El accidente en el que colapsó una estructura de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, en la estación Olivos de Tláhuac, podría ser pretexto para que el gobierno asigne más obras al Ejército o a instituciones ante la falta de confianza en privados en materia de corrupción, señaló Ricardo Trejo Nava, director general de la consultora Forecastim.
- En entrevista, el especialista señaló que el gobierno federal ha mostrado desconfianza en la participación de privados en obras de infraestructura como estas, lo que abriría paso a mayor control de otras entidades como el Ejército o la Marina en obras.
“Conocemos que el día de hoy el gobierno no le tiene mucha fe al sector privado al menos en el discurso y yo creo que quizá pueda servir este accidente como pretexto para seguir asignando obras por ejemplo al Ejército o a la Marina o a instituciones públicas con el pretexto de que estas no tiene corrupción y tienen mejor calidad de la obra”, explicó.
- Agregó que el incidente en el que perdieron la vida 24 personas y resultaron heridas más de 70, demuestra que la obra a cargo de ICA, Carso y Alstom, tiene una falla estructural de inicio, que no ha sido reparada en su totalidad, lo que ha constituido en un daño para la ciudadanía.
- “Como vemos el problema es estructural, la obra ya nació con grandes defectos y hoy lo que pasó anoche se ve que el problema es de profundidad y su problema estructural en la obra”, agregó.
Recordó que desde la administración del ex jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, ya se habían hecho recomendaciones incluso por peritos franceses para enmendar algunas anomalías como la curvatura de las vías ferroviarias, el tipo de trenes en circulación, entre otra serie de medidas para su rehabilitación.
Sanciones de bajo alcance
Por otro lado, ante la gravedad del incidente, Trejo Nava señaló que es muy poco probable que este problema pueda escalar más allá de lo mediático a la impartición de justicia como ha ocurrido en otros casos como el socavón de Morelos, el Tren Interurbano y ahora la L12, estas últimas donde participan ICA y Carso.
“A lo mejor habrá por ahí algunas peritos, habrá algunos castigados en cuanto a la administración o el otorgamiento de obra, es decir por ejemplo se involucró la empresa ICA, a Grupo Carso, a lo mejor ahí si esta administración pretende erradicar la corrupción como lo dice quizá lo que veamos es que se va a inhabilitar a algunas empresas”, comentó.
Construir un túnel, única vía para reabrir la línea 12
La única posibilidad de reabrir la línea 12 del Metro es desmontando el viaducto elevado y sustituirlo por un túnel, lo cual significa un mayor costo económico y tiempo, consideró el ingeniero civil Enrique Rodríguez Ramírez. Afirmó que dicha obra es una vergüenza para la ingeniera mexicana, que hasta los años 80 del siglo pasado era ejemplo mundial en mecánica de suelos, estructuras e ingeniería hidráulica.
- Al ser entrevistado por este diario, explicó que el accidente en la estación Olivos ocurrido hace una semana, que dejó saldo de 26 personas muertas y decenas de heridos, pudo ser consecuencia de que el suelo donde se construyó la parte elevada de la línea 12 no es el idóneo para la localización y cimentación de la obra, las columnas y ballenas (elementos horizontales) fueron construidas con dos materiales diferentes, así como por fallos desde que fue concebida.
Con una trayectoria de 50 años, tanto en el sector público como privado, Rodríguez Ramírez subrayó: Mi propuesta es desarmar esa obra (el viaducto elevado), ponerla en un lugar con mejor suelo para fines ferroviarios y hacer la línea del Metro como originalmente se pensó: subterránea. No es fácil, pero se puede. Claro que hay un costo y va a estar difícil que tomen esa decisión, expresó.
Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, Rodríguez Ramírez trabajó en la construcción del interceptor oriente del drenaje profundo, en la primera etapa del conjunto habitacional El Rosario, fue asesor en la Secretaría de Obras y Servicios en la gestión de Jorge Arganis y se desempeñó como consultor privado. Aseveró que no necesita mantenimiento algo que está mal, hay que quitarlo, porque el error está desde el principio, desde que se construyó.
Error garrafal
Explicó que el viaducto elevado de la llamada línea dorada se construyó sobre la orilla de los lagos Xochimilco y Chalco, zona a la que geotécnicamente se le denomina de transición abrupta, es decir, es muy heterogénea, con roca suelta, arcilla limosa, un material malísimo para construcción. Se trata de un suelo en el que se debían realizar procedimientos para su tratamiento y mejoramiento para lograr una armónica interacción entre el suelo y la estructura.
- Desatacó que un error, para mí garrafal, es que las columnas se hicieron de concreto con acero, materiales con diferente módulo de elasticidad, es decir, que se dilatan en forma diferente, lo que puede provocar que una columna, por ejemplo, cambie de posición y altere toda la estructura de la línea, pues hace que se muevan.
- Rodríguez Ramírez señaló que los constructores deben participar desde la concepción y diseño de la obra y realizar un trabajo de supervisión de topografía, soldadura, tener a plomo las columnas, estar en continuo contacto con los diseñadores, geotécnicos y geólogos para cualquier cambio o duda.
Por todo ello, expresó, el proyecto de la línea 12 es una vergüenza para la ingeniería mexicana y lamento que hoy, con sus excepciones, los investigadores y diseñadores se encuentran lejos de los problemas reales de campo; los funcionarios le dan prioridad al aspecto político y los constructores se han vuelto financieros.
Pese a ello, aseguró, la ingeniería debe cambiar, inclusive, darle una nueva definición acorde con los nuevos enfoques y descubrimientos, para que, en esta nueva era, logremos encontrar en el ritmo de la naturaleza la armonía de nuestros proyectos y construcciones./Agencias-PUNTOporPUNTO