La reiteración de un sismo con una escala mayor a los 7 grados en un 19 de septiembre no es nueva para el país, pues en 2017 otro temblor se presentó en la república, con lo cual suman tres movimientos telúricos que han afectado a la ciudadanía: en 1985 de 8.1 grados, en 2017 de 7.1 grados y en 2022 de 7.7 grados.
Junto con estos sismos, vinieron las réplicas, algo que forma parte natural de los movimientos de las placas tectónicas después de que se presente un gran sismo. En este sentido, cabe recordar que en 1985, fue una réplica de 7.9 grados el 20 de septiembre la que terminó de tirar algunos edificios dañados con el primer terremoto.
Por lo que el Servicio Sismológico Nacional (SSN) permanentemente monitorea los movimientos de las placas tectónicas, motivo por el cual tiembla, de tal modo que, en tiempo real, informa sobre los constantes sismos que azotan a México y sus respectivas réplicas.
Respecto a este sismo, el SSN informó que hasta las 16:00 horas (tiempo del centro de México), se tienen registradas 217 réplicas, siendo la más significativa una de una magnitud de 5.3 grados, con lo que se puede marcar una tendencia de menor impacto en cada movimiento que registra el Sistema.
Asimismo, el SSN informó que el epicentro del siniestro fue a 63 kilómetros al sur de Coalcomán, Michoacán, por lo que las autoridades estatales en las entidades situadas al sur con salida al océano Pacífico fueron las más afectadas, de tal modo que Jalisco, colima y Chiapas actualizan su información oficial, en relación a las afectaciones, constantemente. Y, hasta el momento, sólo se tiene el registro de una pérdida humana en Colima, donde un hombre perdió la vida en el derrumbe de una barda de una tienda.
Esta información contrasta mucho con la ocurrida en 1985 y 2017, pues en el gran terremoto del Siglo XX, se perdieron más de 6 mil vidas, mientras que en el de 2017 se contabilizaron poco más de 300 bajas. Aunado a ello, el daño a la infraestructura fue diametralmente mayor, pues en el movimiento telúrico actual no se registraron derrumbes en la capital nacional, aunque sí algunos edificios dañados que fueron evacuados rápidamente.
Para entender esta diferencia de resultados, es necesario contrastar lo ocurrido en 1985 y la respuesta que tuvo por parte de la sociedad y el gobierno. Primero, a partir de las múltiples tragedias presentadas en aquel siniestro, el gobierno de México optó por instaurar medidas más estrictas para aprobar construcciones, esto al considerar que la capital nacional es susceptible a sufrir temblores pue se encuentra en una zona altamente sísmica.
Por su cuenta, la sociedad civil y autoridades adoptaron protocolos de emergencia para saber qué hacer en caso de temblores. Esto último se comienza a instruir desde los niveles básicos de educación y se reitera en los centros de trabajo, adoptando medidas que incrementan la probabilidad de sobrevivencia ante este tipo de casos.
Finalmente, se debe de contemplar el quehacer que ejercen las y los integrantes de Protección Civil al evaluar estructuras que tienen daño aparente, esto porque son ellos los que determinan si algún inmueble aún puede ser utilizado o debe ser sujeto a demolición, por lo que estos tres elementos en conjunto hicieron que para el sismo de 2017 las pérdidas humanas se redujeran significativamente.
APUNTES FIDEDIGNOS
En medio de un evento público conjunto entre la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar se refirió a Claudia Sheinbaum como “presidenta”, lo que causó el asombro de la funcionaria capitalina y de los espectadores.
Durante un acto conjunto en el que se presentaron los avances de la construcción de la nueva embajada estadounidense en México, el funcionario originario de Colorado -en medio de su discurso- expresó: “Todavía no tenemos el día fijo de cuando se vaya a abrir (la embajada), pero ojalá, con la ayuda de la presidenta Claudia Sheinbaum, el gobierno de aquí y los vecinos, vamos a llegar a un tiempo donde ya se pueda abrir”.
La mención causó impresión hasta en la misma Sheinbaum Pardo, quien se mostró sorprendida tras las palabras del estadounidense, pues levantó las cejas y esbozó una sonrisa. Y es que la mandataria local se encuentra en medio de una carrera adelantada al interior de Morena, en donde varios perfiles se disputan la candidatura del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, para sucederlo en la presidencia.
Sin embargo, posterior a su discurso, en la sesión de preguntas Salazar fue cuestionado sobre el porqué llamó presidenta a Claudia Sheinbaum, lo que justificó como una confusión, además de aclarar que en la política mexicana no se iba a meter.
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