La salud respiratoria era un tema, para muchos, no prioritario, donde se exigía al organismo funcionar de manera correcta como una obligación, pero a raíz de la pandemia del Covid-19, la salud se convirtió en el bien más preciado a nivel mundial.
- A cuatro años de los primeros casos del Covid, María Luisa Ávila, presidenta de SLIPE (Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica), advierte sobre diversos factores que merman el sistema respiratorio; incluso, de cómo automedicarse un antibiótico suele traer más daños que aligerar malestares.
“Se calcula que para el año 2050 se va a morir más gente por una bacteria resistente a un antibiótico que por cáncer”, pronosticó Ávila, dos veces ministra de Salud en Costa Rica.
- Durante la conferencia Enfermedades respiratorias: un serio problema de salud pública en el mundo organizado por la farmacéutica Pfizer, María Luisa Ávila abordó el panorama global de dichas enfermedades, las complicaciones, hospitalizaciones y cuidados intensivos.
- Detalló que hoy en día se prescriben, cuando el caso lo permite, antibióticos por menos días que los habituales, pero siempre bajo supervisión médica. “Personas que tienen una infección, podrían no responder al antibiótico que se les está dando y el desarrollo mundial de antibióticos es lento”, explicó.
La especialista mencionó que en diversos casos, los pacientes pueden reducir su malestar al solo recibir tres días de antibióticos y con efectos más contundentes.
- “Si una bacteria está tranquila y nadie la molesta, está en su hábitat sin problema, pero cuando empieza a recibir antibióticos, comienza a generar mecanismos de defensa para no morir y poder pasar a su descendencia esa resistencia, entonces, el antibiótico ejerce una presión sobre la bacteria y la bacteria se vuelve resistente”.
Investigación sobre antibióticos llega tarde al mercado
Ante lo delicado que representa la medicación de antibióticos, y la ligereza con la que los pacientes los ingieren sin supervisión, alertó sobre la gravedad que representa este problema a nivel global. Por ello, diversos países exigen la receta médica para proceder a su venta.
- “Se considera que un antibiótico que salga hoy al mercado ya aproximadamente un 20% de bacterias pueden ser resistentes. Las bacterias son sumamente inteligentes, son capaces de transmitir información”.
Desde el lanzamiento de la penicilina, se vaticinaba cómo las bacterias se fortalecerían, al grado de que su agresividad, no reconozca a ningún antibiótico válido para la cura.
El lamentable caso de África y la importancia de las vacunas
Tras la pandemia del Covid, a nivel mundial se registró un rezago importante en los programas de vacunación, sin contar con los precarios sistemas de salud de algunos países, o bien, los grupos antivacunas que desincentivan la inmunización.
- “Todavía hay muchas personas de África que mueren por enfermedades respiratorias. EE.UU. con las tasas más bajas de mortalidad por infecciones respiratorias por 100 mil habitantes”, detalló como parte de la Semana Mundial de la Inmunización.
Excesivo uso de antibióticos durante la pandemia aumentó la resistencia
- Durante la pandemia de covid-19 hubo un excesivo uso de antibióticos para los pacientes hospitalizados de esta enfermedad, lo que pudo haber exacerbado una “silenciosa” propagación de la resistencia a los antimicrobianos (AMR), indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Aunque sólo un 8 % de los pacientes hospitalizados con covid-19 tenía además infecciones bacterianas que requerían el uso de antibióticos, éstos medicamentos se utilizaron en tres de cada cuatro pacientes (75 %).
- La administración de antibióticos “por si acaso ayudaban” podría haber aumentado la resistencia a los antimicrobianos, un problema de salud pública que la OMS considera una de las principales amenazas futuras para la sanidad global, ya que según cifras de 2019 causó 1,27 millones de muertes de forma directa y contribuyó a otros 4,19 millones de fallecimientos a nivel mundial.
La razón por la que tantos pacientes fueron tratados con antibióticos fue “por si acaso” servían de ayuda.
- El uso de antibióticos osciló entre el 33% de los pacientes de la Región del Pacífico Occidental y el 83% de los de las Regiones del Mediterráneo Oriental y África. Entre 2020 y 2022, las prescripciones disminuyeron con el tiempo en Europa y América, mientras que aumentaron en África.
- La mayor tasa de uso de antibióticos se observó entre los pacientes con COVID-19 grave o crítico, con una media mundial del 81%. En los casos leves o moderados, había una variación considerable entre regiones, con el mayor uso en la Región de África (79%).
- La OMS clasifica los antibióticos según la clasificación ‘AWaRe’ (Acceso, Vigilancia, Reserva), en función del riesgo de RAM. Resulta preocupante que, según el estudio, los antibióticos ‘de vigilancia’, con mayor potencial de resistencia, sean los más recetados en todo el mundo.
“Cuando un paciente necesita antibióticos, los beneficios suelen superar los riesgos asociados a los efectos secundarios o a la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, cuando son innecesarios, no ofrecen ningún beneficio y plantean riesgos, y su uso contribuye a la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos”, ha señalado la doctora Silvia Bertagnolio, jefa de la Unidad de Vigilancia, Pruebas y Fortalecimiento de los Laboratorios de la División de RAM de la OMS.
“Estos datos exigen mejoras en el uso racional de los antibióticos para minimizar las consecuencias negativas innecesarias para los pacientes y las poblaciones”, ha señalado.
En general, el uso de antibióticos no mejoró los resultados clínicos de los pacientes con COVID-19. Por el contrario, podría perjudicar a las personas sin infección bacteriana, en comparación con las que no recibieron antibióticos. Esto subraya la urgente necesidad de mejorar el uso racional de los antibióticos para minimizar las consecuencias negativas innecesarias tanto para los pacientes como para las poblaciones.
- Una síntesis y evaluación sistemática de la evidencia complementará este trabajo para informar las próximas recomendaciones de la OMS sobre el uso de antibióticos en pacientes con COVID-19, como parte de las directrices para el manejo clínico de la enfermedad.
Estos hallazgos se basan en datos de la Plataforma Clínica Mundial de la OMS para la COVID-19, un repositorio de datos clínicos estandarizados a nivel individual y anónimos de pacientes hospitalizados con COVID-19.
Datos de 65 países
Se recopilaron datos de unos 450.000 pacientes ingresados en hospitales por COVID-19 en 65 países durante un periodo de 3 años entre enero de 2020 y marzo de 2023. Los hallazgos se presentan en un póster científico de la OMS compartido en el Congreso Mundial de la ESCMID, que se celebra en Barcelona del 27 al 30 de abril.
“Estos resultados subrayan la importante necesidad de dotar de recursos suficientes los esfuerzos para mejorar la prescripción de antibióticos a nivel mundial, y son particularmente relevantes para debatir antes de la próxima Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la RAM que tendrá lugar en septiembre”, ha dicho la doctora Yukiko Nakatani, subdirectora general de la OMS para la RAM.
La Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la RAM reunirá a líderes mundiales para comprometerse a mitigar la RAM en los sectores de la salud humana, la sanidad animal, la agroalimentación y el medio ambiente, y promover el liderazgo político, la financiación y las medidas para frenar la aparición y propagación de la RAM.
Resistencia a antibióticos provoca miles de muertes
- La resistencia a los antibióticos provoca cada año la muerte de más personas alrededor del mundo que las causadas por enfermedades como la malaria o el sida, afirma un estudio publicado por la revista médica The Lancet.
- La publicación afirma que tan solo en 2019, 1.27 millones de muertes en el mundo pueden atribuirse de manera directa a la resistencia de antibióticos, derivado de su uso no controlado y sin indicación médica.
Sin contar otras 4.95 millones de muertes que pueden asociarse de manera indirecta a esas infecciones.
- La cifra de muertes por bacterias resistentes a los antibióticos es tan alta que es casi la misma que la provocada por las muertes registradas por VIH y malaria juntas, 680 mil y 627 mil, respectivamente.
- El dato es alarmante, ya que las muertes registradas por estas superbacterias solo son superadas por las ocasionadas por COVID-19 y tuberculosis en términos de muertes globales por una infección.
- Los autores del estudio centraron la investigación en 23 patógenos y 88 combinaciones de patógenos y medicamentos en un total de 204 países y territorios durante 2019. De los principales patógenos bacterianos cubiertos en este estudio, solo la neumonía neumocócica se puede prevenir mediante la vacunación.
Es importante recordar que los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos.
- Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.
La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad.
Alcance del problema
De acuerdo a la publicación, irónicamente, la resistencia a los antibióticos refleja en parte el acceso insuficiente a estos medicamentos.
La neumonía neumocócica se trata fácilmente con antibióticos, pero la carga estimada por los científicos, refleja la falta de acceso incluso a medicamentos económicos como la penicilina.
- Más de dos tercios de las muertes atribuibles se debieron a la resistencia a los antibióticos de primera línea, incluidas las fluoroquinolonas y los antibióticos β-lactámicos (carbapenémicos, cefalosporinas y penicilinas).
- Según la Organización Mundial de la Salud, un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia.
Allí donde los antibióticos se pueden adquirir sin receta médica para uso humano o veterinario, la aparición y propagación de la farmacorresistencia empeora. En los países que carecen de directrices terapéuticas normalizadas, el personal sanitario y veterinario tiene tendencia a prescribirlos (y la población general a consumirlos) en exceso.
Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales.
Prevención y control
La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Se pueden adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.
Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos la población general puede:
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
- No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
- No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
- Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
- Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas).
RAM, una de las principales amenazas de salud pública mundial
En los últimos años, la resistencia de varios patógenos a los antibióticos (entre otros fármacos) que ponen en riesgo la vida humana, fue advertida en varias oportunidades por los científicos.
- Una situación que también fue advertida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual situó a la resistencia a los antimicrobianos (RAM) entre las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad.
- Esta nómina se completa con: contaminación y cambio climático, gripe, resistencias antimicrobianas, Atención Primaria, dengue, patologías no transmisibles, entornos frágiles, Ébola, vacunas y VIH.
- Específicamente, la RAM ocupa la quinta posición de la lista y ocurre cuando microorganismos (bacterias, virus u hongos) sufren cambios y dejan de responder a ciertos medicamentos, dificultando el tratamiento de diversas enfermedades.
El impacto de la resistencia a los antimicrobianos es tan visible que entre 1 y 1.5 millones de fallecimientos le fueron atribuidos en el 2022 a nivel global. Si esta situación continúa aumentando sin control, el mundo podría llegar a contabilizar hasta 10 millones de muertes en el 2050.
La resistencia a los antimicrobianos se configura como un problema real a escala planetaria debido que, al igual que la medicina, las bacterias también evolucionan y esa selección hace que estos microorganismos adquieran resistencia a los nuevos medicamentos a los que originalmente eran vulnerables.
- Helicobacter pylori, Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Salmonella spp son algunos de los microorganismos con mayores niveles de resistencia a diversos tipos de medicamentos y que ponen en riesgo la salud de la población.
- El doctor Rafael Valdez, director senior de Asuntos Médicos y Científicos de Antiinfecciosos de Pfizer Latinoamérica, advierte que los medicamentos antimicrobianos son esenciales para resguardar la salud de las personas.
Sin embargo, su uso excesivo o inadecuado (por ejemplo, no tomarlos tal cual fueron recetados o ingerir los prescritos a otra persona) pone en peligro su eficacia.
“El hecho de que estén surgiendo y expandiéndose nuevos microorganismos resistentes, tanto en la región como en el mundo, amenaza las capacidades de los sistemas de salud para hacerle frente a infecciones comunes y puede generar enfermedades prolongadas, discapacidad y hasta muerte.
Por eso, es importante emplear innovadoras herramientas para mejorar la apropiada utilización de los antiinfecciosos; es decir, evitar a toda costa su mal uso o el abuso de ellos.
Además, estamos enfocados y trabajando en desarrollar nuevas terapias, así como en la generación de estrategias que ayuden al tratamiento de infecciones graves y donde haya una resistencia a los medicamentos convencionales”, comentó el especialista.
“El desarrollo de antibióticos, antivíricos y antipalúdicos son algunos de los mayores éxitos de la medicina moderna. Actualmente, la eficacia de estos medicamentos está mermando. La resistencia a los antimicrobianos, esto es, la capacidad de las bacterias, parásitos, virus y hongos para resistir estos medicamentos, amenaza con devolvernos a una época en la que no podíamos tratar fácilmente infecciones como la neumonía, la tuberculosis, la gonorrea y la salmonelosis. La incapacidad para prevenir infecciones podría comprometer seriamente la cirugía y algunos procedimientos como la quimioterapia”, precisó la OMS sobre este tema.
- Y agregó: “La resistencia a los antituberculosos es un enorme obstáculo para combatir una enfermedad que provoca que alrededor de 10 millones de personas enfermen y 1,6 millones mueran cada año. En 2017, alrededor de 600.000 casos de tuberculosis eran resistentes a la rifampicina —el medicamento de primera línea más eficaz— y el 82% de estas personas tenían tuberculosis multirresistente”.
“La farmacorresistencia se debe al uso excesivo de antimicrobianos en las personas, pero también en los animales, especialmente en los utilizados para la producción de alimentos, así como en el medio ambiente – continuó el máximo organismo sanitario internacional-.
- La OMS está trabajando con estos sectores para aplicar un plan de acción mundial con el fin de hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos mediante el aumento de la concienciación y los conocimientos, la reducción de las infecciones y el fomento del uso prudente de los antimicrobianos”.
La sección de la OMS en Europa busca frenar la resistencia a los antibióticos y anticipó que puede dejar de ser “una pandemia silenciosa” si se habla más de ello. “Solo es silenciosa mientras nosotros permitamos que lo sea. Tenemos que hacer más ruido”, advirtió Robb Butler, director de la División de Enfermedades Transmisibles, Medio Ambiente y Salud de la (OMS) en Europa.
En este encuentro participaron los ministros de Sanidad y los delegados de los 53 Estados miembros de la OMS en Europa, que han respaldado la nueva Hoja de ruta europea sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Con ello, buscan ayudar a los países de la Región de Europa de la OMS a identificar, priorizar y aplicar intervenciones de gran impacto para hacer frente a la RAM.
Descubren un compuesto que derrotaría a las bacterias resistentes
Durante años, los expertos en salud pública han llamado la atención sobre la próxima fase en la coexistencia de la humanidad con las bacterias: un futuro oscuro en el que las cepas emergentes han vuelto inútiles los antibióticos que alguna vez fueron poderosos.
- Las Naciones Unidas proyectaron recientemente que, a menos que se desarrollen nuevos medicamentos, las infecciones multirresistentes empujarán a 24 millones de personas a la pobreza extrema en la próxima década y causarán 10 millones de muertes anuales para 2050.
- Los científicos están especialmente preocupados por un amplio grupo de bacterias que circulan en los hospitales y pueden eludir no solo medicamentos de gran éxito como la penicilina y la tetraciclina, sino incluso la colistina, un antibiótico utilizado durante mucho tiempo como última opción crucial. Cuando falla la colistina, a menudo no hay antibióticos efectivos para pacientes con infecciones multirresistentes.
Ahora, los científicos de la Universidad Rockefeller informan sobre el descubrimiento de un compuesto que potencialmente podría superar la resistencia a la colistina. En experimentos con animales, este posible antibiótico fue muy potente contra patógenos peligrosos como Acinetobacter baumannii, la causa más común de infecciones en entornos de atención médica. Publicados en Nature, los hallazgos podrían hacer posible el desarrollo de una nueva clase de antibióticos para combatir las cepas que no responden a otros tratamientos.
Guerras evolutivas
La colistina se ha utilizado abundantemente durante mucho tiempo en la industria ganadera y, más recientemente, en la clínica. Se cree que el uso excesivo ejerció una fuerte presión evolutiva sobre las bacterias, obligándolas a desarrollar nuevos rasgos para sobrevivir. Como resultado, algunas especies han adquirido un nuevo gen llamado mcr-1 que evade la toxicidad de la colistina, haciendo que estas bacterias sean resistentes a la droga.
- La resistencia a la colistina se propaga rápidamente, en parte porque mcr-1 se encuentra en un anillo de ADN llamado plásmido que no forma parte del genoma bacteriano a granel y puede transferirse fácilmente de una célula a otra.
- “Pasa de una cepa bacteriana a otra, o de la infección de un paciente a la de otro”, explica Zongqiang Wang, asociado postdoctoral en el laboratorio de Sean F. Brady y uno de los autores principales del documento..
Wang y sus colegas se preguntaron si existen compuestos naturales que podrían usarse para combatir las bacterias resistentes a la colistina. En la naturaleza, las bacterias compiten constantemente por los recursos, desarrollando nuevas estrategias para frustrar las cepas vecinas.
De hecho, la propia colistina es producida por una bacteria del suelo para eliminar a los competidores. Si un rival resiste el ataque recogiendo mcr-1 , el primer microbio podría adquirir posteriormente una nueva mutación, lanzando una nueva versión de colistina capaz de matar a la bacteria mcr-1 .
- “Nos propusimos buscar compuestos naturales que las bacterias del suelo pudieran haber desarrollado para combatir su propio problema de resistencia a la colistina”, indica el especialista.
Su equipo utilizó un enfoque innovador que elude las limitaciones de los métodos tradicionales para el descubrimiento de antibióticos. En lugar de cultivar bacterias en el laboratorio y buscar los compuestos que producen, los investigadores buscan en el ADN bacteriano los genes correspondientes.
- Al examinar más de 10.000 genomas bacterianos, encontraron 35 grupos de genes que predijeron que producirían estructuras similares a la colistina. Un grupo parecía particularmente interesante ya que incluía genes que eran lo suficientemente diferentes de los que codifican la colistina como para sugerir que producirían una versión funcionalmente distinta del fármaco.
- Al analizar más a fondo estos genes, los investigadores pudieron predecir la estructura de esta nueva molécula, a la que llamaron macolacina. Luego sintetizaron químicamente este pariente nunca antes visto de la colistina, produciendo un compuesto novedoso sin necesidad de extraerlo de su fuente natural.
En experimentos de laboratorio, se demostró que la macolacina es potente contra varios tipos de bacterias resistentes a la colistina, incluida la Neisseria gonorrhoeae intrínsecamente resistente, un patógeno clasificado como una amenaza de alto nivel por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La colistina, por otro lado, parecía ser totalmente inactiva contra esta bacteria.
A continuación, los científicos probaron el nuevo agente en ratones infectados con XDR A. baumannii resistente a la colistina, otro patógeno de amenaza de nivel más alto. Los ratones que recibieron una inyección de macolacina optimizada eliminaron por completo la infección en 24 horas, mientras que los tratados con colistina o placebo retuvieron al menos la misma cantidad de bacterias presentes durante la infección inicial.
“Nuestros hallazgos sugieren que la macolacina podría convertirse potencialmente en un fármaco que se implementará contra algunos de los patógenos resistentes a múltiples medicamentos más preocupantes”, dice Brady.
- En otro estudio, el laboratorio de Brady usó métodos similares para explorar una clase diferente de antibióticos, llamados antibióticos de unión a menaquinona (MBA). En un trabajo publicado recientemente en Nature Microbiology, los investigadores demostraron que, en ratones, los nuevos MBA que identificaron son efectivos contra Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, otra causa de infecciones peligrosas en entornos de atención médica.
Wang agrega que el método basado en la evolución utilizado para descubrir la macolacina también podría aplicarse a otros problemas de resistencia a los medicamentos. “En principio, se podría buscar en el ADN bacteriano nuevas variantes de cualquier antibiótico conocido que se haya vuelto ineficaz por cepas resistentes a los medicamentos”, concluye./Agencias-PUNTOporPUNTO