Alerta: CRISIS CLIMÁTICA modifica el EJE de ROTACIÓN de la TIERRA

Según una investigación publicada el pasado mes en la revista de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés) el cambio climático ha estado detrás de una serie de desplazamientos

Los efectos del cambio climático son ya visibles en muchos lugares del planeta y muy pocos expertos dudan de que son una de las amenazas más emergentes para la vida.

Sin embargo, un grupo de científicos acaba de descubrir un nuevo elemento que muestra cómo el potencial devastador que la acción humana está teniendo sobre la Tierra afecta también la forma en la que funciona el propio planeta.

  • Según una investigación publicada el pasado mes en la revista de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés) el cambio climático ha estado detrás de una serie de desplazamientos que han tenido lugar desde la década de 1990 en el eje de rotación de la Tierra.

Y es que en los últimos 30 años, el eje del planeta -la línea imaginaria alrededor de la cual gira el planeta en su movimiento sobre sí mismo- ha experimentado un desplazamiento acelerado.

Desde 1980, la posición de los polos -que son el punto donde el eje de rotación de la Tierra se cruza con la superficie- se ha movido unos cuatro metros en dirección este, según indica el estudio.

La llamada deriva polar -que indica cómo ha ido variando la posición de los polos a lo largo de la historia- cambió de dirección por completo en 1995, y entre ese año y 2020, la velocidad del movimiento de los polos aumentó unas 17 veces en comparación con lo que sucedió entre 1981 y 1995, según la AGU.

Pero ¿cuál es la causa?

Polos que se mueven

El movimiento del eje de la Tierra, según los expertos, es normal.

Los cambios en la distribución de la masa del planeta hacen que el eje se mueva, y por tanto, hace que también se desplacen los polos.

  • Su movimiento generalmente ocurre de forma natural, ya sea por cambios en la atmósfera, los océanos o en la parte sólida de la Tierra.
  • Pero la nueva investigación sugiere que el tipo de desplazamiento que se ha reportado desde la década de 1990 tiene a la acción humana como responsable.

Para entender el porqué es necesario regresar a la física básica que estudiamos en el colegio.

La rotación o el movimiento de cualquier objeto se ven afectado por cómo se distribuye su masa.

Ahora bien, la distribución del peso de la Tierra siempre está cambiando a medida que las entrañas fundidas del planeta se agitan y su superficie se transforma.

Pero en estos cambios tiene un «peso» fundamental el agua, que forma casi las tres cuartas partes del planeta.

Por ello, los investigadores se plantearon realizar observaciones del agua en sí misma, mediciones de la pérdida de hielo y estadísticas del agua subterránea bombeada para uso humano para ver cuál podría ser su impacto sobre el cambio en el eje.

El desplazamiento

La investigación encontró que el agua es un factor clave.

Según el estudio, la principal causa de este movimiento en el eje estuvo en la pérdida de agua en las regiones polares, o sea, el hielo que se derritió y fluyó hacia los océanos.

«La disminución aceleradaresultante del derretimiento del hielo glacial es el principal impulsor de la rápida deriva polar después de la década de 1990», concluyó el equipo de expertos.

El derretimiento del hielo glacial es una consecuencia directa del cambio climático provocado por el hombre.

Se estima que más de un tercio de los glaciares que aún quedan en el mundo se derretirán antes del año 2100. En cuanto al hielo marino, el 95% del más antiguo y grueso que se encontraba en el Ártico ya desapareció.

Los científicos estiman que si las emisiones continúan aumentando sin control, el Ártico podría quedar sin hielo durante los veranos a partir del año 2040.

Agua para el bombeo

El estudio también señala cómo, en menor medida, la acción de bombear el agua para el consumo humano o la agricultura también tuvo un impacto en ese sentido.

Y es que el agua subterránea se almacena, como su nombre indica, debajo de la tierra; pero, una vez que se bombea, gran parte de ella fluye al mar, redistribuyendo su peso en el planeta.

Los expertos calculan que en los últimos 50 años, la humanidad ha extraído 18 billones de toneladas de agua de depósitos subterráneos profundos, que no ha sido reemplazada.

  • De acuerdo con los expertos, estos hallazgos sostienen los postulados de que el cambio climático y la acción humana están detrás de los desplazamientos bruscos experimentados por el eje terrestre en los últimos 30 años.
  • «Los hallazgos ofrecen una pista para estudiar el movimiento polar impulsado por el clima en el pasado», dijo Suxia Liu, hidróloga de la Academia de Ciencias de China y autora principal del estudio en un comunicado.
  • Con anterioridad, datos recopilados por el satélite Grace, lanzado en 2002, habían servido para vincular el derretimiento de los glaciares con los movimientos de los polos entre 2005 y 2012.

Sin embargo, esta es la primera investigación que demuestra el impacto del cambio climático sobre el eje de rotación de la Tierra en la década previa al lanzamiento de estos sistemas de observación.

Bacterias evolucionan en respuesta al cambio climático

Aunque normalmente se piensa que la evolución ocurre durante millones de años, investigadores han descubierto que las bacterias pueden evolucionar en respuesta al cambio climático en 18 meses.

En un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, biólogos de la Universidad de California en Irvine (UCI) descubrieron que la evolución es una forma en que los microbios del suelo podrían lidiar con el calentamiento global.

Los microbiomas del suelo –la colección de bacterias y otros microbios en el suelo– son un motor crítico del ciclo global del carbono; Los microbios descomponen el material vegetal muerto para reciclar los nutrientes de vuelta al ecosistema y liberar carbono a la atmósfera.

  • Múltiples factores ambientales influyen en la composición y el funcionamiento de los microbiomas del suelo, pero estas respuestas generalmente se estudian desde una perspectiva ecológica, preguntando qué especies microbianas aumentan o disminuyen en abundancia a medida que cambian las condiciones ambientales. En el estudio actual, el equipo de la UCI investigó si las especies bacterianas en el suelo también evolucionan cuando cambia su entorno.

«Sabemos que la evolución puede ocurrir muy rápidamente en las bacterias, como en respuesta a los antibióticos, pero no sabemos qué tan importante podría ser la evolución para las bacterias en el medio ambiente con el cambio climático en curso», dijo en un comunicado el doctor Alex Chase, autor principal del estudio y exestudiante de posgrado en la UCI.

Varias características inherentes deberían permitir que los microbios del suelo se adapten rápidamente a las nuevas condiciones climáticas. Los microbios son abundantes y pueden reproducirse en solo unas horas, por lo que una mutación genética rara que permite la adaptación a las nuevas condiciones climáticas podría ocurrir por casualidad en un corto período de tiempo.

Sin embargo, la mayor parte de lo que se sabe sobre la evolución bacteriana proviene de experimentos de laboratorio controlados, donde las bacterias se cultivan en frascos con alimentos artificiales. No estaba claro si la evolución ocurre lo suficientemente rápido en los suelos como para ser relevante para los efectos de las tasas actuales de cambio climático.

«Las predicciones actuales sobre cómo el cambio climático afectará a los microbiomas suponen que las especies microbianas son estáticas. Por lo tanto, queríamos probar si las bacterias pueden evolucionar rápidamente en entornos naturales como el suelo», explicó Chase.

  • Para medir la evolución en un entorno natural, los investigadores desplegaron un primer experimento de evolución bacteriana en el campo, utilizando una bacteria del suelo llamada Curtobacterium. Los investigadores utilizaron 125 «jaulas microbianas» llenas de alimento microbiano compuesto de material vegetal muerto. (Las jaulas permiten el transporte de agua, pero no de otros microbios). Luego, las jaulas expusieron a las bacterias a una variedad de condiciones climáticas a través de un gradiente de elevación en el sur de California. El equipo realizó dos experimentos paralelos durante 18 meses midiendo las respuestas ecológicas y evolutivas en las bacterias.

«Las jaulas microbianas nos permitieron controlar los tipos de bacterias que estaban presentes, mientras las exponíamos a diferentes condiciones ambientales en diferentes sitios. Luego pudimos probar, por ejemplo, cómo las condiciones cálidas y áridas del sitio desértico afectaban la diversidad genética de una sola especie de Curtobacterium «, dijo Chase.

Después de 18 meses, los científicos secuenciaron el ADN bacteriano de las jaulas microbianas de los experimentos. En el primer experimento que contenía un microbioma de suelo diverso, diferentes especies de Curtobacterium cambiaron en abundancia, una respuesta ecológica esperada. En el segundo experimento durante el mismo período de tiempo, la diversidad genética de una sola bacteria Curtobacterium cambió, revelando una respuesta evolutiva a las mismas condiciones ambientales.

  • Los autores concluyen que tanto los procesos ecológicos como los evolutivos tienen el potencial de contribuir a cómo un microbioma del suelo responde a las condiciones climáticas cambiantes.

«El estudio muestra que podemos observar una rápida evolución en los microbios del suelo, y este es un logro emocionante. Nuestro próximo objetivo es comprender la importancia de la adaptación evolutiva de los ecosistemas del suelo bajo el cambio climático futuro», dijo la coautora Jennifer Martiny, profesora de ecología y biología evolutiva que codirige la Iniciativa del Microbioma de la UCI./Agencias-PUNTOporPUNTO

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