Desde 2020, la economía mexicana ha pasado por varias zonas de turbulencia asociadas a fenómenos como la pandemia, la disrupción en las cadenas de suministro y, recientemente, por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
- Hacia adelante, el crecimiento económico de los estados y municipios en México estará condicionado a factores como la inflación y los choques externos, y si hay una desaceleración en Estados Unidos habrá un impacto negativo en el país, dijo en entrevista María del Carmen Matínez-Richa, analista principal de subsoberanos de Moody’s Local México.
- “Uno de los grandes retos con estos problemas geopolíticos es la desaceleración de las economías desarrolladas, entre ellas Estados Unidos, y el impacto que puede tener en las naciones emergentes. Ese es uno de los grandes riesgos que México tiene en sus estados y municipios porque les da las participaciones el gobierno federal. Entonces, está muy ligado al ciclo económico”, advirtió la especialista.
“Cualquier impacto en el crecimiento económico, tiene un efecto muy rápido en el ingreso de estados y municipios”, agregó.
Otro de los factores a tomar en cuenta es la inflación, pues aunque representa un impulso para los ingresos, también pone “mucha presión al gasto”.
Además, está la tasa de interés de referencia de Banco de México, la cual ha venido subiendo en las últimas reuniones de la Junta de Gobierno. Sin embargo, debido a que los estados tienen un “endeudamiento moderado”, la analista de Moody’s Local México ve menos riesgo para las entidades por este factor.
“Vemos más el riesgo en la parte de inflación y del crecimiento económico, porque en el futuro esos ingresos que ahorita están creciendo bien se pueden ver mermados en 2023 y 2024”, comentó.
A decir de Martínez-Richa, “si no pasa nada más, con las expectativas de tasas de interés más altas y un control de la inflación”, estados y municipios recuperarán los niveles que tenían antes de la pandemia entre 2023 y 2024, “más hacia el 24”.
- Entre los riesgos que pudieran afectar a la baja el crecimiento económico está un deterioro en los indicadores de seguridad pública, altos niveles de inflación y que continúe la incertidumbre interna y que ello afecte la inversión, señala el Reporte sobre las economías regionales enero-marzo 2022 de Banxico.
- La mayoría de los analistas ha reducido sus pronósticos de crecimiento para la economía nacional en este año, para ubicarla en un máximo de 2%, un nivel muy inferior al 3.4% esperado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Inversión
María del Carmen Martínez-Richa destacó el hecho de que la inversión en el país “no se ha frenado”. Si bien es cierto que continúan los problemas en las cadenas de suministro, lo que se puede traducir en retrasos en la producción, la inversión extranjera “sigue fluyendo en gran parte de los sectores”.
Particularmente en sectores como el automotriz, en los estados del Bajío y del norte de México, donde las cadenas de producción del sector están bien posicionadas.
- En el sur sureste, la región que la administración federal se ha propuesto impulsar, “todavía no vemos consolidarse esas políticas. Vamos a ver qué sucede”, dijo la analista de Moogy’s Local.
El reporte de economías regionales de Banxico sostiene que en el primer trimestre de 2022 la región norte mostró niveles de actividad por arriba de lo que tuvo en el mismo periodo de 2020. La región centro mostró que fueron similares a los del primer trimestre de hace dos años y el sur se ubicó ligeramente por debajo de lo observado antes de la pandemia.
Cambios en la calificación
Para evitar la volatilidad en las notas crediticias en escala nacional y para utilizar una escala de calificaciones con las que el mercado está más familiarizado, Moody’s Local ha hecho cambios para evaluar.
“Anteriormente, las calificaciones de estados, municipios y de otros sectores dependía mucho del riesgo del gobierno soberano. Cuando había alguna acción de calificación, estados y municipios se revisaban y, alguna veces, aunque no cambiaba su calificación de manera global -la que primero asignábamos- podía cambiar su calificación en estaca nacional, aunque el emisor tuviera ningún cambio significativo”, explicó Martínez-Richa.
- Lo anterior, agregó, provocaba cierta volatilidad en las calificaciones a escala nacional. Siempre habrá una relación entre el gobierno soberano por la forma en que funcionan estados y municipios, pero ya no se reflejará como antes en las calificaciones. Con la nueva metodología para asignar calificaciones, también viene otra nomenclatura.
- Por ejemplo, detalló, el AA+, que utilizan otras agencias, antes se llamaba AA1. Ahorita estamos desde un AAA, AA con el + (positivo) y – (negativo), para referirse a la perspectiva.
“Es una escala de calificaciones con las que el mercado está más familiarizado. Eso va a ayudar mucho a que para inversionistas y público en general sea más fácil comparar los niveles de calificación que se dan”, aseguró.
Estados y municipios reciben menos
Durante el 2021, las entidades federativas y los municipios del país recibieron, por tercer año consecutivo, menos recursos en términos reales por parte del gobierno federal.
- Es decir, en los años de pandemia de Covid-19 y de proceso de reactivación económica, los gobiernos subnacionales contaron con una menor transferencia de dinero federal.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el gasto federalizado, que son los recursos que la Federación transfiere a las administraciones estatales y municipales, ascendió a 2.02 billones de pesos en el 2021, monto que fue 1.3% menor al 2020, con ajuste inflacionario.
Este resultado significó registrar tres años con caídas, es decir, durante los tres años de gestión de Andrés Manuel López Obrador.
- La importancia del gasto federalizado radica en que representan, en promedio, 84.6% de los ingresos totales de las entidades, antes de la pandemia y sin incluir los recursos por financiamiento, ni a la Ciudad de México (56.1 por ciento). Mientras en los ingresos totales de los municipios del país simboliza 71.7%, aunque en las demarcaciones de mayor rezago social esa proporción llega a 90 por ciento.
- El descenso de -1.3% del gasto federalizado fue consecuencia de que solamente dos de sus seis ramos presentaron aumentos: participaciones federales (2.8% a tasa anual en términos reales) y convenios de reasignación (355.4 por ciento).
El ramo más importante del gasto federalizado es el correspondiente a las participaciones federales, que forman parte del gasto no programable (recursos de libre disposición para las administraciones locales) y su entrega depende de la recaudación federal participable, actividad económica y población.
- En el 2021 las participaciones mostraron un aumento de 2.8%, tras caer -7.2% un año antes. Lo anterior manifiesta que el incremento referido tuvo una base de comparación baja (efecto rebote) y que el año pasado comenzó el proceso de reactivación económica y de vacunación, aunque insuficiente, ya que en comparación con el 2019, prepandemia, se observa una contracción de 4.6 por ciento.
El segundo ramo más importante de la transferencia que realiza la Federación a estados y municipios es el referente a las aportaciones federales (gasto programable, es decir, está etiquetado), las cuales solventan diferentes problemáticas en educación, salud, infraestructura social, seguridad y fortalecimiento financiero.
Estos recursos se desplomaron -3.4% a tasa anual real, después de tres crecimientos al hilo.
Ambos ramos concentraron 86.4% del total del gasto federalizado que recibieron entidades y municipios el año pasado.
Las otras disminuciones se dieron en convenios de descentralización (-4.1%), recursos para protección social en salud (-7.5%) y provisiones salariales y económicas y otros subsidios (-43.9 por ciento)./Agencias-PUNTOporPUNTO