La Inversión Extranjera Directa (IED) en México sumó 3 mil 217 millones de dólares en el tercer trimestre, similar a la reportada en el mismo lapso del 2023, cuando se registraron 3 mil 86 millones de dólares. Además, el monto fue significativamente inferior a los 5 mil 629 millones registrados en el segundo trimestre y de los 26 mil 892 millones del primero.
- En la balanza de pagos correspondiente al tercer trimestre, el Banco de México informó que del total del IED fueron 511 millones de dólares por nuevas inversiones, una baja de 36.6 por ciento anual, y una salida de 225 millones por reinversiones.
- La cuenta entre compañías sumó 2 mil 931 millones de dólares. Su proporción respecto a la Inversión Extranjera Directa del tercer trimestre es la mayor de la que se tiene registro, con datos desde 1960, indicó Gabriela Siller, analista de Banco Base.
Nuevas inversiones
Para Jorge Gordillo, director de análisis económico de CI Banco, la parte negativa del dato de IED es que las nuevas inversiones no tienen mucha representatividad. Incluso, previó que este año cerrarán en apenas 3 mil millones de dólares.
“No estamos atrayendo otro tipo de industria que el país necesita para aprovechar mejor el T-MEC, aprovechar mejor la situación externa y beneficiarse en otros estados de la República que no sean los mismos”, dijo en entrevista a El Financiero Bloomberg.
- La cifra de nuevas inversiones contrasta con lo anunciado por la Secretaría de Economía (SE) de que en el tercer trimestre se captaron 2 mil 100 millones de dólares de nuevas inversiones. “Pueden existir discrepancias. Hay que esperar a que los datos se den de una forma oficial”, anotó César Salazar, analista de la UNAM.
- Alberto Ramos, economista para América Latina de Goldman Sachs, manifestó que la IED “ha sido decepcionante” y las perspectivas se ven perjudicadas por las políticas centradas en el Estado y la percepción de que los cambios constitucionales podrían conducir a un debilitamiento institucional.
Inversión retrocede 2.3%
La Inversión Fija Bruta en México puso fin a una racha de 42 meses con crecimiento al retroceder 2.3 por ciento anual en septiembre, arrastrada principalmente por la caída en la construcción no residencial, particularmente en obras públicas.
- Los analistas avizoran que este indicador se mantendrá débil hacia delante, ante la conclusión de obras del gobierno, un menor dinamismo económico y la incertidumbre en torno a las políticas comerciales en Estados Unidos.
- El descenso de la inversión productiva respondió principalmente a que la construcción se contrajo 5.2 por ciento anual en septiembre, con lo que ligó dos meses a la baja; además, este retroceso fue el más pronunciado desde marzo del 2021, según cifras desestacionalizadas del INEGI.
Al interior de la construcción, la no residencial mostró su segunda caída al hilo, que en septiembre fue de 12.7 por ciento anual, la más fuerte desde octubre del 2020. En tanto, la construcción residencial creció 7.1 por ciento anual, con lo que ligó nueve meses al alza.
- En el gasto en maquinaria y equipo se observó una notable desaceleración, al avanzar apenas 0.8 por ciento anual en septiembre, el más bajo desde que inició su recuperación en marzo del 2021. En el desglose, la maquinaria y equipo nacional tuvo un crecimiento de 5.5 por ciento anual, pero la importada cayó 2.4 por ciento.
En su comparación mensual, la inversión productiva cayó 0.8 por ciento en septiembre, con lo que ligó dos meses a la baja, lo que fue su quinta caída en el año.
Perspectivas negativas
Hacia delante, analistas coinciden en que el panorama para la inversión luce con incertidumbre y afectada por el recorte en inversión física por parte del gobierno federal y un entorno de desaceleración económica.
“La inversión se desacelerará hacia adelante, después de la mejora observada desde el segundo semestre de 2022, debido a las modestas perspectivas de crecimiento del PIB a mediano plazo, la conclusión de las obras insignia del Gobierno federal, las altas tasas de interés y las incertidumbres sobre las perspectivas de política comercial entre México y Estados Unidos”, indicaron analistas de Citibanamex.
- Por su parte, James Salazar, subdirector de análisis económico en CIBanco, dijo que tras el boom observado hasta el 2023, en este año se ha visto un estancamiento en la inversión; por ejemplo, el indicador de la Inversión Fija Bruta en enero fue de 112.8 puntos y en septiembre solo 113.1 puntos.
“La perspectiva es que se siga desacelerando, lo más probable es que este comportamiento negativo tanto en la parte mensual como anual se repita por lo menos en el último trimestre e incluso a inicios del 2025″, indicó.
Panorama 2025
- Para 2025 hay varios factores en contra, como las medidas que pueda tomar el presidente electo de EU, Donald Trump, aunque uno de los escenarios optimistas es la llegada de proyectos de inversión relacionados con el nearshoring o el impulso de los proyectos del gobierno.
- Marcos Arias, supervisor de análisis económico de Econosignal, dijo que el menor gasto público para 2025 se reflejará en un menor empuje en la construcción, a pesar de las obras de la actual administración a nivel de trenes.
- “En comparación con los proyectos de inversión como la refinería, el AIFA, el Tren Maya si habrá complicaciones para que se mantenga el ritmo y eso nos llevará a una tendencia de debilidad en el mejor de los casos, o crecimientos anuales negativos en el 2025″, dijo.
Más allá de la entrada del Gobierno Federal en México, el equipo de análisis de Valmex prevé que la inversión fija bruta mantenga su debilidad “ante las posibles medidas proteccionistas que implemente el nuevo gobierno de Estados Unidos, lo cual podría reducir el atractivo de México como destino de inversión. No obstante, en el mediano plazo, un factor de compensación podría ser el inicio de proyectos de infraestructura por parte de la actual administración”.
- Salazar subrayó que muchos de los planes de inversión se posponen hasta conocer las directrices de la nueva administración, y “los agentes económicos esperan el plan nacional de desarrollo, planes sectoriales, y el plan nacional de infraestructura, y en automático hay un freno”.
Frente a esta debilidad, Banco Base recortó su expectativa de crecimiento para la inversión de 4.0 a 3.0 por ciento y no descarta una contracción en el 2025.
- “Los principales riesgos para la inversión fija bruta en 2025 son la tasa de interés aún en terreno restrictivo; presiones en los precios al productor; cautela ante las reformas constitucionales y las amenazas de Trump; desaceleración económica en EU, y recortes en gasto público en infraestructura en México”, apuntó.
¿Por qué se deterioró tan rápida y abruptamente el clima de negocios en México?
Warren Buffett, el famoso multimillonario estadounidense, alguna vez dijo: “Se necesitan 20 años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla.” Algo similar pasa con un entorno de inversión favorable.
- Las dos cosas se construyen paulatinamente y requieren constancia y congruencia a lo largo de un cierto periodo de tiempo. Sin embargo, cualquiera de las dos se puede perder en un abrir y cerrar de ojos.
- Basta una acción equivocada, una mala señal o una actitud incongruente para arruinarlo todo. Por lo mismo, Buffett cerraba su frase de la siguiente forma: “Si piensas sobre ello, harás las cosas de manera diferente.”
- El entorno de inversión de una economía es clave para generar las condiciones propicias para que el sector privado adquiera un nivel de confianza y certidumbre suficiente como para invertir sus recursos económicos en negocios que podrían tardar años en producir utilidades.
Es algo que se cultiva poco a poco con un marco jurídico apropiado, un aparato institucional sólido y confiable, con la certeza de que no habrá cambios de política a medio camino, con garantías legales y con compromisos públicos de mediano y largo plazo. Sin estas acciones es difícil convencer a los agentes privados para que arriesguen sus recursos, que inviertan en una economía, que generen empleos y que produzcan riqueza. El entorno económico es, pues, clave para el desarrollo y crecimiento de una economía.
Traigo este tema a colación porque en los últimos meses ha habido un cambio drástico en el entorno de inversión en México. Este entorno había venido mejorando a lo largo de 2023 y a principios de 2024 como resultado de las perspectivas favorables que se tenían sobre la relocalización de actividades o nearshoring.
En esos momentos existía la percepción generalizada de que México podría ser uno de los países más beneficiados de este proceso por su posición geográfica, su grado de apertura comercial, la calidad y experiencia de su mano de obra, así como por su relativa estabilidad económica, política y social.
- Esta perspectiva favorable, sin embargo, parece haberse esfumado casi por completo. La encuesta mensual que realiza el Banco de México a los especialistas en economía del sector privado así lo revela.
- Dicha encuesta incluye una pregunta sobre la coyuntura actual para realizar inversiones en el país. Las opciones de respuesta son tres: buen momento, mal momento o no está seguro.
- Apenas en marzo de 2024 se mantenía una perspectiva muy favorable: 46% de los encuestados pensaban que era un buen momento y solo 15% pensaban que era mal momento. Una relación de 3 a 1 a favor de la perspectiva positiva. El resto estaba inseguro (38%).
Sin embargo, para junio de este mismo año las cosas ya habían dado un giro dramático. Ahora, solo el 10% pensaba que era buen momento y el 44% pensaba que era un mal momento. Una relación de más de 4 a 1 en favor de la perspectiva negativa. El 46% restante se manifestaba inseguro. El dato más reciente es aún más preocupante.
Según la encuesta de fines de septiembre, ahora solo el 5% piensa que es un buen momento para invertir y el 66% (es decir, dos terceras parte de todos los encuestados) piensa que es mal momento. Los inseguros son solo el 29% restante. Las perspectivas hacia adelante no son mejores: a la pregunta sobre cómo será el clima de negocios en los próximos seis meses, el 68% considera que empeorará, el 26% que se mantendrá igual y solo el 5% cree que mejorará.
- ¿Por qué se deterioró tan rápida y abruptamente el clima de negocios en México? La clave está en el resultado de las elecciones de junio.
- No es que fuera una sorpresa la elección de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, lo cual ya estaba descontado en los mercados.
- El tema parece estar asociado a la mayoría calificada obtenida en el Congreso, lo que le permite a la coalición gobernante realizar cambios constitucionales por sí sola.
Esta situación quizá no habría sido tan preocupante de no ser porque para entonces ya estaban sobre la mesa una serie de propuestas de reformas constitucionales que podrían alterar en forma significativa el entorno en el que operan los negocios en México.
Por un lado, una propuesta que modifica por completo al poder judicial y que, en opinión de varios analistas, pone en riesgo la independencia de las decisiones futuras de este poder. Por el otro, una propuesta de eliminación de órganos autónomos en materia de competencia, telecomunicaciones, transparencia, regulación del sector energético y evaluación de programas sociales.
- La primera de estas reformas ya se aprobó en septiembre, lo que materializó una de las preocupaciones del sector privado. La otra está en suspenso, aunque podría ser aprobada en cualquier momento.
- Estos elementos, junto con otros factores como la rápida desaceleración de la economía y la preocupación sobre la situación fiscal del país, son los que explican el franco deterioro que observamos en el entorno de negocios en México.
Es indispensable tomar acciones que comiencen a revertir paulatinamente este deterioro. Parece crucial comenzar a hacerle caso a Buffett: quizá es hora de comenzar a hacer las cosas de manera diferente. Si seguimos haciendo lo mismo, no tendríamos por qué esperar obtener resultados diferentes. /Agencias-PUNTOporPUNTO