En la actual administración federal, encabezada por Enrique Peña Nieto, cuatro estados registraron crecimientos arriba de 100% de su deuda total, que incluyen las obligaciones financieras de municipios y organismos públicos: Oaxaca, Morelos, Chihuahua y Campeche.
- De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), de las 32 entidades del país, el mayor aumento del saldo total de financiamientos entre los cierres del 2012 y junio del 2018 se observó en Oaxaca con una tasa de 124.2%, al pasar de 5,660.4 millones a 12,690.2 millones de pesos en el periodo de análisis.
- Entre el 2013 y el 23 agosto de este año, el gobierno de Oaxaca, así como sus ayuntamientos y entes, inscribieron 30 obligaciones en el Registro Público Único de la SHCP por un monto de 16,723.5 millones de pesos, cuyo saldo a marzo pasado se ubicó en 6,661.9 millones; del total, 77.2% se dirigió a inversión pública productiva y 22.8% a cubrir insuficiencias de liquidez de carácter temporal.
- En el Sistema de Alertas, que mide el nivel de la deuda en tres categorías y emana de la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, el territorio oaxaqueño se colocó en el segundo trimestre del 2018 en semáforo verde (endeudamiento sostenible), aunque en amarillo (endeudamiento en observación) está uno de los tres indicadores para realizar la medición: Servicio de la Deuda y de Obligaciones sobre Ingresos de Libre Disposición (10.9 por ciento).
- Oaxaca, a la primera mitad del año, mostró una relación de 82.0% entre los financiamientos y las participaciones (principal fuente de recursos con la que se pagan los adeudos), mientras al inicio del actual gobierno federal el coeficiente fue de 41.4%; es decir, incrementó más de 40 puntos porcentuales en dicho lapso.
- Uno de los principales problemas de la entidad es su dependencia a recursos federales; para este ejercicio fiscal, se prevé en la Ley de Ingresos estatal un total de 67,019.8 millones de pesos, de los cuales, 94.6% proviene de la Federación.
- Además, si bien en el primer trimestre del 2018 la actividad económica de Oaxaca creció 1.6% anual, según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, un año y medio antes estaba en fase recesiva; es decir, el ascenso tuvo una base de comparación baja.
“Derivado del impacto de los sismos ocurridos en septiembre del 2017, el estado contrató diversos créditos para mitigar sus presiones de liquidez y solventar el costo de las obras de reconstrucción”, indicó Fitch Ratings a finales de julio pasado cuando ratificó la calificación de “A-(mex)” a la calidad crediticia de la entidad y modificó la perspectiva a Estable desde Negativa.
La agencia explicó que los factores que limitan la nota son liquidez reducida, que deriva en el uso recurrente de créditos de corto plazo; nivel moderado de deuda y dependencia de ingresos federales.
La exposición considerable a los efectos económicos derivados de los desastres naturales, que impacta en requerimientos más altos de inversiones; la participación muy baja en empleo formal dentro de la economía; las necesidades significativas en materia de infraestructura y servicios públicos, y las contingencias en materia de jubilaciones y pensiones.
Caída de ingresos provoca déficit de $213,738 millones
A cuatro meses de que concluya la administración del presidente Enrique Peña Nieto, las finanzas públicas del país muestran un panorama de mayor gasto, menores ingresos y un crecimiento de la deuda del sector público.
- De enero a julio, el balance presupuestario del gobierno federal presentó un déficit de 213,738 millones de pesos, lo cual contrasta con el superávit que presentó en el mismo periodo del 2017 por 102,912 millones de pesos.
- En contraste, el gasto neto del sector público fue por 3.22 billones de pesos, lo que significó un crecimiento real de 3.4%, respecto del año anterior, de acuerdo con el reporte de Finanzas y Deuda Pública que divulga la SHCP.
La dependencia menciona que la reducción en los ingresos presupuestarios se debió a una cuestión comparativa, pues el año pasado se obtuvieron mayores ingresos como efecto del remanente de operación del Banco de México./ CON INFORMACIÓN DE EL ECONOMISTA