Crece DEPENDENCIA de GAS NATURAL que tiene MÉXICO de los Estados Unidos y Cánada

“Entre el 2022 y año 2050, México será uno de los destinos favorito de EU en sus ventas de gas natural, al estimarse un incremento de 1.2 por ciento anua en este lapso”, señala José Ángel Vela, Director General de Monitor Energético.

El uso de aires acondicionados por las altas temperaturas provocó que México importe más gas natural por ductos de Estados Unidos, de acuerdo con datos de la Administración de Información Energética del país vecino (EIA, por sus siglas en inglés).

  • Al recabar cifras de Wood Mackenzie, la institución estadounidense dio a conocer que las compras del energético por parte de México promediaron 6 mil 800 millones de pies cúbicos por día (MMpcd) en junio pasado. Hubo jornadas que incluso superaron los 7 mil MMpcd.

Desde al menos 2016, los registros mensuales no mostraban un volumen de importación tan alto de gas natural como ahora.

  • El promedio más alto había sido de 6 mil 700 MMpcd en junio de 2021, pues la demanda del energético crece más durante el verano a causa de los aires acondicionados.
  • México aumentó 14% su producción nacional de gas natural el año pasado, lo que había reducido las importaciones de gas natural por gasoductos de Estados Unidos.

No obstante, en el primer semestre de 2023 la producción nacional se quedó estancada mientras la demanda se incrementó, por lo que, para compensar la diferencia, se tuvo que comprar 3% más producto del país vecino.

Además, México ya integró el servicio de ductos Villa de Reyes–Aguascalientes–Guadalajara, que se conecta a varios otros ductos en el centro del país.

  • También está el gasoducto Sierrita, que transporta gas natural desde Arizona hasta la frontera con México.
  • En 2021 se amplió el gasoducto Mier-Monterrey. Este se encarga de entregar gas natural desde la conexión en el sur de Texas hasta el Hub de Monterrey en el noreste de México.
  • El año pasado entraron en servicio parcial dos gasoductos más, que entregaron gas natural a la región de la ciudad capital de México.

Se espera que el gasoducto Tula-Villa de Reyes comience funciones a pleno rendimiento en 2023, y el gasoducto Tuxpan-Tula se estima que inicie el servicio completo en 2025. Este año se espera que entre en servicio el gasoducto Cuxtal Fase II, el segundo segmento del gasoducto Energía Mayakan.

Arreciará México dependencia de gas natural estadounidense

El gas natural producido en Estados Unidos (EU) será el combustible “favorito” en los próximos años para México, revela un análisis del sitio especializado Monitor Energético (ME), que consigna estimaciones de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés).

  • “Entre el 2022 y año 2050, México será uno de los destinos favorito de EU en sus ventas de gas natural, al estimarse un incremento de 1.2 por ciento anua en este lapso”, señala José Ángel Vela, Director General de Monitor Energético.
  • Destacó que en 2022, las compras mexicanas de ese combustible totalizaron 2.18 billones de pies cúbicos y para el 2050 se esperan que lleguen a 3.08 billones, alcanzando un máximo de 3.18 billones en 2044.
  • “El auge en las ventas de gas natural al sur de la frontera contrasta con las compras mexicanas del energético de forma licuada que pasaron de un máximo en los últimos años de 182.2 mil millones de pies cúbicos a solo 3.8 mil millones en el año pasado.

“Por su parte, las exportaciones del gas natural a través de ductos generado en EU a Canadá apenas crecerían 0.6 por ciento anual entre 2022 y 2050, pasando de 0.95 a 1.12 billones de pies cúbicos diarios”, apuntó Vela.

Cabe destacar, dijo, que las compras de gas natural licuado son a través de barcos y el otro energético en forma gaseosa es a través de gasoductos.

“La demanda por el gas natural al sur de la frontera estadounidense es motivado por la instalación y puesta en marcha de plantas eléctricas, aunado a la insuficiente oferta local”, explicó Vela, “Sin embargo, en los próximos años se espera que repunten las importaciones de gas natural licuado en México ante los diversos proyectos que se están construyendo en el País”.

  • EL especialista dijo una de las ventajas que ofrece México para reexportar el producto hacia países asiáticos es uno más de los factores en juego.

“Además, el tendido de los gasoductos para transportar el gas natural es muy costoso, sobre todo para hacer llegar el energético a la zona sur del país, por lo que la alternativa de que llegue de manera licuada a las terminales y distribuirlo, es muy factible de ser empleada”, indicó Vela.

México aun sin soberanía energética

Durante mayo de 2023, el Arctic Sunrise, un barco de Greenpeace, navegó las costas de Veracruz estudiando los impactos de un nuevo gasoducto que pone en peligro una vasta área de corales.

El ducto llevará gas natural de Estados Unidos a dos destinos: uno en Veracruz, para su compresión y empaque interoceánico a otros mercados; y el otro a la península de Yucatán, donde se espera una mayor demanda energética como efecto de la construcción de Tren Maya.

  • Este nuevo gasoducto es una muestra de la cantidad de gas que México importa de Estados Unidos. Una dependencia que corta por completo la idea de soberanía energética prometida por el gobierno de López Obrador.
  • Según el mismo presidente, esta dependencia se debe a la firma de contratos de compra y traslado de gas realizados durante el sexenio pasado. Pero a pesar de que su administración renegoció los contratos, la cantidad de gas que el país está obligado a comprar, supera nuestra demanda.

El superávit es tal que, en vez pensar cómo reducirlo, la administración federal decidió que sería más fácil licuar el gas natural (comprimirlo de su forma gaseosa hasta hacerlo líquido o incluso sólido), embarcarlo en navíos intercontinentales y venderlo en Asia o Europa, donde la guerra de Ucrania y las sanciones económicas que derivaron de ella han puesto en jaque su suministro.

El presidente señaló que, en los años de la autosuficiencia (la década de los 80), México incluso propuso la creación de un gasoducto que pudiera llevar gas de México a Estados Unidos, y no al revés (como pasa ahora). Incluso, mencionó que el ingeniero Heberto Castillo, renombrado activista social y político de la época escribió un libro en contra de la propuesta, llamado Huele a Gas.

“La paradoja de los daños que ocasiona la política neoliberal –continuó el presidente– estos irresponsables, tecnócratas, corruptos: que ese gasoducto que se construyó para llevar el gas hacia el norte ahora se usa para traer el gas. Nunca se imaginó que eso iba a pasar”, dijo López Obrador, sobre el uso de ese gasoducto que hoy se está buscando expandir.

Los contratos establecieron que, además del gas que México estaba obligado a importar (proveniente de yacimientos no convencionales, o de Fracking, un método extractivo sumamente dañino al ambiente), se debería levantar una red de gasoductos con capital privado para su traslado; además del gas, la Comisión Federal de Electricidad pagaría por la renta de los ductos.

“Hay más gas del que necesitamos porque así se firmaron contratos. Tuvimos que hacer una negociación con las empresas para bajar los precios; logramos ahorros. De todas maneras, fue un exceso”, añadió López Obrador.

Actualmente en el país hay planes para construir cinco plantas de compresión (o licuefacción) de gas: dos en Altamira, Tamaulipas; otra frente a las costas de Alvarado, en Veracruz. Mientras que en la costa del Pacífico hay otras tres, como la que se construye en Puerto Libertad, Sonora; u otra en Ensenada, Baja California.

  • La mayoría de estas plantas se construyen en plataformas marinas, cerca de la costa. Esto, para que los buques que transportan el gas puedan tener un mejor acceso. A ellas llega un ducto submarino que bordea la costa; del ducto emana gas que es procesado en la plataforma y posteriormente embarcado. Su edificación además de ser un desafío a la ingeniería, representa una fuente de diversos riesgos para el medio ambiente.

“Por razones logísticas y ambientales, en Estados Unidos mucha gente no quiere una terminal de licuefacción de gas”, explica en entrevista Pablo Ramírez, coordinador del programa de energía y cambio climático de Greenpeace México.

Dependiendo de los estados, hay condados, sobre todo en California, donde hay grandes oposiciones, además de importantes reglas ambientales que inhiben su instalación. Por eso prefieren construir una terminal en Guaymas, Sonora, o en Ensenada, que frente a las costas de California. Porque no es mucha la diferencia para salir a China, o a Europa desde las costas del Golfo de México”.

  • Estados Unidos es el segundo exportador mundial de gas natural. El primero es Australia, y el tercero es Rusia, que surtía de gas a muchos países en Europa y otros tantos en Asia. Con el conflicto entre Rusia y Ucrania, y todo el tema de las sanciones económicas, estos países están en una crisis de demanda energética.
  • Durante los últimos 30 años el consumo de gas alrededor del mundo se ha duplicado. Esto, de acuerdo con datos de la empresa Enerdata, quienes registran que el consumo pasó de 2 billones de metros cúbicos de gas a inicios de los 90, a más de 4 billones al inicio de esta década.

México no es la excepción. Nuestra dependencia es tal que, una de las acciones más celebradas de este gobierno rumbo a la soberanía energética, fue la compra de 12 plantas de generación eléctrica a Iberdrola.

Además, se planea construir dos centrales más, como esta en la península de Yucatán para satisfacer la demanda que tendrá el Tren Maya, que en la mayoría de su recorrido será eléctrico, así como del incremento en el turismo que se espera genere.

Actualmente las plantas de ciclo combinando (que hierven toneladas de agua y que con su vapor mueven turbinas que generan electricidad) producen el 63 por ciento de la electricidad que consumimos en el país y el 90 por ciento del gas que usan, se importa, explica Pablo Ramírez de Greenpeace.

Alrededor de esta dependencia hay dos problemas primordiales, añade Luca Ferrari, investigador del Centro de Geociencias de la UNAM y una de las personas que coordinan el Programa de Programa Nacional Estratégico de Energía y Cambio Climático en el Conahcyt.

  • El primer problema es que se ha dado por hecho que el gas es infinito, cuando en realidad es lo último que le queda a Estados Unidos. Ya no es como hace 10 o 15 años, cuando se decía que el suministro iba a durar un siglo, cuando la verdad es que es muy limitado. Sus principales campos están llegando a un tope. El segundo, es que la producción nacional no alcanzaría para satisfacer la demanda actual».
  • México siempre ha importado mucho gas, por décadas, la política se enfocó en la extracción de crudo y todo el gas asociado no se aprovechó. Cuando se dieron cuenta del error, la reconversión de las plantas era demasiado cara.
  • La cantidad de gas que se ha quemado o se ha liberado a la atmósfera, dice Ferrari, es una atrocidad. De 2021 a la fecha, la quema o venteo de este tipo de gas fue dos veces superior a las ventas de Pemex. Además, gran parte de este gas que sí se aprovecha, es usado por Pemex en sus procesos de refinación y petroquímica.

Aunque la producción de petróleo y gas natural de Pemex terminó con su histórico descenso, no ha crecido. Satisfacer la cantidad de gas que se necesita actualmente sería muy difícil sin que se extraiga el gas de fracking que existe en el país, una opción considerada por muchos como impensable, por sus costes medioambientales. La única respuesta, opina Ferrari, es aumentar el componente de fuentes de energías renovables a la matriz energética del país.

Otras de las soluciones que propone se relacionan con políticas de decrecimiento económico, como la reducción del uso de energía por parte del sector industrial y el turístico.

Tenemos que hacer cuentas con un planeta que tiene límites físicos y ambientales, la situación no es sencilla y dentro de todo lo que se ha dicho, el gas sigue siendo el elefante en la habitación”, asegura./Agencias-PUNTOporPUNTO

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