El estira y afloja en las negociaciones entre los bonistas del nuevo aeropuerto de Texcoco y el gobierno continúa para zanjar la recompra de un tercio de los 6,000 millones de dólares (mdd) de bonos que emitió el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México a través del Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México (Mexcat, por sus siglas en inglés).
- El pasado 3 de diciembre, el gobierno lanzó una oferta de recompra por 1,800 mdd de los bonos del NAIM, para evitar caer en incumplimiento por la planeada cancelación del proyecto. La propuesta incluía comprar los bonos a un precio de 900 dólares, pero quitaba protecciones para los inversionistas en caso de incumplimiento y les pedía ceder los derechos sobre la Tarifa de uso Aeroportuario (TUA) del aeropuerto en Texcoco.
- El reto de lograr un acuerdo es grande para el gobierno, pues necesita que la mayoría simple (la mitad más uno) de los tenedores de cada una de las cuatro series de los bonos, que suman 6,000 mdd, acepte las condiciones de recompra.
Hasta ahora, un grupo de tenedores de bonos, que asegura tener más de la mitad del total, rechazó la oferta actual.
- Entre los bonistas del Fideicomiso Mexcat se encuentran firmas globales como los administradores de activos BlackRock, Schroders, T. Rowe Price, UBS AG, Goldman Sachs, Principal e incluso fondos de pensiones como los chilenos AFP Capital y Provida, entre otras firmas de capital privado.
- Ahora, el gobierno —que controla al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México— mejoró la propuesta y atendió a algunos de los elementos que reclamaban los inversionistas: elevar el pago por bono a 1,000 dólares, garantizar el flujo del dinero mediante la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) y regresar algunas protecciones en caso de un evento de incumplimiento.
De acuerdo con especialistas previamente consultados, el acuerdo con los bonistas puede lograrse con aumentos en la TUA —que es flujo de dinero que se pagará a los bonistas—, restableciendo protecciones frente a un evento de incumplimiento y mejorando el precio de la oferta.
- “Previo a la nueva oferta, había muchos temores de los tenedores de bonos, que no estaban dispuestos a vender hasta que no se definieran las cosas, y por otro lado hay inversionistas que aún no compran porque ven mucho riesgos”, explicó en entrevista Rafael Elías, director de Crédito para América Latina de Exotix, una firma que da cobertura de análisis al fideicomiso del NAIM (Mexcat, por sus siglas en inglés).
Una de las medidas que daría certidumbre sería que los inversionistas recibieran la TUA de los tres aeropuertos que propone el gobierno para sustituir al NAIM: la base de Santa Lucía, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el de Toluca, ejemplificó Elías.
Los bonos del Fideicomiso Mexcat tenían como respaldo las tarifas que se cobrarían a los pasajeros por el uso del aeropuerto en Texcoco, que preveía una capacidad máxima de 120 millones de pasajeros. Sin embargo, de mantenerse la operación del actual aeropuerto capitalino, e incluso sumando Santa Lucía y Toluca, las proyecciones de crecimiento de pasajeros disminuirían.
- Frente a este escenario, el gobierno mexicano tiene la solución de establecer aumentos extraordinarios a la TUA, consideró la agencia de calificación Fitch Ratings. “Sí hay espacio para que la TUA se incremente, aunque obviamente será difícil encontrar que los precios por sí solos puedan incrementarla al mismo nivel que se ofrecía con un mayor volumen de pasajeros (en el aeropuerto de Texcoco)”, dijo Astra Castillo, analista de la calificadora.
- Otra de las claves es encontrar el balance entre precio y acuerdos para proteger la inversión frente a un escenario de incumplimiento. “Las negociaciones pasarán por ver si se mejora el precio de oferta para compensar la eliminación de covenants (los acuerdos establecidos entre emisores e inversionistas) o mantener el precio sin perder los covenants”, señaló Sebastián Salvay, analista de TPCG Valores, firma con experiencia asesorando a diversos inversionistas institucionales internacionales y locales.
De acuerdo con los analistas consultados, las negociaciones podrían continuar aún si vence el plazo de la oferta de recompra. “Los tenedores de bonos tienen diferentes perfiles de inversión, lo que hace complejo llegar a un acuerdo. Pero lo que tienen en común todos es que buscan certidumbre de que su inversión no va a terminar en incumplimiento ni perdida de capital”, dijo Castillo, de Fitch Ratings. Hasta el momento los bonistas no se habían pronunciado sobre la nueva oferta del gobierno./EXPANSIÓN- PUNTOporPUNTO