En febrero pasado, acusaron a un venezolano de 26 años, José Antonio Ibarra, de haberla secuestrado y matado, lo que trasladó el foco de la pelea por las políticas migratorias de Estados Unidos en Athens, la ciudad en la que se asienta el centro educativo; un lugar situado a varios miles de kilómetros de la frontera con México.
- Ocurrió en un momento en el que todas las encuestas preelectorales, las discusiones en el Congreso y los discursos de los aspirantes a la Casa Blanca dejan en evidencia que el migratorio es un tema crucial de cara a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, y ya no solo para los votantes de los estados fronterizos.
- Faltan meses para que los partidos Demócrata y Republicano definan sus candidatos oficiales -lo harán en sus convenciones correspondientes, en agosto y julio respectivamente-, pero la contienda ya se anticipa como un cara a cara reñido entre el actual mandatario, Joe Biden, y su predecesor inmediato, Donald Trump.
“Y aunque el tema no es nuevo y siempre es relevante y divisivo, en este contexto está ganando un impulso sin precedentes, alimentado por una narrativa concreta, la política del miedo”, le dice a BBC Mundo Guadalupe Correa-Cabrera, una profesora asociada de la Universidad George Mason especializada en migración y crimen organizado.
“Si no ocurre ningún evento mayor en el ámbito internacional, en política exterior, será la frontera la que va a definir la Casa Blanca”, coincidiendo en su análisis con otros expertos consultados por la BBC.
- Consciente también de ello, Trump, en una publicación de su red Truth Social, culpó a Biden de una “invasión” que está “matando a nuestros ciudadanos”. Según los registros de las autoridades, el sospechoso del homicidio de Georgia cruzó de forma ilegal a territorio estadounidense en 2022.
- Mientras, con un lenguaje menos virulento pero en un mensaje similar, el gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, denunciaba “la falta de voluntad de esta Casa Blanca para asegurar la frontera sur”.
Es un discurso que políticos republicanos llevan meses repitiendo y medios conservadores amplificando, y que este jueves ha terminado llevando a los potenciales candidatos a la presidencia precisamente allí donde la crisis migratoria es más visible.
Trump, quien a ojos del electorado juega con ventaja en la materia, visita Eagle Pass, ciudad que el río Bravo separa de México y que el gobernador texano, el republicano Greg Abbott, convirtió en el epicentro de la pelea entre el gobierno estatal y el federal por quién debe regular el asunto fronterizo.
Mientras, Biden, sabiendo que la cuestión es su mayor reto, llega a Brownsville, también en Texas pero a más de 300 km del punto escogido por su oponente, para insistir en los esfuerzos del Partido Demócrata por buscar soluciones a la crisis que, según los sondeos, es la mayor preocupación para cada vez más estadounidenses, por encima incluso de cómo la inflación afecta a sus bolsillos.
«El principal problema del país»
Y es que las encuestas más recientes no dejan mucho lugar a la duda.
Una de ellas, realizada por la Universidad Monmouth (Nueva Jersey) y hecha pública el lunes, arroja que ocho de cada 10 estadounidenses -afiliados a uno u otro partido o a ninguno- ven la cuestión migratoria como un problema primordial.
- El 91% de entre los simpatizantes republicanos, el 41% de los demócratas y el 58% de los que no comulgan con ninguna de las dos formaciones consideran la inmigración indocumentada un “problema muy grave”, apunta el estudio.
- Asimismo, el 28% de los encuestados por Gallup en febrero -más de 1.000 adultos de todo el país, por teléfono- estima que el problema más grave que enfrenta el país es la inmigración, por delante de la economía, la inflación u otras cuestiones sociales. En enero, el porcentaje fue ocho puntos menor, el 20%.
La empresa de mediciones lleva 20 años preguntándoles cada mes a los estadounidenses sobre la principal problemática del país. La última vez que vio una respuesta similar -apunta la encuestadora- fue en julio de 2019, cuando hubo un pico de cruces indocumentados.
“Si me hubieran entrevistado hace un mes, hubiera dicho que la migración es uno de los tres temas más importantes de cara a las elecciones. Ahora definitivamente es EL tema”, le confirma a BBC Mundo Muzaffar Chishti, investigador principal del Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés), una organización no partidista con sede en Washington.
“Y la razón es clara: hay efectivamente una crisis en la frontera”, subraya.
Mientras, los sondeos sugieren que más de dos tercios de los estadounidenses desaprueban cómo la está gestionando Biden.
- De acuerdo a una encuesta llevada a cabo por la empresa Harris, la aprobación del presidente en relación a este tema es del 35%, su índice más bajo.
- Un sondeo llevado a cabo por ABC News/Ipsos en noviembre, a un año de la jornada electoral, mostró que en general los estadounidenses creían que los republicanos gestionaban mejor el tema migratorio, mientras cerca de un tercio de los adultos encuestados dijeron no confiar en ninguno de los partidos a la hora de lidiar con la cuestión.
Unas cifras sin precedentes
Sea como fuere, las cifras pintan un panorama sin precedentes.
Más de 6,3 millones de migrantes han sido detenidos tratando de entrar de forma ilegal a EE.UU. durante el mandato de Biden, una cifra mayor que en las administraciones anteriores, tanto de Trump, como las de sus antecesores Barack Obama y George W. Bush.
- De acuerdo a datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), en diciembre se rompieron todos los récords, al contabilizarse 249.785 detenciones por cruces irregulares; un aumento del 31% con respecto a noviembre y del 13% con respecto a diciembre de 2022, cuando se registró la anterior marca.
Aunque la mayoría proceden de países latinoamericanos, llegan de todo el mundo, de regiones tan lejanas como África Occidental o Medio Oriente.
Entre la migración extracontinental -como la denominan las organizaciones del ramo-, la que más ha crecido es la de ciudadanos chinos. Más de 37.000 fueron detenidos en la frontera sur de EE.UU. el año pasado, una cifra 50 veces mayor que la de dos años atrás según CBP.
- Mientras, tres millones de casos están pendientes de resolverse en los tribunales de inmigración, más de un millón corresponden a personas que ya solicitaron asilo.
“Pero esa es la cuestión de fondo, no la única razón por la que un porcentaje creciente del electorado lo considera el mayor problema del país”, aclara Chishti.
El problema al interior del país
No es una retórica nueva en la historia estadounidense de la inmigración.
Sin embargo, Chishti sí identifica un nuevo capítulo. Un capítulo que se empezó a escribir precisamente en el estado que Biden y Trump decidieron visitar.
En 2021, el gobernador de Texas lanzó la operación Lone Star (estrella solitaria, en referencia a la bandera del estado), un plan migratorio más duro ante lo que llamó “el abandono por parte del gobierno federal de su deber de proteger la frontera”.
- La iniciativa consistió en activar a la Guardia Nacional, un ente dependiente del Ejército de EE.UU. pero que obedece a la autoridad estatal, colocar boyas con pinchos metálicos en el río Bravo y alambre de púas en la orilla.
- Las organizaciones que trabajan con migrantes denuncian que estas barreras son “trampas mortales” por las que ya se han registrado fallecimientos y que le han valido a Texas demandas de la administración Biden y hasta la intervención de la Corte Suprema en el asunto.
No es la única disputa legal entre Texas y el gobierno federal sobre quién controla la frontera. Otra demanda busca frenar una ley que podría darles a jueces locales el poder de emitir órdenes de deportación.
Mientras, otros estados republicanos -como Florida, Oklahoma, Dakota del Sur y Montana- han defendido abiertamente lo que Abbott está haciendo en el suyo.
A finales de enero, 25 gobernadores publicaron una declaración donde decían apoyar lo que llaman “el derecho constitucional de Texas a autodefenderse”, en referencia a una cláusula de la Constitución que se refiere a que, ante una invasión, un estado tiene derecho a defenderse.
“Pero la acción más notable fue aquella con la que Abbott les quiso dar a los bastiones demócratas una lección”, señala el investigador Chishti.
- Desde 2022 el gobernador ha enviado desde Texas en autobús a más de 100.00 migrantes a ciudades como Nueva York, Chicago, Denver y Los Ángeles, y hasta las puertas de la casa de la vicepresidenta Kamala Harris en Washington DC.
- Siguiendo su ejemplo, su homólogo en Florida, Ron DeSantis, también mandó migrantes a las llamadas “ciudades santuario”, donde se aplican políticas que limitan la colaboración con las autoridades federales de inmigración.
Estas llegadas han puesto a prueba los servicios sociales de dichas urbes, que se esfuerzan por acoger a estas miles de personas sin alojamiento ni permiso de trabajo. Y las imágenes de gente que no tiene a dónde ir y campan en la vía pública han dominado los noticieros locales.
“Así, un problema que generalmente se consideraba limitado a los estados fronterizos se extendió al interior del país y a todos los reductos demócratas”, explica el experto.
“Y debido al impacto instantáneo –aunque temporal– en esas urbes, los políticos demócratas que eran incuestionablemente proinmigrantes de repente empezaron a mostrarse escépticos y a demandar controles fronterizos de igual manera que los republicanos”, prosigue.
“Por lo que podría decirse que Abbott no sólo ha impactado la política migratoria del Partido Republicano, sino que también ha cambiado la del Partido Demócrata”, concluye.
El factor Trump
Sin embargo, hay un elemento sin el cual no se puede explicar la relevancia del tema fronterizo en la carrera hacia la Casa Blanca, coinciden los expertos consultados por BBC Mundo.
“La razón más importante es que Donald Trump será a todas luces el candidato republicano a la presidencia”, señala Chishti.
“Si para las elecciones de 2016 utilizó la migración como carta de presentación y le funcionó -terminó ganando-, y ya como presidente puso en marcha algunas de las medidas más restrictivas y punitivas en materia migratoria, no hay razón para que no vuelva a apostar por la misma estrategia”, explica.
“Ese es el motivo por el que es una cuestión dominante, no solo porque hay una crisis en la frontera, sino porque tienes a un actor muy dispuesto -demasiado dispuesto- a convertirlo en arma” electoral.
- De hecho, recientemente el expresidente ha usado expresiones que recuerdan a aquel arranque de campaña en 2015 en el que tachó a los inmigrantes mexicanos de “violadores” y “asesinos”.
“Están envenenando la sangre de nuestro país, eso es lo que están haciendo”, dijo en diciembre durante un mitin en Nuevo Hampshire en referencia a los migrantes.
En enero, tras arrasar en las primarias en ese estado, en su discurso de la victoria, proclamó: “Tenemos a millones y millones de personas inundando nuestro país de forma ilegal. No tenemos ni idea de qué demonios son. Vienen de cárceles, de instituciones mentales. Simplemente supone matar a nuestro país”.
También prometió que, de ser electo presidente, llevará a cabo “la mayor deportación en la historia de Estados Unidos” y que firmará una orden ejecutiva que ponga fin a la ciudadanía por nacimiento, algo que los expertos coinciden enfrentaría importantes trabas legales.
- Douglas Rivlin, director de comunicación del grupo proinmigración America’s Voice, cree que es esa postura que denomina extremista es la que Biden debería aprovechar para atacar y sacar ventaja electoral.
“Trump habla de redadas masivas y de deportaciones, pero eso no coincide con la postura de la mayoría de los estadounidenses, que quieren una frontera segura pero ven con buenos ojos la inmigración legal”, le explica al corresponsal de América del Norte de BBC News, Anthony Zurcher.
Además, destaca que más allá de cuánto le pudo funcionar la carta de la frontera a Trump en 2016, los republicanos ya trataron de capitalizar los temores ante la inmigración sin mayor éxito en las elecciones de 2018, 2020 y 2022.
El giro de Biden
Por el momento, es notable un giro en la postura de Biden ante la problemática, en parte por cómo perciben los votantes su gestión migratoria, en parte por la presión interna, con políticos como la gobernadora de Arizona, la demócrata Katie Hobbs, quien recientemente le pidió que convocara a la Guardia Nacional a la frontera, y ante su negativa, lo hizo ella misma a expensas del estado.
Y también como reacción al radical discurso de su muy probable contrincante.
“Son los republicanos los que marcan la agenda en esta materia y Biden actúa a la defensiva. Así ha sido durante todo el mandato”, apunta la investigadora Correa-Cabrera, repitiendo las palabras de otros analistas.
- Sea como fuere, poco queda de aquel presidente que nada más instalarse en el Despacho Oval empezó a dar marcha atrás a las políticas de inmigración de su predecesor que tan durantemente había criticado durante la campaña electoral de 2020, tachándolas de duras e inhumanas.
“No le resultó fácil mantener sus promesas en ese ámbito”, reconoce Cabrera-Correa.
- Como ejemplo, una de aquellas políticas de Trump que prometió desmantelar, el Título 42, que comenzó como medida sanitaria en la pandemia y permitía expulsar a los indocumentados sin permitirles solicitar asilo, terminó estando en vigor hasta el 11 de mayo del 2023, dos años después de que asumiera la presidencia.
- Recientemente empezó a adoptar un lenguaje más conservador y a usar la palabra “crisis” para describir la situación en la frontera, algo que hasta ahora había evitado.
Con ello, apela a los votantes republicanos más moderados y a los independientes, mientras pone en riesgo el apoyo de su base más progresista, coinciden los expertos.
También puso toda la carne en el asador al apoyar una ambiciosa medida bipartidista que, de aprobarse, hubiera ampliado su autoridad para poner límites más estrictos a los cruces fronterizos.
“Si ese proyecto fuera ley hoy, cerraría la frontera ahora mismo y la arreglaría rápidamente”, dijo a finales de enero.
Su trayectoria acabó cuando, tras haber sido aprobado en el Senado, la mayoría republicana, con la venia de Trump, la bloqueó en la Cámara de Representantes.
Hoy Biden trata de sacarle rédito electoral a esa acción, insistiendo en que él y su partido intentaron buscarle solución al problema pero los republicanos, y especialmente Trump, se lo impidieron.
“Lo que no hay que perder de vista es que era, a falta de una reforma migratoria total, un paquete razonablemente integral, con provisiones que pasaron desapercibidas, como la ampliación de la inmigración legal o que reconocimiento del papel del gobierno a la hora de brindar representación legal en los procesos de deportación”, enumera el investigador Chishti.
“El simple hecho de que fue un acuerdo bipartidista no es nada desdeñable teniendo en cuenta el panorama político actual”, prosigue. “Aunque es igualmente importante tener en cuenta por qué fracasó”.
Correa-Cabrera, por su parte, lamenta que este sea “otro año perdido en materia de avances en política migratoria”.
“Y la situación es realmente trágica, no solo para los derechos de los migrantes sino para el propio país, porque el sistema migratorio y de asilo están rotos”.
¿Qué proponen Trump y Biden frente a la migración?
La migración irregular es uno de los temas centrales que preocupan a la opinión pública estadounidense. La primera potencia encara cifras sin precedentes de solicitantes de asilo y en 2023 el país rompió un récord de más de 2,3 millones de arrestos de migrantes. ¿En qué se diferencian las propuestas de Biden y Trump en la campaña electoral? Y ¿cuáles son sus últimas promesas frente a este asunto?
De cara a los comicios que dieron la victoria al republicano Donald Trump en 2016, el candidato fue particularmente mediático por sus declaraciones xenófobas y su promesa de construir un muro en la frontera entre México y Estados Unidos.
- Por el contrario, en las elecciones de 2020, que ganó el demócrata y actual presidente, Joe Biden prometió no añadirle un solo ladrillo más a la frontera.
- Sin embargo, el incremento sin precedentes de solicitantes de asilo en los últimos años ha presionado al Gobierno demócrata a adoptar medidas restrictivas contra la migración irregular.
«Seguiremos tomando acciones, pero fundamentalmente solo el Congreso puede arreglar lo que todos coinciden en que es un sistema de inmigración fallido», apuntó en un comunicado Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, el pasado 9 de mayo.
¿Cuáles son ahora las principales diferencias entre los dos candidatos frente a la crisis migratoria? ¿En qué aspectos convergen?
Reducir las solicitudes de asilo
Donald Trump mantiene un discurso radical en contra de la migración irregular, lo que no excluye a los solicitantes de asilo: las personas que tienen derecho a solicitar protección internacional, al estar huyendo de “las guerras, las persecuciones y las violaciones a los Derechos Humanos”, como remarca la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
- En 2019, Trump creó el programa ‘Quédate en México’ que imponía a los solicitantes de asilo, incluidos los no originarios de ese país, a permanecer del lado mexicano de la frontera hasta que las autoridades determinaran si serían considerados refugiados o no.
Los migrantes en la zona fronteriza están expuestos a la violencia de los carteles de droga y del crimen organizado. Biden cerró el programa en febrero de 2021, pero Trump ha prometido reactivarlo en caso de ganar las elecciones.
Pero el Gobierno de Joe Biden que fue señalado por los republicanos al inicio de su actual mandato de estimular la migración irregular por su discurso «flexible», también apunta a algunas medidas estrictas.
Washington promulgó una norma, el pasado 9 de mayo, para limitar las solicitudes de asilo. La regla, actualmente en fase de revisión antes de entrar en vigor, ordena a los agentes de migración prohibir que quienes sean considerados un “riesgo para la seguridad pública o nacional” puedan solicitar la protección estadounidense.
Las autoridades ya investigan las actividades de las personas migrantes cuando estudian sus casos, pero la nueva norma impediría que los extranjeros que consideren “sospechosos” puedan al menos emitir su solicitud.
Gobierno estadounidense refuerza medidas contra la migración y la solicitud de asilo
La Administración de Biden declaró que estima que los nuevos estándares solo afectarán a un pequeño porcentaje de personas en la frontera, quienes estén vinculados a una actividad criminal.
El Gobierno también promulgó una nueva norma que instruye a los agentes de migración a evaluar si el o la solicitante de asilo podría “trasladarse” a otra región de su país de origen.
- Las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos critican las medidas por considerar que alteran el debido proceso de una solicitud de asilo.
“Limitan el acceso a la protección de personas que pasan por una alta vulnerabilidad, van en contra de sus derechos y dañan el compromiso de Estados Unidos de ofrecer asilo a las personas en la frontera”, aseguró a EFE Marisa Limón, directora ejecutiva de la ONG Las Américas.
En mayo de 2023, el Gobierno estadounidense también aprobó medidas para considerar como “no aptos” a los solicitantes de asilo que hayan cruzado la frontera sur de manera irregular y no hayan pedido protección en otro país durante su proceso migratorio.
Programas de ‘parole’ para migrantes cuyas vidas corren riesgo
El Gobierno de Joe Biden ha implementado programas de ‘parole’, de libertad condicional, que han permitido la llegada al territorio de cientos de miles de migrantes patrocinados por un estadounidense, que pueden entonces obtener un permiso de trabajo, aunque no hayan realizado el proceso de obtención de visa.
- Los programas de ‘parole’ han permitido, principalmente, las migraciones de ucranianos, afganos, cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos, cuando existen pruebas de que podrían sufrir persecuciones o torturas si permanecen en sus países. Cerca de 30.000 migrantes latinoamericanos pueden volar legalmente a Estados Unidos con libertad condicional por este tipo de programas.
La autoridad para dar libertad condicional a los migrantes irregulares existe en Estados Unidos desde la década de 1950, sin embargo, la Administración de Biden ha incrementado significativamente su uso.
Donald Trump ha prometido finalizar todos los programas de ‘parole’, criticando a Biden por un “intolerable abuso” de su autoridad.
“Tolerancia cero”, la política que Trump promete retomar
Bajo la presidencia de Donald Trump, en 2018, el régimen de “tolerancia cero” en la frontera sur resultó en la separación de miles de niños y adolescentes migrantes de sus familias. Poco tiempo después de llegar al Ejecutivo, Biden cesó las separaciones familiares, que acusó de reflejar la “vergüenza moral y nacional” de la Administración de Trump.
- En declaraciones a medios estadounidenses, Trump ha afirmado que no descarta un retorno a esas políticas en caso de ser elegido.
- En noviembre de 2023, el líder republicano defendió sus medidas de “tolerancia cero”, cuando afirmó a la cadena local ‘Univisión’ que las separaciones familiares habían “detenido la llegada de cientos de miles de personas”.
Un mes antes, la Administración de Biden anunció un acuerdo con las familias que habían sido separadas, brindándoles temporalmente un estatus de presencia legal en el territorio estadounidense, entre otros beneficios. Asimismo, aprobó medidas para prevenir separaciones similares en los próximos ocho años.
Título 42, en el centro de la campaña de Trump
Más allá de las divergencias entre las políticas de Biden y Trump durante sus respectivos mandatos, el virtual candidato republicano para las elecciones de este año basa una parte importante de su campaña actual en una variedad de medidas antimigratorias.
- Una de las más mediáticas es el regreso del Título 42, que durante la pandemia del Covid-19 permitió las expulsiones “en caliente” de los migrantes indocumentados en territorio estadounidense, violando su derecho a solicitar asilo, al justificar una medida de salud pública.
Trump aprobó el uso del Título 42 en marzo de 2020 y la Administración de Biden lo mantuvo en vigor hasta mayo de 2023. Según la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, cerca de 2.8 millones de personas fueron expulsadas del país bajo esa normativa.
Fin del Título 42: ¿qué sigue ahora para los migrantes que buscan llegar a EE. UU.?
Ahora, Trump insistió en una entrevista con la revista ‘Time’ que trabajaría por el regreso de las expulsiones inmediatas. Estas ya no se podrían justificar con la emergencia de la pandemia, así que el candidato propone hacerlo con los datos de tráfico de fentanilo y de niños.
Trump declaró que detendrá a todos los migrantes que sean vistos cruzando la frontera de manera irregular y volvió a insistir en la construcción de un muro en la frontera sur de su país.
- Así mismo, en la entrevista con ‘Time’, el polémico líder político prometió lanzar la mayor campaña de deportaciones en la historia de Estados Unidos y afirmó que considera la construcción de campos de detención de migrantes, aunque “no harían mucha falta” porque las personas serían rápidamente expulsadas del país, expuso.
Además de las políticas sobre la frontera sur, Trump ha prometido imponer prohibiciones de viajes para ciertas nacionalidades o ideologías, según un principio apoyado por la Corte Suprema en 2018.
En un discurso en octubre de 2023, Trump declaró que algunas nacionalidades podrían ser vetadas del acceso a Estados Unidos, garantizando que restringiría la entrada a los personas provenientes de la Franja de Gaza, Libia, Somalia, Siria, Yemen y “todo lugar que amenace nuestra seguridad”. También prohibiría la entrada a «comunistas, marxistas y socialistas».
Entre otras medidas controversiales, el conservador que apuesta por volver a la Casa Blanca ha afirmado que enviaría oficiales de deportación a las protestas propalestinas, buscaría acabar con la ciudadanía automática de los niños nacidos en Estados Unidos si sus padres son migrantes irregulares o se encuentran con el Estatus de Protección Temporal, un programa humanitario que actualmente previene las deportaciones de miles de migrantes.
- También lo hará, asegura, si forman parte del programa DACA (Acción Aplazada para la Niñez), que evita las deportaciones de inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños.
No obstante, varias de las medidas antimigratorias propuestas por Trump en su campaña presidencial podrían implicar batallas legales entre los poderes Ejecutivo y Judicial, si el candidato vuelve a ocupar la Oficina Oval en enero de 2025.
Republicanos aprueban programa para mayor deportación de migrantes en la historia de EUA
Los republicanos, partido de Donald Trump, aprobaron un programa electoral que incluye llevar a cabo la mayor deportación de migrantes de la historia de Estados Unidos de América (EUA), en caso de que su candidato gane las próximas elecciones presidenciales, que se realizarán el 5 de noviembre de 2024.
El Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés) avaló hoy, 8 de julio de 2024, un programa de 20 puntos para un eventual segundo mandato de Trump, quien será nominado formalmente por el partido durante la convención que se llevará a cabo la próxima semana en la ciudad de Milwaukee, en Wisconsin.
¿Qué contempla el plan de los republicanos?
De acuerdo con la lista de 20 puntos, que adopta la retórica antiinmigración de Trump, propone «detener la invasión migrante» y «llevar a cabo la operación de deportación más grande de la historia» de Estados Unidos.
El plan de los republicanos contempla también «poner fin a la inflación» y convertir a Estados Unidos en una potencia energética mundial.
En cuanto a la política exterior, el plan de Trump si regresa la Casa Blanca es «prevenir la Tercera Guerra Mundial, restaurar la paz en Europa y en Oriente Medio».
- Además, plantea la construcción de «un gran escudo defensivo contra misiles» en Estados Unidos al estilo de la Cúpula de Hierro de Israel y «deportar a radicales pro-Hamás» que participen en protestas universitarias.
También, propone terminar “con los cárteles de drogas extranjeros y aplastar la violencia de las pandillas», además de modernizar el Ejército de Estados Unidos para que sea «el más fuerte y poderoso del mundo».
La propuesta económica es mantener el dólar estadounidense como la principal divisa mundial y evitar recortes en el programa de salud pública Medicare.
- El programa republicano amenaza también con recortar la financiación federal a los colegios que hablen sobre racismo y sobre identidad de género, porque cree que son contenidos «inapropiados» para los niños.
El plan está en contra de que las mujeres trans puedan participar en competiciones deportivas femeninas.
Con la propuesta, los republicanos prometen proteger la integridad de las elecciones, agitando de nuevo el fantasma del fraude electoral, una teoría en la que Trump ha insistido sin pruebas desde que perdió contra Joe Biden, en las elecciones de 2020./Agencias-PUNTOporPUNTO