Dependencia a IMPORTACIÓN de COMBUSTIBLES en MÉXICO se mantiene en constante Aumento

Estados Unidos es el segundo exportador mundial de gas natural. El primero es Australia, y el tercero es Rusia, que surtía de gas a muchos países en Europa y otros tantos en Asia.

Con la refinería Olmeca todavía en fase de pruebas y el retraso en la rehabilitación del resto de refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex), la autosuficiencia de México en consumo de combustibles continúa avistándose lejana.

  • Durante los primeros nueve meses del 2023, seis de cada 10 barriles de combustibles consumidos en el país fueron traídos del exterior, de acuerdo con cálculos a partir del Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía (Sener).
  • Esta cifra da cuenta de una limitada reducción respecto del nivel del 2018, a inicios del sexenio (6.5 barriles de cada 10), sobre todo considerando que la meta original del gobierno del presidente López Obrador era dejar de importar combustibles este 2023.
  • De enero a septiembre del presente año el consumo aparente de combustibles (que equivale a la suma de la producción nacional y las importaciones, menos las exportaciones) fue de 1.765 millones de barriles diarios.

En esta cifra están considerados la gasolina, el diésel, la turbosina, el gas licuado de petróleo (LP), el combustóleo.

La producción de Pemex de estos petrolíferos ascendió a 920,000 barriles diarios, mientras que las importaciones totalizaron 1.049 millones de barriles diarios (de estas, Pemex participó con 695,000 y los privados, con 355,000 barriles diarios). Las exportaciones fueron por 204,000 toneles diarios, aunque se componen esencialmente de combustóleo.

  • Las importaciones totales fueron apenas 10% menores en términos absolutos frente a los 1.171 millones de barriles diarios de petrolíferos que se importaban en el 2018.
  • Con cálculos análogos, en el detalle por producto se observa que la mayoría de los porcentajes que describen la dependencia de las importaciones son, incluso, mayores que el promedio.
  • En el caso de la gasolina, la participación del producto importado en el consumo aparente -de 784,000 barriles diarios-, es de 67.2 por ciento.
  • En cuanto al diésel, el porcentaje es 66.3% de los 399,000 barriles de consumo aparente. En gas LP, este último totaliza 288,000 barriles diarios, con un componente importado de 64.9 por ciento.
  • En el caso de la turbosina el consumo es de 95,000 barriles diarios, con una cuota de importaciones de 60.2 por ciento.

La autosuficiencia puede observarse en uno solo de los combustibles. En combustóleo, que es el de menor valor y el más sucio, el país es completamente soberano, pues la producción nacional basta para abastecer el 100% de los 82,000 barriles diarios que demanda el mercado nacional.

Retrasos en refinerías

  • Hasta la fecha, la imposibilidad de alcanzar la soberanía en el consumo de combustibles es el correlato de los retrasos en la puesta a punto de la capacidad del sistema refinador de Pemex y en la puesta en marcha de la nueva refinería Olmeca.
  • A septiembre, las seis refinerías que conforman el Sistema Nacional de Refinación (SNR) de Pemex, procesaron 813,000 barriles diarios, lo que significó un uso de capacidad de 49.5 por ciento.
  • Esta cifra es 10 puntos porcentuales superior a la del 2018, al inicio del sexenio, pero muy inferior a la de 90% que todavía a finales del 2021 Pemex se planteaba alcanzar desde el 2022 (en su documento “10 tareas Pemex”, de diciembre del 2021).

En su comparecencia ante el Congreso el pasado 9 de octubre, Octavio Romero recalculó la meta y pronosticó que en el 2024 el uso de capacidad del SNR será de solo 63 por ciento.

  • En tanto, reconoció que la refinería Olmeca, que aportará una capacidad de proceso de crudo de 340,000 barriles adicional a los 1.64 millones de la capacidad actual, producirá 320,000 barriles diarios al cierre del próximo año.
  • El plan original era iniciar la producción desde el año pasado.
  • En el sexenio, Pemex planea completar poco más de 4,000 millones de dólares en inversiones para rehabilitar el SNR. Estas plantas tenían al inicio del sexenio una capacidad no utilizada (por rehabilitar) de un millón de barriles diarios.

En tanto, para añadir los 340,000 barriles de nueva capacidad de la refinería Olmeca, el Estado mexicano habrá invertido un monto de alrededor de 20,000 millones de dólares.

Crece dependencia de gas natural

El gas natural producido en Estados Unidos (EU) será el combustible “favorito” en los próximos años para México, revela un análisis del sitio especializado Monitor Energético (ME), que consigna estimaciones de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés).

  • “Entre el 2022 y año 2050, México será uno de los destinos favorito de EU en sus ventas de gas natural, al estimarse un incremento de 1.2 por ciento anua en este lapso”, señala José Ángel Vela, Director General de Monitor Energético.
  • Destacó que en 2022, las compras mexicanas de ese combustible totalizaron 2.18 billones de pies cúbicos y para el 2050 se esperan que lleguen a 3.08 billones, alcanzando un máximo de 3.18 billones en 2044.
  • “El auge en las ventas de gas natural al sur de la frontera contrasta con las compras mexicanas del energético de forma licuada que pasaron de un máximo en los últimos años de 182.2 mil millones de pies cúbicos a solo 3.8 mil millones en el año pasado.

“Por su parte, las exportaciones del gas natural a través de ductos generado en EU a Canadá apenas crecerían 0.6 por ciento anual entre 2022 y 2050, pasando de 0.95 a 1.12 billones de pies cúbicos diarios”, apuntó Vela.

Cabe destacar, dijo, que las compras de gas natural licuado son a través de barcos y el otro energético en forma gaseosa es a través de gasoductos.

“La demanda por el gas natural al sur de la frontera estadounidense es motivado por la instalación y puesta en marcha de plantas eléctricas, aunado a la insuficiente oferta local”, explicó Vela, “Sin embargo, en los próximos años se espera que repunten las importaciones de gas natural licuado en México ante los diversos proyectos que se están construyendo en el País”.

  • El especialista dijo una de las ventajas que ofrece México para reexportar el producto hacia países asiáticos es uno más de los factores en juego.

“Además, el tendido de los gasoductos para transportar el gas natural es muy costoso, sobre todo para hacer llegar el energético a la zona sur del país, por lo que la alternativa de que llegue de manera licuada a las terminales y distribuirlo, es muy factible de ser empleada”, indicó Vela.

México aun sin soberanía energética

Durante mayo de 2023, el Arctic Sunrise, un barco de Greenpeace, navegó las costas de Veracruz estudiando los impactos de un nuevo gasoducto que pone en peligro una vasta área de corales.

  • El ducto llevará gas natural de Estados Unidos a dos destinos: uno en Veracruz, para su compresión y empaque interoceánico a otros mercados; y el otro a la península de Yucatán, donde se espera una mayor demanda energética como efecto de la construcción de Tren Maya.
  • Este nuevo gasoducto es una muestra de la cantidad de gas que México importa de Estados Unidos. Una dependencia que corta por completo la idea de soberanía energética prometida por el gobierno de López Obrador.
  • Según el mismo presidente, esta dependencia se debe a la firma de contratos de compra y traslado de gas realizados durante el sexenio pasado. Pero a pesar de que su administración renegoció los contratos, la cantidad de gas que el país está obligado a comprar, supera nuestra demanda.

El superávit es tal que, en vez pensar cómo reducirlo, la administración federal decidió que sería más fácil licuar el gas natural (comprimirlo de su forma gaseosa hasta hacerlo líquido o incluso sólido), embarcarlo en navíos intercontinentales y venderlo en Asia o Europa, donde la guerra de Ucrania y las sanciones económicas que derivaron de ella han puesto en jaque su suministro.

El presidente señaló que, en los años de la autosuficiencia (la década de los 80), México incluso propuso la creación de un gasoducto que pudiera llevar gas de México a Estados Unidos, y no al revés (como pasa ahora). Incluso, mencionó que el ingeniero Heberto Castillo, renombrado activista social y político de la época escribió un libro en contra de la propuesta, llamado Huele a Gas.

“La paradoja de los daños que ocasiona la política neoliberal –continuó el presidente– estos irresponsables, tecnócratas, corruptos: que ese gasoducto que se construyó para llevar el gas hacia el norte ahora se usa para traer el gas. Nunca se imaginó que eso iba a pasar”, dijo López Obrador, sobre el uso de ese gasoducto que hoy se está buscando expandir.

Los contratos establecieron que, además del gas que México estaba obligado a importar (proveniente de yacimientos no convencionales, o de Fracking, un método extractivo sumamente dañino al ambiente), se debería levantar una red de gasoductos con capital privado para su traslado; además del gas, la Comisión Federal de Electricidad pagaría por la renta de los ductos.

“Hay más gas del que necesitamos porque así se firmaron contratos. Tuvimos que hacer una negociación con las empresas para bajar los precios; logramos ahorros. De todas maneras, fue un exceso”, añadió López Obrador.

Actualmente en el país hay planes para construir cinco plantas de compresión (o licuefacción) de gas: dos en Altamira, Tamaulipas; otra frente a las costas de Alvarado, en Veracruz. Mientras que en la costa del Pacífico hay otras tres, como la que se construye en Puerto Libertad, Sonora; u otra en Ensenada, Baja California.

  • La mayoría de estas plantas se construyen en plataformas marinas, cerca de la costa. Esto, para que los buques que transportan el gas puedan tener un mejor acceso. A ellas llega un ducto submarino que bordea la costa.
  • Del ducto emana gas que es procesado en la plataforma y posteriormente embarcado. Su edificación además de ser un desafío a la ingeniería, representa una fuente de diversos riesgos para el medio ambiente.
  • “Por razones logísticas y ambientales, en Estados Unidos mucha gente no quiere una terminal de licuefacción de gas”, explica en entrevista Pablo Ramírez, coordinador del programa de energía y cambio climático de Greenpeace México.

Dependiendo de los estados, hay condados, sobre todo en California, donde hay grandes oposiciones, además de importantes reglas ambientales que inhiben su instalación. Por eso prefieren construir una terminal en Guaymas, Sonora, o en Ensenada, que frente a las costas de California. Porque no es mucha la diferencia para salir a China, o a Europa desde las costas del Golfo de México”.

  • Estados Unidos es el segundo exportador mundial de gas natural. El primero es Australia, y el tercero es Rusia, que surtía de gas a muchos países en Europa y otros tantos en Asia. Con el conflicto entre Rusia y Ucrania, y todo el tema de las sanciones económicas, estos países están en una crisis de demanda energética.
  • Durante los últimos 30 años el consumo de gas alrededor del mundo se ha duplicado. Esto, de acuerdo con datos de la empresa Enerdata, quienes registran que el consumo pasó de 2 billones de metros cúbicos de gas a inicios de los 90, a más de 4 billones al inicio de esta década.

México no es la excepción. Nuestra dependencia es tal que, una de las acciones más celebradas de este gobierno rumbo a la soberanía energética, fue la compra de 12 plantas de generación eléctrica a Iberdrola.

Además, se planea construir dos centrales más, como esta en la península de Yucatán para satisfacer la demanda que tendrá el Tren Maya, que en la mayoría de su recorrido será eléctrico, así como del incremento en el turismo que se espera genere.

Actualmente las plantas de ciclo combinando (que hierven toneladas de agua y que con su vapor mueven turbinas que generan electricidad) producen el 63 por ciento de la electricidad que consumimos en el país y el 90 por ciento del gas que usan, se importa, explica Pablo Ramírez de Greenpeace.

Alrededor de esta dependencia hay dos problemas primordiales, añade Luca Ferrari, investigador del Centro de Geociencias de la UNAM y una de las personas que coordinan el Programa de Programa Nacional Estratégico de Energía y Cambio Climático en el Conahcyt.

  • El primer problema es que se ha dado por hecho que el gas es infinito, cuando en realidad es lo último que le queda a EU. Ya no es como hace 10 o 15 años, cuando se decía que el suministro iba a durar un siglo, cuando la verdad es que es muy limitado.

Sus principales campos están llegando a un tope. El segundo, es que la producción nacional no alcanzaría para satisfacer la demanda actual».

  • México siempre ha importado mucho gas, por décadas, la política se enfocó en la extracción de crudo y todo el gas asociado no se aprovechó. Cuando se dieron cuenta del error, la reconversión de las plantas era demasiado cara.

La cantidad de gas que se ha quemado o se ha liberado a la atmósfera, dice Ferrari, es una atrocidad.

  • De 2021 a la fecha, la quema o venteo de este tipo de gas fue dos veces superior a las ventas de Pemex. Además, gran parte de este gas que sí se aprovecha, es usado por Pemex en sus procesos de refinación y petroquímica.

Aunque la producción de petróleo y gas natural de Pemex terminó con su histórico descenso, no ha crecido. Satisfacer la cantidad de gas que se necesita actualmente sería muy difícil sin que se extraiga el gas de fracking que existe en el país, una opción considerada por muchos como impensable, por sus costes medioambientales.

La única respuesta, opina Ferrari, es aumentar el componente de fuentes de energías renovables a la matriz energética del país.

Otras de las soluciones que propone se relacionan con políticas de decrecimiento económico, como la reducción del uso de energía por parte del sector industrial y el turístico.

Tenemos que hacer cuentas con un planeta que tiene límites físicos y ambientales, la situación no es sencilla y dentro de todo lo que se ha dicho, el gas sigue siendo el elefante en la habitación”, asegura.

Repunta dependencia de combustibles importados

La importación de combustibles tanto por parte del gobierno a través de Petróleos Mexicanos (Pemex) como de los agentes privados con permisos fue de 1.032 millones de barriles diarios entre enero y abril de este año, lo que implicó un incremento de 9.8% en comparación con el mismo lapso del año pasado, rompiendo la racha de dos años de reducciones y el techo del millón de barriles al día, chocando también con los compromisos del gobierno.

  • En el total de productos petrolíferos que se distribuyen en el país y reporta la Secretaría de Energía se observa por tanto una mayor participación de las importaciones en el consumo nacional aparente, que este año fue de 58.2%, en comparación con el 55.7% de los primeros cuatro meses del 2022 y del 57.5% del mismo periodo del 2021, luego de caer desde una participación de 65.4% en 2020 y de 67.9% en 2019, el primer año de esta administración.

A la vez, se observa que la producción de estos productos por parte de Petróleos Mexicanos fue de 968,782 barriles diarios, lo que apenas significó un incremento de 1.5% en relación con la que se registró en el mismo lapso del año pasado y que se situó en 687,289 barriles por día en el primer año de este gobierno.

Entonces, las importaciones de petrolíferos únicamente de Pemex aumentaron nuevamente este año, ubicándose en 663,590 barriles por día, volumen 6.5% superior al que se reportó entre enero y abril del 2022. La importación de petrolíferos en el primer cuatrimestre del 2019 era de 913,612 barriles diarios, según los reportes.

  • La importación de privados ganó más terreno que la que se registró en el terreno público este año, luego de la reducción del año anterior. Entre enero y abril, se situó en 368,696 barriles diarios, volumen 16.3% mayor al del mismo lapso del 2022. Las compras de combustibles que realizan principalmente cinco permisionarios privados tocaron su máximo histórico en 2021, en que se reportaron 393,357 barriles diarios en el primer cuatrimestre del año, y sólo se redujeron el año pasado, para repuntar en 2023.

Derivado de la recuperación de la economía, el consumo de combustibles ha mejorado aunque únicamente a niveles del 2020, sin alcanzar la demanda que se tenía el primer año de esta administración, que era de 1.8 millones de barriles diarios de productos.

En el primer cuatrimestre del año, el consumo nacional aparente de petrolíferos en el país se situó en 1.772 millones de barriles por día, lo que significó un aumento anual de 4.9%, según los indicadores gubernamentales.

Por producto, las gasolinas, que en términos de participación representan el 43% de los petrolíferos que se consumen en el país, mostraron una reducción de 2.2% en el volumen de importaciones totales, que de enero a abril registraron 483,032 barriles al día.

La producción de gasolinas de Pemex bajó 2.7% a 281,243 barriles diarios

Así Pemex importó 350,732 barriles por día de gasolinas en el primer cuatrimestre, según sus reportes. El volumen de importaciones de la petrolera del Estado en el renglón de gasolinas fue 5% inferior al del 2022, aunque fue más alto que los 305,379 barriles por día del primer cuatrimestre del 2021.

Pero las empresas privadas que hoy pueden importar combustibles gracias al permiso que les otorgó la Secretaría de Energía, importaron 132,300 barriles diarios de gasolinas, lo que significó un aumento de 5% en el volumen de gasolinas adquiridas por agentes distintos a Pemex para su importación al país en el primer cuatrimestre del 2023, en comparación con el 2022.

Las importaciones totales de diésel se ubicaron en 263,240 barriles diarios, con un aumento anual de 42% en relación con el mismo lapso del 2022./Agencias-PUNTOporPUNTO

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