La mitad de migrantes que llegan a México de manera irregular huyen de la violencia en sus países de origen, alertó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Señaló que mientras en 2022, se estimaba que esta población representaba 40 por ciento, en 2023 aumentó a 51 por ciento.
- Con base en encuestas aplicadas a más de 6 mil personas de diversas nacionalidades en el sur, centro y norte del país, advirtió que cruzar México es igual de peligroso que la selva del Darién –entre Colombia y Panamá– y las naciones centroamericanas, de acuerdo con los encuestados, quienes señalaron como principales incidentes: robo (27 por ciento), extorsiones (17) y amenazas físicas o intimidaciones (15).
- En el reporte de Monitoreo de Protección en México 2023: El impacto del desplazamiento forzado en la movilidad humana, detalló que 56 por ciento de la población encuestada (mil 801) en el norte del país, refirió haber sufrido algún incidente de seguridad en suelo mexicano. Por nacionalidad, 45 por ciento de los venezolanos consultados dijeron haber padecido alguna agresión, 35 por ciento de Ecuador y 34 por ciento de El Salvador.
La Acnur apuntó que la presencia de bandas criminales en Baja California, Chihuahua, Sonora, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, así como las dificultades que implica transitar sin documentación, significa un aumento de los riesgos.
Migración en América Latina
En las Américas “se viven situaciones sin precedentes de desplazamiento forzado más de 22 millones de personas y situaciones migratorias que son cada vez más complejas”, señaló Renee Cuijpers, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), y mencionó que de acuerdo con monitoreos de organizaciones civiles, en México se estima que más de 380 mil personas han dejado sus lugares de origen o vivienda debido a la violencia.
Lo anterior se dio a conocer durante la conferencia en la cual se presentó la convocatoria para el Premio Sentencias, a través del cual se busca visibilizar las resoluciones judiciales que se han emitido bajo las más altas normas y estándares en derechos humanos, así como las buenas prácticas que han servido para garantizar el acceso a la justicia y el goce efectivo de los derechos humanos de las personas migrantes o sujetas de protección internacional en las Américas.
- La representante de Acnur señaló que de los 22 millones de personas que han tenido que desplazarse de manera forzada, 7 millones son ciudadanos venezolanos, otros 7 millones corresponden a gente de naciones como Colombia, El Salvador y Honduras.
- En ese contexto, indicó que las situaciones sin precedente han impactado a México, ya que se considera entre las cinco naciones con el mayor número de solicitudes de asilo, y sólo en 2023 se recibieron 273 mil nuevas peticiones de asilo internacional.
Mencionó que se han recibido un mayor número de solicitudes de asilo desde 2018, y son poblaciones procedentes de Haití, Cuba. Nicaragua, Venezuela y otras nacionalidades, aunque se ha llegado a detectar que ciudadanos de más de 100 países aunque la mayoría de ellos son de naciones del continente americano han pedido protección internacional.
- A pregunta expresa sobre el desplazamiento forzado en territorio mexicano, Renee Cuijpers, dijo que no hay un registro oficial, pero que en el país se están desplazando internamente, por violencia y otras razones bastantes complejas.
- Unas 360 mil personas, y ello se sabe por los monitoreos realizados por organizaciones de derechos humanos. Ello solamente abarca monitoreos de desplazamientos masivos de diez familias o más, y muchos otros individuales no se visibilizan.
El Premio Sentencias 2024 constituye la novena edición de este concurso en el cual a lo largo de su existencia ha recibido más de 400 resoluciones judiciales que favorecen los derechos de las personas migrantes o en desplazamiento. Este año la temática a observar son El acceso a la identidad y el principio de no devolución.
Un camino de violencia desbordada
Las dificultades por inseguridad y falta de acceso a educación, salud y otros servicios básicos esenciales que enfrentan en sus países de origen, se le suma un camino repleto de riesgos que se agudizan con el paso de Colombia a Panamá a través de la inhóspita selva del Darién, luego cruza algunos de los países más peligrosos del mundo en América Central y termina en la árida y hostil frontera del norte de México. Un factor es predominante en la ruta: la violencia en todas sus formas.
“El abuso contra las personas migrantes y la negligencia de las instituciones en la respuesta a sus necesidades son una constante a lo largo de la región”, afirma Camilo Vélez, jefe de Misión adjunto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en México y América Central.
“Cada día, nuestros equipos en Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala y México escuchan testimonios de amenazas, robos, extorsiones, secuestros, torturas y violencia sexual durante el viaje, incluso por parte de las mismas autoridades; lo cual causa un impacto muy grave sobre el bienestar físico y emocional de estas poblaciones”, enfatiza.
La crisis empeora porque el perfil de las personas en movimiento ha cambiado en los últimos años.
- Cada vez hay mayor proporción de familias con mujeres embarazadas, niños, niñas y adolescentes, población LGTBIQ+, personas con enfermedades crónicas y no hispanoparlantes; que son más vulnerables ante los efectos negativos de migrar en estas condiciones.
- Por eso Vélez llama la atención sobre cómo los gobiernos han fallado en traducir en acciones concretas sus promesas de promover una experiencia migratoria digna para los miles de personas que buscan bienestar y seguridad fuera de sus países.
- “Las medidas para disuadir la migración en la región, lejos de lograr su propósito, han puesto en mayor riesgo a la población en movimiento, obligándola a buscar medios clandestinos y favoreciendo a los grupos de crimen organizado, traficantes de personas e intereses particulares de algunos funcionarios públicos”, explica.
El gobierno de Estados Unidos perdió una oportunidad única para cumplir su promesa de reconstruir el sistema de asilo en ese país. Tras el inevitable final del Título 42 que permitió la expulsión de cerca de dos millones de personas en sus tres años de aplicación, la administración de ese país decidió reforzar la aplicación de la Ley de Migración conocida como Título 8, pero en esta ocasión fortalecida con nuevas restricciones y mayores castigos para quienes crucen irregularmente sus fronteras.
Paralelamente, el gobierno de Joe Biden ha mantenido las iniciativas de CBP One y Paroles humanitarios enfocados hacia ciudadanos de origen venezolano, nicaragüense, haitiano y cubano.
Sin embargo, la cantidad de cupos disponibles es muy inferior a la demanda y las propias barreras técnicas de la aplicación, así como criterios excluyentes como la obligatoriedad de tener patrocinio en ese país, impiden que se conviertan en herramientas capaces de canalizar los flujos de personas que migran hacia ese destino.
Mientras tanto, la respuesta de los gobiernos de la región oscila entre la criminalización y el abandono.
“En nuestros puntos de atención a lo largo de la ruta migratoria, las personas nos cuentan cómo, por la acción u omisión de las autoridades, se ven enfrentadas a secuestros, asaltos y violencia sexual en el Darién panameño; robos, extorsiones y retos de acceso a servicios esenciales en Honduras; extorsiones y abusos sexuales en Guatemala, secuestros y operativos para detenerlas en México, entre otras”, explica Renata Viana, responsable regional de incidencia de MSF en México y América Central.
- Incluso en estas condiciones tan adversas, en 2023 las personas no han parado de migrar. En la primera semana de diciembre, cifras de Migración Panamá indican que el número de personas que han cruzado este año la selva del Darién llegó a 500,000, más del doble de personas que lo hicieron en todo el 2022.
- En México, hasta octubre el Instituto Nacional de Migración registró 588,626 personas en situación irregular, un 33 por ciento más que en todo el año anterior. Hasta noviembre, la Comisión Mexicana de Apoyo al Refugiado (COMAR) recibió casi 137,000 solicitudes de asilo, la mayor cifra en la década reciente.
A más personas migrando y menos respuesta institucional adecuada, la crisis humanitaria se agudiza. “Además de estar expuestas a múltiples formas de violencia, estas poblaciones se enfrentan a múltiples discriminaciones e innumerables carencias que amenazan sus vidas. Los gobiernos de la región y el mundo siguen fallando en brindarles seguridad, protección y la asistencia médica y humanitaria a la que tienen derecho”, afirma Viana.
Venezuela, entre los países con más desplazados
Siria sigue siendo el origen de la mayor crisis de refugiados del mundo, con 13,8 millones de personas desplazadas forzosamente dentro y fuera del país a finales de 2023, debido a la guerra civil que empezó hace 12 años.
- Un factor clave detrás del aumento de las cifras mundiales de este año ha sido la guerra civil en Sudán, donde casi 11 millones de personas habían huído de sus hogares a finales de 2023.
- El año pasado, más de 6,4 millones de personas huyeron de Afganistán en busca de una vida mejor tras la toma del poder por los talibanes en 2021.
- En Venezuela, más de 7 millones de personas han abandonado el país tras el colapso de la economía nacional bajo el mandato del presidente socialista Nicolás Maduro, que ha estado en el poder desde 2013.
«Es una situación muy compleja, una crisis económica, política, de seguridad, de derechos humanos y de salud que afecta a ese país desde hace ya varios años», le dijo a BBC Mundo William Spindler, portavoz de la ACNUR en Ginebra.
- Las cifras más recientes que manejan son de 7,7 millones de venezolanos y venezolanas que han salido por razones muy diferentes, expresó el portavoz. La inmensa mayoría de ellos se encuentran en Colombia, Estados Unidos, España, Ecuador y otros países de América Latina.
El impacto en esos países, particularmente en Colombia, ha sido masivo. No obstante, por lo general han sido bien recibidos, han podido trabajar, tener acceso a servicios y la oportunidad de regularizar su situación.
- Además, asegura Spindler, su estadía en los países de acogida ha sido positiva. «Esto no se escucha muchas veces, pero está comprobado por estos estudios que esas personas traen consigo también un acervo y una educación que les permite también contribuir… a través de impuestos, abriendo pequeños negocios, etc.»
23 millones de desplazados se encuentran en el continente americano
De los 120 millones de personas desplazadas por la fuerza en el mundo, 23 millones se encuentran en el continente americano.
Se trata del 19%, casi una quinta parte de todos los desplazados, resalta William Spindler. Pero “a diferencia de lo que muchas personas creen, la inmensa mayoría de estas personas se encuentra en América Latina, no en Estados Unidos”.
- Además de Venezuela, otra de las situaciones preocupantes se está dando en Centroamérica, particularmente con los desplazados de Honduras, El Salvador y Guatemala, que huyen de conflictos, guerra y violencia.
- Sin embargo, Spindler señala que muchas de estas personas se desplazan dentro de su propio país. “Es un fenómeno que sucede tanto a nivel de las Américas como a nivel global. El desplazamiento por lo general es más interno”, afirma.
Los que salen al extranjero van destino a México, tanto para asentarse allí como de paso para llegar a Estados Unidos.
- Eso ha generado una situación especial en México, como país de origen, tránsito y, particularmente, destino de comunidades desplazadas.
- “Es uno de los países que más solicitudes de asilo recibe, no solamente de las Américas, sino de todo el mundo”, indica el portavoz de la agencia para refugiados.
Añade que México ha tenido una política de acogida muy generosa que también ha provocado presiones por parte de EE.UU. para restringir los movimientos y los intentos de entrada en su territorio de los desplazados a través de la frontera que comparten.
Es una situación bastante difícil para México, así que la ACNUR tiene un proyecto en coordinación con las autoridades locales y empresas privadas para aliviar la concentración de refugiados migrantes en las regiones de menor desarrollo económico, y trasladarlos a zonas más prósperas donde hay mejores posibilidades de empleo y de integración.
Otra crisis que se está siguiendo es la de Haití, por la perenne inestabilidad política, la pobreza y la violencia de las pandillas, que se han apoderado de grandes partes del país. En términos de desplazamiento forzado, el caso de Haití es especial, explica William Spindler.
- Unos 690.000 haitianos han huido, pero muchos lo hicieron hace años o décadas, tras el devastador terremoto de 2010 y otras catástrofes naturales, y se asentaron en Sudamérica, especialmente en Chile y Brasil.
- Con el impacto de la pandemia, muchas de esas personas perdieron sus medios de vida y decidieron trasladarse hacia Estados Unidos, cruzado en ocasiones la selva del Darién, a veces con niños que nacieron en Brasil, Chile y otros países de Sudamérica.
Ahora, con las actuales convulsiones internas, la mayoría de haitianos cruza a la vecina República Dominicana, algunos con la intención de llegar a EE.UU. por vía marítima.
«Sin embargo, la mayoría de los haitianos desplazados por la violencia se encuentran dentro de su propio país», afirma Spindler.
Los desplazados en México
El desplazamiento interno forzado en México es una devastadora realidad que afecta a cientos de miles de personas cada año. En 2023 se estimaba que había casi 400 mil personas desplazadas por distintos motivos en distintas regiones del país.
- La violencia por la disputa del control territorial de las organizaciones criminales es el principal detonante de los desplazamientos; no obstante, centenares de familias y comunidades enteras también se ven obligadas a abandonar sus hogares a causa de la intolerancia religiosa y por los efectos de los desastres naturales.
- De acuerdo con expertos, el nuevo gobierno, que encabezará la actual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, tendrá ante sí un “reto monumental”, que será visibilizar y atender este fenómeno que afecta a miles de personas de todas las edades.
- El desplazamiento forzado en México no es del todo atribuible a las actuales autoridades estatales o federales, pues en muchos casos data de hace muchos años. Lo que sí es un hecho es que se trata de un fenómeno que no ha merecido la atención adecuada por parte de las instituciones del Estado.
Esta problemática es tan invisible, que no existe una institución de carácter nacional dedicada a su atención, como sí la hay en el caso de los desaparecidos.
Tampoco existen cifras oficiales ni estudios auspiciados por organismos del Estado y no se cuenta con una ley de carácter nacional que establezca mecanismos de atención a las víctimas, pues el único intento de tener algo así que se realizó, se fue a la congeladora del Congreso en 2020.
“La movilidad forzada de mexicanos no está ni siquiera bien comprendida, ni medida, ni visualizada. Es una problemática social de las más graves que tenemos y de las menos consideradas, lo que hay que corregir rápido”, sintetizó Tonatiuh Guillén López, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según el Informe Global sobre Desplazamiento Interno 2024 (GRID, por sus siglas en inglés) a finales de 2023 se estimó que en México 392 mil personas vivían desplazadas como consecuencia del conflicto y la violencia, “la cifra más alta desde que se tienen registros en el país, en 2009”.
- La cifra aportada por el GRID es cercana a la de la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas, que en marzo de este año calculó en 386 mil las personas desplazadas de manera forzada.
- De acuerdo con el GRID, el año pasado en México se contabilizaron 11 mil desplazamientos internos por “conflictos y violencia”, lo cual significó un aumento del 20% respecto a 2022.
“Chiapas fue el estado más afectado, como resultado de los combates entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa. Los dos grupos históricamente han luchado por sus bastiones en los estados del norte, pero han expandido su presencia por todo México y Guatemala, con el que Chiapas comparte una frontera”, se indica en el informe.
El desplazamiento más significativo por dicha violencia ocurrió entre el 21 y el 26 de mayo en la ciudad de Frontera Comalapa, en la zona limítrofe con Guatemala.
- “Los enfrentamientos provocaron alrededor de cuatro mil desplazamientos, algunos de los cuales se produjeron por temor al reclutamiento forzado”, señala el análisis elaborado por el Centro de Seguimiento de los Desplazados Internos y el Consejo Noruego para los Refugiados.
- En 2023 se registró un total de 196 mil desplazamientos internos por desastres naturales. La devastación en las costas de Guerrero por el paso del huracán Otis provocó 187 mil desplazamientos, la cifra más alta relacionada con este fenómeno en el país, según el reporte.
- Sin embargo, especialistas consultados por ejecentral coinciden que estos números son apenas estimaciones de la magnitud real del problema, debido a que el dolor y la incertidumbre que enfrentan estas familias permanecen invisibles para gran parte del país.
“La movilidad forzada de mexicanos no está ni siquiera bien comprendida, ni medida, ni visualizada. Es una problemática social de las más graves que tenemos y de las menos consideradas, lo que hay que corregir rápido”, puntualizó Guillén López.
Sin una ley u organismo que a nivel nacional aborde el fenómeno y articule una respuesta, el Estado mexicano sigue sin reconocer al desplazamiento interno forzado como una crisis humanitaria grave que no ha recibido la atención que amerita. /Agencias-PUNTOporPUNTO