civil.
“No existe el Fonden, porque era un instrumento plagado de corrupción”, declaró Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República para defender la desaparición de este fondo.
El mandatario señaló que era una práctica declarar emergencias, zonas de desastre y autorizar compras masivas o hacer obras sin licitación, o transferir dinero del gobierno federal a los estados para que hicieran lo propio.
“Si había una sequía, si había una inundación, entonces se usaba el Fonden y no llegaba el dinero a la gente”, manifestó el fundador de Morena.
- El ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México expresó que había proveedores que tenían ya como encomienda entregar víveres, despensas, colchonetas y todo lo que se requería: “Gente que hizo su agosto en el gobierno anterior y en todos los gobiernos, Gobernación manejaba esto”.
- “Muchas irregularidades, para decirlo amablemente. Entonces, ya se termina con eso y esos fondos los maneja Hacienda y, si se necesita, se utiliza y, si no alcanzan esos fondos, se amplían los presupuestos para las dependencias”, agregó López Obrador.
Por su posición geográfica, México se encuentra expuesto al riesgo permanente de enfrentar contingencias derivadas de fenómenos naturales, así como tectónico-geológico, lo cual representa presiones adicionales al gasto público federal.
Los fideicomisos desaparecidos por la Cuarta Transformación fueron convertidos por el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto como instrumentos financieros y económicos orientados a prevenir, disminuir y combatir los efectos y contingencias derivadas de fenómenos naturales./PUNTOporPUNTO