ALERTA en la República: VIOLENCIA CRIMINAL entre la Población JÓVEN se recrudece en Gobierno CUATROTÉ

Factores económicos, educativos, culturales y sociales, han empujado a las manos del crimen organizado a los jóvenes mexicanos

El incremento de la violencia criminal en México tiene raíces profundas en la sociedad, siendo la población más joven la más vulnerable y víctima de esta expresión.

  • Casi todos los días, a través de redes sociales, se difunden videos de golpizas, ataques y riñas entre jóvenes en todas las latitudes del país, teniendo como común denominador la crueldad y la violencia.

El fenómeno no es nuevo, pero las plataformas digitales han visibilizado un fenómeno ligado a la narcocultura y a la alta impunidad.

  • El pasado 10 de septiembre se viralizó en redes sociales el video de un grupo de jóvenes golpeando brutalmente a Ernesto Calderón luego de que defendiera a una amiga a las afueras de un antro en Puebla.

Tanto el Tecnológico de Monterrey como la Universidad Anáhuac condenaron los hechos y expulsaron de su institución a los estudiantes implicados en la golpiza, mientras que la Fiscalía local informó que tenía detectados a los agresores y se comprometió a que no habría impunidad en el caso.

Ernesto Calderón está fuera de peligro y las autoridades no han informado qué fue de sus agresores.

  • A los pocos días se viralizó otro video en el que se ve cómo un grupo de más de 10 jóvenes golpean con palos a Brayan Esteban, de 20 años, en Cancún, Quintana Roo, luego de que presuntamente había ido a recoger a su novia a una fiesta.
  • En el video se escuchan gritos y risas y no se ve a alguien que haya intentado frenar la golpiza. Días después la Fiscalía de Quintana Roo informó que habían detenido a tres de los agresores.
  • En Ciudad Obregón, Sonora, un alumno del CETIS-69 noqueó a un compañero de un golpe en el rostro momentos después de clases. En otro video, en redes sociales, se ve cómo estudiantes, aún con uniforme, protagonizan la pelea en un campo de fútbol.

Luego de que la grabación se populariza en las redes sociales, el Centro de Estudios Tecnológico, Industrial y de Servicio No. 69, condenó cualquier acto de violencia e informó que el joven agredido se encuentra estable y fuera de peligro.

  • Por su parte, la Asociación Estatal de Padres de Familia (APEF) exhortó a los padres a conversar con sus hijos para que eviten participar en riñas escolares.
  • “Es parte de la educación que debemos de dar en casa, obviamente, de respetar las reglas, de respetar al compañero, al prójimo”, dijo la asociación.
  • La Secretaría de Educación y Cultura (SEC) informó que daría seguimiento al caso, pero hasta la fecha no ha dado más detalles de cómo sancionó a los agresores.

Víctimas del contexto

  • En México cada año ocurren más de 33 mil delitos contra menores de edad, 13 mil de ellos son homicidios y 95 feminicidios.
  • A nivel nacional, existen más de 3 mil adolescentes en conflicto con la ley y más de 66 mil personas entre los 18 y 29 años de edad se encuentran en prisión. Además, la principal causa de muerte de las personas de 15 a 35 años de edad son las agresiones.
  • Cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) revelan que el 35.28 por ciento de los homicidios se perpetraron contra personas de 15 a 29 años de edad.

Al respecto, la Encuesta Nacional de Adolescentes en el Sistema de Justicia Penal, también del INEGI, concluye que de los jóvenes en conflicto con la ley, el 56.5 por ciento tuvieron una sanción en externación; 30 por ciento en internamiento; 8.7 por ciento en internamiento preventivo; 2.6 por ciento en proceso en libertad y 1.0 por ciento con sanción de semi internamiento.

Sobre esta situación, la organización Justicia Juvenil Internacional informó que la violencia ejercida por los jóvenes se debe a múltiples factores, entre los que se encuentran ambientes inseguros en la niñez por la ausencia de sus padres, el incremento de la inseguridad en sus comunidades y las carencias económicas y educativas.

  • Este caldo de cultivo ocasiona que durante la adolescencia y en las escuelas se materialicen expresiones de violencia como el acoso escolar o bullying, el acoso sexual, el hostigamiento, la violencia entre pares y el consumo de sustancias prohibidas.
  • Para atender la problemática, la organización recomienda primero entender el contexto en el que viven los jóvenes y comenzar a diseñar estrategias integrales de intervención, dejando de lado la visión del castigo.

Pero para que esta estrategia se materialice se necesita presupuesto, coordinación entre todas las autoridades escolares, los padres de familia y la sociedad en general.

Finalmente, Justicia Juvenil Internacional señala que muchos de los jóvenes en el país no reúnen los requisitos para ser acreedores de algún programa social o beca por parte del Gobierno federal y, en caso de poder acceder, el monto que pueden obtener es mucho menor al dinero que pueden conseguir a través del crimen organizado o de otras actividades delictivas.

Problema normalizado

  • Para entender el contexto de violencia criminal que padecen los jóvenes y las posibles implicaciones en su comportamiento, Reporte Índigo platicó con el especialista en seguridad y actual investigador postdoctoral del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Juan Manuel Aguilar Antonio.
  • El especialista, también integrante del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), considera que la violencia impacta fuertemente el comportamiento de los jóvenes, al normalizarla y verla como algo cotidiano.
  • “Un contexto de mucha violencia impacta fuertemente en la sociedad y provoca un fenómeno que es la normalización de la violencia. Es decir, al verla como una situación persistente o crónica y no como hechos aislados, ocasionado que se pierdan valores como el de la vida y los derechos humanos.

“Este fenómeno tiene arraigo principalmente en la gente joven que percibe que estos actos violentos son permisibles y por eso muchas veces los replican”, explica.

  • Otro fenómeno que influye drásticamente para que ocurran este tipo de agresiones entre la juventud, dice Aguilar Antonio, son los altos índices de impunidad.
  • “En conclusión, no hay un castigo cuando se cometen actos violentos y por eso ocurren de manera cotidiana”, agrega.

De acuerdo con la organización Impunidad Cero, en México, de cada 100 delitos que se cometen, solo 6.4 se denuncian y de cada 100 que se denuncian, solo 14 se resuelven.

  • “Esto quiere decir que la probabilidad de que un delito cometido sea resuelto en nuestro país es tan solo de 0.9 por ciento. De este tamaño es la impunidad en México. A estas cifras responde la baja confianza que reportan los ciudadanos hacia los ministerios públicos y procuradurías estatales, solo el 10.3 por ciento de las personas dice confiar mucho en estas instituciones”, concluye la organización.

Según Juan Manuel Aguilar Antonio, otro de los factores que influye en la juventud para que se comentan ese tipo de actos violentos, es el desconocimiento de las repercusiones que estos pueden tener en la vida.

  • “Hay consecuencias y los adolescentes no alcanzan a ver la magnitud de las mismas. Por ejemplo, al viralizarse sus casos en redes sociales, pueden ser rápidamente localizados y pueden pasar gran parte de su juventud en tutelares. Ellos no ven el impacto social de la violencia ni las consecuencias, solamente optan por la impunidad como incentivo para cometer ese tipo de acciones”, agrega.

Finalmente, el especialista concluye que este fenómeno es como una bola de nieve en la que la violencia se castiga con más violencia.

La formación machista

Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, y exdirector ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), opina que detrás de los episodios de violencia protagonizados por jóvenes y viralizados a través de internet, se encuentra el sistema machista en el que vivimos.

  • “Esto no es algo nuevo en nuestra sociedad, es algo que se ha repetido a lo largo del tiempo y tiene diversas explicaciones, como el que son actos que buscan tener una reafirmación machista entre pares para demostrar poder y dominio sobre aquellos que consideran débiles.
  • “Hay que tener presente que esto tiene una gran validación social en los espacios juveniles construidos y educados en la cultura machista. También, en muchas ocasiones, existe una validación de los contextos familiares y de las comunidades donde participan estos jóvenes que ejercen la violencia”, comenta.

El especialista en niñez y juventudes coincide en que la impunidad es otro de los factores que hacen que esto sea posible.

“Es peligroso que la impunidad sea lo que marque su relación porque hay que tener presente que todo acto delictivo tiene que tener una respuesta institucional proporcional”.

El tercer elemento que considera Juan Martín, además de la impunidad y la validación social para que ocurran estos actos, es la trivialización de la violencia.

  • “Cuando se valida socialmente, cuando hay impunidad, cuando esto se trivializa o se vuelve un espectáculo, estamos cumpliendo la fantasía machista: Ser visibles, ser públicos, demostrar dominio. Por eso es importante cuidar la narrativa de estos hechos.
  • “También hay que tener en cuenta que estamos en una sociedad con altos niveles de violencia armada, de homicidios, desapariciones y crímenes crueles que están permeando la narrativas familiares y comunitarias.
  • Tenemos tan normalizado ver cuerpos mutilados, cuerpos colgados, denuncias de desapariciones y masacres, que pensar en una golpiza entre jóvenes termina siendo trivial, como si no fuera importante.

Por último, el experto en la materia, dice que muchas veces estos hechos no son actos criminales, pero sí comparten las omisiones institucionales, la ausencia de prevención del delito y la impunidad.

“Por eso es tan importante no aceptar ninguna forma de violencia, no hay manera de justificarla. Las violencias son prevenibles sobre todo con niñas, niños y jóvenes”, concluye.

Violencia atrapa a los más jóvenes

La Encuesta Nacional de Adolescentes en el Sistema de Justicia Penal (ENASJUP), correspondiente a 2022 y presentada por el Inegi en marzo pasado, da cuenta de que la violencia sexual es el delito cometido por menores que más se ha disparado, al pasar en 2017 de 7.8% de adolescentes (12 a 17 años) procesados, al 15.4%.

  • El documento da cuenta de que los jóvenes acusados de cometer asesinatos también incrementaron, pues, en 2017, de los adolescentes que llevaban un proceso, 7.9% lo hacían por homicidio, mientras que esa cifra subió a 9.5% el año pasado.

La portación de armas es otro de los delitos que se dispararon en el sector juvenil en los últimos años, lo que coincide con el mandato de Andrés Manuel López Obrador, pues 6.2% del total de adolescentes en proceso lo está por ese ilícito; en comparación con hace seis años, cuando solo era el 1.9% en el país.

  • Los adolescentes acusados por venta de drogas pasaron de 3% al 4.8% del total de jóvenes detenidos por algún ilícito. A su vez, por lesiones aumentó el rango de 3.8% a 4.4% de acusados por ese delito, y por daños a la propiedad, pasó de 0.5% a 1.6%.
  • En contraste, en comparación con 2017, del total de jóvenes detenidos por algún delito, los acusados por robo bajaron el año pasado, de 33% a 21%, y los señalados por secuestro descendieron de 2.8% a 2.3%.
  • El año pasado, 53% de los menores acusados de algún delito se declaró culpable de lo que se le imputaba, lo que también marca un aumento respecto a la estadística de 2017, cuando fue el 50%.

En este marco, especialistas y legisladores hicieron un llamado para atender la salud mental y las causas que están generando odio y violencia entre este sector de la población, siendo las redes sociales una de las principales variantes en el tema.

  • Para el senador y excomisionado de los Derechos Humanos de la Ciudad de México, Emilio Álvarez Icaza, estas agresiones responden a fenómenos acumulados, como el “de polarización, el de odio promovido todos los días desde el Palacio Nacional (que) sí tiene consecuencias, porque si la autoridad lo hace, pues porque nosotros no”.
  • Además, dijo que es un reflejo de una cultura de violencia machista, es decir, “generar estos términos en donde todo se resuelve a golpes, las diferencias, la lógica de intentar imponer opiniones y este fenómeno de violencia comunitaria local que se da en discotecas y en fiestas”.

Y la tercera causa, explicó, “es el reflejo de un fenómeno donde la violencia se hace espectáculo ó sea hoy en las redes sociales parece que hay una tendencia para que las chicas y los chicos graben hechos de violencia y recrear fenómenos por el morbo, por la atracción, en lugar de intervenir para evitar que se golpeen hemos visto en videos donde hay chicas que golpean a sus compañeras con piedras hasta la muerte, hemos visto videos gravísimos incitando a la violencia en escuelas, en lugares de diversión, en bares y eso es el reflejo de la violencia como diversión”.

  • Al respecto, Tania Ramírez, directora Ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), informó que “los adolescentes, entre los 12 y 17 años, representan a cuatro de cada cinco niñas, niños y adolescentes que fueron víctimas de violencia física”.

Dijo que “hay múltiples focos rojos que nos están llamando la atención”, como los datos de suicidio, de depresión, abandono o bajo rendimiento escolar; ante ello enfatizó la necesidad de poner mayor atención a la salud mental de este grupo de la población y acompañar el uso de las redes sociales.

“A veces estas plataformas dan pie a relaciones desiguales, a relaciones violentas, en algunos casos como grooming, sexting, etcétera y esta dimensión de la vida también está afectando la salud mental de chicas y chicos y lo que no hemos sabido hacer como sociedad es acompañar en el uso de esta nueva dimensión de la vida, para que los jóvenes tengan herramientas para sobrellevar y sobrevivir los efectos del ‘dedito arriba’ o ‘dedito abajo”.

  • En tanto, la presidenta de la Comisión de Atención a la niñez y adolescencia del Senado, Josefina Vázquez Mota, lamentó que la violencia se esté registrando entre la población menor edad, y acusó que “si la bocina más fuerte del país (la Mañanera del Presidente), lejos de llamar a la conciliación y a propósitos de unidad, convoca reiteradamente a la división y al odio, permea todo”.

Dijo que las palizas y los asesinatos son terribles: “se decía que con las niñas y los niños, no; sin embargo, quedan atrapados en las balas perdidas o empiezan a ser ajusticiados”.

153,000 jóvenes asesinados desde la «guerra contra el narco»

Episodios de violencia contra los jóvenes sobran en estos años: Villas de Salvárcar en Ciudad Juárez, en 2010; Iguala, Guerrero, en 2014; Tonalá, Jalisco, en 2018, Nuevo Laredo, Tamaulipas, en 2023, Zapopan y Lagos de Moreno en Jalisco, en 2023. No importa el lugar, el año o el gobierno, la violencia contra los jóvenes es una constante en México.

  • México está matando a sus jóvenes y eso tiene una definición: ‘juvenicidio’. Se trata del asesinato sistemático de la población de 15 a 29 años del país.

“El ‘juvenicidio’ se refiere a la muerte sistemática de los jóvenes, sin importar si son hombres o mujeres, víctimas o victimarios”, explica Óscar Misael Hernández, profesor-investigador de El Colegio de la Frontera Norte, adscrito al Departamento de Estudios Sociales.

  • El ‘juvenicidio’ ha arrancado 153,342 vidas de jóvenes en México desde que se declaró la llamada ‘guerra contra el narcotráfico’ en diciembre de 2006, por el gobierno de Felipe Calderón. De esos, con López Obrador han perdido la vida 50,449, y aún no concluye su sexenio.
  • Desde hace 16 años, la juventud ha puesto a los muertos en este país, pues cada día son asesinados 26 jóvenes de entre 15 y 29 años, es decir, se cobra poco más de una vida cada hora. Casi el doble de lo que sucedía en la década de los 90, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Entre 2007 y 2022, en México, 420,128 personas de entre cero y 85 años fueron víctimas de homicidio, el 36% eran jóvenes.

  • José Manuel Valenzuela Arce, doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de México, acuñó el término de ‘juvenicidio’ para explicar “la muerte sistemática, persistente y artera de jóvenes”, quienes son vistos como sujetos “desechables” y sin consecuencias jurídicas.

“Son, en muchos casos, carne de cañón, son presas fáciles, son concebidos por la delincuencia organizada como prescindibles, como desechables”, afirma Héctor Hernández Bringas, investigador de la UNAM y experto en muertes por violencia, quien explica que por ello las organizaciones criminales captan a jóvenes con sueldos altos para los contextos en que operan.

  • Ser joven en México también representa un alto riesgo de ser desaparecido. De las 249,930 personas que fueron reportadas como desaparecidas y no localizadas en México desde el 1 de diciembre de 2006 hasta el 22 de agosto de 2023, 109,969 (el 44%) tenían entre 15 y 29 años.
  • “Se está desapareciendo la juventud: mujeres entre los 15 y los 25 años y hombres entre los 20 y los 30 años, aproximadamente, son los grupos etarios más afectados”, explica la comisionada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en México, Karla Quintana.

Los jóvenes de Lagos de Moreno fueron reportados como desaparecidos el 12 de agosto pasado y hasta ahora se desconoce su paradero. Las autoridades de Jalisco confirmaron este martes que los restos encontrados no son de los cinco jóvenes, de los cuáles circuló una fotografía y un video dignos de una película de horror por sus niveles de violencia.

“Una hipótesis es el reclutamiento forzado, trata con fines de explotación sexual o con fines de esclavitud, o sea, de trabajar. Se ha encontrado gente trabajando en campos, las hipótesis son tantas”, sostiene Quintana.

  • Para el catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM), Juan Carlos Piña, en el caso de la desaparición de los jóvenes de Lago de Moreno muestra que el Estado está fallando y que su estrategia de seguridad no funciona.

El mensaje es claro: el Estado está fallando en esta estrategia de seguridad, probablemente alguna de estas células u organizaciones criminales buscan mandar un mensaje, sin embargo, para la sociedad ya no resulta tan necesario, pues está claro que el Estado está superado y que la estrategia es poco clara”, sostiene el también abogado especialista en Derechos Humanos y Seguridad.

La violencia en que vive sumido el país se pone en evidencia al ser el homicidio la principal causa de muerte en los jóvenes. En 2021 murieron más jóvenes asesinados que en accidentes, a causa del covid-19, enfermedades del corazón o suicidios, según el INEGI.

  • La muerte de jóvenes no es exclusiva de una zona geográfica, pero sí tiene un perfil: el 65% ocurrió en 10 entidades. Una de ellas es Michoacán, donde hace 16 años el presidente Felipe Calderón se vistió de militar para anunciar el uso de la fuerza por cielo, mar y tierra contra el crimen organizado.
  • En ese estado, la violencia se triplicó en 15 años. En 2007, se reportó el homicidio de 168 jóvenes de entre 15 y 29 años, sin embargo, en 2021 fueron 783 las muertes, lo que representa un incremento de 366%, de acuerdo con datos proporcionados por la Fiscalía General de Michoacán a través de una solicitud de información.

“En los estados donde más prevalece la delincuencia y donde más homicidios se registran de jóvenes es donde está presente el crimen organizado y tiene que ver con las rutas del trasiego de la droga”, sostiene el investigador Hernández Bringas.

Los jóvenes mexicanos están inmersos en las dos caras de la violencia: son víctimas pero también victimarios.

“Tenemos una cantidad muy elevada de violencia urbana, jóvenes que son víctimas y victimarios a la vez. Gran parte de los homicidios dolosos en México son cometidos por hombres jóvenes y también gran parte de las víctimas de los homicidios en México son hombres jóvenes”, explica José Andrés Sumano, secretario técnico de la Red Temática de Investigación Conacyt en Adicciones y Seguridad Ciudadana.

Detrás del ‘juvenicidio’ está la violencia, pero también factores económicos, educativos, culturales y sociales, algunos de los cuales los han empujado a las manos del crimen organizado.

  • La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) calculó que alrededor de 35,000 niñas, niños y adolescentes son parte de grupos delictivos organizados en los que son utilizados para cometer delitos como secuestro, trata, extorsión, contrabando o corrupción. Los jóvenes no son reclutados para convertirlos en ‘los nuevos capos’, sino solo son instrumentos para alcanzar ciertos propósitos.
  • Históricamente, los jóvenes han sido los que han puesto la fuerza y han sido vistos como reservas. En el siglo XX, fueron los que dieron la vida en las guerras y movimientos armados.
  • “Los jóvenes en ese momento tampoco tenían oportunidades económicas y culturales suficientes, eran utilizados como carne de cañón, seducidos o forzados eran incluidos en algún grupo. Hoy en día, vemos exactamente lo mismo o sea, la historia se repite aunque con matices. Se entiende porque la población joven es aquella más susceptible de ser seducida o manipulada por algunos grupos de poder”, dijo Misael Hernández.

Para Andrés Sumano, ya se puede hablar de una generación perdida a causa de la violencia en México, de un bono demográfico que se fue, lo que traerá problemas al país.

  • “Una de las grandes consecuencias de toda esta situación es que el país, en el corto plazo, fiscalmente va a ser inviable. Siguen aumentando las pensiones, pero hay cada vez menos jóvenes y los que teníamos como bono demográfico ya se está haciendo viejo, los que venían abajo, algunos se perdieron, por lo que no en un largo plazo este país estará envejecido”, afirma.

Estrategias fallidas

  • El 30% de la población en México es joven. De acuerdo con el censo de población del INEGI de 2020, 37.8 millones de personas tenían entre 12 y 29 años, de una población de 126 millones.
  • A pesar de ello, expertos consideran que la juventud ha sido abandonada por varios gobiernos al no generar oportunidades para ellos.
  • La administración de Andrés Manuel López Obrador lanzó el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, el cual ha beneficiado a 2.6 millones de jóvenes que son capacitados para el trabajo a cambio de un apoyo mensual de 6,310 pesos.

El argumento del presidente es que al darle un ingreso a los jóvenes, se le quita la reserva de un ejército al crimen organizado, pero para los expertos este programa no ha arrojado resultados que confirmen que este objetivo se haya logrado.

“En teoría, está bien atender a los jóvenes, pero en la práctica, cuando revisamos el gasto presupuestal, no se ve que el dinero que se está metiendo a esos proyectos sea útil para cambiar el problema de violencia que tiene México, en realidad, se trata de programas clientelares”, sostiene Daniel Gómez-Tagle, experto en seguridad pública.

  • Juan Carlos Piña asegura que una estrategia para atender a los jóvenes debe ser transversal: “El problema es la ausencia de políticas transversales es decir, no solamente centrarnos en el discurso de la seguridad pública del país, sino que también abordar seriamente la educación, el trabajo, las oportunidades y desde luego las causas las causas del fenómeno que deriven en un reclutamiento de jóvenes por parte del crimen organizado ante la falta de oportunidades. El tema de la seguridad debe ser transversal, integral, debe abarcar políticas públicas desde una óptica preventiva, no invisibilizar las necesidades de los jóvenes, quienes pueden ser cooptados por el crimen”.

Ser joven en un país como México no es fácil. Ni la educación ni el empleo ni las condiciones de seguridad están dadas para desarrollarse con éxito hacia la adultez.

  • Héctor Hernández Bringas explica las dificultades que enfrentan los jóvenes mexicanos a través de estos datos: el 60% no tiene acceso a la educación, tres millones no estudian y no trabajan, y miles tienen empleo, pero con salarios precarios.
  • Para el catedrático de la UNAM, no es suficiente que los jóvenes tengan un empleo, sobre todo, si es precario, pues no los aleja de la tentación para incorporarse en actividades delictivas, ya que todo el tiempo los jóvenes están expuestos a bienes, comodidades y estilos de vida alejados de su realidad.
  • “[Esa exposición] genera, primero, frustración al no poder tener acceso a estos bienes, comodidades y dinero. Después de la frustración, hay malas decisiones, como enrolarse en actividades ilícitas que pueden dejar dinero rápido”, refiere el experto de la UNAM.

Así, siendo víctimas o victimarios, miles de jóvenes se han visto afectados por la violencia en México y en plena edad productiva no pudieron concluir su proyecto de vida./Agencias-PUNTOporPUNTO

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