El gobierno de la llamada «transformación de cuarta» o también conocida ridículamente como la «4T» demostró su vulnerabilidad toda vez que sufrió un hackeó masivo por parte del grupo internacional de activistas denominado Guacamaya, quienes sin mayor problema accedieron al sistema de cómputo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para acceder a información que data de 2016 hasta septiembre de este año.
El Gobierno Federal habría omitido dar cuenta de hospitalizaciones de emergencia y tratamientos médicos del presidente para padecimientos como hipotiroidismo, gota y angina inestable de riesgo alto.
Fueron decenas de miles de correos electrónicos, que se encontraban alojados en servidores de la Sedena, los que logró interceptar “Guacamaya”, un grupo internacional de «hacktivistas» que, presuntamente, tendría su origen en la región de Centroamérica.
Como resultado de este ciberataque al gobierno mexicano —el más grave de su historia, fueron obtenidas tarjetas informativas, videos, cartas y otros documentos con información confidencial que datan desde 2016 hasta el presente mes de septiembre de 2022.
Acorde con los archivos en poder del comunicador, el 2 de enero de este año la Sedena tuvo que enviar a una ambulancia aérea a Palenque, Chiapas, en donde se encuentra el rancho de López Obrador, de nombre La Chingada.
La razón de esta movilización fue la necesidad de trasladar urgentemente al mandatario al Hospital Central Militar de la Ciudad de México. Antes de salir del estado sureño, AMLO habría sido monitoreado, canalizado y medicado. Su diagnóstico, de acuerdo con Loret de Mola, era grave.
En la tarjeta con folio SIIO/0036 del grupo de servicios especiales de la Policía Militar se incluiría el diagnóstico de angina inestable de riesgo alto, un padecimiento que impide el flujo adecuado de sangre y oxígeno al corazón, lo que puede derivar en un ataque cardiaco.
Una semana después, el 10 de enero, el titular del Ejecutivo Federal anunció que estaba contagiado de COVID-19 y que los síntomas eran leves. Sin embargo, del diagnóstico y traslado previo no se hizo mención alguna.
Luego, la mañana del 21 de enero, fue ingresado al Hospital Central Militar para un cateterismo y fue dado de alta al día siguiente. Desde esa fecha, AMLO habría recibido 28 terapias físicas.
Al respecto, tanto el área de Comunicación Social de Presidencia como la Secretaría de Gobernación (Segob) informaron que los procedimientos formaban parte de un conjunto de estudios de rutina programados.
Meses antes, el 1 de septiembre de 2021, López Obrador habría visitado la misma unidad médica castrense para recibir atención en las áreas de reumatología, ortopedia, radiología y laboratorio, según constata en la tarjeta SIIO/4955.
Los estudios que le realizaron al funcionario, horas después de haber presentado su informe de gobierno, arrojaron el diagnóstico de que el presidente padecía de gota, una enfermedad reumática que causa dolor e hinchazón en las articulaciones.
“Al respecto se le ofreció a citado funcionario tratamiento con medicamentos el cual no aceptó; así como terapia física y rehabilitación, refiriendo que sí es de su interés recibirla”, fue el informe del personal médico, según puede leerse en el documento.
En esa fecha, AMLO fue diagnosticado con hipotiroidismo, por lo que le mandaron un tratamiento de sustitución hormonal a base de levotiroxina. Cabe recordar que el hipotiroidismo es un padecimiento que no tiene cura, pero puede ser controlado mediante la administración de hormonas sintéticas.
Algunos de los síntomas de esta enfermedad son resequedad en la piel, cansancio, deterioro en la memoria y la atención y una mayor sensibilidad al frío. Asimismo, de acuerdo con la Asociación Americana de la Tiroides (ATA por sus siglas en inglés) los pacientes pueden llegar a presentar depresión a causa de esta afección. Toda esta información estimados lectores, fue publicada hace aproximadamente dos años en este mismo espacio.