El recién estrenado gobierno de Andrés Manuel López Obrador tendrá que lidiar con al menos 21 mil 46 militares que abandonaron las Fuerzas Armadas durante la administración de Enrique Peña Nieto. Se trata de 9 mil 37 desertores, 755 expulsados por mala conducta, 4 mil 624 a los que se les rescindió o terminó el contrato y 6 mil 630 que solicitaron su propia baja, indican datos oficiales de las secretarías de Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar).
- Capacitados en la doctrina militar para el manejo de armas de fuego, emboscadas, combate e incursión en zonas de riesgo, y adiestrados en resistencia y supervivencia, los más de 21 mil exmilitares poseen habilidades y destrezas combativas, fundamentadas en técnicas y tácticas que en no pocas ocasiones ha aprovechado el crimen organizado. Los Zetas son ejemplo de ello.
- La mayoría de los exmilitares pertenecían a la Sedena: entre enero de 2013 y octubre de 2018, esta institución dio de baja por esos cuatro motivos a 18 mil 580 integrantes (88.4 por ciento); mientras que la Marina da cuenta de 2 mil 466 de sus miembros (11.6 por ciento). No obstante, la Semar habría sufrido todavía más bajas, pues sus datos sólo abarcan el periodo de enero de 2015 –el tercer año de gobierno de Peña Nieto– a mayo de 2018.
- De los más de 18 mil militares que “perdió” la Sedena, 7 mil 815 desertaron, 618 fueron echados por la propia institución al acreditárseles mala conducta; 5 mil 737 solicitaron su propia baja, y a 4 mil 410 les fue rescindido su contrato individual, sin especificar las razones.
- Por su parte, la Semar indica que entre 2015 y mayo de 2018, 1 mil 222 de sus integrantes desertaron, 137 fueron depuestos por su indisciplina militar, 893 presentaron su propia solicitud de baja y a 214 se les venció el contrato.
Sin derechos laborales
Los contratos entre militares e instituciones pueden ser rescindidos en cualquier momento o, al término de éstos, los militares pueden no ser recontratados, explican a Contralínea la doctora Alma Sánchez Hernández y la maestra Martha Córdoba Roldán, especialistas en derecho militar y marineras en situación de retiro. Eso es legal: no hay despido injustificado, refieren.
Y es que la relación de los militares con la Semar y la Sedena no es de carácter laboral, sino administrativa, explican las académicas de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por ello, a diferencia de los servidores públicos, los soldados y marineros no tienen derechos laborales: sus jornadas no son de 8 horas ni tienen garantizados descansos semanales ni vacacionales. Tampoco antigüedad ni sindicalización.
- En entrevista, las abogadas agregan que esto se deriva del Artículo 123 constitucional, que en su apartado B, fracción XIII, establece que se regirán por sus propias leyes. Por ello, detallan, ni la Ley Federal del Trabajo ni la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado tutelan a los soldados y marineros.
- En ese contexto del fuero de guerra, como lo llaman las expertas, la deserción de las Fuerzas Armadas constituye un delito. Previsto en el artículo 255, fracción II, del Código de Justicia Militar, éste sucede “cuando faltaren sin impedimento justificado por 3 días consecutivos a las listas de diana y retreta de las fuerzas a que pertenezcan o a las dependencias de que formen parte”.
- Por ello, cada una de las 9 mil 37 deserciones ocurridas en el sexenio de Peña Nieto habría generado un procedimiento penal en tribunales militares.
- Según el teniente coronel de justicia militar Salvador Candelario Cruz –juez de control de la II Región Militar, con sede en Tijuana, Baja California–, el 99 por ciento de los asuntos que se ventilan en tribunales militares tiene que ver con deserciones (Uniradio Informa, 16 de octubre de 2018).
El fuero militar o de guerra se aplica sólo a personal militar, y los delitos se cometen en actos de servicio, explican la doctora Alma Sánchez Hernández y la maestra Martha Córdoba Roldán. No obstante, aclaran que incluso los soldados y marineros en situación de retiro pueden ser llamados a cuentas, juzgados y condenados, porque siguen siendo parte de las Fuerzas Armadas.
Para las expertas, el fuero de guerra se integra por la parte penal y por el sistema disciplinario, que atiende las violaciones a principios y valores morales. Éstas se desahogan en los Consejos de Honor. En este último punto, indican que en todo momento el militar puede incurrir en una falta administrativa.
- Y ejemplifican: “te arrestan por no ir bien arranchado [pulcro en el uniforme, el calzado y la higiene personal], por llegar tarde o por presentar aliento alcohólico, porque eso es indisciplina”. Lo del aliento alcohólico, explican, se encuadra en una “inhabilitación voluntaria para el servicio”.
- Las abogadas refieren que una falta de tipo administrativo puede convertirse en penal, si las investigaciones así lo determinan o si se comete reiteradamente.
- De esta manera, la mala conducta por la cual 755 soldados y marineros fueron echados de las Fuerzas Armadas podría referirse a la reiterada comisión de faltas administrativas o a la comisión de delitos tipificados en el Código de Justicia Militar.
- De acuerdo con el Glosario de Delitos del Orden Militar, además de la deserción, otros ilícitos son: el abandono de servicio, el abuso de autoridad, la violencia, la infracción de deberes comunes, el robo contra la institución y la desobediencia.
Y es en este último punto en el que se basa el rigor del mando: los militares no pueden desacatar las órdenes de sus superiores, aunque estén en contra de éstas.
La disciplina
Entre las afectaciones más comunes que sufren los militares por la disponibilidad a las órdenes superiores destaca la que impacta sus residencias y horarios: el integrante de las Fuerzas Armadas va a donde se le requiere, el tiempo que se le pide y en los horarios que se le establecen.
- “Estamos disponibles para el servicio los 365 días del año, las 24 horas del día. Sin importar si tenías programadas vacaciones o descansos: si te llaman, debes presentarte”, detalla en entrevista la doctora en derecho Sánchez Hernández.
- La incertidumbre laboral que enfrentan los miembros de la Sedena y la Semar también incluye la inestabilidad del trabajo. Y es que en el caso del personal auxiliar, los contratos son anuales y quinquenales. Terminado ese tiempo, pueden ser echados sin tener derecho a un juicio laboral por despido injustificado. Además, los auxiliares no pasan a situación de retiro, simplemente causan baja.
- Aún sujetas al fuero militar, las abogadas Alma Sánchez y Martha Córdoba explican que el personal se organiza en activo, retirado y reservas. Además, en milicia auxiliar y permanente. Y sólo esta última puede acceder al retiro.
Para formar parte de la milicia permanente, los efectivos de la Sedena y la Marina deben cumplir con una serie de requisitos, como el tiempo de servicio, estudios especiales –incluidos idiomas– y aprobar exámenes médicos, psicométricos y de conocimientos militares, detallan./CONTRALINEA-PUNTOporPUNTO