El 8.8% de los mexicanos sufre DEPRESIÓN; MUJERES con más posibilidades de ENFERMAR

En el mundo, el suicidio es un problema de salud mental que afecta más a los jóvenes y adolescentes. Cada 40 segundos se suicida una persona.

De acuerdo con datos epidemiológicos, 8.8 por ciento de los mexicanos, es decir, 11 millones 343 mil personas, sufren depresión, siendo las mujeres las que tienen el doble de probabilidades de experimentar esta enfermedad a lo largo de su vida.

  • Jacqueline Cortés, presidenta de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, asegura que la depresión es la primera causa de discapacidad entre las mujeres, mientras que en los hombres es la novena.
  • El sesgo de género crece desde la pubertad a consecuencia de factores hereditarios, la violencia en el hogar, un evento traumático como el fallecimiento de familiares o aspectos de estigmatización culturales, coincidieron expertos del Seminario de Salud Mental.

Esta enfermedad afecta más a ellas debido a que son las más proclives a sufrir síndrome de sobrecarga de la cuidadora, cambios hormonales, enfermedades físicas, deterioro cognitivo, enfermedades degenerativas y dolor.

Cortés, quien también es responsable de la Clínica de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que la gente tiende a minimizar sus consecuencias, lo que hace que quienes la padecen se sientan solas.

  • La especialista indicó que hay múltiples determinantes que exponen más a las mujeres, tales como cambios hormonales (la adolescencia, el embarazo y el climaterio), los culturales, los sociales y las vivencias emocionales.
  • Entre los factores sociales están la pobreza, el nivel educativo, la violencia de género, encasillar a las mujeres como amas de casa, cuidadoras de la familia y desaprobación del éxito laboral de ellas.

Otro factor que incide es la pérdida de seres queridos, que es lo que vimos durante las etapas más fuertes de la pandemia de Covid-19. Ello generó trastornos por estrés postraumático, máxime cuando los hospitales estuvieron cerrados; no había camas ni ventiladores.

“Al cerebro se le puede agredir con un golpe, con una infección como Covid, pero también con un trauma psicológico”, dijo Cortés.

En lo biológico, las mujeres están más expuestas a la depresión durante la lactancia, dado que si a los bebés se les expone al abandono ello puede generar estadios de depresión que se expresan con irritabilidad.

  • Un segundo momento puede ocurrir en la edad escolar, en la adolescencia, por los cambios hormonales que enfrentan en la etapa premenstrual y el inicio de la menstruación, donde las manifestaciones pueden ser las alteraciones en la concentración, en la memoria; pensar demasiado en sus problemas y bajo rendimiento escolar.
  • Se estima que son hasta 5.8 por ciento de las mujeres en ese grupo de población las que padecen estos trastornos.
  • Cortés consideró que en esta etapa hay quienes presentan el llamado trastorno disfórico premenstrual, que es una condición de depresión que puede durar hasta quince días por mes por los malestares previos y durante la menstruación.

En este periodo la depresión también puede estar asociada a la percepción de la imagen, la delgadez, el desarrollo profesional y escolar.

Un tercer momento lo enfrentan durante el embarazo y suele presentarse en los primeros tres meses o después del parto. En esta etapa se estima que entre 50 y 80 por ciento de las mujeres pueden presentar depresión que se acompaña de llanto fácil, ansiedad, irritabilidad, inestabilidad emocional, alteraciones del sueño y apetito.

  • También se incluye en ellas a quienes tienen abortos espontáneos y las que no pueden ser mamás.
  • En la menopausia, por el cambio hormonal, vuelve el riesgo de depresión con alteraciones del sueño, el cambio de la imagen y los roles que se desempeñan en lo social y familiar.
  • Aunque es multifactorial, se requiere atención para detectar con oportunidad estados de depresión persistente en donde la sintomatología que dura más de un año, de forma leve o crónica, si es atendida puede ser tratable.

De no hacerlo, hay quienes pierden la capacidad de disfrutar los diferentes momentos de su vida, se acostumbran a vivir deprimidos o en etapas más avanzadas puede derivar hasta en el suicidio.

También los hombres

Si bien puede ser una enfermedad asociada a las mujeres, los hombres no están exentos.

  • Un caso es el de Omar, quien desde hace 30 años padece depresión y desde que se presentó por primera vez a los casi 18 años él ha tenido tres recaídas (24, 29 y 38 años) que le provocaron dejar todo: escuela, familia, parejas y trabajo por lo momentos de irritabilidad, falta de concentración, ansiedad, miedo.
  • Cuenta que en su primera depresión su mamá le ofreció, desde un té, remedios caseros que recomendaban sus familiares, e incluso recurrió a la homeopatía.

Sin mejoras, recurrió al nutriólogo, al cardiólogo, al otorrinolaringólogo, al psicólogo y al psiquiatra para obtener el diagnóstico y tratamiento adecuado.

“Tenía desajustes bioquímicos y había gente que me decía: ‘no creo que no tengas ganas de ir al antro, divertirte, jugar fútbol. Te estás haciendo’, y eso hacía que mis amigos me dejaran de buscar, eso me deprimía más al grado de no quererme ni bañar… Me volvía una carga para mi familia, para mi pareja”, contó Omar.

La medicina fue la mejor alternativa para mejorar la condición cerebral, lograr la estabilidad, asegura.

Cambio en la forma de vida

Edilberto Peña, secretario regional de la Asociación Psiquiátrica de América Latina, dijo que para el año 2035 se estima que el 33 por ciento de los hogares van a ser unipersonales.

  • Es decir, no serán ni en familia ni en pareja, lo que significa que habrá menos redes de apoyo entre las personas, de forma que la salud mental será el distintivo de atención porque la autoestima caerá, habrá pocas personas que tengan familiares y amigos con quién hablar para manejar sus emociones. En gran parte impulsado por el mundo digital que aleja a las personas del contacto humano y también como efecto de la pandemia.
  • Indicó que para prevenir enfermedades mentales, como la depresión, antes que buscar alternativa entre los fármacos es importante mejorar el estilo de vida: hacer ejercicio, comer bien, bajar el colesterol, la presión arterial y la glucosa.

“La depresión no es un defecto de carácter, no es una decisión, no es castigo divino, es una enfermedad del cerebro… Si tengo depresión puedo transferirla a mi descendencia: depresión, ansiedad, trastorno bipolar o esquizofrenia, y cómo se dé esa combinación dependerá del estilo de vida de cada persona”.

Aumentan suicidios en México

El riesgo suicida es la principal urgencia psiquiátrica en el mundo, y, tristemente, en México no sólo logra consumarse el suicidio sino que ha aumentado “en escalera”.

  • En el mundo, el suicidio es un problema de salud mental que afecta más a los jóvenes y adolescentes. Cada 40 segundos se suicida una persona.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 hubo siete mil 896 suicidios en México.

  • 700 más con respecto a 2019 y mil más que en 2018, dice la doctora Laura Barrientos Nicolás, médico psiquiatra y académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
  • El suicidio “va como en escalera; cada año hay más y más visibles”, agrega Barrientos Nicolás, quien está adscrita al Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina.
  • Aunque hay más intentos de suicidio en mujeres, son de menos letalidad. En cambio, en hombres el porcentaje es altísimo: en 81.6% por ciento de los intentos, el suicidio se comete.

En hombres, el método más utilizado para morir por propia mano es el ahorcamiento, seguido del uso de un arma y el lanzamiento al vacío. Las mujeres utilizan más altas dosis de fármacos psiquiátricos o de otro tipo de medicamentos.

Otro dato lamentable, agrega Barrientos Nicolás, es que el suicidio fue más frecuente en jóvenes de entre 14 y 29 años de edad. De siete mil 896 personas que cometieron suicidio, dos mil 293 tenían de 20 a 29 años de edad y mil 260 eran adolescentes de 10 a 19 años. Sumados (tres mil 553) son casi la mitad de los suicidios de 2020.

  • Tienen más riesgo de suicidio los hombres mayores de 45 años (sobre todo ancianos) que no tienen red de apoyo (son solteros o viudos), así como las personas que forman parte de la diversidad sexo genérica, distinta a la heterosexual. Además, se observa un mayor riesgo de suicidio en las mujeres casadas con hijos que en las que no tienen estas características.
  • Pero la población joven es la más vulnerable. En México y en el mundo se mantendrá constante el riesgo de suicidio. Actualmente es la cuarta causa de muerte en jóvenes y en 2029 se calcula que será la segunda en la mortalidad juvenil.

Si no se llevan a cabo más estrategias de prevención, se espera que la prevalencia de suicidios continué al alza.

Los otros riesgos

La depresión, relacionada con el riesgo suicida, es otro problema en los servicios de atención psiquiátrica. En el 2000 se vaticinó que para el 2020, año de inicio de la pandemia de Covid-19, “iba a ser la segunda causa de discapacidad”. No sólo se cumplió esa alarmante predicción, sino que “ya se superó”.

La ansiedad, ligada a la depresión y al riesgo suicida, es otro trastorno mental frecuente. Hay personas que la padecen pero que, por la desinformación y el estigma sobre los trastornos mentales, tardan hasta 14 años en llegar a un servicio de psiquiatría.

Otra de las urgencias psiquiátricas más frecuentes son los pacientes en estado de intoxicación por consumo de sustancias psicoactivas.

  • En un 50% de la población con intentos de suicidio, se presentaron causas como trastornos psicóticos, ataque de pánico, ruptura de la pareja, la muerte de un ser querido, una enfermedad crónica terminal —como cáncer o insuficiencia renal (sobre todo pacientes que se dializan)— o la pérdida de estatus económico o del empleo durante la pandemia de COVID-19.
  • En personas con intentos de suicidio previos, apunta Barrientos Nicolás, se eleva mucho el riesgo de suicidio y, por lo mismo, hay que estar “muy al pendiente” de sus amenazas y de sus ideas —si presentan ideas sobrevaloradas de culpa y desesperanza—, o si hay datos de planeación suicida estructurada; por ejemplo, cuando escriben cartas de despedida.

Trastornos del sueño, pérdida del apetito y de la libido, crisis de ansiedad, “sensación de muerte inminente” o alteraciones en el estado de la conciencia son síntomas por los que se puede llegar a solicitar consulta a los servicios de urgencias.

Dónde acudir

La mayoría de los pacientes llegan en algún estado de agitación psicomotora por padecimientos psiquiátricos (episodios psicóticos, estados de delirio) y con alteraciones en la conducta. Cuando su comportamiento es muy agresivo (por ejemplo, pacientes con demencias), son inmovilizados para que no se hagan daño y no lastimen a otras personas.

  • En algunos intentos suicidas, si el paciente queda herido o en un estado de intoxicación por medicamentos o sustancias ilícitas, debe ser atendido primero en un hospital general para estabilizar sus signos vitales.
  • En caso de urgencia psiquiátrica, sujetos potencialmente suicidas y familiares pueden acudir al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, al Instituto Nacional de Psiquiatría y al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, entre otras instituciones de salud en la Ciudad de México.

Ante el aumento constante de suicidios en el país, para Barrientos Nicolás es necesario organizar las instancias de salud y gubernamentales involucradas de manera que cuenten con las herramientas y el personal capacitado para atender las urgencias psiquiátricas; además, se debe crear mayor conciencia en la población para que se puedan identificar síntomas que sean “un foquito rojo” y se busque ayuda médico-psiquiátrica./Agencias-PUNTOporPUNTO

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