La población mexicana no dejó de armarse en los últimos 13 años, a pesar de la estricta regulación de armamento en todo el territorio nacional, en un contexto de inseguridad pública en ascenso, en que la comercialización legal de armas de fuego –monopolizada por el Estado– compite con el mercado negro.
- De acuerdo con el Artículo 37 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, el Poder Ejecutivo es la única instancia facultada en México para “autorizar el establecimiento de fábricas y comercios de armas”, toda vez que el control y vigilancia de las actividades industriales y comerciales de armamento, municiones, explosivos, artificios y substancias químicas está a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
- Entre enero de 2019 y febrero de 2020, la Sedena registró 61 mil 495 armas de fuego de civiles. Sólo durante el primer año del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el número de registros (57 mil 454) fue 62.5 por ciento superior al de 2018 (35 mil 367).
El registro de armas de fuego por parte de la población mexicana tiene una tendencia positiva, pese a la desaceleración de registros de 2012-2018. Desde que el expresidente Felipe Calderón Hinojosa inició la llamada “guerra contra el narcotráfico” en 2006 y hasta el cierre del año pasado, la cantidad de armamento civil registrado per cápita fue a la alza en 120.4 por ciento real.
La información disponible de la Sedena también plantea que actualmente en México hay 2 millones 855 mil 332 armas legales en manos de civiles. Un dato similar a lo estimado (3 millones 118 mil 592) por el centro de investigación suizo Small Arms Survey (SAS), que asimismo calcula que la población mexicana posee 13 millones 690 mil 408 armas de fuego ilegales.
- Además de las 16 millones 809 mil armas (lícitas e ilícitas) de la población, el SAS calcula que las policías y los militares cuentan con 1 millón 486 mil 285 armas de fuego. Sin embargo, la cifra oficial sobre armamento a cargo de los cuerpos de seguridad a nivel nacional está reservada y no puede ser dada a conocer por la Sedena, se lee en la respuesta a una solicitud de información (folio 0002800032020).
Para proporcionar el potencial armamentístico de la sociedad mexicana hay dos ejemplos comparativos, suponiendo que el número de armas de fuego (legales e ilegales) estuviera equitativamente distribuido entre la población.
La cantidad estimada de armamento en manos civiles alcanza para que uno de cada siete connacionales esté armado, o bien, para que en la mitad de los hogares de México haya un arma de fuego. Asimismo, comparado el potencial armamentístico civil con el estado de las fuerzas armadas y de seguridad pública, por cada arma de fuego del Estado mexicano habría 11 armas civiles, o bien, por cada elemento de seguridad habría 25 personas armadas.
Aunque no existen cifras exactas sobre el número de armas de fuego ilegales a nivel nacional, la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (o ATF por sus siglas en inglés) estima que al año ingresan a México más de 200 mil unidades ilícitas.
Aunque no existen cifras exactas sobre el número de armas de fuego ilegales a nivel nacional, la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (o ATF por sus siglas en inglés) estima que al año ingresan a México más de 200 mil unidades ilícitas.
- Previo a 2007, la mayoría de las armas de fuego recuperadas por el Gobierno de México eran de bajo calibre. Pero a partir de ese año, el tráfico de armas de alto calibre (e.g. cuernos de chivo y R15) aumentó, dijo el exagente de la ATF, José Wall, durante un seminario web a finales de julio de 2020.
Junto con Wall, la especialista en crimen organizado, Roxana Juárez Chávez, indicó que a pesar de que “es difícil” saber qué cantidad de armamento tiene la población mexicana, se calcula que siete de cada 10 armas a nivel nacional son de civiles.
“México es uno de los diez países con más armas circulando entre la población, y sabemos que el 70 por ciento del armamento asegurado son armas largas. Esto quiere decir que los criminales se están armando como para librar una guerra”, aseguró la también exdirectora (2010-2016) de la Unidad Especializada en Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada.
PLOMO Y SANGRE
Las cifras de la Sedena indican que 2011 fue el año, en las dos últimas décadas, con mayor número de armas de fuego registradas por civiles (70 mil 835) y con mayor número de armas ilícitas aseguradas y recibidas (51 mil 34). Hasta entonces, en México fue registrado el mayor índice de delitos cometidos con armas de fuego por cada 100 mil habitantes (16.7) desde el año 2000, con 12 mil 771 homicidios y 6 mil 455 lesiones (dolosos y culposos).
- El récord de muerte y agravio fue superado a partir de 2017, cuando la tasa escaló a 21.8 delitos con armas de fuego por cada 100 mil personas. Para 2018, la tasa fue de 25.3 delitos; y para 2019, aunque la tasa fue similar, hubo un aumento de 0.3 por ciento real, con un acumulado de 20 mil 592 homicidios y 11 mil 296 lesiones (dolosos y pulposos), así como 186 feminicidios, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En lo que va de 2020, las cifras oficiales indican una reducción de 6.8 por ciento real. Mientras que de enero a julio de 2019 hubo registro de 15 delitos con arma de fuego por cada 100 mil personas, en el mismo periodo de éste año hubo 14. Pese a la reducción, los delitos con armas de fuego tienen una tendencia al alza a nivel nacional.
Las armas de fuego son un peligro real en México, sobre todo considerando que la mayor parte no está registrada y que, además de estar relacionadas con la comisión de delitos y el ejercicio de violencia, las armas implican daños por accidentes, imprudencia o negligencia.
- En los últimos 20 años, el SESNSP tuvo registro de 186 mil 54 personas asesinadas con arma de fuego, así como 99 mil 568 que resultaron heridas de manera intencional. Además hubo 2 mil 350 defunciones y 6 mil 865 lesiones accidentales y/o imprudenciales, a las que se suman al menos 895 feminicidios con arma de fuego que fueron registrados entre 2015 y 2020.
- De acuerdo con las cifras del Gobierno federal, la mitad de los delitos cometidos con armas de fuego entre 2000 y 2020 ocurrieron en los estados de México (33 mil 811), Ciudad de México (26 mil 666), Chihuahua (24 mil 696), Guerrero (24 mil 213), Guanajuato (20 mil 157) y Sinaloa (20 mil 120).
Sin embargo, las 10 entidades federativas con más delitos con armas de fuego per cápita por año –en los últimos 20 años– son Guerrero, Chihuahua, Sinaloa, Colima, Durango, Michoacán, Guanajuato, Ciudad de México, Baja California Norte y Zacatecas.
- En lo que va de 2020, por otro lado, las entidades con las mayores tasas de incidencia delictiva con armas de fuego por cada 100 mil habitantes son, en ese orden, Colima, Baja California Norte, Chihuahua, Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, Sonora, Guerrero, Morelos y Quintana Roo.
Además de la información descrita en el presente texto, las cifras de la tabla de “México Armado” incluyen datos sobre la procedencia de las armas, el tipo de armas aseguradas y recibidas por el Gobierno de México y los delitos con armas de fuego cometidos por entidad federativa por año.
TRÁFICO DE ARMAS NO CESA
El tráfico ilegal de armas de Estados Unidos a México se mantiene a pequeña escala –tráfico hormiga–, según expertos. La estimación es que en el país habrían más de 2 y medio millones de armas que alimentan a las organizaciones criminales y que se trasegaron en los sexenios de Calderón y Peña
- El tráfico de armas pasó del auge durante el gobierno de Felipe Calderón, al tráfico “hormiga” con Enrique Peña Nieto, según el Estudio Global sobre Tráfico de Armas de Fuego de la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas 2020, que incluye información de José Wall, exagente especial de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos.
El exagente Wall –destacado en Phoenix, Arizona y Nuevo México– confirmó que desde el inicio del periodo del presidente Felipe Calderón empezó el arduo movimiento de armas de grueso calibre, como la denominada cuerno de chivo, AK-47; y el rifle AR-15, una versión civil del M-16, usada en operaciones militares de Estados Unidos desde la guerra de Vietnam.
“Todo el tiempo ha habido tráfico de armas hacia México, la diferencia [con Calderón] fue la cantidad de armas obtenidas y el grueso calibre que conseguían [las organizaciones criminales], como el AK-47, así como pistolas calibre .38 súper”, expuso Wall en el foro virtual “Tráfico y control de armas en la agenda México-Estados Unidos”, organizado por la Udlap Jenkis Graduate School.
- El exagente de la ATF dijo que observó cómo llegaba gente a las armerías que hay en la frontera a comprar grandes cantidades de pistolas, fusiles y granadas. “Fue una carrera de armas, los cárteles luchaban por ver quién tenía más y mejor armamento para pelear contra el Estado mexicano o entre ellos mismos”.
- El problema no ha cesado. El propio secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval González, reconoció que el 70 por ciento de armas que ingresan al país son de manufactura estadunidense. El 30 por ciento restante proviene de España, Italia, Austria y otros países, de acuerdo con el último reporte (2020) de la ATF sobre el porcentaje de armas ilegales que ingresan a México.
En la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador (2 de enero de 2020), el titular de Sedena indicó que el tráfico de armas de fuego en su mayor parte se produce en la frontera de México con los estados de California, Nuevo México, Arizona y Texas.
CRIMINALES SE ARMAN PARA LA GUERRA
Roxana Juárez Parra, exdirectora nacional adjunta de la Unidad de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas de la SIEDO, destacó durante el foro virtual de la Universidad de las Américas que si el 70 por ciento de las armas aseguradas al crimen organizado son armas largas, como AR-15 y AK-47, “significa que los criminales se están armando para una guerra”.
La exfuncionaria subrayó: “las armas cortas son aseguradas generalmente en zonas urbanas porque se usan principalmente para asaltar. Para un combate se requiere de armas largas. Entonces, lo que nos está diciendo esto es que las armas se están adquiriendo para un combate real”.
- Al participar en el foro virtual Tráfico y Control de Armas en la Agenda México-Estados Unidos 2020, dijo que los cárteles de la droga ahora hacen una especie de outsourcing en el que ya no tienen traficantes de armas exclusivos, sino que contratan a vendedores que, además, éstos tienen muchos otros clientes, haciendo más difícil el rastreo de armas.
- Respecto a la tendencia de aseguramientos de armas, Juárez Parra refirió que en la época de apogeo de Los Zetas las armas más aseguradas en la región del Golfo eran las AR-15, requieren de entrenamiento militar o policial para su uso. Mientras que del lado del Pacífico predominaron las AK-47, el tipo de armas pasadas a México con el operativo Rápido y Furioso.
Durante la mitad del gobierno de Peña Nieto, en el armamento de tipo militar –en 2014 y 2015– predominaron las subametralladoras, que habrán visto en manos de los policías bancarios e industriales, un tipo de armas muy disuasivas.
En cuanto a las granadas, la mayor cantidad aseguradas fueron las de calibre de 40 milímetros, necesitan un aditamento para ser lanzadas, pese a ello son las más compradas, mientras que las granadas de fragmentación tienen menos demanda en el mercado.
- En Chiapas la mayoría de los aseguramientos de armas son de calibre 762, que es propio de las armas AK-47, porque es un estado de paso de armas de Estados Unidos y de Centroamérica, en esta último en menor medida, porque no comparten información ni tienen un registro de esas armas que pertenecieron a la guerrilla.
En Guerrero hay una situación muy especial: se han comprado cientos de armas para uso exclusivo de los policías municipales y estatales y resulta que extrañamente se les pierden las armas.
“La mayoría de armas y granadas aseguradas ha sido por coincidencia cuando se establecieron operativos y retenes en la llamada guerra contra el narcotráfico, lo que nos permite deducir que se le ha dado más prioridad al combate al narcotráfico que al tráfico de armas”, explicó Juárez Parra.
Por ejemplo, “en la SEIDO llegue a ver detenciones de personas que eran juzgadas más por la posesión de un kilo de cocaína que por 80 armas largas aseguradas. El asunto de las armas no era investigado; lo mucho que se hacía para poder cubrir el expediente era solicitar a los norteamericanos el rastreo de ese armamento”, acotó.
- No obstante, señaló que entre 2010 y 2012 hubo más aseguramientos de armas y después con Peña Nieto la disminución fue evidente, se tomó la decisión de eliminar la palabra violencia del discurso y se retiraron las tropas de Tamaulipas, por lo que también se vio disminuido el aseguramiento de armas.
Indicó que durante ese periodo, de las armas aseguradas en México, con base en peticiones hechas al gobierno de Estados Unidos para que hiciera su rastreo, resultó que el 58 por ciento de esas armas fueron compradas en Estados Unidos, el 19 por ciento provenía de Centroamérica y el resto de Europa./Agencias-PUNTOporPUNTO