Campaña contra NARCOCRIMEN han convertido a MÉXICO en TERRITORIO de SANGRE para los ELEMENTOS de SEGURIDAD

La disponibilidad de armas potentes en el mercado del narcotráfico, procedentes de Estados Unidos, se ha convertido en principal riesgos para el Ejército mexicano, en el marco de su lucha contra el crimen organizado.

Desde diciembre del 2018 hasta noviembre de 2023, al menos, 149 elementos del Ejército han muerto en la aplicación de la campaña permanente contra el narcotráfico y la ley federal de armas de fuego y explosivos, en lo que va de la actual administración federal.

  • Los datos oficiales señalan que 55% de estas muertes fueron a causa de agresiones con armas de fuego, mientras que el resto falleció por otras causas como, accidentes automovilísticos o aéreo, ahogamiento y atropellamiento.
  • Sólo en 2023 se han registrado 62 homicidios, si se compara esta cifra con las 29 muertes del 2022, existe un alza de 113.7 por ciento.

Sobre el tema, Javier Oliva Posadas, académico e investigador de la UNAM y expertos en temas de seguridad y criminalidad, consideró que la disponibilidad de armas potentes en el mercado del narcotráfico, procedentes de Estados Unidos, se ha convertido en principal riesgos para el Ejército mexicano, en el marco de su lucha contra el crimen organizado.

“Mientras los criminales utilizan armamento prohibido, los militares mexicanos tienen que someterse a los marcos jurídicos que establecen las leyes internacionales y tienen que utilizar armamento convencional y se enfrentan a verdaderos asesinos. Entonces ahí hay una desproporción muy notable en las capacidades que tiene el Estado mexicano a través de las fuerzas federales para hacerle frente a los delincuentes”, dijo.

  • En este sentido, el politólogo consideró que las incautaciones de armamento recientes, que han dado cuenta de cómo cada vez hay una mayor cantidad de armas, con mayor capacidad de letalidad, “es algo verdaderamente alarmante, porque esto denota dos cosas: una que las autoridades de Estados Unidos no están haciendo la parte que le les corresponde para el contener tráfico de armas… y por el otro, esto pone en evidencia también una mayor acción, mayores operaciones por parte de los militares y la Guardia Nacional en contra del crimen organizado”, subrayó.

No obstante, subrayó que uno de los principales problemas en la materia es que desde el lado civil, es decir, de los estados no ha habido planteamientos serios en materia de seguridad pública, por lo que el papel fundamental lo está llevando la Guardia Nacional.

Sin determinar, tiempo de las Fuerzas Armadas en los estados

Ante la falta de información al respecto por parte de los gobernadores, la Comisión Bicameral para la evaluación y seguimiento de la Fuerza Armada permanente en tareas de Seguridad Pública no pudo determinar cuáles son las entidades federativas del país donde ya no se requiere la participación de elementos militares en dichas tareas.

  • De ahí que el grupo de trabajo plural integrado por senadores y diputados federales fijó un plazo de 60 días, contados a partir de que el Congreso de la Unión apruebe —en el caso de la Cámara de Senadores se prevé que eso suceda esta semana— el Primer Informe semestral sobre el uso de la Fuerza Armada permanente en tareas de Seguridad Pública presentado en mayo pasado por el titular Ejecutivo federal, para recibir los informes correspondientes.

“En relación al análisis del estado que guardan las instituciones de seguridad pública en el país y dado que no se cuenta con información debidamente proporcionada por las personas titulares de los gobiernos de las entidades federativas, que permitan a esta Comisión valorar el estado de fuerza pública en las entidades federativas y municipios, no obstante que reconocemos el esfuerzo, la coordinación y el trabajo conjuntos entre el gabinete de seguridad del gobierno federal, las entidades federativas y los municipios, esta Comisión Bicameral advierte que no existen condiciones de juicio suficientes para señalar las entidades federativas donde deje de ser requerida la presencia permanente de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública, toda vez que la toma de decisiones sobre el retiro de la Fuerza Armada permanente implica un análisis detallado y multidimensional de la situación específica de cada entidad”, cita el dictamen aprobado por la Comisión Bicameral.

Caen 20% los ataques al Ejército con la Guardia Nacional

En enero de 2023, un elemento del Ejército mexicano resultó muerto y otros dos más heridos tras una emboscada en su contra en el municipio de China, Nuevo León. Dos meses después, en marzo, otro grupo de 13 hombres agredió a soldados e integrantes de la Guardia Nacional en San Luis Río Colorado, Sonora, lo que ocasionó un enfrentamiento.

  • A pesar de que las Fuerzas Armadas incrementaron su presencia en aeropuertos, aduanas, puertos y otras tareas tradicionalmente comandadas por el gobierno civil, las agresiones contra militares no se incrementaron durante la presente administración, sino lo contrario: disminuyeron en un 20 por ciento.

De acuerdo con  Milenio, en el sexenio anterior se registraron mil 688 actos violentos contra uniformados, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador van mil 339 ataques durante enfrentamientos con el crimen organizado. La incidencia de soldados heridos cayó 28 por ciento, al tiempo que los asesinatos bajaron 13 por ciento.

  • Para Javier Oliva Posada, coordinador del Seminario Universitario de Estudios sobre Democracia, Defensa, Seguridad e Inteligencia de la UNAM, “la actividad intensa de la Guardia Nacional puede tener que ver con la disminución [de las agresiones]”, pues la integran unos 130 mil elementos dedicados a la seguridad pública.
  • “De alguna manera han relevado, no del todo, en algunas tareas a los elementos del Ejército mexicano”. El especialista en seguridad y Fuerzas Armadas, Juan Ibarrola, lanza una pregunta: “¿Hay menos enfrentamientos porque ya no están enfrentando los soldados a los criminales? No.
  • La gran mayoría de los enfrentamientos de Fuerzas Armadas hacia los grupos criminales, muchas veces son fortuitos, o sea, se encuentran en una vereda, en una montaña, en una ciudad. Y primero agreden los delincuentes. Entonces, por eso, el número puede variar de un año a otro, de un sexenio a otro”.

El punto central, dice, no es si los soldados son más o menos agredidos, sino “cómo eliminar los niveles de violencia de crimen” en el país. “Sí, ha bajado la letalidad de las agresiones”, agrega, pero los delincuentes no tienen “un adiestramiento profesional como los militares, tenemos que analizar si los criminales están mejor entrenados para enfrentar a las Fuerzas Armadas. Mi respuesta categórica es que no”.

Ibarrola recuerda que las Fuerzas Armadas tienen “el privilegio del uso legal de la fuerza y la violencia, para eso los tenemos, para que nos protejan”.

Bajan los asesinatos

Javier Oliva, profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, comenta que la georreferenciación de los homicidios de militares “habla de una actividad criminal intensa en ciertos estados del país”.

El especialista añade que “la capacidad de fuego de los criminales tiene que ver con la adquisición ilegal de armamento para enfrentar a los elementos de las Fuerzas Armadas. Una cosa importante es que los elementos de las Fuerzas Armadas no pueden hacer uso de su armamento de guerra, porque la ley se los prohíbe”.

  • Si, de acuerdo con los datos oficiales, durante los primeros cinco años del sexenio anterior, el de Enrique Peña Nieto, resultaron muertos 99 militares en los enfrentamientos con el crimen organizado, en los primeros cinco del gobierno actual fueron 84. La baja es de 15.15 por ciento. Sin embargo, solo en 2023, se registró un número de asesinatos como en ningún año antes: 38 casos.

Javier Ibarrola asegura que “los criminales buscan invadir con más demostración de fuerza.

  • Ellos buscan decir: ‘Nosotros podemos estar a la par de los soldados’. Antes, lo que podría ser un enfrentamiento entre 20 delincuentes y cinco o 10 soldados, hoy es entre 30 o 40 delincuentes contra el mismo número de soldados, porque el número de efectivos del Ejército, de la Armada, no crece. Los delincuentes, sí. Es algo a tomar muy en cuenta”.

El experto agrega: “Si no se les demuestra a jóvenes, mujeres y hombres, que ese no es el camino, más van a querer ingresar a la delincuencia, por lo que ganan económicamente. Nadie les puede pagar mejor que los delincuentes a los jóvenes. Hay una narcocultura y eso hace que cada vez crezca más ese número”.

Bajan los militares heridos

El número de militares heridos en el sexenio pasado fue de 531. Hasta el 1 de abril la cifra del gobierno actual es de 380. El descenso es del 28.44 por ciento.

  • Se comenta al investigador Oliva Posada que el entrenamiento de los delincuentes no se compara con el que tienen los militares. Los criminales, dice, “no tienen esta preparación de combate urbano, de contrainsurgencia, que ya son términos más profundos en términos de adiestramiento, manejo de armamento, etcétera.

“Sí me parece que en la medida en que le pudieran dar a los elementos militares alguna ampliación a sus capacidades jurídicas para utilizar el armamento correspondiente, esto hubiera terminado hace mucho tiempo”.

  • Es muy importante, concluye, “que la sociedad valore las limitaciones jurídicas con las que los elementos de las Fuerzas Armadas, en particular el ejército, hacen frente a delincuentes que no tienen ningún escrúpulo en asesinar niñas, jóvenes, mujeres, ancianos.

Y en cambio, los elementos del Ejército necesitan escrupulosamente cumplir con una cartilla de derechos humanos que traen siempre en uno de sus bolsillos, en su uniforme”.

Más de 400 policías asesinados en 2023

  • Entre el 1 de enero y el 7 de diciembre del 2023, en México han sido asesinados al menos 403 policías, en promedio uno por día, de acuerdo con datos recopilados por Causa en Común.

Dicha cifra, a unos cuantos días de que termine el año, ya iguala a la de todo el 2022 cuando la organización también registró el homicidio de 403 elementos de seguridad.

  • Los estados que registraron el mayor número de asesinatos de policías, en donde han sido víctimas de ataques directos, ejecuciones y emboscadas son Guanajuato con 59, Guerrero 39, en Zacatecas fueron 31, en Michoacán 28, Jalisco y Veracruz 23 cada uno.

Cabe destacar que Guanajuato, Michoacán y Jalisco son tres de las seis entidades, junto a Chihuahua, Baja California y Estado de México, que concentran el 47.2% del total de asesinatos ocurridos en el país, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

  • Del 1 de diciembre de 2018, fecha de inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), al 7 de diciembre de 2023 se han contabilizado, al menos, 2 mil 214 policías asesinados a lo largo del territorio nacional.
  • En el gobierno de AMLO, estas son la cifras de homicidios de elementos policiacos: En 2019 fueron 446, en 2020 hubo un aumento drástico y se rompió un récord al registrarse 524, posteriormente en 2021 bajó a 401 y en 2022 la cifra subió a 403.

En México, los cuerpo policiales carecen de presupuesto suficiente y lo que tienen es mal ejercido, tiene condiciones laborales abusivas, están mal equipados, tienen jornadas extenuantes de trabajo, capacitaciones exprés, su sueldo promedio es menor a los 10 mil pesos mensuales y día con día enfrentan un alto riesgo, señala el investigador David Blanc Murguía.

AMLO prioriza Guardia Nacional y descuida policías

Desde el despliegue de la Guardia Nacional (GN), en junio de 2019, a mediados del 2022, más de 100 mil personas fueron asesinadas en el país y la violencia contra policías tampoco se redujo teniendo, incluso, un récord de homicidios de agentes en 2020.

  • Esto ocurre pese a que la conformación de la GN ha traído consigo la mayor movilización militar de la que se tenga registro en tareas de seguridad pública. De los casi 100 mil efectivos con los que contaba la Guardia a junio de 2022, más de 70 mil eran militares uniformados de policías.

En febrero de 2022, Animal Político documentó con datos de la propia GN que, de los 100 mil efectivos que componían su estado de fuerza a esa fecha, solo 23 mil eran policías civiles provenientes de la extinta Policía Federal, el resto eran policías militares y marinos.

Aunque los ataques a corporaciones policiacas se han vuelto una constante en el país, durante el año hubo algunos casos que destacan por el grado de violencia con que fueron perpetrados.

  • La madrugada del 16 de mayo, la comandancia de Villa de Reyes, San Luis Potosí, fue atacada a tiros. Como resultado del ataque, murieron dos agentes municipales que estaban cubriendo su turno de trabajo.
  • El 27 de junio, en dos hechos distintos, tres policías de Celaya, Guanajuato, fueron asesinados en agresiones directas. Una fue atacada a tiros en la caseta de vigilancia del Centro de Integración Juvenil y dos más mientras cenaban en un puesto de tacos.
  • Cabe destacar que Guanajuato tiene a los funcionarios de seguridad pública más longevos en el país, al fiscal general y al secretario de Seguridad, y quienes se mantienen en los cargos pese la crisis de seguridad en la entidad.

Carlos Zamarripa Aguirre, titular de la Fiscalía General, lleva 14 años al frente de la dependencia, mientras que Alvar Cabeza de Vaca, titular de la Secretaría de Seguridad, lleva 10 años en el cargo. Ambos funcionarios han sido denunciados públicamente por mal desempeño de su función por activistas, empresarios y políticos.

  • Jesús, Carlos Armando y Marco Antonio, hermanos y policías de Cajeme, Sonora, fueron secuestrados de la Comisaría Municipal de la localidad de Pueblo Yaqui el 30 de junio. Sus cuerpos fueron encontrados el 9 de julio en un terreno baldío en dicho municipio.
  • Otro hecho con alto grado de violencia fue el secuestro de cinco policías de Villa Hidalgo, Zacatecas, quienes fueron raptados en la propia comandancia y sus cuerpos fueron encontrados una semana después entre las comunidades de Jaltomate y Nigromante.
  • La noche del pasado 11 de noviembre, personas armadas atacaron a un grupo de policías estatales de Zacatecas quienes hacían patrullajes en la colonia Buenavista. El saldo fue de seis personas muertas, entre ellos tres policías.
  • ​​En lo que va de la administración del gobernador David Monreal en Zacatecas, tres veces se ha cambiado al titular de la Secretaría de Seguridad debido a la crisis de seguridad, nombrando en dos ocasiones a militares en la dependencia.
  • Antes de que ocupara el cargo el general Arturo Medina Mayoral, estuvieron Arturo López Bazán, y posteriormente Adolfo Marín, quien también era general de brigada diplomado de Estado Mayor retirado.

Y en uno de los hechos más recientes, y con elevado número de víctimas, 13 policías de Coyuca de Benítez, Guerrero, entre ellos Alfredo Alonso López, secretario de seguridad municipal, y el director de la Policía Preventiva municipal, Honorio Salinas Garay, fueron asesinados en una emboscada.

40 asesinados en inicio 2024

En lo que va del año, cada día han asesinado a un policía en México, en promedio. La última víctima fue una oficial y su hija de ocho años ejecutadas a tiros cuando iban a la escuela, en Celaya, Guanajuato.

  • Este 2024, el país se ha convertido en un territorio sangriento para los guardianes del orden al contabilizarse ya 40 homicidios en su contra, de acuerdo con los registros de la organización Causa en Común.
  • Los estados con mayor cantidad de uniformados acribillados entre enero y lo que va de febrero son: Guanajuato (13), Estado de México (6) y Jalisco (5).
  • En esta última entidad, ayer se conoció del hallazgo del cuerpo sin vida de un elemento activo de la Policía de Zapopan sin vida y con huellas de violencia al interior de su domicilio en la colonia Parques.

Identificado como Miguel de 25 años, fue encontrado por su novia, quien iba a buscarlo; al verlo sin vida llamó al 911 y cuando acudieron los socorristas explicaron que mostraba huellas de violencia y una herida de bala en la cabeza, según la prensa local.

  • Uno de los días más duros para este sector en este año, fue entre el 7 y el 8 de febrero, cuando al menos ocho policías de Guerrero, Jalisco, Guanajuato y el Estado de México fueron víctimas de homicidios y ataques.
  • El caso más difundido en ese momento se registró en el municipio jalisciense de Huejúcar, frontera con Zacatecas, donde los oficiales acudieron a un llamado por incidente vial; sin embargo, presuntamente se trató de una trampa que costó la vida a una pareja de agentes: un hombre y una mujer.
  • Guanajuato tuvo el mayor número de oficiales asesinados en 2023 (60) de acuerdo con Causa en Común, y la tendencia se mantiene este 2024 al acumular 12 hasta el corte de 20 de febrero.

Otro caso se dio el 8 de febrero. Un agente de seguridad en Abasolo y sus hijos de 11 y 18 años fueron incinerados en su casa, luego de recibir múltiples impactos de bala.

Muertes de militares en campaña contra narco

Derivado de una emboscada por parte de integrantes del crimen organizado, el pasado 25 de noviembre de 2023 un miembro del Ejército Mexicano fue asesinado, y dos más quedaron heridos sobre una carretera del municipio de Tenejapa, Chiapas, informó la Sedena.

  • La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), detalló que la agresión tuvo lugar en los poblados Loma Bonita y Guadalupe Miramar, cerca de la frontera con Guatemala, donde los militares realizaban labores de reconocimiento.

Información de medios locales señal que, presuntamente, los militares participaban en el operativo de búsqueda del alcalde y el secretario municipal de Maravilla Tejenapa, Zoel López Gutiérrez y Aciano Roblero Velázquez, respectivamente, y quienes desde el pasado viernes fueron reportados como desaparecidos.

Derivado de la emboscada, el cabo Hermenegildo Hidalgo recibió un impacto de arma de fuego en el lado derecho del pecho, debajo de la clavícula, lo que le ocasionó la muerte.

  • Mientras que los otros dos elementos heridos fueron identificados como un subteniente de infantería de apellido Guzmán, quien recibió un impacto de bala en la mano izquierda y el cabo de infantería de apellido Peralta, herido en el muslo derecho.
  • Desde diciembre del 2018 hasta noviembre de 2023, al menos, 149 elementos del Ejército han muerto en la aplicación de la campaña permanente contra el narcotráfico y la ley federal de armas de fuego y explosivos, en lo que va de la actual administración federal.
  • Los datos oficiales señalan que 55% de estas muertes fueron a causa de agresiones con armas de fuego, mientras que el resto falleció por otras causas como, accidentes automovilísticos o aéreo, ahogamiento y atropellamiento.

Sólo en este año se han registrado 62 homicidios, si se compara esta cifra con las 29 muertes del 2022, existe un alza de 113.7 por ciento.

  • Sobre el tema, Javier Oliva Posadas, académico e investigador de la UNAM y expertos en temas de seguridad y criminalidad, consideró que la disponibilidad de armas potentes en el mercado del narcotráfico, procedentes de Estados Unidos, se ha convertido en principal riesgos para el Ejército mexicano, en el marco de su lucha contra el crimen organizado.

“Mientras los criminales utilizan armamento prohibido, los militares mexicanos tienen que someterse a los marcos jurídicos que establecen las leyes internacionales y tienen que utilizar armamento convencional y se enfrentan a verdaderos asesinos. Entonces ahí hay una desproporción muy notable en las capacidades que tiene el Estado mexicano a través de las fuerzas federales para hacerle frente a los delincuentes”, dijo.

En este sentido, el politólogo consideró que las incautaciones de armamento recientes, que han dado cuenta de cómo cada vez hay una mayor cantidad de armas, con mayor capacidad de letalidad, “es algo verdaderamente alarmante, porque esto denota dos cosas: una que las autoridades de Estados Unidos no están haciendo la parte que le les corresponde para el contener tráfico de armas… y por el otro, esto pone en evidencia también una mayor acción, mayores operaciones por parte de los militares y la Guardia Nacional en contra del crimen organizado”, subrayó.

No obstante, subrayó que uno de los principales problemas en la materia es que desde el lado civil, es decir, de los estados no ha habido planteamientos serios en materia de seguridad pública, por lo que el papel fundamental lo está llevando la Guardia Nacional.

Matan a más militares en descanso

  • De acuerdo con el medio N+ al menos 817 integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fueron asesinados al estar francos (fuera de servicio) entre diciembre de 2006 y diciembre de 2022, revelan datos obtenidos vía transparencia en poder de N+.
  • Una cifra que supera a los 629 efectivos muertos, en el mismo periodo, en la aplicación de la Campaña Permanente Contra el Narcotráfico y la Ley Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos.

Y es que el crimen organizado utiliza distintas estrategías para acabar con ellos cuando se encuentran francos, ya que se convierten en objetivos visibles y vulnerables.

“En un día de ocio o de descanso, se vuelve una estrategia muy efectiva de neutralización, porque puedes dañar al militar sin que esté participando en un operativo de seguridad pública contra elementos del crimen organizado”, explica Juan Manuel Aguilar, especialista en seguridad e investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina (Cisan) de la UNAM.

  • Esto se da, dice, porque están perfectamente identificados cuando llegan a las comunidades de las entidades con mayores índices de violencia a realizar las funciones de seguridad. Además, con estos asesinatos se manda un mensaje de intimidación a las Fuerzas Armadas (FFAA).
  • Durante los primeros 4 años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador se han registrado 196 decesos, más que en los primeros cuatro del exmandatario Enrique Peña Nieto, 185.
  • A pesar de que la Ciudad de México es considerada una de las ciudades más seguras del mundo, como lo ha presumido el mismo gobierno capitalino, no lo es para los militares, ya que se ubica en el primer lugar de revanchas contra ellos al registrar al menos 134 decesos.

Otros datos

  • Le siguen otras entidades identificadas por sus altos índices de violencia como Guerrero, que sumó 86 efectivos asesinados, luego Michoacán con 79; Estado de México, con 73 y Chihuahua, con 53.
  • Detrás de la lista se ubican Guanajuato, con 33; Jalisco, con 31; Morelos, con 23; Tamaulipas y Sinaloa con 22 cada una; Zacatecas, con 11, entre otros estados que registran ejecuciones con resultados similares.

En estos territorios operan los grupos del crimen organizado como el Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación –ambos considerados los mayores generadores de violencia en el país–, al igual que el Cártel del Noreste, Los Viagras, Caballeros Templarios, entre otros, lo mismo que sus células delictivas que se disputan los controles de actividades criminales.

¿Pero cómo es que son identificados estos efectivos si no portan el uniforme de la Sedena? Una de estas características es su manera de caminar, el corte de cabello, la forma de hablar. Sin embargo, también son ubicados y seguidos quienes ingresan y salen se las zonas militares donde laboran y unidades habitacionales donde pernoctan, o también en los lugares donde rentan para vivir, cuando no hay espacios para vivir en las unidades habitacionales.

  • La forma en que más los han ultimado es al ser agredidos con armas de fuego: 570. La dependencia a cargo del general Luis Crescencio Sandoval, expone que 61 resultaron ejecutados; 14, fue por homicidio; 85 más fueron agredidos con arma blanca y 87 fue por agresión sin especificar de qué tipo.

Por su parte la lista oficial de la Sedena –de la Campaña Permanente Contra el Narcotráfico y la Ley Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos–, muestra el mismo tipo de eventos que causaron las muertes, más otros como ahogados, accidentes aéreos y automovilísticos, golpes de calor, descargas eléctricas, atropellados, por caídas, intoxicaciones y arrastrados por la corriente de ríos.

  • La delincuencia organizada a parte de identificar a los militares francos a través de sus características físicas o expresivas, utiliza el halconeo de la población cooptada, que se dedican a observar e informar sobre qué ocurre en los alrededores de las zonas o plazas donde opera.

En su nómina se incluyen taxistas, empleados de establecimientos y dueños donde los militares van a comer o disfrutar su horas de ocio, al igual que limpiaparabrisas, vendedores ambulantes, policías y más.

“Este grupo de halcones se dan cuenta que son militares, que a lo mejor estuvieron cercanos a un operativo, que hubo alguna situación, y tratan de ir sobre estos elementos militares. Hemos visto que muchos de ellos han sido torturados, muchos han sido desaparecidos”, describe Cesar Gutiérrez Priego, abogado, especialista en derecho penal, militar y seguridad nacional.

  • Jaqueline Zárate, representante de la organización Todos Somos Uno Militares Somos Todos, asegura que hay halcones que se paran afuera de los batallones, regimientos o bases militares: “para percatarse quienes son los que salen, seguirlos y al estar lejos de las instalaciones continuar con un cometido, ya sea una desaparición, torturarlos o hacerles un levantón”.

Cuando los halcones identifican a los uniformados francos, envían la información a través de mensajes de WhatsApp o una llamada con las características para que los vayan a liquidar, puntualiza Aguilar Antonio, también integrante del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).

Sin embargo, el halconeo también proviene dentro de las mismas corporaciones de seguridad federal y estatal.

  • Zárate ejemplifica que en Nuevo Laredo, Tamaulipas, hubo un caso donde un mando de la Sedena avisaba quienes eran los soldados que salían francos para dar al crimen las características específicas y con fotografías: “El coronel Mario de Caballería, se especulaba que entregaba a los militares francos para solventar algunas deudas con el crimen organizado”.

Gutierrez Priego agrega que también hay elementos militares que salieron resentidos del Ejército y terminaron formando parte de la delincuencia organizada. “Entonces fueron explicándoles cuál era la forma de trabajo”, destaca. “Hasta elementos policiacos son utilizados como halcones para este tipo de acciones”, agrega Jaqueline Zarate.

  • Cesar Gutiérrez recuerda que anteriormente cuando se realizaban operativos en algún territorio, al personal militar no se les dejaba salir de los cuarteles por lo menos durante 15 ó 20 días “para protegerlos de cualquier reacción por parte de los grupos criminales”.

Uno de los problemas que vuelven más vulnerables a los militares en descanso es que muchos de estos elementos de tropa no tienen cabida dentro de las unidades habitacionales militares, porque se le da preferencia a los generales, a los jefes, a los oficiales. Esto los obliga a rentar en lugares donde no pueden estar protegidos. Entonces están mayormente expuestos a estos ataques directos./Agencias-PUNTOporPUNTO

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