La zona siniestrada por el azote del huracán Otis en la costa de Guerrero, enfrenta un peligroso riesgo de entrar en una situación de crisis de salud pública.
- La Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) planteó que, después del azote del huracán Otis en la costa de Guerrero, se prevé una rápida propagación de enfermedades como dengue, zika y Chicungunya, así como gastrointestinales, respiratorias y de la piel, además de efectos en la salud mental.
- Ante esa situación, enfatizó la necesidad de una respuesta apropiada con atención médica, abasto de agua potable, saneamiento e higiene, medidas de protección contra vectores (mosquitos transmisores de enfermedades) y roedores, vacunación contra tétanos y tener precaución en actividades de limpieza para evitar lesiones.
- Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF), informó que sus equipos desplazados en la zona identificaron “un alto riesgo potencial de brotes infecciosos, debido a las condiciones ambientales, inundaciones, deslizamientos de lodo, acumulación de escombros y de desechos en muchas zonas de Acapulco y municipios aledaños”.
La UAGro informó que, durante los primeros días posteriores al azote del huracán, de los pacientes atendidos por los servicios de salud, 25% presentó infección aguda respiratoria; 20% hipertensión arterial; 8% enfermedad diarreica aguda y 4% traumatismos.
Por su parte Jessica González Lucas, académica del área de Salud de la Universidad La Salle destacó que al desastre provocado por Otis se suma la amenaza que significa que aparezcan enfermedades y proliferen, lo cual pueden ocasionar una crisis sanitaria.
Concretamente se refirió a enfermedades infectocontagiosas, como dengue, hepatitis, tifoidea, salmonela o, incluso cólera.
La principal preocupación es el estancamiento de agua sucia, la acumulación de basura que es la condición propicia para que se reproduzca el mosquito transmisor del dengue; la falta de agua potable, así como de alimentos higiénicamente preparados.
El dengue ya se había disparado antes del azote de Otis
Los casos de dengue ya presentaban un notable incremento durante las últimas semanas, comparado con los registros del año pasado.
- De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, hasta la semana 43 de este año, es decir hasta el 28 de octubre pasado, en Guerrero se habían detectado 1,855 casos acumulados de dengue.
- El año pasado, hasta la misma, semana se habían reportado 630, lo que quiere decir que hay una variación de 194.4 por ciento. La tasa de incidencia total en el estado es de 50.28 por cada 100,000 habitantes y es la séptima más alta del país.
Si se observan a detalle las estadísticas, se aprecia que el año pasado, hasta la semana 43, se tenían registrados 260 casos de dengue no grave y en 2023 iban 73; los casos de dengue con signos de alarma, a esa semana de 2022, eran 333 y ahora son 1,191, mientras que los casos de dengue grave eran 37 y en 2023 van 91.
Al cierre de 2022 en Guerrero murieron cuatro personas por dengue y en lo que va de 2023 ya son siete.
Otras enfermedades ya acusaban indicadores al alza
Hasta la semana 43, que este año fue del 22 al 28 de octubre, se habían registrado 367,541, infecciones respiratorias agudas, cuando el año pasado a la misma semana iban 311,181.
- En el caso de enfermedades infecciosas intestinales en lo que va del año se han registrado 92,327, cuando el año pasado a la misma semana iban 77,094. Entre la semana del 22 al 28 de octubre de este año se sumaron 1873.
- Además, se habían acumulado 80,519 casos de enfermedades por infecciones intestinales por otros organismos y las mal definidas, cuando el año pasado eran 65,489.
- En la semana 43 de este año se registraron 635 casos de faringitis y amigdalitis estreptocócicas con lo que el acumulado en lo que va de 2023 se incrementó a 24,890, cuando en 2022 iban 19,941 casos.
También se reporta la acumulación de 12,460 casos de otitis media aguda, cuando el año pasado iban 10,542. La semana del 22 al 28 de octubre se sumaron 295 casos.
Los registros indican una acumulación este año de 2,232 casos de otras infecciones intestinales debidas a protozoarios, cuando a la misma semana del año anterior eran 1,829.
- En el caso de tuberculosis respiratoria, se reportan este año un acumulado de 931, cuando el año anterior iban 910. En el caso de otras salmonelosis se registraban ya 794, cuando el año pasado se habían acumulado a esa semana 644.
- La semana 48 de 2023, se habían acumulado en Guerrero 430 casos de fiebre tifoidea, cuando a la misma semana del año anterior eran 322. En el caso de la paratifoidea en lo que va de 2023 se acumulan ya 243 casos, cuando el año pasado iban 82.
- Aunque en la semana 48, es decir, del 22 al 28 de octubre pasado no se levantó registro, en el caso de influenza ya se tienen acumulados 126 casos, cuando el año pasado a esa semana iban 63.
Puede generarse una situación de epidemia
Sofía del Carmen Sánchez Piña, investigadora de la Facultad de Enfermería de la UNAM, manifestó que si no se tienen condiciones de higiene para la elaboración de alimentos, ese tipo de enfermedades pueden generar una situación de epidemia.
- También llamó la atención en casos de lesiones o heridas que pudieron haberse generado personas durante el azote de los fuertes vientos y la lluvia, quienes necesitan ser atendidos por personal médico especializado, con el fin de evitar situaciones graves.
- La especialista dijo que, si bien la autoridad dio por terminado el periodo de emergencia en cuanto a protección civil, la emergencia por salud debe continuar.
- “Ahora justamente es cuando conviene que pongamos nuestra alerta de atención a la salud”. “Hay que hacer una alerta porque va a haber muchas consultas sobre enfermedades infecciosas de carácter digestivo”, indicó.
Dijo que actualmente hay un riesgo muy grave en cuestiones de salud y pueden ser con enfermedades infecciosas.
En ese sentido, destacó que no se tiene conocimiento de que se haya implementado una agresiva estrategia de vacunación masiva a la población de las diferentes zonas siniestradas.
- De acuerdo con la especialista, en esos lugares debe vacunarse a la población contra tétanos, hepatitis, entre otras enfermedades. Destacó que, a dos semanas del desastre, no se han visto protocolos en materia de prevención sanitaria.
- Al respecto Jessica González Lucas, llamó la atención en que se necesitan especialistas en salud para que se detectan enfermedades de manera oportuna, mediante diagnósticos adecuados y se comience de inmediato a brindar tratamiento indicado, desde el primer momento.
- “Las brigadas de salud podrían ayudar a la prevención y a la detección temprana de las enfermedades y, por supuesto, a disminuir el impacto que podría tener en el resto de la población”, mencionó.
Por ello, recalcó que, en estos momentos, lo importante es que llegue la ayuda médica, con especialistas, equipos, pruebas de diagnóstico para que se ataque de inmediato las enfermedades que ya están proliferando.
Debió implementarse un plan de comunicación de riesgos
Por su parte, Carolina Gómez Vinales, consultora especialista en salud pública, subrayó que, desde que se aproximaba el ciclón a la costa guerrerense, debió implementarse un plan de comunicación de riesgos, lo cual no ocurrió.
- Para la especialista, la comunicación de riesgos sólo funciona cuando existen canales basados en la confianza entre los que saben, los responsables y los afectados.
“El presidente (Andrés Manuel López Obrador) decía que sí veía que iba a ser “cañón” (el impacto del huracán) pero pues que no pensó en más que mandar un tuit, cuando en el gobierno federal debe haber protocolos de protección civil y protocolos de salud pública que evidentemente no se usaron ni se aplicaron”.
Dijo que debió implementarse también un canal de comunicación entre los expertos, las autoridades y, desde luego, las personas que iban a ser afectados, pero, simplemente nadie les avisó.
Expuso que los servicios médicos tampoco tuvieron información para abastecerse con los suficientes suministros de emergencias y sacar a los enfermos ambulatorios.
- En materia de mitigación de los efectos del huracán, llamó la atención en que no se está recomendando el uso de cubrebocas, lo cual podría ser una medida para evitar la propagación de enfermedades, tanto gastrointestinales, como respiratorias.
- Para la especialista, la tragedia ocurrida en esa región del país es una prueba más de la ausencia de coordinación y la improvisación de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Dijo que, si a eso le sumamos la falta de un plan inmediato para prevenir la catástrofe, tenemos ante nosotros una posible crisis social y económica.
No debe dejarse de lado la salud mental
Los especialistas llamaron a no dejar de lado la atención a la salud mental de la población en la zona siniestrada.
- Jessica González Lucas indicó que esta situación puede generar eventos de estrés postraumático, eventos de ansiedad, incluso en el futuro desarrollar depresión Crónica.
- Por ello, añadió, es muy importante que lleguen también a la zona devastada por Otis, psicólogos y psiquiatras, para apoyar a las personas que necesiten de su apoyo.
- Incluso dijo que las personas que antes del azote del huracán Otis ya estaban en tratamiento por alguna enfermedad mental no descuidar su atención.
“Una enfermedad mental es tan importante como una enfermedad física: puede incapacitar a una persona o poner en riesgo su vida”, dijo.
Al respecto, Carolina Gómez Vinales destacó que la mayoría de las personas que viven un huracán como el que devastó Acapulco sufren de estrés postraumático, principalmente los niños y los mayores de edad.
Además, desde ahora es posible advertir que en el futuro muchas personas de la costa guerrerense van a estar deprimidas, no solo porque perdieron a seres queridos, sino su patrimonio y sus empleos y deben atenderse.
Arman campaña en Guerrero contra enfermedades
Ante los efectos del huracán Otis en Acapulco y Coyuca de Benítez, las autoridades sanitarias desplegaron acciones para evitar que la catástrofe genere otros peligros a la salud de los damnificados, como ocurrió después de los huracanes que impactaron en el Pacífico como Paulina, Kenna e Isidoro en la península yucateca.
- El experto en intervenciones en salud ante catástrofes naturales, Carlos Alberto Pantoja Meléndez, detalló que los problemas de salud severos surgen después del primer mes del desastre y tiene que ver con la falta de cloración del agua.
- Actualmente, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) cuenta con equipos para limpiar agua, pero una vez que se restablece el sistema de distribución y suministro de agua, se podría incumplir con los niveles adecuados de cloración para evitar contagios.
Pantoja explicó que en Guerrero se espera que por el huracán Otis haya un incremento de infecciones respiratorias agudas y gastrointestinales, así como de casos de tétanos -causados por cortes o heridas infectadas por agua contaminada- y posiblemente brotes de piojos en los albergues temporales.
“En el estado de Guerrero las infecciones respiratorias agudas ya eran considerables desde el año pasado, oscilaban en 300 mil casos y en lo que va de 2023 se elevó a 350 mil personas afectadas. Hay un evidente incremento y aún no hemos terminado el año. El número de personas infectadas puede aumentar aceleradamente por la situación de desastre que dejó el huracán Otis”, explicó el epidemiólogo en entrevista con MILENIO.
Infecciones respiratorias
El reciente informe del gobierno federal reportó que de las 21 mil 65 atenciones otorgadas por el paso del huracán Otis, el 25% están relacionadas con infección respiratoria aguda.
“No se ha detectado la circulación en Guerrero de la cepa vibrio cholerae, causante del cólera, lo cual resulta tranquilizante en una situación de desastre”, aclaró Pantoja Meléndez, quien ha estado en brigadas de control de enfermedades por el huracán Pauline (octubre de 1997, tocó tierra en Puerto Escondido, Oaxaca); Isidoro (septiembre de 2002, en Mérida) y Kenna (octubre 2002, en el Pacífico).
Por lo demás, el experto explicó que el hacinamiento, por estar ubicado en albergues temporales, y la falta de acceso a agua potable, son las causas principales para desarrollar cuadros infecciosos, como la faringoamigdalitis.
¿Qué es la faringoamigdalitis?
La faringoamigdalitis es un tipo de bacteria originada por estreptococo que puede causar fiebre reumática aguda, insuficiencia renal, enfermedades graves como la bacteriemia (bacterias en sangre) y, en casos extremos, síndrome del choque tóxico estreptocócico que lleva a la insuficiencia multiorgánica y a la muerte.
- En Guerrero, comentó el académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, de la UNAM, ya se tenía un reporte de casos de faringoamigdalitis.
- En 2022, la Dirección General de Epidemiología (DGE) reportó 19 mil 941 casos oficiales en Guerrero, ubicando a la entidad en la segunda con mayor prevalencia después de Tamaulipas, que tuvo 28 mil 768.
- Los casos faringitis y amigdalitis estreptocócicase elevaron a 24 mil 890, de acuerdo con la base de datos de la DGE, con corte del 22 al 28 de octubre de 2023.
“No se ha acabado el año y la cifra es 20 por ciento mayor con respecto a 2022 y, por la situación del huracán, podría dispararse”, refirió.
El impacto de las enfermedades respiratorias bacterianas o virales, que pueden convertirse en neumonías, se verán en estas semanas. “Ahorita, todas las acciones se centran en atender la emergencia y en reintroducir servicios básicos, atender casos de traumatismos. Pero en los albergues, donde se encuentra la población desplazada, se puede dar un contagio masivo y producir brotes indeseables”, explicó Pantoja Meléndez.
- Si bien, aclaró, que el Ejército mexicano se hace cargo de los albergues y de su control, basta con que una persona, que entra y sale, se enferme para contagiar a familias completas confinadas.
- Las enfermedades diarreicas son severas entre menores de cinco años, dijo, ya que en cuestión de horas, se pueden deshidratar y agravarse. “No se necesita tener cientos de casos, con 10 niños, el riesgo es severo”.
También, refirió, hay periodos de incubación y, dependiendo del agente infeccioso, se pueden dar esos brotes en zonas muy humildes, donde no llega el suero oral
Brote de piojos tras paso de Otis
Los piojos, abundó, también son comunes dentro de los albergues, “con cinco personas con piojos se desata un brote, ahora, sin atenuar el hecho son padecimientos tratables”.
- La contaminación de agua potable por aguas residuales, entre estas, heces fecales, animales muertos, comida descompuesta son las causantes de enfermedades gastrointestinales. Su proceso de incubación tarda hasta 14 días y en ese momento se puede dar un brote grave.
- Poner toneladas de cal en asentamientos, recoger cacharros, láminas, clorar agua son algunas medidas iniciales para reducir la propagación de agentes. “Hay muchas acciones de control, pero otras no hay forma de prevenirlas, en el Huracán Kenna, por ejemplo, el mar estaba tapizado de peces muertos y el olor era horrible. Todos esos peces se enterraron”.
- Otro problema que debe controlarse es el tétanos. “Estamos en una zona de desastre y el riesgo para el personal que está haciendo limpieza en las calles, incluyendo aquellas que están yendo a sus hogares, y el cortarse eleva los riesgos de contraer una enfermedad grave del sistema nervioso”, dijo.
Enfermedades crónicas están desatendidas
La fundación MSF llegó a Guerrero para apoyar al sistema de salud de Acapulco tras la emergencia causada por Otis en esta ciudad de 780,000 habitantes.
- Ortuño explica que “se están restableciendo poco a poco los sistemas de salud en donde la mayoría de las personas conseguía los medicamentos, pero todavía no están completamente funcionales. Los médicos no están presentes, o no tienen suficiente personal”, por lo que los pacientes con problemas crónicos también tienen graves afectaciones a la salud.
“Tenemos enfermos con diabetes que tienen niveles de glucosa súper elevados porque no han tomado su medicación durante este tiempo (…) es importante que se les dé una atención continua de los pacientes que ya están en tratamiento crónico por que se les puede provocar una descompensación”, dice el coordinador de actividades médicas.
- Juan Jassiel Zárate acudió a la clínica móvil de MSF y contó que, cuando fue al hospital de la localidad, le dijeron que solo estaban respondiendo a las urgencias y no contaban con las medicinas para tratar su condición.
- “Antes de Otis me atendían una vez al mes y me entregaban los medicamentos, pero después de esto quién sabe cuándo se va a normalizar la situación”, lamentó.
- Otros padecimientos crónicos como la hipertensión, problemas renales o con VIH están siendo desatendidos y por ello han surgido campañas con activistas y organizaciones para garantizar el tratamiento.
La UAGro y la organización VIHVE LIBRE se unieron para brindar apoyo a los residentes de Acapulco que viven con VIH o sida. “Hemos establecido una red médica segura, confidencial y profesional para proporcionar tratamiento con antirretrovirales”, informó la universidad en sus redes sociales./Agencias-PUNTOporPUNTO